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|39| Cita con un ASESINO

Derrúmbame.

Pero tú eres quien tendrá que seguir cayendo.

Pueblo fantasma y amor obsesivo.

Levanta la voz, los palos y piedras pueden romper mis huesos.

Hablo en voz alta sin decir mucho.

Soy a prueba de balas, nada que perder.

Dispara sin parar, dispara sin parar.

Rebotan, apuntas a tu objetivo.

Dispara sin parar, dispara sin parar.

Me derribas, pero no caeré.

Yo soy de Titanio.

Sia feat David Guetta—Titanium.

Aquellos ojos grises tan brillantes se posaron en mí mientras la ira bailaba una danza eterna y peligrosa.

—Jinx.—pronuncie mientras lo miraba aterrada.

Su mirada pasó de mí hasta Lax que estaba frente a mí, sentado en la cama y con mi cuerpo desnudo sobre el suyo. Luego miró a Junior que estaba detrás de mí, apoyando su desnudez en la mía.

Sus ojos se ensombrecieron, tronandose de un gris casi negro.

Dió un paso en nuestra dirección con todo su cuerpo tenso, su mandíbula apretada, las venas de su brazo marcandose.

Miró a sus hermanos con tanto odio que creí que nos mataría a todos aquí mismo. Por unos segundos incluso sentí como si hubiese hecho algo malo o hubiese traicionado a alguien, entonces caí en la realidad: YO SOY LIBRE. No le debía explicaciones a nadie.

Me aleje de Lax y Junior. Me levanté y encare a Jinx Pride.

Mi corazón latía furioso de verlo frente a mí, con esa expresión tan sombría.

Sus ojos se relajaron, su mandíbula ya no estaba apretada ni sus manos en puños y note que era porque estaba mirando con descaro mi cuerpo desnudo.

Las yemas de sus dedos viajaron hasta mi cuello. Toque con suma delicadeza un zona de mi cuello.

¿Qué estaba haciendo y por qué su toque despertaba tantas sensaciones en mí?

Sus dedos bajaron lentamente hacia mi pecho desnudo y un escalofrío me recorrió. ¿Me iba a tocar allí? Podía sentir como me sonrojaba. Sus dedos pasaron cerca de mis senos sin llegar a ellos. Siguió su camino hacia mi barriga y se detuvo cerca, demasiado cerca de mi centro.

Mierda.

¿Qué demonios pretendía?

Acercó su rostro al mío y podía sentir su aliento mentolado, su colonia masculina.

—Aún estás en deuda conmigo.—me dijo con voz suave.

Estaba totalmente hechizada por esos ojos, por esos labios, por ese cuerpo, esas manos y lo peor, estaba enamorada de su actitud fría, de el misterio que lo rodeaba, de todo lo suyo.

—Haré cualquier cosa para saldar esa deuda.—dije y sonó con muchísimo doble sentido. Este chico me volvía loca.

Él sonrió ante mi insinuación. Joder, se veía guapísimo sonriendo. Daban ganas de vivir solo para verlo sonreír.

—Te follaria aquí mismo, delante de mis hermanos pero...

Lo interrumpí.

—Te da miedo.—dije, retándolo.

—No.

—¿Entonces...?

—Solo no te follo ahora mismo porque ya has tenido dos pollas en tu interior y con la mía pondrías partirte en dos.—dijo.—Estoy velando por tu bienestar.

Era cierto. A pesar de que le traía ganas, si volvía a follar acabaría muerta.

—Pero no te preocupes.—dijo acercándose y depositando suaves y húmedos besos en mi cuello.—Cuando llegue el momento gritarás mi nombre entre jadeos y reclamaré tu cuerpo como mío. Prepárate, porque  cuando te haga mía jamás podrás alejarme de ti.

Que el maldito Jinx me dijese eso me volvía loca.

Él volvió a sonreír para luego alejarse hasta salir de la habitación.

Quedé allí. Jinx. Jinx. Jinx.

Ese chico era capaz de dejarme atontada. Los que dijo, él quería hacerme suya, quería marcarme y reclamarme como suya.

Unos brazos me rodearon desde atrás, Junior.

Él desprendía un aroma dulce y embriagador. Seguía desnudo mientras besaba mi cabeza con ternura.

—Parece que Jinx ya comienza a aceptar que todos tenemos derecho a probar las delicias de tu cuerpo, corderita.—dijo Lax dándome una nalgada.

—Soy libre y puedo estar con cuántos Pride yo quiera.—dije.

—Eso me gusta. No, eso me encanta.—reconoció Lax.—No soy celoso. Estoy dispuesto a compartirte mientras tú atiendas bien a mi «Capitán Garfio».—dijo y todos echamos a reír recordando todo lo sucedido hacía unos minutos.

Junior seguían besando con ternura mi cabeza.

—Que bien hueles.—decía.—Te amo. Te amo. Te amo.

Sonreí. Era tan bueno sentirse amada. Era tan bueno tenerlo a él con todo su amor y su dedicación hacía mí.

Lax por otro lado seguía dándome pequeñas nalgadas y sus ojos brillaban al ver como mi trasero se tornaba rojizo.

—Eres toda una hermosura.—decía mientras su «Capitán Garfio» con su piercing en la punta volvía a elevarse.

Estos chicos eran una adicción.

Junior era puro amor y cariño.

Lax era puro sexo y lujuria.

—Debo irme.—dije dándole un suave beso en los labios a Junior y lazandole un guiño a Lax.

—¿Tan pronto?—preguntó Junior.—Quedate y hagamos algo para cenar los tres.

—Si y mientras tú cenas volvemos a follarte.—propuso Lax. ¿¡No se cansaba!?

—No puedo, chicos.—dije poniéndome la ropa y llegando a la puerta.

—¿Para mí no hay beso?—preguntó Lax. Me iba a acercar a darle un beso pero agregó:—Pero el mío lo quiero aquí abajo.—dijo señalando su erecto miembro.

Lo miré. En serio no se cansaba y eso me encantaba.

—Para la próxima, lobito.—dije. Ya que el me decía «corderita» pues yo le diría así.

Salí de la habitación y afuera me encontré a los tres Pride restantes. Male, Grey y Jinx. Los tres pegados a la puerta.

Los tres chicos fingieron caminar una vez me vieron salir. Male comenzó a silbar yéndose hacía la cocina. Jinx se sentó en el sofá y fingió que leía un libro. Y Grey simplemente se echó a reír mientras corría hacía su habitación.

En estos momentos parecían niños. Se veían tan adorables intentando fingir que no estaban escuchando detrás de la puerta.

—Te esperamos esta noche.—anunció Male.

Lo miré sin entender.

—Esta noche. Cenarás con nosotros. Habrá una maratón de películas.—dijo el chico tatuado.

—¿Qué te hace pensar que quiero pasar la noche viendo películas con ustedes?—pregunte.

—Primero: No tienes opción. Eres nuestra Heaven. Segundo: No tienes opción, simplemente porque aún no he pagado tu estancia de este mes en Millennium University y si no te compartas no la pagaré y te echarán. Tercero: Ya has follado con dos de mis hermanos, ya hiciste un trío con ellos, ya nos has visto sin camisa, incluso eres nuestra cómplice en el entierro del cadáver de Michael Williams. Después de todo eso, pasar una noche de películas no es nada. Así pasaras tiempo de calidad con los cinco. 

Odie la idea de pasar la noche cerca de él.

—¿Algún problema con pasar la noche con tus Hells?—preguntó el gilipollas Pride.

—Solo tengo problemas con pasar la noche con uno en específico, con tatuajes, musculoso, creído, tal vez lo conozcas. Si lo ves, dile que durante toda la noche se mantenga alejado de mí y o le arrancaré sus bellos ojos grises.—dije, mirando fijamente a Male, él sabía que me refería a él mismo.

—Me quedaré con lo de «bellos ojos grises».—expresó el muy idiota.

Le di la espalda y salí de él departamento de los Pride.

Odio a Male. Odio a Male.

Trataba de insultarlo pero él era tan malditamente imbécil. Me daban ganas de borrar su sonrisa arañando toda su masculina y hermosa cara.

Me dirigí a mi habitación. Entre y encontré a Eisha. El recuerdo de Mack atravesó mi mente.

No habíamos hablado con todo lo sucedido pero ya casi era de noche, debía ponerme la maldita ropa que había dejado el asesino y encontrarme con él.

—¿Y esto?—preguntó mi amiga señalando el vestido que estaba aún empaquetado.

—Lo mandó el asesino, quiere que me reúna con él.—le conté.

—Iv.—dijo Eisha.—No lo hagas. Ese tipo es peligroso.

—No tengo opción.—dije.—Él sabe lo que necesito para develar todo el misterio de los Pride, sabe quién dirige Millennium University y el Nuevo Mundo, sabe del otro asesino, el que está cerca de mí.

—¿¡Y si solo te está mintiendo!? Además: ¿Por qué te cuenta eso? ¿Qué quiere a cambio?

—Lo descubriré hoy.—dije.

                       (...)

00:00

El reloj marcó la medianoche.

Estaba lista.

—Estás hermosa.—expresó Eisha.—Me da hasta miedo lo que ese loco hará cuando te vea.

Era cierto. Yo estaba temblando. Pero él seguiría adentro de su cubículo, atado y esclavizado, ¿Cierto?

Me miré en el espejo por última vez. Mi cabello marrón caía a ambos lados de mis hombros en rizos salvajes y brillantes. Un collar de perlas se mostraba en mi cuello, en conjunto con los dos aretes que llevaba. Un vestido largo y rojo se alzaba en mi cuerpo, tenía un grandísimo escote en mi pecho, revelando bastante. Una gran parte de mi pierna izquierda se revelaba. El vestido me quedaba apretado haciendo que mis pechos y mi cintura se marcaran más de lo normal. Unos tacones también rojos habían venido como parte del regalo del asesino.

—Es hora.—dije abrazando a mi amiga.

—Cuídate.—me pidió.

Le sonreí y salí de la habitación.

Ambas sabíamos que comenzaba el fin. Ambas sabíamos que el misterio se había vuelto aún más loco y difícil de creer.

Ahora había un asesino pero no sabía que Pride era. Había además un chico misterioso, hijo de un mafioso. Había un mundo subterráneo que resultó ser un psiquiátrico.

Salí por la misma puerta de mi habitación recordando cuando comenzó todo. Hacía tan solo unas semanas. Cuando salí por esta misma puerta para ir con los Pride hacia la fiesta donde murió Luka Muns y comenzó toda esta locura.

Ahora me dirigía hacia el fin del misterio que comenzó esa noche.

Baje por las escaleras del sótano hacia el Nuevo Mundo. Al llegar, puerta por puerta yacía abierta.

Pasé por el primer pasillo, todo era igual. Chicos y chicas dementes en sus cubículos. Seguí al segundo pasillo y al llegar al final vi la imponente puerta de metal.

Me acerqué dispuesta a ver por la pequeña ventana como la vez anterior. Mantendría una conversación con el asesino y le sacaría la mayor información posible.

Entonces todo se vino abajo.

Todo sucedió demasiado rápido.

Una vez me acerqué a la puerta, antes de poder ver a través de la ventana, la puerta se abrió. La oscuridad que había adentro impedía ver algo. Una sombra salió del interior del cubículo y me atrapó entre sus fuertes brazos. Intente gritar pero cubrió mi boca con un pañuelo impregnado de alcohol. Intente retroceder pero su otro brazo me impedía cualquier movimiento mientras me adentraba a la fuerza en el interior de aquel horrible calabozo, aquel infierno oscuro y tenebroso.

Mientras me adentraba en la oscuridad en los brazos de aquel asesino fui quedándome inconsciente.

—Welcome to my DARKSIDE.

El fin de acercaba, al fin las mentiras serían reveladas, los secretos saldrían a la luz y la verdad salpicaría a todos cual chorro de sangre de color rojo carmesí.

      🖤___________________🖤

¡Hola, mis Heavens!

Hoy llegue temprano con el capítulo.

Lo tenía listo desde hace unas horas pero quería mejorar un poco algunos detallitos.

He dejado pistas en capítulos anteriores. No olviden que aunque estábamos en etapa de salseo el misterio sigue y dejé pistas. Algunos las notaron, otros creo que no.

¿Les gustó el capítulo?

Nos acercamos al final⚠️⚠️

¿Quién quiere actualización?

¡Nos vemos!

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