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Ash Dove
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Era una tarde tranquila en el JuiceNet Café, donde el aire estaba impregnado con el dulce aroma de frutas frescas y el suave zumbido de conversaciones acompañadas del tintineo de vasos. T/N, una camarera conocida por su carácter callado y amable, se movía con gracia entre las mesas, llevando bandejas cargadas de batidos de colores vibrantes. Aunque prefería mantenerse en segundo plano, siempre se aseguraba de que cada cliente se sintiera bienvenido con una sonrisa suave y discreta.
El ruido de la puerta al abrirse llamó la atención de T/N. Ash Dove entró al café, irradiando esa energía entusiasta que parecía llenar cualquier habitación en la que estuviera. Llevaba una camiseta de algodón gris que acentuaba su figura tonificada y unos vaqueros cómodos, con su característico cabello castaño oscuro ligeramente despeinado. Su sonrisa radiante parecía iluminar el ambiente, y varios clientes se giraron para mirarlo con admiración.
T/N sintió un leve nudo en el estómago mientras lo observaba. Ash era el nuevo supervisor del café, un puesto al que Emma, una de sus compañeras, había aspirado antes de que él llegara. Aunque Emma había mostrado cierto resentimiento inicial, con el tiempo había aprendido a aceptar a Ash, quien demostró ser no solo competente, sino también extremadamente carismático.
Para T/N, sin embargo, la presencia de Ash era un desafío constante para su serenidad. Había algo en él que la hacía sentir nerviosa, como si cada vez que la miraba, el mundo entero desapareciera por un momento.
—¡Hola T/N! —Saludó Ash con su característico tono animado, deteniéndose frente a la barra. De cerca, sus ojos marrón oscuro parecían más profundos, y las pecas que adornaban su nariz y pómulos le daban un aire juvenil y encantador.
—Hola Ash —Respondía T/N, apenas logrando mantener la calma mientras se concentraba en limpiar un vaso para disimular su nerviosismo.
—¿Cómo va todo por aquí? —Preguntó él, apoyándose cómodamente en la barra. Había algo en su postura relajada que hacía que cualquiera se sintiera cómodo a su alrededor. —He notado que el turno de hoy parece más tranquilo.
T/N asintió—Sí, ha sido un día bastante relajado. Todos parecen disfrutar del clima cálido con un buen batido.
Ash sonrió, pero no se movió de donde estaba. Había algo en su mirada que sugería que quería decir algo más. Después de un momento de silencio, se inclinó un poco hacia ella.
—He notado que siempre estás trabajando muy duro, T/N. Eres como el motor silencioso de este lugar ¿Cómo logras mantenerte tan tranquila en medio de todo?
T/N sintió que sus mejillas se calentaban. No estaba acostumbrada a recibir cumplidos, y mucho menos de alguien como Ash—Solo trato de hacer mi trabajo lo mejor posible —Dijo con modestia, bajando la mirada al vaso que seguía limpiando—También es fácil cuando tienes un buen equipo.
Ash soltó una leve risa—Bueno, si soy parte de ese equipo, entonces definitivamente soy afortunado.
La respuesta de él hizo que T/N lo mirara por un instante, encontrándose con sus ojos. El contacto visual fue breve pero intenso, como si el tiempo se hubiera detenido. Ella apartó la mirada rápidamente, volviendo a enfocarse en su tarea.
—Gracias, Ash —Murmuró, sintiendo que su corazón latía un poco más rápido de lo habitual.
Ash parecía satisfecho con su respuesta, pero antes de que pudiera decir algo más, Emma entró desde la parte trasera del café, llamando su atención—Ash ¿Puedes revisar las entregas? Algo no cuadra en el inventario.
—Claro, ya voy —Respondió él, levantándose de la barra. Pero antes de irse, se giró hacia T/N y le guiñó un ojo—No trabajes demasiado ¿Vale?
T/N asintió con una sonrisa tímida mientras lo veía alejarse. Su corazón seguía latiendo con fuerza mientras retomaba su trabajo, intentando procesar la breve pero significativa interacción. Había algo en Ash que la atraía irremediablemente, aunque no estaba segura de si él lo había notado.
El resto del turno transcurrió con normalidad, pero T/N no pudo evitar recordar cada palabra y cada sonrisa de Ash. Cuando terminó su jornada y se quitó el delantal, pasó junto a él, quien estaba organizando algunos papeles cerca de la barra.
—Buenas noches, Ash —dijo ella suavemente, esforzándose por no parecer demasiado nerviosa.
Ash levantó la mirada y le dedicó otra de sus sonrisas deslumbrantes—Buenas noches, T/N. Nos vemos mañana.
Mientras salía del café, T/N sintió una mezcla de emociones que la acompañaron durante todo el camino a casa. Aunque no lo admitiría en voz alta, sabía que poco a poco Ash se había convertido en alguien especial para ella, alguien que hacía que su rutina diaria tuviera un toque de magia inesperada.
...
Al día siguiente, T/N llegó al JuiceNet Café un poco más temprano de lo habitual. La mañana era fresca y la luz del sol iluminaba suavemente el interior del café. Mientras revisaba las mesas y organizaba el menú del día, escuchó pasos que se acercaban. Era Ash, que también había llegado temprano.
—¡Vaya, parece que ambos tenemos el mismo plan! —Comentó él con una sonrisa traviesa, levantando una bolsa que llevaba en la mano—Traje unos croissants. Pensé que podríamos compartirlos antes de que empiece el ajetreo.
T/N parpadeó, sorprendida por el gesto—Oh, eso es muy amable de tu parte. Gracias Ash.
Se sentaron en una de las mesas junto a la ventana, donde la luz del sol creaba un ambiente cálido y acogedor. Ash sacó los croissants de la bolsa y los colocó en un plato mientras hablaba con entusiasmo sobre ideas para mejorar la experiencia de los clientes en el café. Aunque hablaba con energía, también se detuvo varias veces para preguntar la opinión de T/N, lo que hizo que ella se sintiera valorada.
En un momento, mientras Ash tomaba un sorbo de su café, T/N reunió el valor para hablar.
—Ash, realmente aprecio cómo intentas que todos se sientan cómodos aquí. Creo que haces un gran trabajo como supervisor.
Ash la miró con genuina gratitud—Gracias, T/N. Eso significa mucho viniendo de ti. Eres una parte importante de este lugar, y honestamente, creo que hacemos un buen equipo.
Las palabras de Ash hicieron que el corazón de T/N se acelerara una vez más. Mientras continuaban charlando y compartiendo risas, T/N no pudo evitar pensar que este momento, aunque simple, era uno de los más especiales que había vivido en mucho tiempo.
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