Epílogo
EPÍLOGO
10 de febrero, 2013
Río cuando Halle resopla mientras acomodo la almohada tras su silla de comer, tiene mucho carácter para tan solo tener seis meses. La miro y ella me devuelve la mirada con sus bellos ojos azules mientras con esmero se encarga de succionar su pequeña mano hecha puño, se la saco y ella resopla una vez más.
—No me resoples, señorita — digo tomando la papilla ya vacía en mi mano y dándole su chupete para que no chupe su mano.
La almohada al ras de su espalda ayuda a que la sostenga contra el respaldo de su silla de comer y Dan comienza a dar vueltas alrededor de la silla haciendo que ella lo mire y señale con su puño mientras balbucea.
—Dan acabarás por marearte y marear a Halle —le advierto mientras limpio las manos de Halle, quien me señala a Dan—. Sí, cariño, tu hermanito va a marearse.
Como si entendiera lo que he dicho Halle ríe, sacándose el chupete y ofreciéndoselo a Dan, quien deja de dar vueltas y le sonríe.
—No, Hade, es tuyo.
Sin embargo, Halle resopla e insiste extendiéndoselo, Dan niega con la cabeza y Halle decide arrojarle el chupete a la cabeza.
—¡Ay! Hade no —Dan recoge el chupete y me lo ofrece—. Toma, nani.
—Gracias, cielo, voy a lavarlo —Le doy una mirada a mi eléctrica hija—. No le arrojes las cosas a tu hermano, Halle.
En respuesta me ignora mientras con sus ojos busca a Harry, quien está en el sofá luciendo ansioso con un libro entre sus manos.
Toda la mañana ha estado actuando raro y no sé si tiene que ver con todo lo referente a su hermana o se trata de algo más.
—¡Papi! — Lo llama Dan captando su atención—. Hade quiere...
Harry sonríe poniéndose de pie y parece incluso que esconde el libro para luego dirigirse hacia Halle, quien ahora hace ruiditos de bebé desesperada estirando sus pequeños brazos hacia Harry que primero despeina los rizos de Dan.
—Vas a marearte— le advierte Harry cuando nuestro hijo comienza a dar vueltas alrededor de él y cargando a Halle— y tú no seas tan impaciente.
Sonrío y niego con mi cabeza mientras llevo el envase en el que Halle comió su papilla a la cocina. Me encargo de dejar todo limpio mientras escucho a mis bebés y Harry en algún lugar de la sala. Parece increíble que estamos a tres meses de mudarnos a nuestra nueva casa, finalmente encontramos la indicada, la que sentimos que es perfecta para que nuestros hijos crezcan y continuar escribiendo nuestra historia.
Vuelvo a la sala e donde Dan sigue dando vueltas alrededor de Harry y Halle tiene su pequeña mano sobre la nariz de su papi, no puedo evitar reír, razón por la que Harry me mira y sonríe.
—Ellos quieren acapararme.
—Ya veo, están tomando todo de ti —miro a Dan—. Harry Daniel, deja de dar vueltas. De hecho, debes recoger los juguetes de tu habitación.
Dan como es costumbre frunce el ceño, hace un pequeño puchero y mira de Harry a mí, luego hacia sus pies, esa es su táctica para derretirnos.
—Ti amu papi, ti amu nani —nos dice con dulzura y no puedo evitar reír.
—Muy buen intento, también te amamos, pero recoge tus juguetes que después es hora del baño.
Dan suspira antes de caminar hacia su habitación, Halle hace pucheros señalándolo, parece que quiere arrojarse de los brazos de Harry y es que nuestros hijos odian pasar el tiempo separado.
Sus labios comienzan a temblar y Harry rueda los ojos antes de besarle la mejilla. Estamos acostumbrados a ese tipo de drama de Halle hacia Dan, suele suceder cada vez que ve en la mañana cómo lo dejamos en el kínder, esta pequeña, pero si la haces a elegir entre Harry y yo, ella escogería a Dan.
Me acerco y extiendo mis brazos hacia ella antes de que llore y sonríe arrojándose a mis brazos en donde la abrazo con fuerza haciéndola reír.
¡Dios! Halle Kaede es muy hermosa. Su cabello hasta el momento es rojizo y naranja, sus mejillas son regordetas y viven sonrojadas, y tiene los ojos de Harry. Todos dicen que se parece más a mí que a él, que tiene lo mejor de ambos y para mí ella es perfecta.
—Ya Dan va a volver, no llores — le digo besando su mejilla antes de mirar a Harry—. Los dueños del edificio que estuve viendo junto a Grace me han llamado, dicen que les gustaría discutir un contrato conmigo, esa podría ser finalmente la sede para mi editorial.
—Eso es genial, nena —Ae inclina y presiona un beso en mi nariz, luego lo hace en la de nuestra hija antes de que ella resople.
Su teléfono suena y cuando él mira el identificador, alcanzo a ver que se trata de Doug, pero él no responde, no lo ha hecho en los últimos días y me entristece.
Sería más fácil si solo estuviese enojado, pero Harry siente que la confianza entre ellos se ha roto y sé que lo extraña, que se arrepiente de la discusión que tuvieron, pero aún no da el paso para escucharlo y que arreglen esta tensa situación sobre Doug y Hilary.
—¿No crees que es el momento de que hablen?
Frunce el ceño pareciendo pensativo antes de mirarme.
—No lo sé, creo que todo ha ido muy lejos de su parte, de la de Dexter y de la mía, parece que todo está roto.
—Pero pueden arreglarlo si lo intentan. Sé que a veces es difícil disculparse, pero ¿No vale la pena arreglar una amistad de años? Es tu hermano y honestamente no puedes hacerlo responsable de todo lo sucedido o dudar de lo que siente. ¿No lo echas de menos?
No me responde, pero sé que lo hace y suspira, pero no lo presiono, sin embargo, me inquieta que todos en BG.5 lleven tantos días tensos y enojados ¿Qué depara para ellos a futuro?
Sin contar la situación con Hilary, lo preocupada que se encuentra Hannah por la densa situación entre los tres hermanos que en este momento se encuentran distanciados.
—Tu hermana te necesita —susurro.
—No me dio la impresión de que lo hacía cuando me mintió.
—Harry.
—Estoy seguro de que todo fue su idea —respira hondo—. Siempre le he dado la impresión de que puede confiar en mí y prefirió mentir. Sé que hablaremos como adultos, pero ella no es una niña, Kae, necesita entender las consecuencias de sus decisiones. Estoy enojado y dolido con ella en este momento.
Ante el tono de su voz nuestra hija hace un puchero acurrucándose contra mi cuerpo.
—Lo siento Dulzura, papi no quiso asustarte —Se disculpa sonriéndole y ella le devuelve el gesto.
Harry me mira en silencio y su cuerpo se relaja.
—Ven, tengo algo para ti.
Me sorprendo y trato de pensar si me he perdido alguna fecha especial, pero no tardo en recordar que Harry es simplemente un hombre de detalles.
Lo sigo hasta el sofá en donde me siento a su lado con Halle entre nosotros, aunque ella está muy entretenida intentando succionar el brazo tatuado de Harry
—Espera, Dulzura —dice Harry riendo acomodándola contra el sofá—. No succiones mi brazo ¿en dónde está su chupete?
—Se lo arrojó a Dan a la cabeza.
—Toda una bebé rebelde —ríe acomodando el moñito que él peinó, parece una palmera de cabello rojo y naranja en medio de su cabeza— Sabes que te amo.
—Tan locamente como yo te amo a ti.
—Buena respuesta —él mira mi camisa negra con el logo de BG.5 y que detrás dice "señora Jefferson"—. Puedo estar enojado con Doug, pero amo que te haya dado esa camisa.
Le doy una sonrisa, estoy poniendo mi confianza en el hecho de que ese conflicto va a solucionarse.
Halle toma un mechón de mi cabello y lo jala, pacientemente me libero del agarre de su mano lo que hace que ella se incline hacia Harry para intentar una vez más lamer los tatuajes.
—¡Mira, Hade! —grita Dan correteando hacia ella y ofreciéndole un peluche de conejo, ella por supuesto lo toma y lo lleva a su boca mientras le sonríe a Dan—. Espera.
Dan sale corriendo nuevamente a su habitación por lo que Halle comienza a hacer esa imitación de lloriqueo viendo hacia donde se fue.
—Déjalo que arregle sus juguetes —murmuro aunque ella no me entiende.
—Tengo un regalo para ti — murmura Harry pareciendo repentinamente nervioso.
—De acuerdo, ya estoy acostumbrándome al hecho de que te encanta hacer regalos.
Sus nervios son evidentes cuando me entrega el libro que miro incrédula porque es uno que ya tengo, de hecho es un libro que me encargué de corregir meses atrás.
—Uh, esto es algo incómodo, pero este libro ya lo tengo, Harry.
—Sí, pero esta es una edición nueva, debes verla —me insiste.
Aun con el ceño fruncido y cuando abro las primeras páginas, me doy cuenta que todas están en blanco.
—¿Qué clase de broma es esta, Harry Jefferson?
Él no me responde, contrariamente, se queda viéndome con fijeza e intensidad haciendo que mi corazón lata con rapidez, es el efecto que siempre tendrá en mí.
Sigo hojeando el libro cuyas páginas están en blanco, al menos lo están hasta la mitad. Exactamente en la página 251 están las letras de la historia. Es la página que representa la escena en la que el protagonista se pone en una rodilla y pide matrimonio a la chica.
Más allá de las letras impresas, mi rostro está tan sorprendido y mis manos tiemblan por las palabras en marcador que claramente han sido escritas por Harry, junto a un hoyo que perforar gran parte del libro.
Halle intenta con su pequeña mano tomar aquello que brilla y llama su atención, pero con cariño aparto su mano, lo cual una vez más la hace resoplar, pero ella ríe cuando Dan corriendo y gritando su nombre llega hasta ella y besa su mejilla.
Los ojos de Harry están expectantes sobre mí, parpadeo continuamente, estoy tentada a pellizcarme para saber si esto es real.
"¿Quieres casarte conmigo?" una pregunta en marcador negro, letra molde y grande, y ese hoyo sostiene un anillo increíblemente hermoso que parece gritar mi nombre.
Por un largo rato, soy consciente de que Dan hace reír a Halle e incluso logra que ella aplauda a través del desorden que tienen montado, sé que Harry está viéndome nervioso y ansioso de una respuesta y todas esas sensaciones en mi estómago las conozco muy bien.
Lo miro muy fijamente, sus ojos brillan de esa manera sorprendente que los hace parecer irreales.
Harry se remueve un poco mientras traga en seco y con una mano evita que Halle se incline demasiado hacia adelante. Nuestros hijos parecen ajenos a lo que sucede.
Finalmente él suspira, como si mi silencio estuviera atormentándolo, quizás lo considera un "silencio ensordecedor" como suele llamarlos.
—Dime algo, nena.
—Yo... solo.... Yo...
—¿Qué me dices? —dice con voz ronca y dulce— ¿quieres unirte a nosotros y llevar el Jefferson? ¿quieres ser la señora Jefferson? ¿quieres hacerme el hombre más feliz de este mundo dándome una respuesta?
Respiro hondo, aquí va otra pregunta importante a la que debo responder.
Fin.
Holaaaaa, no puedo creer que una vez más he terminado de publicar esta historia y no puedo creer que una vez más me tomó tanto tiempo.
Gracias a los antiguos lectores que se aventuraron a enamorarse una vez más con Karry y gracias a los nuevos lectores que le dieron una oportunidad.
Un mega beso para ustedes.
Los ti amu. Nos leemos en otras historias.
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