|49| La C A S I Verdad
Los que te quieren no te quieren cómo te puedo querer y no quieren que me quieras porque temen mi PODER.
No es un crimen que imagine todo lo que voy a hacer.
Mientras TÚ nunca lo sepas sé que todo irá BIEN.
Porque...
YA—NO—QUIERO—QUE—TE—VAYAS.
Miree—Yandere.
Abrí mis ojos lentamente.
Podía sentir mi cuerpo descansando en la comodidad absoluta de una cama. Una cama perfecta. Demasiado suave, como si no quisieran que me levantara.
Entonces recordé.
Follé con Grey.
Ryan había traicionado a Tyler.
Noa mandó un SMS a Ryan diciendo que se alejara de mí, que yo era la asesina.
Luego apareció Male culpando a Grey, le disparó y me secuestró.
Al entrar a su auto él no dijo nada por todo el camino a pesar de que insistí en que me explicara que pasaba y a donde íbamos.
Al final me había quedado dormida.
Mire a mi alrededor.
Una habitación amplia con paredes negras, una ventana grande, lo suficientemente grande como para huir por ahí.
Eso no tenía sentido.
Si estuviese secuestrada no me dejarían aquí con esa ventana.
La habitación tenía una TV que ocupaba toda la pared en la que se apoyaba, una puerta en una esquina que debía ser el baño y otra que debía salir a la casa.
Todo era oscuramente hermoso. El negro de las paredes era bello y brillante.
Las lámparas tenían un diseño que la hacían parecer candelabros.
Las cortinas de las ventanas eran rojas, un rojo puro como la mismísima sangre.
En fin, la habitación perfecta para un vampiro.
Mi vista se fijó en las cámaras que yacían en la pared, pequeñas pero se notaba. Eran dos.
Saludé con mi dedo del medio en un gesto de rebeldía.
Si Male me estaba viendo quería que supiera que lo odiaba y que no sería una maldita sumisa.
La puerta de la habitación se abrió en menos de dos segundos y pude divisar las cuatro figuras tan distintas al instante.
El cabello negro claro, los ojos grises brillantes de alegría, la misma que desprendía todo su cuerpo. Tenía un pulover blanco ancho que le quedaba fenomenal y unos shorts cortos azules. Taaaan sexy. Junior.
Luego me fijé en el del cabello profundamente negro y algo rizado, con el piercing en sus apreciables y gruesos labios rojos. Sin camisa. Mostrando sus pectorales y sus abdominales. Unos pantalones negros algo desgastados y que aún así le lucían. Lax.
Luego vi al que menos deseaba ver de todos: sus ojos grises brillantes y fríos, su cabello lacio negro, su camisa negro y su pantalón como siempre. Su expresión fría. Jinx.
Y por último el chico de cabello negro desordenado, el de ojos profundos casi negros, el de los brazos tatuados, sin camiseta mostrando su pecho también tatuado y con unos shorts cortos de color negro. Male.
Los mire.
Ellos se detuvieron frente a mí.
Antes de poder reaccionar tenía el cuerpo de Junior sobre mí, en la cama, dándome besos por todo rastro de piel que iba encontrando a su paso.
Reí porque me hacía cosquillas.
—Al fin estás aquí.—decía.
Este «secuestro» parecía algo planeado y no solo por Male.
Los brazos de Lax me dieron su calor en un dulce abrazo.
Male y Jinx solo se limitaron a mirarnos de lejos.
¿En qué momento habíamos llegado tan lejos?
¿En qué momento llegue a tener relaciones tan distintas con cada uno?
Con Male era una relación de odio mutuo rotundo.
Con Grey ese deseo y esa protección que sentía a su lado.
Lax era la lujuria viva y nuestra relación era meramente sexual aunque a veces era difícil no meter a los sentimientos.
Con respecto a Jinx tenía una relación de amor/odio. Él me había roto el corazón pero aún así no podía evitar amarlo con todo mi ser.
Y con Junior era este romance dulce y embriagador. Todo en él era cariño hacia mí.
Me aparte de ellos.
—¿Qué demonios está sucediendo?—pregunte.
—Te salvamos de las garras de Grey.—soltó Male llenándose la boca como si fuese a agradecerle por no sé que.
—¡A ti es al que te tendrán que salvar y será de mis garras si no me dices por qué demonios me tienen aquí!—grite.
No entendía nada.
Sentía como si yo fuese una pieza en este retorcido juego, como si ellos hubiesen planeado todo y ahora yo estaba aquí a su merced.
—Iv.—la voz tranquila de Junior a mi lado me relajó.—Grey es un feminicida.
Mi boca se abrió.
¿Qué?
¿Grey... Qué?
Eso era imposible.
Grey era atento, sensual, seductor, tenía miles de conquistas y los feminicidas eran hombres violentos con las mujeres que sentían un odio tan grande hacia la postura femenina que eran capaces de matar a mujeres por puro placer.
Male lanzó en la cama unos documentos.
Fotos.
Cuerpos.
Cuerpos.
Cuerpos.
Mujeres semidesnudas en lo que parecía un ático. Muertas.
Las imágenes daban asco.
Las chicas se veían delgadas, con marcas en el cuerpo, semidesnudas. Parecían haber sido golpeadas, torturadas.
Luego un expediente. El mismo que ya había visto una vez:
Grey Pride. El chico presenta severos trastornos y traumas desde la infancia. Según lo que me ha contando en las terapias su padre lo llevaba a prostíbulos porque decía que era muy guapo pero muy blandengue. Vió desde pequeño cosas que su mente de niño no logró entender: Escenas de sexo, prostitutas, sumisión, BDSM y otras muchas perversiones sexuales de su padre. Esto desarrolló en él un odio explosivo hacia las mujeres. Su encanto y seducción atrae a las chicas pero luego de usarlas para el placer las desecha pues los traumas de su niñez han provocado en él una ira hacia toda mujer.
Eran las conclusiones de Clara Fuentes de Grey luego de las terapias.
Estaba tan centrada en el descubrimiento de que poseían otras personalidades, en el descubrimiento de que Clara era su tía y que Aras no era su padre que olvide lo que decían sus expedientes.
—Vimos las cámaras de seguridad de la oficina de Clara.—dijo Male.—Sabemos que estuviste allí y que descubriste nuestra verdad. Qué tenemos el trastorno de identidad disociativo.
Ahora que lo recordaba. El cuerpo de Clara nunca fue encontrado. Luego de que saliera de su despacho, dejándola muerta, nadie nunca encontró su cuerpo.
—Nosotros descubrimos su cuerpo.—reveló Jinx como si leyera mis pensamientos.—Descubrimos una carta que nos dejó, revelando que era nuestra tía.—él extendió la mano con la carta.
La tomé y leí.
Para mis niños Pierce.
Sé que se preguntarán por qué los llamo así, si esta carta va destinada para ustedes. Sé que todo esto sonara alocado pero con el tiempo y corroborando todo lo que les revelaré sé que buscarán la verdad.
Escribo esta carta porque sé que voy a morir. Viene a por mí. Ustedes saben quién y por qué.
Este tiempo junto a ustedes me ayudó a entenderlos mejor y conocerlos.
Me presenté como Clara Fuentes, la psicóloga que durante meses se enfrascó en derribar sus barreras y descubrir sus trastornos más profundos pero mi verdadero nombre es Ariadna Pierce, soy hermana de Amara Pierce, su madre. Nuestros padres murieron en un accidente y nos dejaron solas a muy temprana edad. Amara se prostituía, era su manera de buscarse la vida y no podía juzgarla. Así conoció a Aras Pride, un verdadero monstruo, el infierno hecho persona, la encarnación del diablo con el rostro de un dios. Dejó ciega a mi hermana con su belleza y su dinero. Ella no vio el monstruo con el que se estaba casando y solo vio un boleto a la buena vida y para salir de la prostitución.
Como ya saben, su madre sufría maltratos en manos de Aras. Su mundito de fantasía dónde Aras era su príncipe no duró después de dos meses de casados. Él la golpeaba, la violaba todas las noches, era su juguete, si diversión.
Amara era una mujer apasionada. Amaba en grande y creía en todo tipo de amor. Incluso en el amor por más de una persona. Entre tanto dolor se refugió en Male Jons, amigo y socio de Aras. Un dulce recién salido del horno. Arrogante, sensual, atractivo y romántico. El cóctel perfecto para una mujer necesitada. Tuvo su primer hijo con él y fingió que era de Aras. Luego apareció Grey Murphy, el jardinero buenorro, que se pasaba el día sin camisa y que no tenía ningún tipo de educación. Se vio atraída por su brutalidad, por su postura tosca y masculina. He ahí su segundo hijo, Grey. Luego terminó enredada con el chófer, Lax Dickens, un hombre sensual y perverso en el buen sentido. De esa unión nació Lax, su tercer hijo. Luego vino Jinx Vasco el guardaespaldas, un hombre frío y reservado cuyas barreras solo Amara supo derribar, de ahí nació Jinx y por último Junior Pride, agradable, guapo y cariñoso pero era el hermano de su marido. De ahí nació Junior. Para Amara se hizo costumbre esta vida. Era la mujer de seis hombres distintos al mismo tiempo. La mujer del despiadado Aras Pride. La amante fogosa de Male Jons en la oficina de su marido mientras él estaba en reuniones. La jefa exigente con el jardín de Grey Murphy con quién se revolcaba en el granero en las noches. La jefa dulce de Lax Dickens con quien iba «de compras» y acababa estando con él en el vestidor y en el auto. La cuñada amorosa de Junior Pride que le daba masajes y cariño excesivo mientras su esposo no estaba. Amara me escribía y me contaba de sus aventuras. Ella siempre fue libre, alegre, no creía en imposibles y tenía su propia manera de amar. Siempre decía: «¿Quién dijo que sólo se puede amar a una solo persona? ¿Acaso quién lo dijo nunca a experimentado el placer de un amante? ¿Acaso quién lo dijo nunca le gustó el rosa y el negro al mismo tiempo, el helado y la pizza en una misma cena? ¿Acaso quién lo dijo ha experimentado el placer de un trío? ¿El placer de tener lo mejor de muchos mundos? El deleite de tener lo mejor de varias personas y desear por igual a todas.»
Ella era feliz. Esos cinco hombres le daban el quíntuple de amor y cariño que Aras le arrebataba.
Pero su cuento acabó en cuanto dio a luz a su último heredero. Fue allí cuando Aras le reveló que hacía años sabía de sus tradiciones y que sólo la dejo porque había descubierto que él era estéril y quería descendencia. Haría pasar a los hijos de sus amantes por sus hijos y la mataría a ella y a ellos. Esa noche Amara me escribió contándome lo que Aras le había dicho. Lo raro era que no la matará en cuando se lo dijo. La había dejado vivir el resto del día, hasta la noche. Esa fue la última noche que hable con su madre. Esa noche Aras reunió a Male, Grey, Lax, Jinx y Junior. A cada uno le dio excusas diferentes. Llevó a Amara al sótano donde les pidió a los amantes que fuesen y los mató frente a ella y luego la mató a ella... Frente a ustedes.
Descubrí esto último en sus terapias.
Cambié mi nombre y vine a Millennium University a descubrir que había sucedido con mi hermana, que pasó esa noche luego de que Aras dijese que sabía todas sus tradiciones.
Quería acercarme a mis sobrinos.
Pero descubrí que ya ustedes habían sido manchados por los pecados de sus padres.
Niños traumados, expuestos a distintos horrores por las manos de su padre y para aliviar ese dolor crearon otras personalidades. Personalidades asesinas que hacían lo que su padre les había enseñado, que les gustaba el dolor y ver sangrar a personas.
Ustedes pagaron con su salud mental los errores de su madre, quién creyó que nunca sería descubierta por el simple hecho de que Aras pasaba mucho tiempo en la empresa como para notar sus escapadas y que el nombre de sus hijos eran los nombres de su hermano, su chófer, su socio, su jardinero y su guardaespaldas.
Cuando lean esto estaré muerta.
Solo les pido un último favor. Un último deseo. En nuestras terapias cada uno de ustedes me habló de sus traumas, revelando esos horribles pasados y sucesos que los llevaron a tener otra personalidad pero también cada uno me habló de alguien, una persona en especial: Ivanna Müller.
Su padre los rompió, los dañó, los traumó con su maldad y perversión pero esa chica es su cura, es su redención, es su salvación.
Cada uno de ustedes habló de ella de una manera especial e incluso estoy segura completamente que en caso de que sus otras personalidades aparezcan en intenten hacer daño a alguien solo esa chica lograra controlarlos.
Ustedes están enamorados de esa chica. Cada uno expresa su amor de maneras diferentes pero la aman y la protegen y ella los salva a ustedes de la perdición.
Sé que tienen miedo de que sea una maldición, que esten pasando por lo mismo que sus padres apasionados por una misma mujer. Pues si, puede parecer una maldición familiar pero su madre diría: «¿Quién dijo que no se pueden disfrutar las maldiciones» Las maldiciones fueron bendiciones algún día y lo pueden volver a ser.»
Esa chica los necesita y ustedes la necesitan a ella.
Ella debe ser salvada y solo ustedes lo pueden hacer como lo hicieron una vez.
Ivanna Müller tiene amnesia disociativa, su cerebro está bloqueando los momentos traumáticos y por eso no recuerda partes escenciales de su vida de su historia, además de que por su actitud creo que tiene el síndrome de Caperucita Roja.
Ustedes la aman, ella es la única que se ha colado en sus corazones y ha podido apaciguar a las bestias en su interior. Protejan a Ivanna y ella los recompensará con su amor. No lo olviden: El amor es cosa de locos y nadie puede decir a cuántas personas podemos amar en una cifra exacta. Ella los puede amar también y corresponder a todos ustedes.
Sé que la protegerán de lo que se viene.
Sé que cuidarán de ella.
Sé que le dirán la verdad lentamente y ella recordará todo.
De su tía que los quiere.
Mire a los chicos tras acabar.
Era probablemente la carta más larga que había leído y con más contenido.
Definitivamente los chicos habían tenido un pasado traumático.
Pero Ariadna aseguraba que ellos me amaban y que me protegerían.
¿Amnesia disociativa? Mi cerebro ocultando los momentos traumáticos. ¿Qué había hecho? ¿Qué había visto?
¿Síndrome de Caperucita Roja?
—Eres mi bella, mi Caperucita Roja.
Esa voz...
Ronca, masculina, fuerte y clara.
¿Él?
No. No. No. No. No. No. No.
El cuchillo en mis manos.
Matar. Matar. Matar. Matar.
—¿Iv?—la voz de Junior a mi lado me sacó de aquel horrible flashback.
—¿De que me tienen que proteger?—pregunte.—¡Díganme la verdad!
—Desde que supe que habías estado con Grey de tutor sabías que esto no iba a acabar bien.—soltó Male.—Les conté a los demás y fui a buscarte corriendo a tu habitación. Grey fue una de las peores víctimas de Aras. Resultó traumado. Aras lo llevaba a prostíbulos, él lo vio con mujeres, lo vio practicando BDSM, voyeurismo, en fin. Grey termino convirtiéndose en un chico que solo usabas a la mujeres. Siempre tuvo el don de la seducción. Las llevaba su cama y luego las desechaba. Odiaba a la mujeres, las odia y eso es culpa de Aras. Él solo las usa para satisfacerse y a veces el odio era tanto que luego del sexo el Otro Grey tomaba el control y las chicas tenían un futuro aún más cruel que un corazón roto.—señaló las fotos de mujeres muertas.—Esas mujeres las encontramos una vez en el sótano de casa, todos habían salido con Grey luego de follar su otra personalidad las torturaba hasta matarlas. Grey no lo recuerdas así que nunca le dijimos lo que su otra personalidad había hecho con sus novias y ligues. Él mató a Vanessa Holland.
—¿Qué?—solté.—Vanessa Holland murió después de Luka Muns. ¿No la mató el asesino?
—No.—dijo Male.—Lo supimos desde un inicio. Vanessa no encajaba en el perfil del asesino ni en su modus operandi.—explicó.—La mató y la dejó en un parque en pleno día, le cortó el cuello con una navaja mientras que Luka y Michael murieron de puñaladas con un cuchillo de noche. Grey estaba saliendo con ella y... La mató.
Ahora todo encajaba en mi mente.
Lo que había dicho Clara de que ellos me protegían y que me amaban de diferentes maneras.
—¡Sueltala!¡Aleja tus manos de ella!
Male desde que conocí a Grey había intentado alejarlo de mí. Desde esa noche de la fiesta.
Cada uno expresa su amor de maneras diferentes
Eso había dicho Clara.
Recordé cuando Male rompió mis documentos.
Cuando casi me ahogo al competir contra Jinx y fue él quien le gritó que me salvara.
Cuando me dijo que no le gustaba mi roomie.
De algún modo Male siempre había estado allí. Me había advertido de todos los errores que cometí. Rompió mis documentos como única y desesperada vía de tenerme cerca.
Había juzgado a Male desde un principio y sin darme cuenta el había estado ahí para mí todo el maldito tiempo.
Recordé que cuando Jinx me rompió el corazón estaba deprimida esa semana y milagrosamente solo tenía problemas en música y álgebra.
Male había pagado a los profesores.
Cuando lograba entrar y salir fácilmente del Nuevo Mundo. Fueron ellos.
El hecho de que Tyler pudiese entrar sin problemas a la red la escuela. Fue él.
Que desapareciera el cuerpo de Clara y mis huellas de alli, junto con las imágenes mías en la cámara de seguridad probando que había estado allí.
La aparición de Eisha y Mack en la fiesta donde murió Luka. ¡Obvio! Male las había llevado en otro coche por si necesitaba su ayuda.
Male. Male. Siempre había sido Male.
Él se acercó a mí. Nuestros rostros a pocos centímetros.
—¿Qué pasa? ¿El egoísta machista nivel pro max yo no te parece tan imbécil?—preguntó sonriendo.
—Sigues siendo un imbécil para mí.—dije tratando de sonar segura.—Me secuestraron y dejaron a Grey con un puto balazo.
—Lo trajimos.—me dijo.—Está en otra habitación. En reposo. Luego podrás ir a verlo.
Eso confirmaba una teoría.
No me habían traído aquí para alejarme de Grey.
En un comienzo la idea de ellos si era alejarme de Grey, creían que Grey podría hacerme daño como a sus anteriores novias que acabaron muertas por sus traumas con las mujeres provocados por su padre pero recordé las palabras de Grey:
—Pase lo que pase quiero que sepas que eres la única a la que nunca quise hacer daño. Es por eso que me obsesione contigo. Eres la única a la que quiero follar y no matar. La única a la que quiero de verdad.
Él no recordaba exactamente pero sabía que había hecho daño a sus anteriores novias con su otra personalidad. Él no me iba a matar, no me haría daño. Él me quería y no sería capaz de hacerme daño.
Clara lo sabía. Lo escribió. Yo era la cura de ellos. De algún modo me amaba tanto que solo yo lograba controlar su trastorno.
Male y los demás no se dieron cuenta de eso hasta que Male le disparó y vio en su mirada, en sus palabras.
—Sabía que me descubrirás.
Él sabía que Male descubriría lo que había hecho el Otro Grey con las mujeres y que iría a salvarme de él pero junto a Grey yo nunca estuve en peligro.
Ellos habían entendido eso y ahora me estaban protegiendo del verdadero peligro, el que no podía recordar.
Mire a Male. El chico que odie demasiado. El chico que según mis recuerdos mató a Ivanna, mi mejor amiga pero ya no creía en nada. El chico que no dejó de cuidarme desde las sombras desde que llegué.
Creía que era un egocéntrico pero nunca alardeó de todos los favores que me hacía sin que yo supiera.
Él entendió mi mirada y una sonrisa se desplegó de sus labios. Como si hubiese esperado el momento en el que al fin me diera cuenta de cuánto me quería en realidad y me sentí como una tonta de haberlo juzgado.
—Sé que tengo muchos defectos. Sé que soy un maldito imbécil, egoísta, machista, homofóbico, mentiroso, ateo y todo lo que quieras y que te enamoraste de mis hermanos porque ellos no tenían ni la mitad de esa lista de defectos pero con todo y mis defectos siempre estuve ahí para ti, aunque no lo supieras o no lo recuerdes.—me dijo y mi corazón latió fuertemente.—Tú te enamoraste de ellos—hizo una pausa mientras bajaba la cabeza—y yo me enamoré de ti.
Dicho esto salió de la habitación.
Male había confesado que se había enamorado de mí.
Mi corazón latía furioso.
Me enamoré de sus hermanos y él de mí.
Siempre me fijé en sus hermanos porque tenían cualidades que me fueron enamorado como decía su madre Amara «lo mejor de cada mundo» pero siempre considere a Male solo un manojo de defectos y ahora veía cuán equivocada estuve.
❤️____________________🖤
¡Me voy rapidito!
¿Les gustó el capítulo?
Ahí tenemos más explicado el pasado de los Pride.
Ya vemos que es lo que le pasa a Grey.
Male amaaa a Iv. Uyyyy.
Y ellos la secuestraron para protegerla porque la aman TODITOS, LOS CINCO. Hasta ahí todo muy bien. Pero...¿De que la quieren proteger?
Esto continua.
Hay dos pistas muy importantes en este capítulo. Si las descifran pueden dar con el GRAN MISTERIO.
¡Nos vemos!
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