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Capítulo 0

- Ya esta todo preparado H, solo da la señal y entraremos- le dijo aquél morocho de mirada misteriosa y penetrante color miel, pelo negro como la noche con un copete adelante, vestido todo de negro con un arma plateada en la mano.

H, de tan solo recordar como se ganó ese sobrenombre y el respeto y terror de muchísima gente, le hacia sonreír de una forma tan macabra pero a la vez triunfal.

H. La bestia de la mafia, el mas temido y respetado de toda Europa.

H simplemente se paro en frente del corto camino que iba hacia la puerta de aquella gran casa blanca de dos pisos.

Su mirada verdosa y fría daba escalofríos a quien se animase a mirarlo a los ojos, su alta estatura le daba gran aporte a su fría y calculadora forma de ser. 

H, quien lo viera a los ojos era hombre muerto.

Su rostro serio, labios finos y rosados aunque un poco secos por el frío de la noche, aquella mandíbula tan filosa y masculina hacían que junto a su recta nariz y verdes ojos, y aquella melena castaña con rizos rebeldes que le llegaban hasta el hombro y que se movían un poco por el viento de invierno, tuviera el rostro de un hermoso ser y fuera el suspiro de todas las omegas del país o del mundo entero. Aunque claro, solo era conocido por aquellas que tenían algo que ver con su trabajo, su vida, y aquellas que tenían suerte de crusarsele por la calle.

H, la bestia sin corazón. Quien no dudaba en meter una bala en tu cabeza.

Vestido con un traje completamente negro, la camisa medio abierta hasta el pecho donde, bajo la tenue luz de la calle se llegaba a visualizar una cadena de plata con un crucifijo también de plata y tintas de las que prometían ser varios tatuajes que de seguro adornaban la mayoría del cuerpo tan bien tonificado, tan masculino.

H, una bestia por fuera, un cachorro por dentro.

Con tan solo un movimiento hacia la puerta de aquella casa, a quien le pertenecía a uno de los más grandes deudores de su lista negra, todos sus hombres que le acompañaban esta fría noche de invierno se movieron rápida pero sigilosamente rodeando la casa y otros entrando por la fuerza por la puerta principal.
H simplemente se paso los dedos por el pelo para reacomodarlo mientras caminaba tranquilamente para adentrarse a la casa y observar que sus hombres siguieran al pie de la letra el plan para advertir al deudor.

El plan era simple y rápido. Habían estado investigando al hombre para poder entrar a su casa y dejarle una advertencia para que pagara rápidamente sus deudas o el siguiente ataque sería de frente. El plan consistía en entrar a la casa donde obviamente el alfa deudor no estaría,  ya que estaría en uno de sus estúpidos juegos de póker o en un prostíbulo, a sabiendas de que era un hombre casado y con una hija. Pero si estarían las dos mujeres en casa, para llevar a cabo la advertencia. O eso esperaban.

H se dirigía a la sala donde llevarían a las rehenes y el se haría cargo del resto. Entonces con una inhalación que pasaría a ser un suspiro, pudo oler el aroma más exquisito de todo el puto mundo.
Diablos, de tan solo oler un poco de aquel aroma tan dulce y suave, un aroma a frutas y flores combinados, a jazmín, grosella negra, zarzamora, frambuesa, arándano, frutilla y vainilla, ya su cuerpo estaba reaccionando. Quería a la persona de ese fantástico aroma debajo de él gimiendo y gozando de tanto placer que el deseaba darle.
H detuvo su andar a medio camino al oler ese delicioso aroma, tratando de respirar un poco más profundo para llenarse los pulmones, cuando siente que ese aroma estaba mezclado con un aroma agrio, olía a miedo, a terror y un poco a triztesa.
De repente todo su ser gritaba que fuera a por aquella persona y lo protegiera contra el mundo entero y lo encerrara en un calabozo solo para él.

- Señor- uno de sus hombres lo saco de sus pensamientos- venga, necesita ver esto-

H respiro para que su olor a excitacion no lo delatara, trato de que sus ojos volvieran a su color natural, ya que sabia que se habían puesto rojos y guardo sus colmillos y garras. Miró al beta que le había hablado y le asintió para que avanzará y lo llevará a donde quiera que sea que quería que fuera. Pero a medida que avanzaban para aquel lugar, H sintió que aquel aroma que lo cautivó se hacia cada vez más intenso, junto con ese olor a miedo terrible.
Llegaron junto a unas escaleras que daban al sótano y aquel aroma se intensificaba.

H estaba que se lo llevaba el diablo,  aquel aroma lo estaba matando,  necesitaba urgentemente hundir su nariz en el cuello de quien sea que tuviese ese aroma. Sin dudarlo bajo de dos en dos las escaleras porque oia voces que provenían de abajo, junto a unos sollozos que por alguna extraña razón deseaba consolar. 
Quizás aquel aroma tan exquisito pertenecia a la hija de su deudor y ya estaba modificando el plan para llevarse a la niña y hacerla suya.

Grata fue su sorpresa al ver que no era así.

Cuando llego al final de las escaleras y se dirigió para donde las voces provenían, lo primero que vio fue un colchón en sus mas feas condiciones tirado en un rincón en donde yacía un cuerpo diminuto hecho un ovillo. Olfateó disimuladamente hacia donde estaba aquel omega y pudo darse cuenta que de él provenía ese intoxicante aroma. Se estaba por acercar cuando vio que el cuerpo empezaba a temblar, fue entonces cuando prestó mas atención a su alrededor. 

Mío

Era chico el sótano, cerca del colchón se encontraba un inodoro, y pudo darse cuenta que en las paredes donde el colchón estaba, salia un aro de metal que a la vez estaba enganchada a unas cadenas que desde su punto de vista eran bastante pesadas, siguió el recorrido de las cadenas y vio que la otra punta estaba enganchada tambien a una especie de collar no muy ancho, que estaba puesto en el cuello de aquel omega, parecía que apretaba bastante su cuello por las pequeñas marcas que llego a ver enfocando mas su vista. Observo un poco mas el cuerpo de aquel ser y vio que sus tobillos tambien estaban encadenados y podía apostar que sus muñecas tambien lo estaban.

Fue tanta la furia que le carcomió ver a aquel inocente cuerpo de niño con tan solo unos arapos que apenas llegaban a tapar su diminuto y muy delgado cuerpo, encadenado como un animal salvaje en ese asqueroso sótano, que sin siquiera prestar atención a su alrededor e ignorando el gruñido que se empezaba a formar en su pecho, dirigió su oscura y fría mirada esmeralda a la única mujer que ahí estaba.

Mío

La mujer tembló fuertemente en su lugar con tan solo esa mirada asesina. Y es que H con ese hermoso pero siempre serio rostro, mas con su altura, intimidaba.

H, la bestia de mirada fría y sombría,  que calaban tus huesos.

H dio un paso adelante imponiendo poder por todos lados. Su olor a Alfa enfurecido se podía oler a kilómetros,  y estaba poniendo incómodo a todos en la casa, tanto a los dos únicos omegas, como a los betas y alfas de sus hombres. Le importaba?, no.

Es que al ser Alfa y de pura sangre, todo en él era mas fuerte y poderoso, como su aroma, su olfato, su fuerza y sobre todo su voz alfa, que llegaba a poner sumiso hasta a un alfa joven y con poca experiencia en la vida como tal.

Sacó su arma de su cintura y apuntó a la mujer de su deudor. Respiro profundo antes de hablar, ya que sabia que si llegaba a abrir la boca saldría un rugido desde lo más profundo de su ser y terminaría de asustar a su omega. Y si, ya consideraba al pequeño ser que estaba hecho un ovillo en un rincón del cuarto como suyo, de su  propiedad.

Y es que le daba tanta impotencia ver cómo esa gente tenía a su omega. 

Mío

Vamos, que él sabía que no era ningún santo, que el mas pecador de esa habitación, quien se ganó ni bien nació un pasaje directo a lo mas hondo del infierno, era él. Pero él tenía una excusa, era un mafioso de por vida, él ya había nacido con esa condenada vida y no podía hacerle nada.

- Llevenla a la sala como era el plan- dijo H cuando logró hablar sin gruñir- y que alguien me traiga las llaves de estas cadenas o algo para cortarlas- se le escapo un pequeño gruñido al final

Los hombres se movieron rápidamente. Dos agarraron sin cuidado a la omega y se la llevaron escaleras arriba, el resto se dispuso a buscar las llaves para las cadenas. Dejando así a su jefe y al omega en ese pequeño sótano.

H se acercó despacio hacia el omega sin querer asustarlo mas de lo que ya demostraba que estaba al temblar.  Una vez que estuvo a su lado, se agachó para estar mas cerca de aquel pequeño cuerpito sucio, amorotonado y lleno de heridas y cicatrices con sangre fresca y otras seca. H reprimió un gruñido que ya se estaba formando en su pecho, miró para donde estaba antes la mujer y vio que había un látigo grueso y negro tirado. Supo de inmediato que era lo que hacia entonces ahí la mujer y la fea vida que estaba llevando ese pequeño ser.

Mío

Con cuidado y sin querer asustar al pequeño acercó su mano hacia la pequeña cabeza del omega. Sintió como se tensó y soltó un pequeño chillido que le puso la piel de gallina,  ya que era de su omega interior y no del niño.

- Tranquilo pequeño- le dijo con una voz tan suave que se asusto de si mismo- ya nada te pasará, ya estoy aquí-

El pequeño omega simplemente se destenso un poco al oir aquella tan hermosa voz. Se desenroscó de su posición para poder ver a la cara a H.

Y el rizado simplemente podía morir de tan hermosa vista que tenía ante sus ojos. Y es que jamás en su desgraciada vida había visto tan hermosos ojos, jamás había conocido y apreciado tanto aquel azul zafiro tan brillante, aunque ahora estaban un poco opaco por la tristeza y miedo que avergaba en ese pequeño cuerpo, y uno estaba amorotado, y para colmo no era un azul zafiro, eran dos!.

Mío, mío.

H gimió de la sorpresa y de todos esos sentimientos que le estaban haciendo cosquillas en su estómago. El omega no solo tenía un dulce aroma sino que era simplemente perfecto. Sus hermosos ojos azules, su castaña cabellera lisa que caía con gracia en su rostro, su nariz chiquita y respingona ( H sintió ganas de besarla), sus labios finos, rosados pero hinchados, de seguro por morderlos tanto para no gritar por los golpes que recibió. Su pequeño cuerpo tan flaco, que hacían resaltar unas hermosas y afiladas claviculas.
H bajo mas su mirada y vio unas pequeñitas manos esposadas en una esposa de metal que lastimaban furiosamente sus muñecas, unas piernas acarameladas flacas pero apetecibles para H, y unos piecitos muy chiquitos que no debian pasar los 20 cm.

Todo ese pequeño ser era tanto para H que el rizado ya sentía que podía tocar el cielo con sus manos. Pero es que jamás había visto a tanta belleza en un solo ser. De seguro que era un ángel, un hermoso ángel caído del cielo porque sus alas estaban rotas.

- N-no- dijo con una pequeña voz el niño
- No cariño. No te haré daño- dijo H volviendo a mirar sus ojos para darle confianza- vine a rescatarte pequeño ángel- le dice acariciando suavemente sus mejillas y, oh jodido Dios!!!, que piel tan suave y delicada.

Justo cuando el niño iba a decir algo más, uno de sus hombres aparece con un manojo de llaves en las manos. El omega se asusto tanto que chillo y se volvio a hacer un ovillo tratando de esconderse. H gruñó hacia el beta por haber asustado así a su bebé.

Mío, vete.

- Lo siento señor- dijo bajando la cabeza en gesto de sumisión y respeto a su jefe- aqui están las llaves, señor- volvio a decir en voz baja-

H las agarró de un manotazo y hecho al beta con una mirada. El beta saliendo rápidamente pero suavemente para no volver a asustar al omega y que su jefe le pegue un tiro justo entre sus ojos, aun quería seguir viviendo.
Luego de que el beta se fuera, H se dio la vuelta para estar de nuevo junto al omega.

- Ya esta pequeño, ya se ha ido- volvio a acariciar suavemente su cabeza- no tienes porque temer, aqui estoy-

El omega volvió a mirarlo con un puchero en sus labios. H simplemente le empezó a sonreir y a tranquilizar con su suave pero grave voz mientras empezaba a desencadenar al omega.  El castaño se dejó hacer mientras observaba obsesivamente y con un deje de sorpresa y miedo a aquel rizado tan alto pero a la vez tan apuesto y misterioso, con la voz mas hermosa que el jamás haya oido.

- Como te llamas pequeño??- le pregunto H luego de que todas esas asquerosas cadenas estuviesen lejos del castaño
- N-no- dijo el niño mirándolo con un brillo en sus ojos azules
- No me quieres decir?- dijo H poniéndose serio

El omega simple y lentamente estira su manita y toca sus rizos largos hasta los hombros. H se sorprendió pero no dijo nada, era como si estuviera enfrente de un bebé. Bueno... lo era. Pero H aun no lo sabía, solo sabía que era su bebé. 
El omega parecía maravillado con los rizos de H ya que se entretuvo con ellos y parecía no querer soltarlos. H simplemente se quedo quieto mirándolo como quien mira a su persona favorita o su cosa favorita.

- Pequeño... dime tu nombre- volvio a insistir H

El niño lo miro a los ojos. Los dos gimieron por lo que sientieron justo en ese instante en sus pechos y en todo el cuerpo.

En ese momento las dos almas, los dos corazones se volvieron a reunir.

..........................................

Cuando H volvió para la sala cargando en sus brazos al pequeño omega, tapado con su saco, sus hombres supieron que algo había pasado con ellos dos. Porque era raro ver a H, un ser sin sentimientos, siempre serio y solitario, preocuparse por un pobre omega y que lo tratara como si fuese un dios. Pero no dijeron nada, no era de su incumbencia la vida privada de su jefe, pero era raro. 
Y aún más raro era ver que alguien se atreviera a estar en los brazos de esa bestia tan tranquilamente, como si en sus brazos encontrara la protección que nadie pueda darle jamás. Pero tampoco dijeron nada.

H cargaba al niño luego de enterarse que al omega le costaba caminar, inclusive le era difícil mantenerse parado por tanto tiempo. El rizado simplemente quería hacer sufrir a todas esas personas que le hicieron esto a su pequeño. Además, que descubrió que por mas flaco que el castaño estuviese tenía unas curvas de los diez mil demonios. Ni siquiera la mujer con el mejor cuerpo tenía esas curvas y esa deliciosa cintura. 

Y al ver que el castaño no quería soltar sus rizos, lo tomo en sus brazos. El pequeño pareció asustarse al principio, pero en cuanto H le susurro que todo estaba bien, que él no le haría daño y acariciara su espalda y le diera un beso en su castaña cabeza, el niño simplemente se dejo hacer. Parece que H sintió que el niño ya no le tenía miedo a él, sino que estaba asustado por el exterior al ver que se estaba dirigiendo escaleras arriba.

H lo había tapado con su saco negro, hizo que apoyara su cabeza en su hombro para que esté más cómodo. Para cuando llegaron a la sala, el rizado sintió la respiración pausada del omega, se había dormido.

Sintió la mirada de sus hombres quienes estaban todos reunidos en la sala vigilando a la omega, y notó que otros cinco estaban en la entrada y ventanas cuidando de que nadie venga, ni algo por el estilo. H se sentó en el sofá cuidadosamente de que el pequeño no despertara y miro fijamente a la mujer.

- Quiero que me responda unas preguntas y con la verdad- dijo H en voz alta pero sin llegar a despertar al niño- y quiero que sea sumamente silenciosa, mi omega duerme- todos quedaron en shock, la respuesta le llegó a muchos- llega a levantar la voz y lo que le haré a usted no tendrá comparación con​ lo que le hicieron a él-

La omega, quien se encontraba sentada en una silla amarrada con sogas y un trapo en la boca, simplemente no podía creer nada de lo que estaba pasando. Ella estaba totalmente feliz azotando a ese engendro cuando de repente esos alfas y betas, todos de negro irrumpieron en su casa tan sigilosamente que no le dio tiempo a esconder a la escoria esa.

Desde que la habían agarrado y apuntado con un arma en la cabeza,  lo único que se preguntaba era: quién era ese alto rizado que se estaba preocupando por el niño?, por que con su tan sola presencia su omega ya estaba temblando de terror?, por qué estaban en su casa?, que quería?. Pero nada había salido de su boca. Al llegar a la sala vio que no tenían a su hija,  gracias a Dios ella si quizás los había escuchado y había escapado por ayuda.

O quizás no.

La mujer volvio al presente en donde se encontraba sentada en frente a aquel Alfa temible. Incluso seguía viéndose temible cargando a aquel engendro. Ella solo asintió a lo que aquel rizado le dijo, su omega le pedía a gritos que le hiciera caso, y a la vez gritaba por su alfa.

- Bien- volvio a hablar H- cómo se llama el omega y qué es él de usted?-
- es un engendro y no merece su atención- dijo con asco cuando fue liberado del trapo en su boca

H simplemente miró a uno de sus hombres. Este, que era el que le había sacado el trapo de la boca, se lo volvió a poner y rápidamente saco un cuchillo de su chaqueta y se la clavo en el medio de la mano. La omega abrió los ojos a más no poder y ahogó un grito al ver que H se ponía el dedo índice en sus labios, diciendo que haga silencio. Y sabía que si no le hacía caso sería a un mucho peor su castigo.

En cuanto aquella mujer le había respondido de esa forma y un poco alto, H se enfureció tanto que por un momento se olvidó del pequeño en su regazo. Volvió en sí cuando sintió que el omega se removía incómodo al oler su ira. H lo arrulló con suavidad, haciendo que el niño metiera su naricita en su cuello para que oliera su aroma y se tranquilizara. Funcionó.

- le dije que me respondiera correctamente, así que hagalo, no me haga repetir la pregunta- le dijo H acariciando la cabeza del niño suavemente
- e-es... él e-es mi-mi hijo- dijo con lágrimas en sus ojos y aguantando con todas sus fuerzas el no gritar de dolor y la impotencia que sentía.- su... su nom-bre... es L-louis... Louis Tomlinson-

H asintió saboreando el nombre de su omega. "Un nombre tan hermoso como mi omega". Pensó

- Cuantos años tiene?- volvió a preguntar en un tono grave pero bajo
- tr-rece- volvió a responder la omega con cautela

H sintió desfallecer. Con tan solo trece su pequeño niño había sufrido tanto?, pero que ser humano en su sano juicio le haría esto a un niño?. Hay gente tan inhumana en este mundo, y la justicia donde está?, seguramente discutiendo cosas sin interés, sin importancia. Cuando la realidad es que de estas cosas es que se debería estar ocupando, de los pobres e inocentes niños maltratados y ultrajados por sus propios padres, su familia. H solo quería degollarlos a todos con sus propias manos.

- Lo prostituían?- preguntó con toda la tranquilidad del mundo, ya que no quería asustar al niño y que se despierte por su culpa.
- N-no... Quería que llegara virgen hasta los quince para después venderlo- dijo la omega con una sonrisa llena de maldad- el sería nuestra fuente de dinero... y usted no me lo puede arrebatar, no es nadie!!!- volvió a subir la voz

H simplemente se levantó rápido y con cuidado, arrulló a su niño que se había removido y se paró enfrente de la omega que ya tenía puesto el trapo en su boca silenciandola. La miro desde arriba imponiendo poder y autoridad, con una mirada tan filosa como una cuchilla, sus ojos verdes destellando ira y maldad pura.

- Soy H Styles, de la mafia londinense más poderosa y peligrosa de toda europa, y con todo el derecho que se me confiere por solo ser el heredero de la mafia Styles puedo hacer lo que YO quiera cuando YO lo desee- su voz era tan temible en ese momento que la mujer estaba temblando como manteca, y eso que no era su voz alfa- así que sí puedo arrebatarselo,  además de que es MI omega. Acá la que no es nadie es usted-

Ahora es Mío. Me pertenece.

H comenzó a caminar hacia la salida,  pero antes de que llegara a salir de la sala se frenó, y sin siquiera mirar atrás ordeno con una voz aun más grave junto con un gruñido- Ya saben que hacer. Muerte carnicera- y sin más salio de aquella casa escuchando como sus hombres acataban su orden.

Caminó hasta la camioneta negra en la que había venido, se frenó en la puerta y miró al cielo, a la luna.  Suspiro, volvio su vista al niño que dormía plácidamente en sus brazos y se sintió bien por primera vez en años. Estaba feliz, tenía entre sus brazos al ser mas hermoso, y seria de hoy en adelante solo suyo.

Será su felicidad y su perdición.

Besó castamente su frente, el niño se acomodo mas cerca de su cuello y suspiro, subieron a la camioneta,  se acomodó y el coche arrancó.

Ese 28 de febrero a las 00: 28 las dos almas se entrelazaron como siempre debió ser.

..............................................

Cuando la calma de la noche fría de invierno volvió a aquella casa donde hubo un asesinato y un encuentro inesperado, una sombra que se encontraba en el techo escondida detrás de la pared de la chimenea,  salió a la luz. Una alfa joven con cabello castaño largo y ojos azules bajó del techo para entrar nuevamente a su casa. La joven miro aterrada la sala donde se veía todo completamente limpió, pero sobre la mesa se encontraba una caja rectangular, donde se podía ver que estaba chorreando un líquido negro y hacía, de apoco, un charco en el suelo. La joven alfa se acerco cautelosamente y con el corazón a mil. Cuando sus ojos vieron lo que se encontraba en la caja, no pudo hacer nada más que agarrar el primer recipiente que tenía a mano y vomitar toda su cena.

Después de un rato trato de tranquilizarse y pensar en frío. Llegando a una conclusión. Lo que había pasado esta noche, no se quedaría así. Iba a buscar venganza

Iba a correr sangre. Lo juraba por su hermosa madre, que así seria.

Pero mientras, no se podía quedar en esa casa, debía marcharse de ahí,  porque de seguro volverían a por su estúpido padre. Y ella no estaría ahí para presenciar otra masacre.

De tan solo recordar a su madre toda descuartizada en esa caja, y ver que la cabeza estaba arriba de todo con los ojos abiertos mirándola directamente a los ojos con el terror sellado en ellos, volvían sus ganas de vomitar y su sed de venganza incrementaba. Se vengaría de aquel hombre rizado. Pero sobre todo de aquel que, por sangre nomás, era su hermano. Esa escoria conocería lo que es el dolor en verdad. Llevaría a cabo un plan, donde cumpliría lo que su madre quería sacar de él. Después de todo, lo que ganaría de él sería la herencia que le pertenecía.

- Como me llamo Charlotte Tomlinson,  verás que jamás debiste nacer-

Y con esa promesa en el aire, comienza esta historia de promesas de amor, muerte y venganza.





Muy buenas peques del infierno!!!.
Bienvenidos a mi nueva fic, esta vez Larry y omegaverse.
Amo el omegaverse y amo un Louis omega y sumiso y toda una coshita bonita, so, espero que lo disfruten tanto como yo estoy disfrutando escribirla. Haganmelo saber reventando la estrellita y llenandome de sus hermosos comentarios.

Trataré de actualizar seguido. Y mis otras fics tambien. Perdonen si hay faltas de ortografía aunque es imposible, jajajajaja..

Besos

Celess10

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