|19| La L I S T A del Asesino
Vivimos y morimos por mentiras lindas.
Ambos lo sabemos.
Nothing Breaks Like A Heart—Mark Ronson.
Bese a Jinx Pride y les diré la verdad.
Los relatos sobre los besos de los Pride eran miles en Millennium University, toda chica que besara a uno lo describía como único, especial, sexy, alocado, salvaje, según el Pride que besara.
Pero algo era claro en los relatos:
Besar a un Pride era algo trascendental.
Pero yo estuve allí, lo viví en primera persona, no les crearé fantasías idiotas o altas expectativas a la hora de besar con besos demasiados perfectos sino que les contaré la verdad.
Y la verdad es que nunca podré describir con las palabras suficientes aquel beso.
Al comienzo él pareció sorprendido pero lentamente abrió sus labios y nos adentramos en una pelea donde ninguno quería ser sometido y al mismo tiempo los dos éramos sometidos. El deseo recorría nuestro cuerpos, lo podía sentir, pasaba constantemente de sus labios a los míos.
Cuando lo bese me sucedió algo que me había pasado hace mucho tiempo, demasiado, tanto que había olvidado esa sensación.
Fue como besar a un ser de otro planeta, a un ser celestial, a una deidad perfecta en masculinidad y sensualidad. Me vino a la mente una paz extraña, me sentí en mi hogar, me sentí en casa. Con mis ojos cerrados pude imaginar la playa, las olas grandes y azules, la arena blanca sobre mis pies, el candente sol sobre mi cuerpo.
Mi mano agarrada a su cuello, grueso, firme, fuerte, el mismo que daban ganas de morder, de verlo sangrar un poco y dejar una marca visible que demostrará a todas las chicas de Millennium University que Jinx Pride tenía quién le atendiera.
Ni siquiera sabía por qué pensaba eso.
Hace un minuto era casi un desconocido y ahora quería marcar su cuello de chupetones y mordidas.
El beso se volvía cada vez más agresivo, más candente, poco a poco nuestras bocas fueron encajando a la perfección y si ya antes era un beso capaz de hacerme ver paisajes, ahora se había convertido en un beso jodidamente caliente.
Nuestras pieles rozaba, estábamos tan cerca, estábamos en pleno pasillo, probablemente nos filmaban pero no nos importó.
El ritmo de aquel beso era frenético, adictivo.
Al comienzo solo había sido el avance de lo que se venía y una vez nos acostumbramos a tanto deseo y satisfacción con tan solo un beso, comenzaba la verdadera diversión.
Su lengua buscaba a la mía.
Sus labios y los míos eran uno solo.
Sus manos fueron a parar a mi cintura, acercándome más a él y pude notar algo que despertaba en el interior de su pantalón, así como algo palpitaba en el interior de mi falda.
Para mí aquello era aún más delicioso y tortuoso pues además de eso aquel beso, su pierna quedaba justo entre las mías y podía sentir un roce exquisito en esa parte de mi anatomía que se ocultaba en mi falda ahora casi al descubierto entre tanto frenesí.
Era algo delicioso. Era algo adictivo.
Sabía que después de ese beso mis espectativas para próximos serían demasiado altas y ni sabía si alguien lograría hacerme sentir nuevamente la mitad de lo que ese chico frío, misterioso y guapo había logrado.
Después de esto si que no quería dejar de ser su Heaven.
Jinx Pride era una maldición tal y como su nombre indicaba, sí, «Jinx» significaba maldición. Era una maldición y quién tocaba sus labios estaba condenada a adorarlos, enamorarse y obsesionarse. Si caías en sus manos, jamás serías capaz de salir de su lado ni tampoco ibas a desearlo, estarías condenada a amarlo de por vida, atada a su belleza masculina, a sus besos celestiales, una condena sin duda mortal pero demasiado placentera.
—¡Para! ¡Para! ¡Para!—él se apartó de mí como si nuestro contacto le hubiese provocado un daño de muerte.
Esa tarde observe el rostro del verdadero horror.
Su rostro era una mezcla entre excitación, dolor, miedo e indecisión. Parecía haber disfrutado del beso como yo pero al mismo tiempo parecía que ese beso había sido tan candente como dañino para él.
—¿Que...?—no pude terminar de hablar. No sabía que preguntar. Sus ojos estaban abiertos extremadamente y me miraba con nerviosismo. Parecía intentar reconocer en mi algo o a alguien y cuando lo encontraba volvía a sumirse en su absoluto terror. Parecía como si viera en mi a un fantasma.—¿Que sucede?
—Tú... Ella... No... Es imposible... Murió... Pero este... Beso... Fue... Un... Dejá Vú...—pronucniaba exaltado. Nada tenía coherencia ni sentido. La frialdad había abonando su expresión y el miedo se expandía por él. Era como si yo fuese su debilidad, como si hubiese algo en mí que dañara su coraza de chico frío y sacará al Jinx asustado.
Intente acercarme pero se alejó rápidamente dando unos pasos atrás.
—¡Aléjate!—gritó.—¡Tú me recuerdas a alguien que no debería recordar! ¡Tú! ¡El beso! ¡No sentía esto hacía cinco años! Y ahora que veo bien tu rostro... Te pareces mucho a ella. ¡Es imposible! ¡¡Me estoy volviendo loco!! Solo, solo aléjate. Mantente alejada de mí, tú me recuerdas a ella, la única chica que ame y maté en el proceso.
Dicho esto se alejó dando zancadas largas y apresurado.
Jinx Pride parecía muy frío, impenetrable, sin sentimientos, sin corazón pero yo y solo yo conocía su debilidad y, su debilidad era nada más y nada menos que yo misma o la yo del pasado. La chica que como bien él dijo amó y mató.
El hielo puede ser derretido y Jinx Pride también, cuando estaba cerca de mí esa capa espesa de frialdad se iba para despojarlo de su fuerza y Mostar sus miedos, sus grietas. Siempre había sido así, solo yo lograba ver a verdadero Jinx Pride y provocar reacciones en él que nunca mostraría con otras personas como el amor o el miedo y a pesar de los años eso no había cambiado. Solo que era aprovecharía su debilidad hacia mí para su inminente destrucción.
( ... )
—¡Lo encontré!—gritó Mack dando saltos.
Me acerqué a ella con rapidez.
Estábamos ya en la habitación. Al fin habían acabado las clases, después de lo sucedido con Jinx obviamente no me busco para la cita de cada día con un Pride que hoy correspondía con él.
Se había tomado a pecho lo de alejarse.
Había aprovechado para volver a buscar junto a Mack la publicación de Aisha White.
—¡Es esta!—gritó.
Me acerco a ella y veo la pantalla de su móvil. Una lista con todos los y las Heavens publicado por Aisha White.
Leo los primeros nombres y mi corazón se sobresalta.
—1—) Luka Muns. 2— ) Vanessa Holland.—leo con absoluta sorpresa.
—¿Casualidad?—pregunta Mack.
—No. Estoy casi segura. Los primeros nombres en la lista coinciden con los primeros asesinados. El asesino esta matando, guiándose por la misma lista publicada por Aisha en sus redes sociales. Tiene sentido. Es una manera fácil, todo estudiante de Millennium University tiene acceso a la cuenta de chismes de Aisha, cualquiera de los Pride pudo ver esa publicación, la lista y se le ocurrió su maquiavélico plan.—digo.
—Entonces, oficialmente tenemos la lista del asesino en manos.—dice Mack.—Y después de Vanessa su próxima víctima es... Tyler Perry.
Espera.
Ese nombre me suena.
Entonces en lo profundo de mi mente ya casi olvidado el recuerdo de un chico blanco, no tan guapo, con pintas de nerd, con lentes de pasta cuyos cristales se rompieron y yo ayude a ponerlos de nuevo. Sí, el chico del cual me senté al lado el primer día de clases en biología.
Me había parecido simpático. Agradeció que lo ayudará con sus lentes, me preguntó si era la chica de los Pride, hasta que Junior llegó y literalmente me obligo a salir para encontrarme con sus hermanos y que me propusieran ser su Heaven.
Tyler Perry.
Aquel chico, ¿Era el Heaven de alguien? Y ahora era la próxima víctima del asesino. Debía encontrarlo y mantenerlo a salvo antes de que fuese demasiado tarde como con Luka y Vanessa.
❤️__________________🖤
¡Hola!
Me voy rapidito porque quiero ver una película ajsjsjs 🤣🤣🤣🤣
¿Les gustó el capítulo?♣️
Espero que sí.
¿Que creen de Jinx? ¿Eso de que le recordaba a alguien? ¿Teorías?
¡Tenemos la lista y la próxima víctima!
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