Capítulo Treinta y uno
TREINTA Y UNO
5 de julio, 2011
Harry Daniel corre hacia papá mientras cierro la puerta detrás de mí con el pie porque tengo los brazos cargados de cosas para su fiesta de cumpleaños en el jardín trasero, es su primera celebración grande y sé que no puede ser perfecta, pero quiero que sea inolvidable.
—Se aceptan ayudas —grito y vagamente escucho a papá reír antes de que unas manos me quiten la mayoría de las cosas.
Se trata de mi hermana sonriéndome antes de fingir que va a morderme la mejilla.
—Veo que esta podría ser la fiesta del año.
—Muchas de estas cosas las compró Harry, en el auto hay mucho más.
—Ama al niño ¿No? —pregunta siguiéndome hacia la sala de estar en donde dejamos las cosas con cuidado.
—Congenian —digo a la defensiva volviendo a la salida y me sigue.
—Así que ¿Es tu novio o algo así? —pregunta extendiendo los brazos para atrapar lo que doy.
Tardo en responder y finalmente suspiro, girando y enfrentando a mi hermano.
—Es mi novio.
—Guau, no pensé vivir para este día —Parece desconcertado, pero luego me sonríe— ¿Se siente bien dejar de huir de las relaciones?
—Hasta el momento sí.
—Parece un buen tipo, pero si te lastima házmelo saber y tomaré represalias.
Tomo lo que resta y cierro la puerta como puedo.
—¿Crees que es un error que lo involucre en la vida de Dan?
—Eres una buena mamá, sabes lo que haces y siendo honesto, lo poco que he visto, ese tipo se derrite por el jardinero pobre. No creo que vaya a lastimarlo, al menos no intencionalmente, y si entraste en esa relación es porque esperas que sea a largo plazo. Estarán bien, cabeza de zanahoria.
—Tengo miedo de todo esto sobre enamorarme. Siento que ha sido rápido y tan profundo —confieso caminando a su lado.
—Eres de las personas más valientes que conozco, estarás bien —Me asegura—. Mereces vivir tu gran romance.
Sonrío aunque no puede verme mientras llegamos a la sala de estar y dejamos lo restante.
Una voz rasposa y con un acento de Bolton muy marcado, me llega desde la sala principal y sonrío. Reconozco esa voz, se trata del peculiar abuelo Luca.
—¿Ese es el niño? ¿Y cuando se supone que creció? En mis tiempos los niños eran como garrapatas... —Sus palabras son rápidas.
—¿Cuándo llegó el abuelo? – pregunto con emoción, porque es inevitable no amar al abuelo, un hombre que despotrica, es directo y sincero. Creo que de ese modo será Harry Daniel cuando tenga setenta al igual que el abuelo Luca.
—Esta mañana y ha estado quejándose por horas acerca de cómo en el avión todo era un desastre, que en sus tiempos todo era diferente incluso la abuela quiere asfixiarlo.
—No te comas los dulces —Le advierto caminando hacia la sala principal y sonriendo ante la imagen del abuelo mirando fijamente a Dan quien a su vez le devuelve la mirada.
La abuela solo ríe y estoy tan feliz de verlos aquí.
Amo a mis abuelos y tengo la suerte de que ellos me amen a mí, el abuelo solo ama a su familia al resto de la humanidad la detesta.
La abuela Kim abre sus brazos para mí en cuanto me nota y rápidamente me dirijo hacia ella envolviéndola en un fuerte abrazo, no los veo con la misma regularidad con la que Keith lo hace, se me dificultad trasladarme a Bolton y ellos solo viajan pocas veces a Liverpool. Son los padres de papá, la abuela es dulce y consentidora y el abuelo Luca es todo lo contrario, él podría acabar con la paciencia de cualquiera o en todo caso su autoestima. Creo que el abuelo Luca en su momento fue un chico malo, un fumador de hierba como lo llama Keith para molestarlo.
—Pero que hermosa está mi Kae —murmura la abuela con un acento más suave.
—Tú estás fabulosa, abuela —La halago antes de apretujar al abuelo en un abrazo.
—Déjame respirar, niña —Me pide dándome palmaditas en el hombro, pero sé que está sonriendo—. Mi hermosa niña tan deslumbrante como siempre. Estoy viendo que tu retoño está creciendo y que es un petulante jovencito que me mira cómo si fuese mierda.
—¡Papá! – reprende mi padre mientras yo niego con la cabeza y Dan nos mira.
—Harry Daniel, saluda a los abuelos —Le pido.
No puedo culpar la renuencia de Dan de acercarse, los ve como extraños, no los recuerda y le he enseñado a no acercarse a desconocidos.
Creo que ver a mi hijo fruncir el ceño antes de acercarse a la abuela Kim que lo estruja en sus brazos y besa continuamente su rostro manchándolo de su pintura labial, luego lo pasa al regazo del abuelo, quien lo evalúa como si mi hijo fuese una mercancía que él va a comprar.
—No veía a un bebé tan atractivo desde que tu madre dio a luz al puto de la familia —comenta mirando a Keith, quien ríe por lo bajo acostumbrado a sus comentarios.
—Pero abue Luca ¿Qué hay de Kathe y de mí? —pregunto con un puchero haciéndolo rodar lor ojos.
—Ustedes eran y son hermosas porque, pero tenía mis dudas acerca de que el puto resultara igual de enclenque como tu padre.
—¡Papá! —reprende papá otra vez pese a saber que el abuelo solo bromea.
—No hables así de mi hijo —Lo pellizca la abuela.
—Deja de verme como mierda, niño —Le exige a mi hijo.
—Viejo —Le responde tomándome por sorpresa y mi hermano ríe con fuerza, confirmándome que Dan aprendió eso de él.
Para mi sorpresa el abuelo ríe mientras lo deposita en el suelo.
—No debes decirle viejas a las personas, es desagradable. Ahora discúlpate con el abuelo.
—Lo shiento...
—¿Lo siento qué? —Insisto y mi hijo me mira sin comprender.
—No shé.
—Lo siento, abuelo.
—Lo siento, buelo...
—No te preocupes, niño, estoy viejo, eso quiere decir que eres un niño listo que ve a la gente como mierda.
—Abuelo, nada de malas palabras —dice Katherine llegando y tomando en sus brazos a Dan haciéndolo reír.
—Tonterías, digo lo que me plazca con esta boca.
—Luca Stuart, será mejor que recuperes tus modales ahora —sentencia la abuela.
El abuelo me guiña un ojo haciéndome sonreír.
Sí, la fiesta de cumpleaños de mi hijo estará increíble.
***
—Dejen de meter sus manos en la mezcla —reprendo a los dos Harry que ríen con complicidad al ser atrapados.
Hace dos años hice un curso de repostería y aprendí a hacer deliciosos dulces, es por eso que propuse hacer yo misma los súper pasteles de mi bebé, porque si, haré cuatro porque soy una madre exagerada.
Después de trasladar todos los complementos del cumpleaños de Dan a casa de mis padres, un almuerzo familiar y tarde junto a los abuelos, finalmente Dan y yo volvimos a nuestro hogar en donde Harry y Dexter se nos unieron minutos después.
Es por ello que Dexter tiene harina en el rostro y parte de su cabello, para ser honesta él es pesimo en esto, por lo que tras un gran desastre, lo delegué a fotografiar y mirar, y en cuanto a los Harry, ambos se divierten más comiendo y arrojándonos harina. Mi hijo se la está pasando de maravilla, le deben de doler las mejillas de tanto sonreír y reír.
—Harry Jefferson será mejor que calmes tu jodido culo y dejes de meter tus manos en la mezcla de chocolate —regaña Dexter muy concentrado tomando fotos.
—Mala palabra —grita Dan riendo, si no supiera que se trata de chocolate, creería que mi hijo está ebrio.
—Sí, pequeña bestia, dije una jodida mala palabra.
Capto el movimiento de la mano de Harry cuando va hacia un trozo de chocolate en el mesón y le doy un pequeño golpe en el dorso.
—En donde comas más chocolate vas a enfermarte.
—Y entonces tú serás mi sexy enfermera —asegura sonriendo de manera ladeada comenzando a despertar las cosas correctas en mí.
De repente hace calor.
—Manténgalo apto para todo público, por favor —exige Dexter —¿Lo meto en el horno, Hottie?
—Sí, ya programé la temperatura, eres un sol, Dexter.
—Soy lo máximo en este mundo, lo mejor que tiene BG.5, el mejor cuñado de la faz de la Tierra, él...
—Ya entendimos, Dex —Lo corta Harry presionando sus labios sobre la frente de Dan quien le sonríe.
Son ese tipo de gestos que tiene con mi hijo los que más me enamoran de él, pero los que también me hacen desear salir corriendo.
Doy unos pasos hacia Harry, pero me detengo en cuenta me doy cuenta de que, de una manera posesiva, Dan le pone la mano en el hombro y entrecierra los ojos hacia mí. Arqueo una ceja sin poder creerme esto, es la primera vez que mi bebé me da esa mirada.
—Mío —Me hace saber acercándose a un Harry sorprendido.
Dios mío ¿acaso acabo de escuchar bien?
Dexter se aclara la garganta sacándonos a Harry y a mí de nuestro estupor.
—No, pequeña bestia, ese es mi hermano, por lo tanto, es mío —Se acerca a Harry tirándole del brazo.
—No —Lucha Dan—. Mío, azul mío.
—Dan... —intento.
—¡Nani, mío!
Y lo abraza como un pequeño bebé mono aferrado.
—¡Qué puta locura! El niño ama a Harry, increíble —murmura Dexter riendo por lo bajo.
Y aunque sonrío, en el fondo mi miedo crece mientras me pregunto si quizá he dejado entrar a Harry demasiado a nuestras vidas, si es demasiado pronto o demasiado peligroso para el corazón de mi hijo ¿Y si todo sale mal? Mi corazón no importa, pero el de Dan se rompería.
Basta con ver sus ojitos grises mirarlo con adoración y amor. Lo mira como siento que miro a mi papá o al abuelo.
—De acuerdo —digo fingiendo que no estoy teniendo un montón de dilemas sobre esto—, pero debes compartirlo con mami, él también mío.
Poso mi mano sobre el brazo de mi novio y mi hijo mira el gesto como si se lo pensara, pero finalmente asiente en acuerdo y se relaja.
—Bien, entonces azul es nuestro —aseguro besándole la mejilla de un Harry, quien luce feliz con mi declaración.
—¡Vaya, mierda! Acabo de perder a mi hermano ante una despampanante mujer y una pequeña bestia de casi tres años.
—Si te portas bien, también te adoptaremos —Le ofrezco.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro