...

—Creo que está desconcentrada, señorita Onisse. Ha sacado un cinco, pero casi suspende. —La profesora Maite tiene el examen en su mano izquierda, lo sostiene y se puede ver a la perfección las rayas rojas que indican que el ejercicio está mal. Hay muchas.

—Una mala semana, ¿se preocupa por mí?

Maite niega con la cabeza.

—Me preocupo por todos mis alumnos, pero sé que usted puede más...mucho más.

—Entonces solo póngame ese diez que al final es seguro que voy a tener en la evaluación y listo.

—Como comprenderá no puedo hacer algo así. Creo que es mejor la opción de llamar a sus padres.

Eso llama la atención de Helena. ¿Llamar a sus padres? Ni hablar.

—Prefiero que no, ya sabe que están muy ocupados encargándose del crucero. –Maite parece analizar rigurosamente a Helena tan solo con la mirada. Es nefasta analizando a sus alumnos. Peor que un psicólogo público—. De hecho, ahora mismo están en el Mediterráneo, le mandaré fotos de Italia.

—No hace falta, las buscaré yo misma en "Gouguel"

—Como sea, ¿puedo hacer algo más? Desearía que no.

—Pues sí. Voy a ponerla junto a Connor, a él se le da de maravilla Química y creo que podríais hacer un gran equipo.

—Dígale que se comunique conmigo vía ouija, antes muerta que participando con el Britney Spears.

—¡Señorita Onisse! –le regaña.

La profesora Maite (o también conocida como Ms. Maite, pues nunca quiere decir si está casada o no, dice que es un pájaro libre atrapado en un anillo, quién sabe, está loca) no tiene tiempo a reaccionar cuando Helena ya ha salido del aula.

Helena odia con todo su ser a Connor Britt. Bueno, odia con todo su ser a cualquier ser humano excepto él. Alan es como un dios inalcanzable, que sabes que nunca se fijaría en ti pero por alguna razón sigues intentando conquistarlo, aunque también sabes que vas a salir herida.

Pero Connor Britt (o también conocido como Britney Spears) es realmente...¿cómo describirlo? Podría ser egocéntrico, narcisista, y violento. Pero no. En su lugar es, egocéntrico, narcisista y jodidamente pasteloso.

Es tan cariñoso y apegado que si te acercas mucho podrías morir de diabetes.

Sí.

Ese es Spears.

Y hay algo que Helena no sabe, pero va a descubrir...

...

—Barbie...envídiame —dice Helena, mientras se ondea el cabello oscuro con los dedos.

Toma un pintalabios mate de un tono rojizo, después aplica un poco de gloss para que brillen, pero no demasiado. Añade algo de iluminador a su rostro. Aunque, según ella, brilla por sí sola, solo que hace falta un "empujoncito". O algo así.

Se calza unas zapatillas azul pastel con el logo de "Converse". Conjuntan a la perfección con su corsé negro y sus pantalones anchos del mismo color. Se mira por última vez al espejo antes de bajar al sótano.

La luz ilumina nuevamente el lugar donde la secuestrada se encuentra. Está dormida, por lo que se limita a observarla. Le parece una monada.

Quiere protegerla, aunque quería asesinarla.

Antes de salir, deja un leve beso en un póster de Tiffany Valentine. Se rumorea que le da suerte. Quién sabe. Aquí todo el mundo está loco.

...

Le enfada...no, le cabrea muchísimo la imagen de Alan mirándole discretamente el gran y perfecto trasero de Jessica Azúcar. Piensa y maldice el porqué. ¿Por qué no puede ser ella?

Los sigue por las calles de Nashville. La gente parece pasárselo en grande en los bares y restaurantes, mientras que ella los envidia.

Se detiene cuando ellos también lo hacen frente a un puesto de algodón de azúcar. Alan paga a la chica llamada Cata (lo cual puede ver desde su encondite detrás de un camarero que la mira extrañado). Cuando se alejan, Helena se cuela en la cola y un anciano junto a un niño se quejan.

—Hola, Cata —dice, con una sonrisa— ¿te acuerdas de mí?

—¡Bienvenida a Sucre's Sun! ¿Qué quiere pedir?

—No quiero nada, además no es que tengas un menú muy extenso...como mucho un agua.

—¿Qué va a pedir, chica?

—No-quiero-nada.

—¡Entonces tenga un buen día!

—Escucha, Willy Wonka dos punto cero: esa parejita que acaba de venir son muy peligrosos, de hecho él es un posible asesino y la hija de los dueños de esta...de este sitio es esa chica que lo acompaña.

—¿Mi hermana está con un asesino?! —Cata parece muy alterada.

—No va a pasar nada si me dices lo que quiero saber.

—Yo ni lo conozco.

—Pero sí conoces a tu hermana. Vamos, no me mientas.

...

Me mientes, Alan. Y no quiero matarte.