|4| H E A V E N: Perder o ganar
🖤_______________❤️
Todas mis chicas, escuchen, si ese chico no se rinde:
Lame tus labios, sacude tus caderas, chica, todo lo que tienes que decir es:
Mi nombre es «NO»
Mi signo es «NO»
Mi número es «NO»
NO-Megan Trainor.
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—¡Bienvenidos todos a los Juegos de Heaven!—gritó el director.—Como verán hemos dispuesto nuestra universidad como todos los años para la realización de los juegos. Cada juego se llevará a cabo en los alrededores de la universidad. Hemos contratado un DJ, puestos de comida y algunos cantantes para esta noche. ¡Mucha suerte y que el cielo se apiade de ustedes!
Tras el nada emotivo discurso me dispongo a mirar a los alrededores mientras la intermitente voz de Mack repite lo mismo que lleva horas diciendo.
—Aún no han llegado. Aún no han llegado. Aún no han llegado.
—¡Mack!—expreso.—¿Podrías simplemente abrir la boca para decir cuando lleguen en vez de estar repitiendo que aún no llegan?
Ella asiente.
Los alrededores son iluminados con las luces de todos colores que se divisan por toda la universidad. Todo ese estilo de Mega fiesta de gente rica. Nada nuevo.
Como dijo el director hay puestos de comida por todos lados, un aroma apetecible y música electrónica muy buena.
Aunque no quiera asumirlo, esta gente sí que sabe divertirse.
Los juegos comienzan. Por un lado los juegos digitales, una gran pantalla con numerosos juegos. La piscina queda oficialmente abierta para el juego de natación y diferentes personas comienzan a anunciar diferentes juegos que quedan oficialmente abiertos.
—¡Llegó por quién lloraban!—grita la voz inconfundible de Eisha. Su tono de voz es TAN chillón, siempre con ese tono tan alegre e infantil.
—Pense que no vendrías.—digo mirándola. Trae ropa claramente rosada. Una blusa corta que deja al descubierto su cintura y un pantalón.
—¡Jamás me perdería el desastre que serán estos juegos!—dice.—Sigo creyendo que es una locura pero siempre estoy abierta a nuevas experiencias.
—¡Allí están!—grita Mack con todas las fuerzas de su alma. En ese momento se vio más femenina que nunca, gritando de ese modo.
Los mayores desastres comienzan con unos ojos grises.
Esa noche entendí el por qué los hermanos Pride no eran comunes, el por qué todas las chicas estaban dispuestas a perder contra ellos.
¿Alguna vez has visto la perfección?
Esa noche yo miré a la perfección a los ojos.
Cinco almas tan oscuras y caóticas como el Armagedón. Cabellos negros, ojos grises, labios tan rojos como la sangre que corría por sus venas, cuerpos que podrían perfectamente ser la religión de todo un país y una presencia única, tan peligrosa como atractiva, tan oscura como brillante, tan apocalíptica como magnífica.
Desde que los vi supe que eran perdición pura.
Desde que los vi supe que algo oscuro se ocultaba tras esos ojos y grises y cuerpos perfectos.
En ese instante el mundo pareció reducirse a esos cinco chicos super guapos que hacían entrada.
Mi personaje de chica fría y fuerte cayó completamente. Mis labios se entreabrieron por si solos y sentí que mi cara de culo fue sustituida por una cara de tonta hormonal.
—¿Y? ¿A cual vas a hacer pasar la mayor pena de su vida al perder por primera vez?—pregunto Mack a mi lado.
Mi vista cayó en el chico del medio y sus atributos:
Cabello desordenado.
Cuerpo de Dios griego.
Brazo izquierdo totalmente tatuado.
Cadenas y anillos de oro.
Abrigo de piel negro.
Pantalón negro con detalles dorados y una protuberancia desde el centro.
—Ese.—señale al chico con el dedo sin vergüenza alguna.
—Male Pride.—expreso Mack con desprecio.—El más idiota. El narcisista. Puntería perfecta con el arco y con las chicas. Al igual que los otros escoge a su Heaven y la convierten en su novia por un semestre pero él en especial escoge no a las más guapas, escoge a puras diosas de Heaven.
Bueno. Seamos realistas: El tipo no esta para menos. Quién puede, puede.
—Desecha a las que no le gustan como basura. Las chicas hacen de todo para ser escogidas, para perder contra él y ser su novia pero es casi un sueño imposible.—continua Mack.—Aquí tenemos a alguien que el semestre pasado por poco se convierte en su Heaven.—dice señalando a Eisha.
Miro a la chica de cabello rosa con una ceja elevada.
—Pense que eras de primer año, como yo.—digo.
—Soy de segundo. Creíste eso porque no te tomaste la molestia de preguntar.—dice Eisha de mala gana. Su rostro había adquirido una cierta oscuridad. Así que había un lado oscuro en la chica rosa.—Cuando llegue ya sabía de los Pride. Si perdías en los juegos contra cualquiera de ellos y si le gustas te escogen como Heaven y te hacen su novia. ¡Novia de un Pride! Male siempre me encantó así que perdí contra él en el juego de puntería y él me miró y dijo: Te escojo como... Pero entonces vio a la que seguía en la fila para competir contra él, una rubia de curvas perfectas, hermosísima y entonces no dijo que no me aceptaba como Heaven para esperar a ganarle a esa chica y quedarse con ella.
Me sentí triste por ella.
Nadie debería jugar así con los sentimientos.
Rechazar así como así a miles de chicas como si fuesen príncipes. Okey. Eran guapos pero no tenían ningún derecho.
—¿Y aún así no lo odias?—pregunto.
—No.—responde elevando los hombros.
—No sé si eso te hace buena persona o una completa estúpida.—digo.
—¡Compitiendo ya en los Juegos de puntería: MALE PRIDE!—aununcio una chica que debía ser una de las presidentas estudiantiles.—¡Vengan a perder en los Juegos de Heaven!
Ni siquiera lo disfrazaban. Todas iban a perder ante esos idiotas y lo asumían así de fácil.
¿Estas chicas no tenían dignidad?
—Necesito un trago.—dije.
—¡Vamos a pedir refrescos!—dice Eisha arrastrándome hacia uno de los puestos de comida.
Llegamos y pedimos refrescos.
—Me refería a alcohol y eso está prohibido en esta tonta universidad.—digo molesta.—Dejan que las chicas pierdan toda dignidad en esos juegos y prohíben alcohol. Idiotas.
Nos dan los refrescos y la mujer que nos atiende me mira con una cara de desaprobación ante mis comentarios.
—Vamos.—dice Eisha tomando los refrescos y alejándonos del puesto.
Cuando estamos lejos saca de su bolsillo una pequeña botella de licor y vierte este sobre los refrescos.
—¿Qué haces?—pregunto.—Esta prohibido.
—Pense que eras más valiente.—dice.—Toma.—me extiende mi refresco.—Te dará valentía.
Luego de tomarnos al menos veinte refrescos y luego echarles licor me siento taaaan libre, podría hasta volar.
Al fin siento que no necesito fingir ser MEGA dura y puedo ser simplemente yo, una chica rota más en este mundo de almas perdidas.
—Ya puedes dejar de fingir.—dice Eisha.—Se que no eres esa personaje fría que te has montado, sé que en el fondo te gusta mi cabello, sé que en algún momento te caeré bien, se que te gustaron mucho los Pride.
Suelto un resoplido.
—¡Eres una maldita!—grito.—Me emborrachaste a propósito.
Ella se ríe mientras da saltos por el hipo al mismo tiempo.
—Si lo hubiese hecho a propósito me hubiese asegurado de no emborracharme yo también.—dice y reímos ambas.
—¡Bien! Tu cabello no está tan mal, no me caes mal y eso ya es algo y... ¡SÍ! Me encantaron esos hermanos.—digo al fin. Se siente tan bien volver a ser yo después de poner esa barrera entre el mundo y la verdadera yo.
—Sigo creyendo que hacer perder a un Pride es una locura pero definitivamente sería algo épico.—dice Eisha.—¿Aún quieres hacerlo?
—Despues de verlos, lo dudé, pero ahora que siento este calorcito delicioso, está alegría y esta sensación de poder con el mundo. Definitivamente voy a patear el trasero de Male Pride.—digo segura.
—¡Pues vamos a darle su merecido a ese recontra hijo de su putísima madre!—grita Eisha.
Nos acercamos a la parte donde se juega puntería.
Veo desde lejos al chico de antes, Male y una chica a su lado. Ambos apuntan a dos maniquí con un punto rojo en la frente. El que más cerca llegue a ese punto rojo gana.
Cómo era de esperarse la chica pierde. Ni siquiera hace una pequeña actuación, simplemente apunta lo más lejos posible del punto rojo y Male logra lanzar la flecha hasta el borde del punto. Obviamente él gana pero niega con su cabeza y la chica sale de allí llorando.
Voy a hacerle pagar por cada chica que se rebajo a perder para ser su novia y él ni siquiera les dedico una mirada, solamente una negación con la cabeza y las desecha.
Me meto entre las personas y logró llegar al comienzo de la fila.
—¡Es mi turno!—grito. Las chicas se quejan pues obviamente no es mi turno, no seguí la fila.
Camino hasta quedar al lado del chico guapísimo que de no ser por este idiota juego de seguro jamás pondría sus ojazos sobre mí.
Tomo el arco y miro mi objetivo. Disparar al maniquí, al punto rojo en su frente.
—¿Listo para perder?—pregunto con una sonrisa triunfante.
Él me mira confundido, sus cejas se contraen de un modo que se nota que no entiende y a la vez se ve más guapo que nunca.
—¿De qué habas?—pregunta.
—Hablo de que por primera vez en tu vida VAS A PERDER.—digo triunfante.
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¡Hola, Heavens!
Nuevo capítulo.
Disculpen si encuentran algunos errores es que lo escribí rápido para poder actualizar hoy.
Oficialmente las actualizaciones serán viernes, sábados y domingos. Algunos días entre semanas si puedo actualizo.
No podré actualizar siempre días entre semana porque estoy muy complicado con el pre o la prepa (como sea que le digan en su país)
¿Les está gustando la historia?
Déjenme sus opiniones, plisss. Tengo mis dudas de cómo está quedando:-(
Bueno. Nos vemos.
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