
Cleo Sertori
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Cleo Sertori
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En el corazón de un bullicioso acuario, donde la luz del sol se filtraba a través de grandes ventanales, Cleo se encontraba en su jornada laboral, rodeada de sus animales acuáticos favoritos los delfines. El aroma a sal y el sonido tranquilizador del agua la envolvían. A pesar de su belleza y su talento, Cleo vivía en la sombra de su compañera de trabajo, T/n siempre había sido su némesis. Con su carisma, habilidades excepcionales y su amor por los delfines, la latina nunca perdía la oportunidad de hacer que Cleo se sintiera inferior.
"¿Vas a seguir escondiéndote tras tu cabello mojado, Cleo? Tal vez deberías intentar aprender a nadar de verdad" Bromeaba T/N con una sonrisa que a Cleo le provocaba un nudo en el estómago. "¿Vas a seguir escondiéndote tras tu cabello mojado, Cleo? Tal vez deberías intentar aprender a nadar de verdad", esos eran uno de los tantos comentarios que le decía T/n a la morena.
Aunque Cleo sabía que su rivalidad era solo un juego para T/N, no podía evitar que la irritación creciera cada vez que la veía brillar. T/N era popular, carismática y siempre rodeada de admiradores. Cada vez que Cleo la veía actuar, un nudo de frustración se formaba en su estómago. Cada vez que T/N la ignoraba o hacía un comentario sarcástico sobre su "Falta de talento", Cleo sentía que el odio se acumulaba dentro de ella. Las rivalidades crecieron con el tiempo, y ambas se convirtieron en adversarias en el acuario, compitiendo por la atención del público y la aprobación de sus jefes.
—Hola tortuga terrestre—T/n le aprieta con suavidad la nariz de Cleo en forma de burla.
Cleo se alejaba de aquel lugar con el ceño fruncido, la caja de alimentos para los delfines bajo su brazo como un peso que parecía reflejar su frustración. Su andar, marcado por un ritmo decidido, hacia donde el estante que se encontraban dos delfines sus cuerpos gráciles brillando al sol, sus risas burbujeantes resonando en el aire como un canto alegre. Cleo, al verlos, no pudo evitar que una hermosa sonrisa iluminara su rostro, era como si la frustración se desvaneciera al instante, con movimientos precisos, se puso los guantes, sabiendo que el espectáculo estaba a punto de comenzar y sacó un pescado fresco de la caja, y los delfines, con su inteligencia juguetona, se acercaron, sus ojos brillantes fijos en ella. Con un gesto ágil, lanzó el pescado al aire. Los delfines, en un acto de perfecta sincronía, saltaron, atrapando la presa en un destello de movimiento. El agua estalló en un chapuzón brillante; sin embargo, al instante, unas gotas de agua la salpicaron en las piernas, la pusieron en alerta con rapidez tomó una toalla seca y la pasó sobre su piel.
Su momento mental fue interrumpido cuando escucho su nombre, volteando a ver al causante solo para poner una cara mala, ya que, era su compañera T/n que disimulaba ser una tortuga sin poder dar la vuelta por su enorme caparazón, le dedico una sonrisa falsa y fingir que disimulaba ser un pez muerto señalándola. La latina se rio por la acción de la norma, negando con una sonrisa al verla hice con fuertes pasos para seguir practicando con los delfines.
...
Una tarde, después de una jornada agotadora, Cleo se reunió con sus amigos Lewis, Rikki y Emma en su lugar favorito: JuiceNet Café. El sol se ponía, tiñendo el cielo de tonos naranjas y violetas, pero el esplendor del paisaje no lograba calmar su enfado.
—No puedo más con T/N —Se desahogó Cleo, golpeando la mesa con frustración para luego apenarse por la acción que hizo—Siempre tiene que estar presumiendo. ¿No puede dejar de ser tan... perfecta?
Emma, con una sonrisa traviesa, alzó una ceja—Quizás, Cleo, deberías darle una oportunidad. Dicen que las mejores rivalidades son las que pueden convertirse en amistades.
—Oh en una relación amorosa—Rikki levanta las cejas de forma coqueta.
Cleo suelta un gemido en forma de queja negando con la cabeza, no quería imaginar como estarían juntas le sonaba la palabra "Desastre" si en algún momento ocurriera.
—Creo que te sientes celosa—Lewis juega con el pitillo de la bebida dándoles varis vueltas al jugo—AUH—se soba en el brazo donde siente el golpe de su mejor amiga.
Las rubias se rieron por lo sucedido y siguieron su tarde entre risas, conversaciones de como ayudar a Cleo en poder entrenar con los delfines para superar a su "Enemigo".
...
Un día, mientras estaban en medio de un espectáculo, en un día particularmente caluroso y el agua brillaba de manera hipnótica, su corazón latía con fuerza mientras miraba a T/N interactuar con los delfines, haciéndolos saltar y girar en el aire. El talento de T/N la irritaba y la fascinaba a la vez.
—¿Por qué no puedes hacer algo así? —Se escuchó la voz de T/N, llena de sarcasmo. Cleo, apretando los dientes, decidió ignorar el comentario.
Cleo siguió limpiando el lugar recogiendo los juguetes favoritos de los delfines, pues había terminado la función quedando pocas personas en el lugar que estaba apunto de cerrar, en eso uno de los objetos se alejaba intentando agarrarlo con la trampita; pero en un mal movimiento se resbala cayéndose al agua, Cleo siente como la ansiedad aparece a pesar de que es una sirena, tenia sus momentos que llena sus inquietudes y miedos de ser descubierta.
T/N había estado entrenando a los delfines cuando vio a Cleo en apuros, sin dudarlo, se lanzó al agua, nadando hacia ella.
—¡Cleo! —Gritó, sorprendida por lo que estaba viendo—¿Qué te ha pasado?
Cleo, avergonzada y aturdida, apenas pudo responder, toda su pierna fue remplazada por su larga cola sirena. La vergüenza la consumía mientras T/N la sostenía con firmeza, guiándola hacia la orilla. Una vez en la orilla del cemento, Cleo se esforzó por recuperar el control, pidiéndole a T/n toalla para secarse.
—No puedo creer que me hayas visto —Musitó Cleo, incapaz de mirarla a los ojos.
—No tienes que avergonzarte —Dijo T/N, su tono sorprendentemente suave—Eres increíble. Yo... nunca pensé que podrías ser una sirena.
A pesar de la tensión inicial, Cleo sintió una extraña conexión en ese momento, como si sus muros comenzaran a desmoronarse. T/N con su luz natural y su compasión, estaba allí, no como la rival que había creído, sino como alguien dispuesto a ayudar.
—Necesito... necesito que nadie se entere de esto —Cleo balbuceó, buscando desesperadamente la manera de desviar la conversación.
T/N asintió—Lo prometo; pero si quieres, podríamos hablar sobre lo que esto significa para ti.
Cleo, aún llena de confusión, aceptó. Y así comenzó un secreto que cambiaría todo.
...
Tras el incidente, las cosas cambiaron, Cleo y T/n comenzaron a encontrarse en lugares privados, lejos de la vista de sus compañeros de trabajo. T/n, entusiasmada, propuso que juntas entrenaran a Cleo en los trucos con los delfines, cada sesión se convirtió en un espacio de descubrimiento, donde Cleo podía dejar atrás sus inseguridades y aprender no solo de T/n, con cada acrobacia que lograban realizar en conjunto, una chispa de admiración surgía, transformando el odio en una conexión más profunda.
Los meses pasaron, lo que comenzó como rivalidad se convirtió en un fuego que ardía silenciosamente. T/n se sorprendía a sí misma, sintiendo una atracción intensa hacia la morena, que iba más allá de la admiración, la manera en que se movía en el agua con los delfines, su risa que resonaba como melodía entre las olas, todo en ella comenzaba a enamorarla.
Una noche, mientras las sirenas y T/n se sumergían en el agua iluminada por el reflejo de la luna, la latina no pudo contener más su corazón.
—Cleo... creo que me estoy enamorando de ti—Declaró, el sonido de su voz fusionándose con el murmullo del agua. T/n la miró con sorpresa, sus ojos brillaban con una luz especial.
—T/n, yo... también he sentido lo mismo—Respondió, una sonrisa iluminando su rostro.
Desde esa noche, su relación floreció. Compartían secretos, risas, y el amor por los delfines. Aprendieron a confiar la una en la otra, y la rivalidad que una vez las separó se transformó en un vínculo indestructible. En el agua y en la tierra, Cleo y T/n se convirtieron en aliadas, cómplices y amantes.
La vida en el acuario jamás volvió a ser la misma. Las miradas de Cleo y T/n, llenas de complicidad, no pasaban desapercibidas para Lewis, Rikki y Emma; aunque al principio se mostraron sorprendidos, pronto aceptaron la relación. Juntos, formaron un equipo imbatible, desafiando las convenciones y creando un espacio donde el amor y la amistad podían prosperar.
Y así, en el abrazo de las olas, Cleo descubrió que a veces el amor surge de las enemistades más profundas, transformando la rivalidad en un lazo eterno, un canto que resonaba en la inmensidad del mar.
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