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🔒15🔒

Pidge vuelve con la cara pálida.
Lance y Hunk se encuentran en el patio, ambos fumando mirando el panorama.
Los presos no tienen mejor entretenimiento que jugar al baloncesto, a las cartas, al Parchís o a quien se cargan mañana. Vete tú a saber.

-Vaya cara. -murmura Lance.

-Son las hormonas, imbécil. -murmura el pelirrojo. - Me encuentro fatal...

-Es lo que hay. Si ya casi tienes pelusilla. - murmura el castaño riendo. Acaricia el mentón del pelirrojo, quien le aparta de un manotazo. -Eh, tranquilo fiera.

-Déjale Lance. - murmura Hunk. En la lejanía siente una mirada. Son los yonquis de turno. -Mira, ves y atiende. -el cubano alza una ceja. Da una calada al cigarro y sonríe. Se impulsa al suelo desde el banco de cemento y se acerca a el grupo de hombres de aspecto desganado y triste.

-Qué miráis tanto. - murmura Lance.

-¿Tienes... tienes maría? -Lance levanta una ceja.

-¿Debería?

-Vamos... en tu país hay mucha, ¿no? -y allá va la tranquilidad de McClain.

-¿Por ser de fuera soy un camello? ¿Me quieres decir eso? -uno de los hombres toma la palabra.

-No, no... sólo... vamos, sabemos que tienes. Allí hay... siempre, los chavales como tú siempre estáis vendiendo y llevando y tal...

-Os la vendería, pero no me sale de los huevos que unos racistas de mierda fumen mi puta maría.

-Oh, vamos... un poco... ¿ni siquiera coca? ¿Caballo? -Lance frunce el ceño.

-No.

-¿Tu amiguita no tiene? Ahí debe poder guard... -antes de acabar la frase, McClain golpea al hombre con el puño.
En seguida hay un corralito rodeándoles.

Hunk y Pidge se miran en cuanto escuchan el bullicio y los coreos.
Saben de que se trata. Pero de sobra.

"Fallece un hombre a causa de un asesinato con arma blanca."

Traga saliva y mira la fecha de nuevo.

No cambia. Es la misma que la del informe.
Coge aire y sale de la página.
Tiene que asegurarse.
Busca la fecha y la palabra clave: "asesinato".

"Hombre de XX años es asesinado con un arma blanca."

Suelta el aire y sigue mirando en otros titulares.

"Joven de 20 años asesina a un hombre con arma blanca."

Otro. Otro.

"Cubano acaba con la vida de un hombre relacionado con su familia."

No es suficiente.

"La casa de los horrores: hombre asesinado por un joven de 20."

"Un joven cubano de 21 años acribilla a un hombre de XX años."

"Día de luto: un joven asesina a un hombre debido a un conflicto familiar."

Hay muchos titulares.
No se le escapa a ningún periódico el suceso.
Traga saliva y desliza sus ojos por las páginas.

Y más información.
Y más.
Pero no la suficiente.
El caso se olvida a los tres días.
Sólo renace en cuanto sale el juicio.

"A prisión el joven que protagonizó el crimen contra su padre."

¿Su padre?
¿Un parricidio?

¿Por... eso lo de daddy?
Joder Keith, no pienses en eso, se dice a sí mismo.
Limpia sus ojos y observa la pantalla el ordenador detenidamente.

No puede continuar por que escucha jaleo en el exterior de las salas.
Asoma la cabeza y escucha.

- ...no va a aprender... dos este mes. -Keith niega. Por favor que no sea él, piensa.


-No tienes por que defenderme. Sé hacerlo sólo. - murmura Pidge.
Lance le mira de reojo. Sisea de dolor al sentir el algodón impregnado de alcohol hundirse en la herida que tiene en el pómulo..

-Han dicho que si les llevabas coca. Y no me sale de los huevos que digan esas cosas.

-Si no saben nada de mi, déjales

-Si saben, saben donde hacer daño. -Lance niega. -Son subnormales.

-Por eso. Pasa de ellos. -Pidge tira el aire por la boca y mira los ojos de Lance. -Déjame defenderme. Por favor. - Lance observa sus ojos verdes. Sonríe. 

-Lo intentaré. -y sisea de nuevo al sentir el algodón.

-Venga, Holt, fuera de aquí. -murmura un guarda desde la puerta. Lance reconoce la voz. Romelle sonríe al pelirrojo y vuelve a su trabajo.
Lance cierra los ojos y echa hacia atrás la cabeza soltando un suave suspiro.
Tiene los brazos colgando entre sus piernas. Tiene los puños echos un auténtico asco: los nudillos están pelados y rojos debido a los golpes, tiene arañazos y moratones en la cara, además de polvo en la ropa.
-¿Otra vez? ¿En serio?

-Preocupado ¿eh?

-No. Simplemente decepcionado. - Lance abre sus ojos y frunce el ceño.

-¿Por qué? Pensaba que lo había hecho bien y estabas satisfecho... -murmura con segundas y con una sonrisa atrevida en los labios.

-No. Porque tienes pena de 25 años de cárcel por matar a tu padre. -Romelle agacha la cabeza ante semejantes palabras.
Son frías.
Son muy frías.
Tan frías que le ponen la piel de gallina a Keith, a Romelle y a Lance.
Tan frías y afiladas que le quitan la sonrisa a Lance de la cara.

-¿Ahora te interesa mi caso?... - murmura Lance de forma más rencorosa.

-Me interesa que cambies.

-No pienso cambiar porque nunca lo he hecho. -murmura de nuevo.

-Eres autor de un crimen fami... -Lance se levanta de golpe de la camilla.

-McClain... -murmura Romelle.

-Yo no he tocado a mi familia. Que te quede claro. Y nadie va a hacerlo. - murmura cerca de su cara. Keith continúa serio, incluso sintiendo cada palabra rugir contra su rostro.

-Lance, relájate y... -el cubano mira con rabia a la rubia. Suspira con fuerza y se levanta de la camilla.

Acaba dejando allí a ambos oficiales. Helados. Temorosos.

-Hey. -Pidge escucha un susurro en algún rincón de las duchas. Tiene una toalla alrededor de su cuerpo.
Jamás se acostumbrará a no llevarla. No cuando aún siente el dolor bajo sus pechos.
-Tú. Ven. Quiero hablar contigo. -murmura un chico de melena.

-No. -responde el pelirrojo.

-Ven coño. Ven. -el de melena corta niega y suspira. Alborota su pelo con la toalla y coge su neceser. -Quiero hacer un trato.

-Yo no.

-Créeme, va a ser bueno para ambos. -el pelirrojo bufa y cepilla su pelo. -Puedo sacar a tu hermano de aislamiento. -la mano de Pidge frena lentamente el movimiento. -A Matt. -su cuerpo de gira poco a poco.

-Y tú que sabes.

-Se como sacarle. ¿Hay trato? -el pelirrojo mira a su alrededor. Se acerca al albino con el ceño fruncido.

En la celda 112 - V hay un cubano fumando un cigarro mirando la foto de su familia.
De su padre y madre. Sus hermanas. Sus hermanos. Su hermana Verónica.
Su padre. Su madre.

Su padre y su madre.

Su familia.

Eso es intocable. Siempre lo será.
Da una calada y tira el humo lentamente.
Lo jura.
Lo jura por su puta sangre.

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