5.-¿Vamos a un burdel?
Enzo palmeó la espalda de Jordi con animosidad varias veces. Los soldados que no tuvieron la oportunidad de mirar al nuevo capitan ahora lo hicieron. Admitieron que sí era bastante guapo, tenía el aire de ser bastante poderoso, era alto aunque no como aquellos rumores, claramente su pecho y espalda decían mucho más de lo que se veía. La cintura se ceñía en la armadura plateada y el hombre a su lado no era la excepción. Un poquito más pequeño pero sólo eso.
-Me has dejado lo más difícil, concluyendo algunos problemas que dejaste y deudas de todo tipo.-Se quejó Jordi.
-Pero los solucionaste todos ¿No es así?
-Por supuesto. Ahora me debes una bolsa en monedas de oro.
-Luego te las doy.-miró la tapa grisácea de ese libro, pasó su brazo sobre el cuello de su compañero casualmente.- Dime, ¿qué es lo que lees con tanto afán? ¿Unas historias que se venden a escondidas? ¿Hum? ¿Me la prestas después?
-No es eso. Estoy haciendo cuentas, algunos soldados se han quejado por la falta de raciones estas semanas, dicen que hay menos carne que frutos. Tenemos que abastecernos pronto y es malo que las raciones se hallan acabado tan rápido. El chico que antes hacía las cuentas de ello cayó enfermo, y por eso ese trabajo quedó en mis manos; hay algo que anda mal, la carne, los frutos secos, las raíces y el agua son temas complicados. Ya estoy muy cerca, haciendo las cuentas de los últimos dos meses, son muy diferentes a como se tenía a comienzos de año. Pero el encargado podría también no ser el culpable, tiene la moral sobre todo lo demás.
-Entonces alguien está sacando más de lo que debería en las reparticiones.
-Pero a cada soldado se le reparte en partes iguales y..
-Entonces Jordi.-Arrebató el libro para hojearlo y cerrarlo al instante.- si no se puede resolver esto como lo estás haciendo, la solución es simple y posiblemente halla oportunidad de encontrar más cosas. Cuando las provisiones se obtengan, e incluso más antes de que estas lleguen a nuestras manos, pon un vigía secreto al que tengas confianza. No importa si es un anciano o un chico de dieseis años, da órdenes precisas y dile que el capitán le otorgará algunos privilegios por su esfuerzo. Si llegamos a enterarnos de un posible saqueo para arruinarnos y causar que los soldados se peleen entre ellos, podemos tomar cartas en el asunto a la buena o a la mala.
La mayoría sabe que causar un conflicto interno es buena manera de obtener ventaja. Revisa las armas, que se encuentren en buen estado. Y por último cambia la estrategia de vigilancia.
Jordi quedó pensando un momento hasta que asintió.
-No es mala idea. Cumpliré sus órdenes.
-Bien, solo que nadie más debe saber sobre esto.
-Entendido.
No caminaron ni cinco pasos cuando el capitán preguntó confiadamente.
-Jordi, ¿vamos a un burdel?
Una tos se escuchó de pronto.
-Si lo dice de esa manera la gente ha de pensar mal. ¿Cuando aprenderá sobre eso..?
-Lo siento, pero he estado muy estresado últimamente, he visto más palabras mentirosas en estos días que en toda mi vida y mis dedos se han entumecido de tanto escribir. Tsk, el rey cedió tanto poder a personas tan ambiciosas que es difícil decir si no todos están relacionados. Tendría que hablar en privado y con las pruebas más contundentes.-habló con cautela, para que solo su compañero lo escuchara, luego de pronto elevó la voz.-Vamos a divertirnos un rato.
-Bien, le acompañaré, pero que sea solo un rato, necesito descansar y ver a alguien muy temprano por la mañana.
-¿Una novia?
-Eh..no, por ahora no.
-¡En hora buena mi amigo! Sospechaba que era yo quien te gustaba y no querías estar lejos de mi. Ah, quién sabe, estabas todo el tiempo a mi lado y no te relacionabas con nadie más..
Jordi lo miró con una expresión complicada, pacientemente dijo.
-Capitán, no haga ese tipo de bromas. Si alguien lo escucha posiblemente le sometan a tortura por fijarse en estos tipos de gustos o caprichos.
El capitán le palmeó la espalda con fuerza. Su sonrisa deslumbrante.
-Solo te tomaba el pelo, no hagas parecer como si hubiera cometido un delito. Siempre crees que digo las cosas enserio.
-Bueno, sin duda, en España sí lo es. Está prohibido ese tipo de relaciones. Además, es mi capitán, tendría que creerle de todas formas.
-Ya no bromearé mas. Cambiando de tema, hay un gitano.
Al mencionar "gitano", Jordi hizo una mueca, no podría describirse como desagradable.
-Si, si, sé que te molesta saber de ellos, pero es cierto, una considerable cantidad de ellos llegó a este lugar. Uno de ellos me agrada a pesar de que solamente lo he visto un par de veces.
El rey me ha ordenado acabar con ellos, pero...tampoco estoy tan seguro.
-Deberían buscar un lugar permanente al qué quedarse de una vez por todas. Son personas tan...inusuales. Sucede que siempre son echados y no son aceptados. ¿Acabarlos sin previa investigación?
-Esa es la razón que pensaba, se ha hecho lo mismo en otros reinos y sin embargo no hay piedad aunque sean inocentes. Inculparlos no es mi estilo aunque lo hemos hecho ya una vez pero por una acusación grave de robo a un concejal. Aquella ocasión dicho de una forma enlazada a la política y que sólo seguíamos órdenes, no tuvimos otra alternativa.
-Podemos advertirles, si bien deciden abandonar el territorio o no, ya sería cosa de ellos, aunque sea tuvimos la necesidad de ayudarlos.
-Si les advierto, es posible que no se retiren. En cambio..tengo una cuestión algo abrumadora, la noticia de que los gitanos tienen que ser echados de este lugar a corrido de boca en boca, sería cosa natural el que no se enteren? Extraño, además estamos apretujados con esto de un posible conflicto bélico. Talvez hacen magia y eso les ayuda a saber noticias importantes antes que nosotros sabiendo hacer lo que les conviene y no irse.
Aunque con magia o sin magia, si decidimos acabarlos no podrán evitar su muerte.
-A menos que no los encontremos de un día para otro. Que no dejen rastro de su paradero.
-Ciertamente. Aquí entre nosotros, podría ayudarlos a encontrar una salida. Luego te diré cómo.-movió la cabeza a un lado y comentó.- He estado pensando detenidamente sobre ti.
Estas muy capacitado para ser el nuevo capitán, en cualquier momento, ascenderás de puesto.
-Yo, prefiero mantener mi lugar. Sabe bien que el puesto se gana cuando el capitán fallece o está demasiado viejo.
Enzo sonrió.
-Tengo ya varios años, soy capitán desde los diecisiete. ¿Y cuánto cumplo en un par de semanas?
-Veintinueve, capitán. Pero creo que su trabajo lo ha rendido eficazmente y con batallas ganadas. Tiene las agallas de no haberse rendido ante la opresión del enemigo. Es alguien de admirar.
Enzo se sorprendió ante las palabras de Jordi, era la primera vez que las escuchaba y se sintió muy bien por dentro.
-Si fueras una señorita, te habría besado en agradecimiento. Pero viendo cómo están las cosas, solo puedo invitarte un par de vinos. Venga, pelear por tantos años también cansa, es demasiado agotador sujetar la espada durante toda la batalla y terminar con los brazos entumecidos además de laceraciones por bajo las piernas o el cuello.
Empezó a estirar los brazos y mover el cuello a un lado, causando un tronar que le enchina los vellos a cualquier persona.
Jordi admitió que parte de lo dicho traía consigo verdades. Miró hacia atrás, después, con la voz baja añadió.
-¿Los que nos siguen por detrás vienen con usted?
-Oh, así es. El rey los ha puesto a mi mando y hacen lo que les pida sin rechistar. Uno de ellos es mudo, pero no ha cometido ningún error hasta ahora. Uno de ellos es como de tu edad, más o menos.
Asintió lentamente.
Más calmo, al rato, Jordi exclamó.
-Capitán.
No vuelva a decir que quiere dejar su puesto. Ha sido como un ser querido para mí, un breve ejemplo; Mi madre ha pedido que le presente a mi hermana.-se rió por un instante, casi avergonzado.-Pero sé que a mi hermana no le gustaría.
Eso lo tomó por sorpresa, parpadeó un par de veces.
-¿Y eso por qué? ¿Cómo de que no le gustaría, tan horrible me vez?
La broma no tardó en llegar.
-Capitan, usted es tan feo que incluso quiero vomitar. No sabe lo horrible que es verle la cara todos los días. Incluso tuve pesadillas.
Enzo pegó unas cuantas risotadas, llamando la atención de las personas que los cruzaban. Jordi sin darse cuenta mantuvo una sonrisa en su rostro blanco, con rasgos guapos y unos labios de un color rojo pálido.
-Prosigo Capitán: ella ama a un comerciante, lo conoció en un intercambio de telas en nuestra colonia, se ve lo emocionada que está cuando habla de él. Es un secreto entre ella y yo, nuestra madre piensa de usted tan bien que quiere integrarlo a nuestra familia. Pero aún creo que no le gustará un hombre tan viejo y en los huesos como usted.
Absolutamente divertido por las palabras falsas de su amigo, Enzo bromeó con toda confianza, levantando una de sus cejas coquetamente. Las manos en la espalda y voz atractiva.
-Jordi, no me culpes si cuando me presentes a tu hermana ella me suplique que la tome por esposa. Te haré los sobrinos que quieras e incluso una media docena más de regalo. ¿Apuestas?
-Mi suerte no es tan buena como la suya, tal vez perdería con seguridad.
-Probablemente sí perderías.
Ambos se miraron en silencio, y luego soltaron una gran carcajada.
-Si, seguro, capitán. Seguro.
Después, cuando la noche cayó. Ya habían acordado verse en frente del gran burdel idílico. Ambos vestidos con ropa cómoda y formal, la camisa entreabierta lijeramente en el pecho.
De pronto, Enzo opinó en voz baja.
-Extraño, ya no siento la familiaridad que siempre suelo tener a cada que visito estos lugares.
Casualmente, Jordi soltó sin ningún tipo de intención.
-No se ha fijado en alguien, ¿capitán?
-Una gitana me llamó la atención, pero resultó ser un gitano vestido de la más bella mujer que había conocido en la vida. No diría que fue decepción, después de todo fue divertido.
-...
Jordi lo miró de reojo.
-No me mires de esa forma, no es como si me hubiera enamorado de un hombre.-soltó, contrayendo la esquina de sus labios, pareciendo una sonrisa.
-No me malinterprete, señor. Estoy seguro que no es así. Usted es un capitán muy derecho y lo he presenciado con mis propios ojos.
-Jajaja, ya te he dicho chico que no me llames por mi rango cuando estamos fuera. Agradezco tus palabras sinceramente. Después de todo las personas con un gran atractivo llaman mi atención e incluso llego a calificarlas. Tu estás en un ocho de diez.-Rió.- verdaderamente quisiera probar los lugares de España y mi emoción crece a cada paso, la comida es exquisita y ahora aquí-
Incluso antes de poder cruzar la puerta, las narices de ambos fueron golpeadas con el fuerte aroma del burdel. Un olor extraño, parecía una mezcla de colores que ya no se podía distinguir cual era el más claro. El capitán apenas sostuvo la sonrisa en su rostro, se dió media vuelta y empezó a alejarse con el almuerzo en la garganta. Uno de esos olores golpeó una pared de recuerdos que tenía de niño. Olía como a..su padre. Aquel sujeto aborrecido desde su infancia, el que fue el culpable de tantas desgracias, pero sobre todo una en especial. El día en que halló a su madre siendo golpeada, y su hermano menor llorando en una esquina con varios moretones en su pequeño y delgado cuerpo. Luego..del cómo ese pequeño chiquillo, fue estrangulado y él sin poder levantarse de la patada que recibió en su estómago. Odiaba con totalidad cualquier cosa que le recordara a ese bastardo.
Cuando tenía siete años ya guardaba rencor hacia ese tipo, y no era sin una razón.
Aún así, no llegó a tomar venganza, puesto que desapareció de un momento a otro.
Tal vez murió, tal vez siga con vida haciendo daño en otras partes, pero estuvo bien no verlo y Enzo se ahorró el gusto de golpearlo. El de moler a golpes su rostro y hacer que pida perdón a gritos.
Sacudió la cabeza apretando los dientes.
Soltando un suspiro cruzó los brazos y continuó moviendo las piernas sin mirar el lugar al que se dirigía. La mirada al manto oscuro de la noche.
Jordi pensó que su capitán lo seguía por detrás cuando ingresó. Fue recibido por un par de damas de vestimentas casi engorrosas, sus pechos abultados y el maquillaje excesivo.
Corrió un escalofrío por la columna del soldado.
La mayoría de las personas en el lugar giraron la mirada a Jordi, quien al sentir ser el centro de atención se incomodó un poco, sobretodo cuando estos lugares le irritaban.
-¿Por qué tan solo?
Jordi negó, a la vez que giraba la cabeza. No había nadie en su detrás.
-No estoy solo. Él viene..
Venía conmigo hace un instante.
Ni siquiera vió el polvo y mucho menos la sombra de su capitán.
Apartó las delicadas manos prendidas a sus hombros dando la vuelta. Huyó a toda prisa, dejando a aquellas mujeres insatisfechas. Lo habían encontrado muy atractivo pero no pudieron sacarle ni siquiera el nombre o un poco de dinero.
Caminando por un camino que encontró al azar, halló a su capitán sentado en la intemperie. Le daba la espalda.
Enzo se percató de su presencia rápidamente, apenas miró de reojo para confirmar quién se le acercaba.
-Deberías haberte quedado y disfrutar por mi. No me sentí muy bien de pronto.
-No podría capitán, lo acompañé para que se sintiera mejor, no para que yo me aprovechara de la situación.
Enzo hizo un impulso lijero y ya estaba de pie. Resopló.
-Vamos a beber, lejos de aquí, ya no quiero entrar a ese lugar.
Tú..Crees que me hace falta una compañera con la cual sentirme mejor? Te estoy molestando bastante cada vez. Salir del campo de batalla y hacer estas cosas no se sienten tan bien como cuando antes.
Jordi se sintió sumamente extrañado, al no conocer cierta debilidad de su capitán lo que podía hacer era seguirlo sin decir nada. El cielo estaba despejado y soplaba un viento fresco.
Pero su capitán siguió hablando, quizá solo necesitando que lo escuchara.
-La emoción en el campo de batalla no es la misma, por eso pienso en hacerte mi sucesor. Una vez que pueda completar mi función como capitan, dejaré esto y buscaré alguna dama con la cual tener una relación seria. Blandir la espada es algo fascinante, pero no entré a este mundo porque me gustaba, sino como una salida, me conociste desde hace mucho y comprendes lo que digo.
También quiero pasar mis años tranquilos como toda gente. Si sobrevivo, enserio, saldré de esto y construiré una familia en la tierra natal de mi madre.
-¿Y la herencia que le corresponde por derecho? Los papeles indican que usted es el dueño absoluto de varias tierras. Usted viene de buena cuna por parte de..
...su padre.
-Estoy en eso, centrado en que tengo que hallar algo que hacer. Quizá vender las tierras, a excepción de ciertos lugares en los que crecí de niño. En ese entonces era solo un mocoso que no sabía nada de lo que ocurría a mi alrededor, solo pensaba en jugar y corretear con mi hermano, subir a los brazos de la mujer que me brindó la vida con risas alegres. Si aceptas Jordi, puedo regalarte gran parte de las tierras, sería como compensación de todo tu apoyo por tantos años.
-Capitan, estoy muy agradecido, me salvó la vida innumerables veces, no tiene que hacerlo. Más bien, debería ser yo el que intente pagarle cuanto pueda en esta vida.
-No es necesario.-Respiró hondo, dando media vuelta para ver a Jordi inclinado.-Hey, levanta, deja de hacer eso o me harás pensar que soy el propio Rey.
Podemos hablar de estos asuntos luego. Esas tierras por el momento no se tocarán.
-Y si su padre regresa a reclamarlas-
-Si se atreve, si es que vive, lo mataré.
Dijo con un sabor amargo en el paladar, los puños cerrados detrás de su espalda reprimiendo la ira que le provocó recordar de su pasado. Por un momento se sintió con las energías suficientes de pelear durante días sin descanso con tal de sentirse mejor, pero flaqueó al final.
-Mejor..-respiró hondo.-mejor no vamos a ningún lugar, iré a caminar un rato solo, tú ve a descansar, dijiste que deseabas ver a alguien muy temprano.
Con esto, Jordi obedeció.
Se separaron rápidamente.
....
En lo que acontece en otro lugar. Un ocupado gitano con algunas otras cosas en mano se aproximó a una caravana iluminada. Las luces amarillas de las velas parpadeaban.
-Gypsy, hey hermana, ten esto.
Las cejas de Gypsy se elevaron un poco.
-Vaya..
Pensé que los guardaste.
La daga y el brazalete que tomó en sus manos cayeron en una cajita, esa misma cajita fue guardada entre algunas ropas suyas.
-Los tomé prestados temporalmente, ya recuperé mi propia daga.-parecía no tan satisfecho por la forma en que consiguió los objetos.
-¿Y donde la encontraste? Esa daga es especial para ti y por jugar la perdiste. Deberías ser más cuidadoso.
-Un soldado.-Contestó acomodando más cosas en sus brazos desinteresado.- Supuestamente me vió vestido de mujer en la boda de la familia Lishara, pero no recuerdo mucho.
-Ah, ¿Ese payo era un soldado?. Te topaste con un hombre, más alto que tú. Hablaste un buen rato con él fuera de la tienda. Estabas algo borracho y por eso lo olvidaste. También..no es el desafortunado al que tiraste piedras?
-Ahora que lo mencionas..¿Enserio? ¿Ese es el mismo soldado? Aquel día no pude distinguirlo con claridad...-sus cejas se elevaron.
-Uh-hum. Dios sabrá lo que intercambiaron entre ustedes. ¿Sabes? Aún me pregunto por qué lo abrazabas. Una escena poco común.
Su dedo índice apuntó su propio pecho. Aún atónito.
-¿Yo?
-Parecía que sí. Estaba obscuro pero no tanto. Además la adivina te vió~
Las comisuras de sus labios temblaron.
-Yo no abrazaría a alguien, viste mal, la adivina también vió mal.
-¿Y dices que no recuerdas?
-¡Bueno! No recuerdo, pero yo sé que jamás haría eso.
Gypsy suspiró negando.
-Si no te casas pronto con alguna joven, creeré que no te gustan las mujeres.
-¿Eh? ¿A qué vino eso tan de repente? ¡Gypsy! No huyas, gypsy..
Los días se fueron volando.
Una semana después los gitanos habían escondido su paradero a la perfección. Iban unas mujeres siempre acompañadas de sus maridos para comerciar cosas de valor o intercambiar. Ganaban dinero mostrando algunos trucos, bailes e incluso leyendo la mano, sin embargo, empezaron a tener problemas de pequeños a grandes.
-¡Capitán! ¡Capitán!
La voz exaltada provino antes de pasar por la puerta.
Enzo no perdió más el tiempo. No levantó la mirada de los papeles sobre la mesa.
-Habla.
-Un par de los soldados que no son de nuestras tropas atraparon a un pequeño grupo de gitanos, quieren llevarlos al calabozo.
No podía estar seguro de esa mezcla de molestia en el pecho. Había buscado al chico y tampoco podía estar tranquilo sin volver a verlo, extrañamente se sentía inquieto.
Tomó su espada apoyada sobre la mesa, guardó los papeles en orden y salió para tratar el asunto.
Se burló de sí mismo en cuanto descubrió que Gyula no estaba entre ellos, esperaba por lo menos ver su cara y sentirse tan cómodo solo con mirarlo. Resultó que había una gitana entre el grupo, muy joven, de apariencia similar al gitano y por un momento llegó a pensar en coquetear con ella. Al final no realizó nada, simplemente Ayudó a que los gitanos fueran puestos en libertad callando a los soldados propios del reino.
En este tiempo ni siquiera al capitán se le permitió moverse a más de tres lugares; Al salón de justicia, al castillo y al campamento de sus tropas. Había ido sacando uno a uno a todos aquellos que abusaban de la confianza del rey. Llegó a ser insultado. En tan poco tiempo su fama se fue cayendo al suelo por aquellos culpables a los que había descubierto y despojado de bienes.
¿Pero qué más daba lo que dijeran ahora? La declaración de guerra se hizo oficial esa misma noche. Empezaron los gastos en todo tipo de armamento pesado y en transporte. El enemigo no solo atacó, tenía las expectativas muy altas de que ganaría y envió asesinos en cubierto. Habiendo visto un pequeño descuido se intentó acabar con el rey mediante envenenamiento. Si se mataba al rey, de donde vendría las autorizaciones reales y la aprobación de la mejor idea entre muchas? La princesa realmente no había sido criada para ello.
Estuvieron un mes corriendo de un lado para el otro. A duras penas se logró la derrota en el norte de Granada. Incluso Enzo el día de su cumpleaños recibió unas cuantas heridas en las piernas y brazos, viéndose obligado a recuperarse en cama. Después de derrotar allí, las fronteras estaba siendo invadidas, enviando a Jordi cuenta suya.
Al día veinte del otro mes Jordi envío una carta desde Navarra con suma urgencia. Los caracteres desordenados además de torpes.
Los jinetes habían sido reducidos a menos de la mitad y se aproximaban muchos soldados enemigos desde cuatro direcciones planeando rodearlos. El capitán arrugó la carta en su mano con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos.
Miró fuera y llamó con una voz fría.
-Tú, ven aquí.
El hombre mostró respeto a su superior en cuanto entró.
-Mi capitán.
-Llama a unos doscientos soldados que incluyan jinetes, hacia navarra. Hazlo ahora mismo. Refuerza las tropas antes de una emboscada, rodearlos.
-Si. ¿Qué haré en cuanto..?
-Sobre los nuevos cargamentos que el rey a puesto en nuestras manos, yo me encargaré de verificar cada uno de ellos, caja por caja. Vete.
No dió una sola mirada, pero el tono de su voz indicaba molestia, tan cortante y despectivo. Sus tropas aunque eran buenas, no superaban a los del enemigo en cantidad, no importaba si eran buenos guerreros, de poco en poco irían disminuyendo. En cualquier caso, las nuevas armas incluidas deberían ser de mucha ayuda para aguantar.
-No comprendo como esto pasó tan rápido, no debería haber empezado como lo hizo. ¡Tsk!
Tomó la pluma del escritorio, sacó una hoja y empezó a escribir. Ya que el rey aún no podía tomar todo a su cargo, el capitán podría deliberar entre la mejor opción aunque arriesgue su vida. El notario no era la mejor persona en cuanto a hacer amistades, pero era responsable y confiable, lo suficiente como para encomendar una carta privada al rey con entrega inmediata.
Necesitaba una pronta conferencia.
Desde Sevilla tendría que dividir las tropas en pequeños grupos y trazar una nueva ruta en el mapa. Tenía en cuenta que se enfrentaba cara a cara con personas tan hábiles como él en una guerra.
Más tarde, abrió las cajas apiladas sobre los carruajes tirados por cuatro bueyes grandes y robustos, una sola caja era tan pesada que obligaba a tomar aire antes de bajarla al suelo. Entrecerró los ojos, sacando un arma de doble cañón, fijó la vista sobre la pólvora. Sacó las tablas que cubrían más cajas encima del carruaje. Una sonrisa se le escapó en los labios.
-Con esto..cómo no vencer?
╔═════ஜ۩۞۩ஜ═════╗
Me inventé un conflicto, pero tal y como sucede en la verdadera historia, los reyes católicos harán su aparición.
¿Ya dije que estoy loca por el BL?
También haré una historia corta sobre gitanos pero esta vez entre una joven gitanilla y el hijo de un herrero.
Desarrollada en Francia.
Y les cuento que me puse a leer desde el capítulo 1 esta novela , y, me aburrí.
F por mí 😪🤣
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