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🔒6🔒

-McClain. -un tipo alto con una melena por la cintura se acerca a él.
El moreno gira su cara hacia la voz que proviene de sus espaldas.
Le mira con desprecio y asco.

-Olvídame, Lotor. -el castaño sigue moviendo sus brazos a la vez que la fregona.

-Ven conmigo. -murmura. Lance suelta la fregona y le mira a los ojos.

Acaba yendo detrás de él.
Llegan a los baños.
Lotor cierra la puerta y mira a Lance.

-¿Que han dicho de Shiro?

-Tú deberías saberlo. ¿No crees? -el albino alza una ceja.

-¿Estás dejando caer que he sido yo el que le ha cortado el brazo? -Lance ladea la cabeza.

-¿No es así o que? -Lotor se acerca al moreno. Le agarra el cuello de la camisa y le mira a los ojos.

-Mira, panchito de los cojones. A mi no me taches de asesino. -Lance afila su mirada y la clava en los ojos ajenos. -Yo no he destrozado una familia.

-No sabes nada de mi puta familia. -susurra.

-No, pero si de la mía. -Lance abre sus ojos.

-¿Eres... hijo de...?

-Si. Y te juro que no me voy de este mundo sin hacerte pagar por lo que has hecho. -Lance le empuja de los hombros.

-Hice lo que hice, y estoy pagándolo de alguna manera. Pero sabes... -se acerca a su rostro. -...me la sudas tú, me la suda tu padre y me la suda tu puta familia. -se aleja de él.
-Ya te estás pidiendo el puto traslado.

-No te preocupes. No me va a hacer falta. -el de cabello blanco cruza sus brazos y deja que Lance se vaya. -Sucia rata...

En cuanto sale saca de su bolsillo un metal afilado que ha conseguido él solito.
Mira a su alrededor y se mete en un baño.
Y allá va.

Lance esta junto a sus compañeros de celda en el patio.
Mira a su alrededor.

-¿Habéis visto a Keith?

-¿Que Keith? -murmura el samoano.

-Keith, el guarda ese que cubre a Shiro ahora.

-No. -Pidge gira su cabeza hacia el moreno.

-¿Qué te pasa con él?

-Qué tiene un culo para partir piedras... -dice sonriendo. -¿No os parece lo más mono y caliente de esta puta cárcel? -los otros dos chicos se miran. Con una mueca indiferente miran a Lance.
Alzan los hombros.

-No.

-Mejor. Sólo para mi. -apoya la espalda en la pared y sonríe. Pidge frunce el ceño. Es idiota.

-Pero que es un guarda eh, que no... no va a ceder ante ti.

-Habrá que verlo. -mira la reja que da hacia el exterior. -¿Como os va?

-Preguntaselo a Hunk. - el samoano ríe.

-Bien. Todo bien.

-¿Bien bien?

-Si. -sonríe y se coloca la banda de pelo que lleva puesta. -Todo bien.

Entre conversaciones y risas aparece un guarda.

-McClain. -el moreno sonríe y mira al policía.

-¿Si?

-Venga. Arriba. -Lance frunce el ceño.

-¿Que pasa? Hay juicio... o... tengo que dar testimonio o...

-Manos. -Lance frunce el ceño.

- No. -el policía bufa. Coge el brazo de Lance. -¡Que haces, que no, sueltame! - el policía gruñe y coge el micrófono que lleva en su antebrazo.

-Que venga alguien más, por favor. -Lance trata de deshacerse del agarre mientras Pidge y Hunk crean un corro de gente para que se líe mientras tanto.
Los presos empiezan a gritar el nombre de Lance.

Un guarda de seguridad con melena negra y cuerpo atético corre hacia su compañero.

-¡Eh eh, deja de zarandearte! - el coreano coge las muñecas de Lance y le esposa. El otro policía le tiene cogido de la cintura. -Vas a aislamiento ahora mismo.

-¡Una polla, soltadme, no he hecho nada! -el moreno gruñe y se mueve con más fuerza.

Acaban llevándoselo.
Pidge y Hunk se miran preocupados.
Lance acaba yéndose entre insultos y movimientos bruscos.

Entran a un largo pasillo con escasa luz.

-¡Keith, Keith sueltame! -el coreano bufa y tira de su brazo.

-¡Estate quietecito de una vez! -Lance tira el aire molesto y rueda los ojos.

-¡Que yo no he hecho nada, joder! ¡Ha sido es imbécil de Lotor!

-¡Ese tal imbécil acaba de llegar a enfermeria con cortes y cardenales! -Lance frunce el ceño y abre la boca. -Ha dicho que no puede decir quien ha sido por que "si se va de la boca le pegará otra paliza".

-¿Estas dejando caer que he sido yo? -Keith bufa. Coge las cadenas de sus esposas y le conduce a una de las habitaciones.

-Estoy dejando caer que has infringido las pocas normas que quedan en esta cárcel. Y pasarás aquí un día enterito. -Lance entra a la habitación, y corre a la puerta cuando le cierran en la cara.

-¡Keith, no, escúchame!

-Saca las manos por el agujero de la celda. -Lance bufa. El agujero se abre. Lance está de rodillas.
Así no le da las manos.
Se ven sus ojos.

-Keith...

-Dame las manos, por favor. -dice cansado.

-Keith, mirame a los ojos. -el coreano le mira cansado de tonterías. -Yo no he sido. Estoy pagando por lo que hice. ¡Mira mi historial, no hago nada, sólo... sólo lo básico aquí dentro! -los ojos de Lance se arrugan en el momento en el que sus cejas se inclinan en una expresión triste. -Por favor Keith. Yo no he sido. Salí antes que él, yo...

-Eso lo sabemos. Hemos visto las cámaras. Él sale 5 minutos después lleno de cortes y sangre. -Lance niega con los ojos cerrados.
Les separa una puerta de acero oxidada. Una puerta gorda.
Sólo se ven los ojos.

-Keith. -acerca su cara al hueco. Niega mientras mira sus ojos. -Yo no he sido. No tengo nada con que cortarle.

-El collar.

-No usaría mi collar para semejante locura. -levanta el collar con sus manos esposadas. -En mi vida. Jamás.

-Los pendientes.

-De mi hermana. Jamás. Toma. -intenta quitarse los pendientes.

-Saca las manos.

-¡Que no, quiero darte los...!

-Sin las esposas te será más fácil. - Lance achina sus ojos al sonreír. Keith hace lo mismo, pero de forma más suave y tímida.
Lance saca sus manos.
Keith le quita las esposas.
El moreno, nada más ser libre, se quita los pendientes.

-Hacer pruebas, registrar mi cama, mirad mi ropa... hace todo lo que queráis. No hay nada. Os lo prometo.

-¿El collar? -Lance se agacha y mira sus ojos.

-El collar va conmigo. -Keith rueda sus ojos. Lance saca la mano y deja caer sus pendientes en las manos pálidas. Lance sonríe. No le ve pero... como si lo hiciera. -Keith. Eh. -el coreano suspira.

-Que.

-Gracias. -murmura. Las manos de Lance acarician las de Keith de forma suave y disimulada.

-¿Por qué?

-Bueno, no todos los guardas hablan un poco con los presos. Y aún menos les creen.

-No te creo... sólo quiero contrastar. -ambos apartan las manos.

-Ya, eso mismo. -Lance suspira. -¿Como va esto? No he estado nunca aquí.

-Te traemos la comida y la cena nosotros. No hay más. Cuando apaguemos la luz duermes. Cuando se encienda, arriba. -Lance bufa y se tira en el colchón.

-Vale... -escucha los pasos de Keith alejarse. -Oye.

-Que.

-¿No quieres pasar la noche conmigo? -pregunta divertido.

-Adiós, McClain.

-Adiós, papi. -Keith bufa y rueda los ojos.

En una de las habitaciones de allí abajo, se oye a alguien toser.

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