...

–¡Yo es que la mato!

Con la cara como un tomate de China, Connor avanza a zancadas hacia donde Jessica Sucre se está lavando el pelo. O más bien, Sophia se lo está lavando.

–¡Sophia!

–Dime. –La chica es joven y parece ser muy tranquila. Masajea el cuero cabelludo de la enemiga de Connor y Helena como si se tratase de puré.

–¡Es Jessica Sucre!

Rápidamente, la chica deja de hacer ese movimiento. El cabello de Jessica está lleno de espuma de color morado. Al parecer, estaba tiñendo su pelo. Antes lo llevaba amarillo, pero suele cambiar cada mes de color.

–Oh...

Connor se abalanza ante Jessica y la toma de pelo, haciendo que sus manos se tiñan de un color morado. Le da cabezazos contra el lavacabezas, a lo que ella intenta deshacerse de su agarre.

–¿No vas a impedirlo? –le pregunta Sophia a Helena, mientras que Connor sigue dándole cabezazos una y otra vez.

–Ni hablar. Mira ven. –Sophia se acerca a Helena y obtiene un mejor punto de vista–. Este momento es tan icónico. Tiffany estaría orgullosa.

–¿Quién es Tiffany?

–El amor de mi vida plastificado.

–¿Ah? –Sophia dedica una mirada confusa a Helena.

–Déjalo, no lo ibas a entender.

–¡Zorra asquerosa! –grita Connor mientras ahoga con el grifo del lavacabezas a Jessica.

–¡Britney Spears! –Automáticamente Connor mira a Helena, pero deja el grifo abierto y sigue sosteniendo del cuello a su enemiga—. Como sigas así la vas a matar y aquí hay cámaras, ¿Lo olvidas?

–Solo quería darle una lección –responde él, soltándola por fin.

–Yo creo que no se le va a olvidar.

Jessica se levanta rápidamente del sillón y comienza a toser. Una de las chicas de la estética se acerca a ella para ayudarla, porque al parecer está a punto de desfallecer por completo.

–Connor, ya puedes ir yéndote de aquí y no vuelvas nunca más –arroja con desprecio la mujer que ayuda a Jessica.

–Pero...

–¡No hay peros! ¡No quiero que un asesino esté en mi estética! ¿Te ha quedado lo suficientemente claro? –Connor asiente con la cabeza.

Sophia abraza por última vez a Connor y le susurra algo al oído, inaudible para Helena o cualquier otra persona. Después, vuelven a abrazarse y Connor se dirige hasta la entrada.

–Tú también te vas –le dice la mujer a Helena–. Ni si quiera has intentado ayudar a esta pobre muchacha.

Jessica aprovecha ese momento para guiñarle un ojo a Helena, lo que hace que su estado anímico pase de "te lo mereces, esto es un completo show y me encanta" a "te quiero meter la cabeza en el hueco del secador".

–Zorra –pronuncia Helena antes de salir.

Cuando se encientra con Connor fuera de Space G, este está limándose las uñas con una lima de gatitos. Parece estar muy afectado.

–¿Qué te ha dicho Sophia al oído?

–Oh, cariño...un pequeño truco para que no se me abran las puntas. Nada fuera de lo normal.

–¿Y ahora qué coño hacemos?

–Yo me voy a mi chupi-jacuzzi. Tú haz lo que te plazca. –Connor comienza a andar hacia el paso de peatones, pero antes se gira–. ¡Bye-bye cariñito!

Helena observa por el escaparate de Space G como las chicas tratan cuidadosamente a Jessica. Eso le pone muy cabreada. Tanto, que incluso golpea el cristal, pero se hace daño a sí misma ya que es muy duro.

...

¿Por qué todos quieren a Jessica?

¿Acaso no soy lo bastante bonita?

¿No soy lo bastante carismática?

¿No soy lo suficientemente Jessica?

¿Por qué ella y yo no?

¿Por qué tiene todo lo bueno?

No es justo que pueda ser feliz aún siendo una zorra.

No es justo que ella sea feliz y yo no.

No es justo que la quieran y a mí me odien.

No es justo.

No lo es.

¿Por qué siempre acabo mal?

¿Por qué siempre termino igual de destrozada?

¿Por qué eres tan cruel?

Alan, no me hagas esto.

Soy buena, de verdad.

Soy lo que necesitas.

Soy todo.

Soy yo, y no ella.

Soy y seré yo.

Ponme a prueba.

...