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Acto 20: Crisis en la tempestad

La voz de Nea narra los acontecimientos recientes:

–Habían pasado tres años desde que yo y Selene habíamos dejado la Orden Negra volviéndonos prófugos de ambos bandos. Estuvimos bien por varios meses hasta que mi ama empezó a sentirse cansada, su piel más blanca que el papel y sensibile a los olores que la rodeaban. En una de las batallas, Selene se desmayo; la lleve al hospital más cercano, la atendieron y dieron el diagnostico que estaba embarazada del aquel entonces Exorcistas Yu Kanda ahora General Yu Kanda por medio de las mariposas de Sairi supimos ese dato. En fin, el proceso del embarazo no fue nada fácil y más si eres cazado por los dos bandos enemigos de la historia. Cuando Selene estuvo en el 7 meses de su embarazo, decidió formar su propia organización y fue establecida en la Residencia Campbell donde fue su base de operaciones hasta el día de hoy.

–¡Yu, Ren! –Sale la escena de Alma gritando al ver al instante en que Wisely aplasta la cabeza de Kanda haciendo que sus ojos sangraran lágrimas de sangre, su cinta del cabello se rompe dejando suelto su cabello sobre su espalda e hombros, y dejándolo inconsciente mientras soltaba de entre sus brazos al suelo a una inconsciente Selene, quien fue alzada y secuestrada por el enemigo.

–Selene despierta en una habitación desconocida atada para que no se pudiera escapar. En eso oye pasos y alza la mirada para ver a Ares, en el cuerpo de alguien más, que estaba próximo para su despertar. Se tuvo una disputa entre salvar o no a Selene, pero al final no tuvieron de otra más que ir y enviaron a un pequeño grupo conformado por mí, mi sobrino Allen, mi yerno Yu y uno de los terceros. En esa misión de rescate no salió como se esperaba ya que fuimos atacados por un enjambre de Akumas liderados por varios de mis ex-compañeros y fuimos salvados por Link y la Tercera de nombre Tewaku.

La lucha continua y se estaba volviendo demasiados para resistir solos. Allen se dio la vuelta justo a tiempo para atrapar un par más y tirarlos, pero un par más lo pasó.

–Mierda.

A cierta distancia de él, se dio la vuelta y vio que los Akumas se acercaban rápidamente a Selene. No tenía tiempo para lidiar con ellos, así que siguió corriendo. Nea se había puesto en contacto con el Conde. Se volvió justo a tiempo para ver a los Akumas atacar con sus armas. Con 13's Jason levantada, logró clavar la hoja limpiamente en sus cuerpos. El salto solo le dio más magnitud a su golpe haciendo que la hoja atravesara limpiamente sus cuerpos, cortándolos por la mitad mientras se endurecían antes de tocar el suelo y ser arrastrados por el viento.

–Momento alegre, ¿no es así? Ver a tu amado con vida, quiero decir. –Una voz femenina la llamó haciéndola girar. Allí, en la cima de la colina, estaba parada Stella vistiendo una blusa y pantalones cortos de color amarillo con botas verde oscuro y una bufanda violeta en el cuello. Sus ojos azules miraron en dirección a Selene.

–¡Stella-neesama! –Grito Selene al verla.

–Espero que seas hábil con tu arma. Siempre he admirado a un buen espadachín que puede sostener una pelea conmigo.

–Ya veremos. –Gritó Selene. Podía escuchar algo detrás de ella, pero al darse la vuelta que al enfrentar a una persona tan desconcertante significaría una perdición segura. Aunque a ella no le importaba. Confiaba en que Nea y los otros lo tendrían todo bajo control. En cambio, cargó ligeramente hacia Stella lanzando un ataque frontal contra ella que simplemente bloqueó con un rápido movimiento de su muñeca.

–¿Me estás subestimando? –Ella cuestionó aún teniendo un Akuma. Empujándola lejos, Selene aterrizó solo para ver a Stella saltar y conectar un golpe que bloqueó. Pero incluso cuando estaba bloqueado, sus pies se hundieron en el suelo.

Stella tenía todo su cuerpo desde el suelo y estaba ejerciendo poca presión sobre su cuerpo. Fue más la magnitud del ataque lo que la había empujado más allá

–Desprecio a las personas que me desprecian. –Aterriza finalmente al suelo desconectando su choque solo para aterrizar otro que envió a Selene a unos metros de distancia.

Fue entonces cuando escuchó un rápido corte de aire seguido del grito petrificante de Allen Walker.

–¡Renelle-nee!

Todos se giraron para ver a Selene, en extendida en el aire con una mirada apagada con dos espadas que habían sido clavado a través de su espalda y hacia su pecho. La sangre llegó rápido y humedeció su cuerpo. El impacto, habiendo sido demasiado para ella, la llevó rápidamente al suelo mientras su cuerpo se convertía en pétalos de cerezo y se iban volando con el viento. Con eso, aquellos que vieron lanzaron un aterrador grito de satisfacción.

–¡RENELLE!

–Que recuerdos aquellos. –Se oye la nostálgica en la voz de Stella.

–Toda una novata. –Dijo con burla su esposo.

–¡Oye! –Reprocho haciendo un puchero Stella.

Nea se aclara la garganta para llamar su atención –No nos distraigamos del resumen.

–Oh, si perdón. Continúa, jefe. –Se disculpo apenada Stella.

–Después de ser apuñada Selene,  el alma volvió a su cuerpo y recuperó la otra mitad de sus memorias perdidas y finalmente despertó como la Diosa de la Guerra. Y sin que nadie lo supiera, Selene y yo pusimos en marcha el plan que habíamos estado planeando en secreto. Ella se autoproclamo una "Noah", ser mi hija e llevar mi apellido temporalmente haciendo que la Orden y Central nos revocaran de nuestras funciones como jugadores, nos encarcelaron y nos trataron como los "enemigos" que somos.

–Qué cruel que los trataron. –Dijo con tristeza Leila.

–¿Qué te puedo decir? –Se encorva de hombros Nea– Son cosas que pasan para garantizar la victoria en esta Cruzada. En fin... Nellie y yo nos escapamos de la Orden con la ayuda de mis ex-compañeros cuando fuimos atacados por Apocryphos, una Inocencia independiente molesta. Bueno, nos escapamos, huimos de nuestros perseguidores sin saber qué Selene estaba embarazada de los gemelos de Yu...

–Y luego fueron interceptados por mi Ani-ue y su amigo científico, Johnny, y si mal no lo recuerdo su General, para que este lo convirtiera en General y este acepta porque tendría más libertad de buscar a Luna sin que la Iglesia o Central se entera. –Relato esa parte del resumen Luka.

–¡Exacto, Luka-kun! –Exclamo Nea– Después de superar esa situación, fuimos a buscarlos a todos, entrenarlos, llamarnos Zweilt y luego de muchas dificultades nacieron los gemelos: Yukirihime y Souichiro, mis nietos e hijos de Nellie. –Sale una imagen de Yukirihime y Kyoshiro sonrientes.

–¡Oye! Tampoco olvides de tu otra nieta, jefe. –Le recordo Stella.

–Es verdad. En ese tiempo también estabas embarazada de mi ahijada, Stella-chan, quien tuvo una hija con Luka-kun: Nanami White-Crosszeria. Pasaron algunos meses hasta que Ares logró salir de su prisión e atacar la Residencia Campbell, luchamos arduamente contra él, el clan Noah, suena raro que lo diga en tercera persona ya que yo provengo de ese clan y soy uno de ellos... En fin, vencimos a otros tres miembros de ese clan junto a los pasados que Yu y Elle derrotaron cuando estaban en Edo, en la confrontación entre Selene y Ares, Ares hirió de gravedad el Haato dentro de Selene, lastimándola a ella también, apagando las Inocencias de todos los Exorcistas y Zweilt...

–¿Qué haremos ahora? –Se escucha de nuevo a Leila, preocupada.

–No lo sé, pero de seguro encontraremos una solución.

–Se que lo harás. Confíamos en ti, Jefe... –Se dicen mientras salen las escenas Tyki venciendo a Stella y Ji Hoo y Debitt y Jasdero hiriendo a Leila, con Allen, Lenalee, Saori, Kanda y los otros Exorcistas sorprendidos por la falla de sus armas mientras que Allen y Lenalee son rodeados de chispas, heridos en todo el cuerpo y del choque de poder de Selene y Ares, creando una explosión blanca iluminando el espacio desde la tierra. Un punto de luz es lo que alcanza a verse desde afuera de la atmósfera; y dentro de ella, la onda expansiva pasa como un huracán arrancando los árboles a su paso. La luz se expande hasta crear un segundo sol que es visible desde el horizonte en todo el mundo.

–¡Rápido! ¡Llévenlos a emergencias! ¡Dense prisa! –Se escucha a lo lejos la voz de Yona, viste un frac negro de manga larga con detalles rojos, un Militares Britannians de metal alrededor de su lado derecho conectando con la solapa del abrigo, y dos filas de botones dorados en el frente. Junto con eso, ella usa un par de guantes blancos, un brazalete en su brazo izquierdo y un cinturón de tela blanca abrochado con una placa dorada en la cintura, una falda negra un poco más larga y tacones negros– ¡Rápido! –Grita aún más, pero su voz se pierde en la oscuridad y el silencio de los sentidos de la diosa peliblanca, cuyos ojos rosa no reflejan nada más que la imagen del techo del salón.

–Yo... Yona... –Dijo Selene, incapaz de decir o sentir nada. Su corazón tiembla enloquecido mientras su cuerpo está envuelto en un espasmo recurrente. Su boca está sangrando, al igual que sus ojos y sus oídos, con su cuerpo todo lleno de heridas.

–Estarás bien, Anneliese. –Escucha que lo llama, con su imagen borrosa cerca de él, tal vez tocándole los hombros– Tienes que resistir, Anneliese. –Le dice de nuevo– Por Yukirihime y Souichiro...

–¡¿Yuki?! ¡¿Shiro?! –A su mente viene la imagen de sus pequeños, sonriéndoles, uno mostrando su blanca cabellera, tan parecida a la suya, y el otro mostrando su azulada cabellera, tan parecida a su padre con Sodom entre las manos– Yuki y Shiro están bien... Yo... –Todo su cuerpo se llena del deseo de encontrarse con sus hijos y comprobar que están bien– Yo... –De repente abre los ojos y violentamente mueve su mano izquierda hacia el cuello de la camisa de Yona, jalándola hacia ella– ¿¡Dónde están Yukirihime y Souichiro!? –Le urge con voz gruesa, como si hubiese tragado agua salada– ¿¡Donde están!? ¡Coughh! –Se interrumpe a sí misma al vomitar sangre de nuevo, manchando su uniforme y el de Yona, derramando un poco más por los ojos, como si fueran lágrimas rojas. Todo se le nubla de nuevo y su conciencia se desvanece entre los brazos de su madre.

–Por Dios... –Profiere la asistente del jefe al ver sus manos manchadas con la sangre de la peliblanca– El Corazón esta dañando su corazón... Si el Corazón desaparece, Selene-sama va a... –Sus ojos se llenan de terror. Cerca de ella están Ji Hoo, Leila y Stella, sufriendo de una forma similar. Las manos de Leila y Ji Hoo lucen temblorosas, igual que los párpados de Stella– Sus Inocencias han alcanzado un grado de sincronización tan grande que sus cuerpos... Sus cuerpos no pueden vivir sin ella... –De repente su rostro se fija en Leila y su expresión se horroriza aún más– ¡Rápido! ¿¡Qué diablos están esperando?! ¡Necesito una camilla aquí ahora!

Al escuchar la voz de Yona, quien estaba a cargo en esos momentos, pasan unos camilleros que llegan junto a Yona y comienzan a ayudar a Selene y los demás. Nea está de pie, también herido, pero sin dejar que nadie lo atienda.

–Anata... –Dice Yona con lágrimas asomando por sus ojos.

–Rayos... –Murmura por lo bajo el Noah, sosteniendo su ahora inútil 13's Jason con la mano, apretando el mango tan fuerte que se saca sangre, pero parece no sentir dolor– Por nuestra culpa... –Insiste furioso. Cerca de ellos está Luka, siendo llevado a la enfermería mientras su hija y sus sobrinos están bajo el cuidado de su tía.

Es un sueño borroso. En medio de un silencioso gran espacio oscuro se encontraba sentada Selene apoyada en el respaldo de uno de los extremos del espacio. Encoge las piernas contra ella y las rodea con sus brazos, topando la frente con las rodillas.

En medio del oscuro espacio, un árbol de cerezo en su espalda brillaba en toda esa oscuridad. De repente, un par de manos aparecen y la levantan, sosteniéndola con una mano y mostrándola hacia el frente. Quien la sostiene es Juuri de una mano mientras con la otra sostiene a Nyx que tiene el símbolo de la media luna, brillando color rosa. A su alrededor la oscuridad se disipa y es reemplazada por un flujo de niebla rosa brillante que gira como un torbellino a su alrededor. La joven sonríe y dice unas palabras.

–Aún no es el momento de decir "adiós". –Alcanza a leerse en sus labios. La imagen se borra y súbitamente Anneliese se despierta de nuevo, ya toda llena de vendajes, se acuesta en una de las camas de lo que queda la enfermería de la Residencia.

Los ojos de Anneliese tiemblan mientras en su mente repasa el contenido de su sueño y recuerda también los acontecimientos vividos horas antes –La Inocencia... –Profiere nerviosa. Mira su mano y se da cuenta de que el estigma en su muñeca continúa en su posición– Sairi... –Recuerda que las Inocencias de Ji Hoo y Leila se apagaron justo en el momento de que ella fue atacada– Eso quiere decir...

–Quiere decir que Sairi aún vive, pero en riesgo de destruirse. –Le explica Luka, asomado por la puerta, con los brazos cruzados y los ojos severos, fijos en la muñeca de Lemercier.

–Luka-niichan... –Lo llama su amiga, cruzando su mirada con la suya– Pero, no lo entiendo... –Se vuelve a ver la palma de la mano, intrigada– Si es así, entonces...

–¿Entonces por qué? –Pregunta en un tono serio– Si destruyo a Sairi, todas las Inocencias debieron haberse destruido, ¿no? Y ahora te preguntas por qué Sairi y Judgment aún están ahí, ¿no?

–Sí... Yo... no lo sé... –Luego levanta el rostro, preocupada– ¿Qué hay de Shiro, Nami y Yuki? ¿Cómo están ellos? ¿Están bien? ¿Y los demás? –Le pregunta sin prestar atención a sus palabras.

–Todos están bien. –Le informa mientras deja de apoyarse en la puerta y se da la vuelta para salir– Los niños... Ellos siguen como si nada hubiera pasado. Los demás aún están inconscientes, pero parecen estar bien. –Piensa en los demás, y cómo los encontró con tantas heridas. Hace un gesto de desagrado y aprieta los puños por haber podido hacer nada para ayudarles– De hecho, las Inocencias de ustedes tres aún parecen ser funcionales, por lo menos en su estado inactivo. –Le dice antes de salir por la puerta. Su rostro vuelve a contraerse, frustrado– Descansa, Selene. –Dice al irse.

Anneliese intenta estirar la mano para decirle algo, pero su voz no alcanza a salir para detenerlo antes de que se desvanezca por la puerta. Mira de nuevo su mano y el símbolo de la cruz en el dorso de ésta, comparándolo con el de Juuri que vio en su sueño.

–¿Acaso...?

~

Los niños estaban descansando en los brazos de sus tías. Las chicas están sentada en un sillón de la sala de descanso mientras el resto de la Residencia está en plena actividad en el para mudarse a la Mansión Crepúsculo, por órdenes de Nea. Los bebés mueven sus manos jugando con el cabello de sus tías, quienes tarareaban suavemente una canción para tranquilizarlos.

–No vayan a caerse... –Le suplica susurrándole al oído– Vuestros padres se enojarán mucho con la tía Sam y la tía Carine si llegais a caerse de nuestros brazos... –Dice mientras trata de sonreírle.

Los 3 pequeños mira la cara sonriente de sus tías y le imitan, sonriéndoles también

–Me alegra que por lo menos alguien aquí sea capaz de mantenerse optimista... –Comenta Carine atrayendo a la niña hacia su cuerpo y abrazándola suavemente. Samantha le imita y abraza a los gemelos.

–Shh... Todo estará bien... –Susurra con voz suave. No se da cuenta de que en los cuerpos de Souichiro, Yukirihime y Nanami se distingue un pequeño resplandor que poco a poco cobra la forma de la cruz de Inocencia.

~

Es una tarde como cualquier otra en una ciudad. La gente camina por las aceras y los coches por las calles sin prestar atención más que a sí mismos, mientras el gran reloj de la torre marca la hora y el viento pasa imperceptible moviendo las hojas de los árboles. Las ardillas juguetean en los troncos y los niños patean la pelota en el parque ubicado en el corazón de la avenida. En la azotea de un edificio, la Noah de los Sueños está sentada a la orilla mientras lamiendo una paleta, le dedica una mirada aburrida a la gente que como hormigas transita bajo sus pies.

–Vaya, esto debería ser mucho más interesante... –Da un bostezo y deja su paleta de lado.

–¡Road-tama! ¡No debería hacer esto sin conocimiento de Ares-tama! –La regaña la sombrilla– ¡Se enojará si da un espectáculo a tan luz del día!

–¿Es que no lo ves, Lero? –Lo corrige ella, sosteniéndose la cara con el puño– Esos niños junto a los Exorcistas eran nuestro único juguete y ahora los rompieron, ya no sirven... –Piensa en su tío Nea en posición de ataque– Eso quiere decir que debemos buscar algo más con qué divertirnos.

–¿Algo como la gente normal? ¿No es suficiente ya con crear Akumas? –Le pregunta Eclair, apareciendo detrás de ella, con su cabellera movida por el viento que sopla en las cabezas de los rascacielos.

–Ara. Ya estás aquí. –La identifica con poco interés. La mirada de la Noah de la Nostalgia es similar– ¿Están todos listos para jugar?

–"Jugar" es un término más allá de lo que me gustaría usar, Road. –La corrige inconforme– Pero si, todo está según tus disposiciones. Aún así, creo que deberíamos...

–Lo que tú creas no me interesa. –La silencia con voz fuerte, dejando escapar sus emociones– Arruinaron a esos niños... ¡Ya no podré jugar con ellos! –Le reclama poniéndose de pie, dándose la vuelta y mostrándole una mirada furiosa. Eclair retrocede al sentir la presión de la ira de Road inundar el ambiente.

–En verdad está furiosa... –Le dedica una mirada a la ciudad que está bajo sus pies– Pero, la gente...

–Estos Noah viven por el odio y el resentimiento. No hago más que beneficiarlos al dejarlos libres a sus instintos.

–Instintos que tú creaste. –La corrige ella, armándose de valor.

–¿Ara? ¿Acaso estás desafiándome, prima? –Le pregunta molesta. Eclair retrocede dos pasos más y niega con la cabeza.

–Claro que no, prima. –Responde más obediente.

–Entonces, dejaré que mi ejército de Noah hable en mi nombre ante el Conde y Ares-sama. –Sentencia con voz sádica. Luego dirige su mirada hacia la extensión de la ciudad y se relame impaciente– ¡Ataquen ya, mis queridos hermanitos! –Invita melodiosa. Un aura negra comienza a sentirse por toda la ciudad al mismo tiempo que en varias plazas, calles y esquinas comienzan a salir jóvenes que liberan su transformación de Noah y comienzan a hacer explosiones, atacando a la gente.

Lanza un doble ataque de balas hacia un grupo de personas, que sale corriendo aterrorizada. Una de las balas choca contra un poste de luz, haciendo que la gente huya desesperada.

Varios niños atacan como monstruos a la gente a su alrededor, riéndose sádicamente al mismo tiempo que sus manos se manchan de sangre, siendo apoyados por Akumas que salen a sus espaldas.

–¡Matar, matar!

–¡Mueran, humanos patéticos! –Gritan dos más, enfermos por el poder de la materia oscura. Road mira como la ciudad comienza a teñirse del color del humo y las explosiones, con el rostro lleno de insatisfacción y venganza.

–Road... –Profiere Eclair, tratando de entenderla. Los gritos de desesperación y terror aumentan como espuma a los pies de los chicos asesinos.

–Todos van a morir, y está será una nueva tierra de Akumas. –Sentencia la Noah, seria.

~

–¡Jefe! –Le dice Lelouch a Nea, quien tenía vendajes en varias partes de su cuerpo cubriendo las heridas dejadas por el ataque de Road y el Conde, se separo de la radio de banda ancha. Nea lo mira sin poder deshacerse de su preocupación, intuyendo que le traían más problemas.

–¿Qué sucede ahora, Lelouch? –Pregunta agobiado.

–Son los Noah... Uno de los exploradores dice que los Noah han lanzado un ataque a escala masiva y a plena luz del día en una ciudad de Essex. Según él, hay muchos entre ellos que no están registrados en ninguno de los informes. –Explica nervioso– Si eso es verdad, quiere decir que estamos en problemas... Los chicos no pueden pelear, y un solo Akuma no es rival para un Noah...

–Cálmate, Lelouch. –Lo silencia con un movimiento de la mano– ¿Estás diciendo que hay Noah que nunca habíamos visto?

–Y eso no es todo... Son por lo menos veinte de ellos... –Reporta cada vez más asustado. La expresión de Nea se congela al escuchar el número– ¡¿Veinte?! ¿¡Desde cuando existen veinte Noah!?

–Según el explorador, la mayoría son niños que oscilan alrededor de los quince años. –Prosigue Lelouch, pero parecen ser tan peligrosos como cualquiera de los que ya conocemos...

–¿Y que tan grave es la situación? –Pregunta ya asumiendo un papel más consciente ante la situación, dirigiéndose al escritorio de estrategias. Lelouch lo sigue mientras revisa los papeles de donde lee la información.

–Ataques a las plazas y centros públicos a plena luz del día. Es como si... –Se corta antes de terminar la frase.

–¿Cómo si qué? –Interroga el 14º.

–Si me pregunta, me parece que es como si se quisieran mostrar a propósito.

–Es posible que así sea. –Los interrumpe Anneliese, habiéndose quitado todos los vendajes, mostrándose recuperada completamente, pero sosteniéndose contra el umbral de la puerta, respirando agitadamente.

–¿Selene? –Profiere el 14ª– ¿Tú...?

–No se por qué, pero siento una presencia diferente de la de los Noah en esos niños que están atacando la ciudad. –Explica mientras da dos pasos más hacia delante, haciendo equilibrio con sus pies para no caerse. Lelouch rápidamente corre a asistirla para que no se desplome– Puedo sentir la energía de todos ellos, y no se trata de Noah normales.

–¿Qué estás sugiriendo?

–No lo sé aún, ¡pero no podemos permitir que lastimen a la gente! –Reclama con idealismo en la voz.

Nea se enoja y da una palmada contra la mesa –¿¡Y qué se supone que quieres hacer, Selene!? ¡¿Ir y mirarlos hasta que se mueran?! ¡Si no lo recuerdas, todas las Inocencias se apagaron cuando Sairi fue destruida! ¡No hay Inocencia! ¡No tienen armas para pelear contra ellos, no hay nada! ¡No voy a permitir que unos simples humanos y una diosa moribunda se arriesguen a ir a un campo de batalla sin nada para vencer! –Le grita furioso, como si descargara su frustración con cada palabra.

Anneliese gruñe y aprieta los puños, dispuesta a no darse por vencida en su argumentación.

–¿¡Acaso no es nuestro deber salvar a los humanos!? ¿No lo es destruir a los Akumas y acabar con la Materia Oscura? –Reclama con voz severa.

Nea nota en los ojos de la joven la determinación de alguien que no está dispuesta a ceder.

–Entiende. Aun estás débil... –Musita triste– Selene, yo... –Prosigue él, pero es interrumpido por Yona, que viene acompañado por su hija y Carine, quienes tienen a sus nietos y su bisnieta entre sus brazos– ¡¿Sam?!... ¡¿Yona?! –La reconoce al verlas.

–Déjala ir. Selene-sama aun puede luchar. Mientras Selene-sama siga con vida, aun hay esperanza. –Explica Yona, en tono definitivo. Los dos hombres abren los ojos de par en par hasta casi desorbitarlos al escuchar la declaración.

–¿¡Qué has dicho!? –Pregunta el jefe, sorprendido.

–La katana de Leila aún sigue aquí. Los estigmas de cruz en los antebrazos de Ji Hoo dejaron de sangrar y se cristalizaron en la revólver otra vez. Y Selene sigue aquí y con vida. ¿Qué más pruebas quieres?

–Es verdad. –Profiere Anneliese, recordando el daño masivo recibido en su corazón en sus batallas pasadas, donde no quedó en coma varias veces gracias al Corazón– Sigo aquí y no en polvo dorado como la última vez en mi anterior vida. Si la Inocencia nos hubiera dejado, mi corazón y el Allen-chan se detendrían, Tsukuyomi sería una hoja oxidada, y las otras Inocencias equipamental serían inservibles, y los que son tipo cristalizado se desangrarían sin remedio... ¡Eso quiere decir que...!

–Qué tu Inocencia aún existe. –Explica Yona, certera– Igual que la de Leila-san, Ji Hoo, Anata y las de tus amigos de la Orden.

–Pero... ¿Cómo? –Inquiere Nea, incapaz de tragarse lo que su esposa les explicaba– ¿Cómo es posible eso? ¡El Haato fue destruido! ¡Las Inocencias de todos han dejado de funcionar!

–Eso es... –Son interrumpidos por Leila, que viene junto con Ji Hoo y Luka, entrando por la puerta. Yona se hace a un lado para dejarlos pasar– Es por Queen-sama. –Miran a Selene, comenzando a entender la naturaleza del fenómeno.

–Pero... ¿cómo?

–Es fácil. La Inocencia te salvó, pero ahora el grado de sincronización a disminuido en esa batalla. Tenéis suerte. –Dijo Luka irónico– Parece que vuestras Inocencias os salvo en esta ocasión. –Dijo, recordando el último instante de la explosión de luz que se dio en la Residencia, donde corrió hacia Selene, que estaba desmayada en el piso. La tomó entre sus brazos para despertarla mientras veía el lugar en ruinas y a los demás inconscientes en el piso. Pero lo que más le sorprendió fue ver el Haato aun latir.

–Debió haber sido mi padre quien a interferido como las últimas veces que estuvimos en peligro. –Recalco con ironía Selene.

–Quizás. Pero aun así estas en peligro de muerte, ane-ue. Volver a usar esa gran cantidad de poder podría llevarte a una muerte segura. –Aclaro su preocupación Samantha.

–Lo sé, Sammy. –Concordó con ella– Pero quiero ir. Aun me queda Judgment en mi poder.

–Tan suicida como siempre. Pero eres mi ane-ue y debo apoyarte siempre, aunque no siempre tengas la razón.

–Mercy.

–El punto es que aun pueden luchar. No al ritmo que esperamos, pero lo harán. –Aclaro su punto– Son la última esperanza en estos momentos. Los demás empacar lo más pronto posible a la Mansión Crepúsculo y que estos niños puedan tener un hogar seguro y que no les caigan el techo encima. –Eso último lo dijo en broma haciendo reír a todos.

–Lucharemos. –Contesta Yoon, mirándolo con confianza. Luka lo mira con su usual rostro estoico, pero sus ojos demuestran que confía en él. Yoon luego mira a Leila y Stella, quienes rápidamente asienten, y luego a Selene, que también luce lista para la batalla.

–Id con cuidado. De ser posible no usar tanto del poder de las Inocencias. –Les deseo suerte Nea, pero aun así se veía reflejada la preocupación en su rostro.

–Lo tendremos. –Le dijo Anneliese.

–¿Lista? –Le pregunto Ji Hoo.

–Lista. –Leila desenvaina su espada, Anneliese se lleva la mano al pecho y Ji Hoo saca el revólver.

–¡Inocencia, hatsudou! –Activa su Inocencia Selene mientras, ante la sorpresa de todos, el vestido de Sairi se materializa sobre ella, extendiendo sus alas que surgen de su espalda, pero en vez de la luz verde de siempre, su color es celeste claro.

–¡Inocencia, hatsudou! –Invoca también Leila, las hojas producen una gran cantidad de escarcha y se pueden ver marcas hexagonales azules en el límite entre el mango y las hojas, y brillan intensamente.

–¡Inocencia hatsudou! –Activa Ji Hoo sacando su revólver de un modelo adornado de 6 disparos revólver negro con un XIII grabado en un lado y una cuerda de seguridad. El resplandor de las tres Inocencias deslumbra a Nea, Samantha, Carine, Lelouch y Yona, Luka los observa callado y los niños lo hacen con un rostro que reflejan una sabiduría muy grande, como si supieran lo que está pasando.

–Es increíble... –Profiere Samantha mientras la luz que despiden sus amigos baña su rostro– Es... maravilloso.

«Y aún así no es como el brillo de siempre... sus Inocencias son diferentes a como eran antes.» –Piensa Luka mientras mira el aura casi divina que ahora cubre a sus tres compañeros– ¿Es este el nuevo poder de Selene?

–Y no solo eso. Sus heridas ya no están. –Agrega Yona, sorprendida. Selene se vuelve hacia Nea, Lelouch, Samantha, Carine y Yona, quienes siguen mirándolos asombrados.

–Tou-chan, Kaa-chan, Sam, Lulu, Carine les encargó a Shiro y Yuki hasta que regresemos. –Dice Selene– Souichiro, Yukirihime, Nanami. –Se dirige hacia sus hijos y su sobrina, quienes sonríen serenamente– Su mamá y tía irán a una batalla ahora mismo. Esperadme, que volveré pronto. –Agrega acariciándoles la cabeza. Ambos se dejan tocar como si fuesen un gato.

Leila y Ji Hoo le dedican una sonrisa lejana y los bebés se la devuelve, tranquila.

–Es hora de irnos. –Les urge Leila.

–En Essex, Westershire, a unas ochenta millas de aquí. –Informa Lelouch casi atontando.

–Llegaremos en unos minutos. –Explica Anneliese, confiada. Ji Hoo también esboza una sonrisa de alguien que no quiere ser ostentoso, pero no puede evitarlo.

Unos segundos después, puede verse a las tres estrellas fugaces de inocencia salir como balas desde una de las ventanas de la orden y surcar el cielo azul que rodea el valle. Stella va con sus alas extendidas mientras toma las manos de Leila y Ji Hoo, que vuelan a su lado de forma sincronizada.

Nea, Lelouch, Samantha, Carine, Yona y Luka los observan alejarse desde el balcón por el cual acaban de saltar. Kyoshiro y Yukirihime reflejan la figura de su madre en sus grandes ojos morados y rosa, como si esperarán su regreso desde el momento en que la ven partir.

~

Road y Eclair están viendo la destrucción causada por sus subordinados en la ciudad. Uno de ellos, que tiene los músculos crecidos, levanta un árbol y lo arroja contra un establecimiento donde hay gente refugiada, la cual grita de terror al ver el objeto ir en su contra.

–¡AAAHHH! –Gritan todos. Sin embargo, al instante es derribado por Selene, quien cae frente a ellos con Bakusaiga en mano, y mirando al mini Noah que acaba de hacer el ataque.

Al instante, Road se pone de pie, emocionada, mirando que frente a ella han aparecido Leila y Ji Hoo, ambos portando sus Inocencias y rodeados de su energía.

–¡Road! –Le grita Leila mientras entre sus manos se materializa sus dagas, apuntándole con ella. Ji Hoo también se prepara para atacar con Bloody Rose, mientras la Noah luce casi deleitada con su presencia.

–Sean bienvenidos, guardianes. –Celebra emocionada, disponiéndose a pelear.

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