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Capítulo 1

"Si tuviera que inventar una forma de destruir al mundo, escribiría una canción; Porque solo la música es capaz de corromper un alma noble."

12 de enero, 2016.

12:15 P.M.

La puerta estaba cerrada con llave. Había corrido tan rápido como sus pies se lo permitieron. Sudaba frío, temblaba y su respiración se cortaba. Bajó, no iba a resistir demasiado, no podía.

Niall, realmente necesitaba ir al baño.

Su rostro compungido se marcaba cada vez más, cuando con dificultad logró avanzar por el primer piso, hasta llegar al sanitario de maestros.

Entró. Y demonios, gloria pura.

Estaba encerrado en uno de los cubículos ya relajado, y justo cuando se dispuso a salir escuchó pasos dentro del baño, la llave de uno de los lavabos, agua y un constante jadeo.

Quitó el seguro de la puerta y lentamente la presionó hacia delante, el chico castaño frente a él parecía querer azotarse el rostro con el agua. Se acercó a el y colocó una mano en su espalda.

—Ehm...¿Estás bien? Hey, chico, respira.—El castaño levantó la vista, su cabello estaba desaliñado y tenía un peculiar aroma a cerveza barata .—¿Necesitas ayuda?

—Y-yo, uhm, sí, digo, no. Sí, sí, estoy bien.

—Okey, voy a hacer como que te creo, si no quieres mi ayuda está bien. Igual ya es hora de almuerzo. Ven, vamos a comer.— Dijo el rubio caminando hacía la puerta, mientras que el chico continuaba estático y confundido en su lugar.

—¿No vienes? Es que como te vi medio aturdido y solo, decidí que almorzarías conmigo. Considérate afortunado.

Le siguió ambos salieron y se movieron perezosamente por los pasillos del primer piso.

— Eres nuevo maestro, ¿Cierto? No te había visto antes. Dime, ¿Cuándo llegaste? ¿Tu nombre es...?¿De dónde eres?¿Tu edad? Ah, ya sé. ¿Qué clase das?¿Pareja? ¿Color favorito?

—Wow, más despacio. Son muchas preguntas.—Intervino. Aclaró su garganta.— Sí, soy nuevo, llegué el lunes. Soy Louis Tomlinson, de Doncaster, tengo 21 años, doy clase de piano, Soy soltero y me gustan casi todos los colores. ¿Y tú?

—Eso es información personal,  cielo. Pero solo porque hoy estoy de suerte te diré, que soy Niall Horan, tu soberano.

Louis solo lo siguió, asintiendo con la cabeza tranquilamente. Entraron a la cafetería, las personas iban de un lado a otro con sus charolas cargadas de comida. El rubio, ignorando a la fila de personas que había, pasó directamente al mostrador y pidió para él y su acompañante.

Se sentaron en una mesa alejada, Louis estaba reconsiderando si seguir a este tipo era buena idea, parecía raro. O bueno, era rara la forma en que jugaba con su comida.

Observó a las demás personas, veía a cada uno con asombro, le encantaba el ingenio y creatividad que se respiraba en el aire, lo mantenía consciente.

Pero odiaba sentirse acosado, y es que cada vez que volteaba a ver, ese chico seguía allí. Parecía seguirlo, todo el día, todos los días desde que lo había visto por primera vez. No recordaba mucho de esa noche, solo una gran fiebre y fuertes escalofríos. No importaba cuan borracho estuviera, lo seguía viendo. A estás alturas no sabía si realmente estaba allí o solo era el producto de desayunar Whisky. No quería que lo tomaran por loco, no quería creerse loco, pero joder, ¿Cómo era posible que nadie le prestara atención al chico pálido, de traje negro parado detrás suyo? Demasiado formal para pasar desapercibido, creía.

Escuchó un golpe seco y prestó atención a su alrededor de nuevo. Un joven, a un par de mesas había caído desplomado en el suelo; pero nadie hacían nada, solo lo veían atentos.

— ¡Eres un inepto!— Gritó una de las chicas que estaba en esa mesa.— ¿Yo? Fuiste tú la de la idea.— Repuso otro joven.—Sí, es tu culpa, debías drogarlo, no matarlo. Lo necesitábamos vivo. Dijiste que sabías usar el arsénico. — No, es cloroformo. Y dije que lo conseguiría, no que sabía usarlo.

—¡Alto!—Gritó el joven moreno levantándose del suelo.— Suena muy forzado, necesito que hablen más fluido, con más pesar, como si realmente estuvieran en un lío grande, ¿De acuerdo?

—Sí, maestro.— Dijeron los chicos al unísono y él otro continuó.— Terminen de comer, tenemos que trabajar mucho en su improvisación.— Finalizó y se sentó con ellos.

Louis no estaba seguro de lo que pasaba. Niall prestaba atención a su lenguaje corporal, la forma en que el castaño parecía nervioso siempre y dijo:

—Escucha, la cosa aquí esa así: Acá enseñamos varías disciplinas, enseñamos arte, esos chicos de allá son actores y como a todo actor, les encanta llamar la Atención e improvisan cada vez que pueden. Son buenos, no creas que no, pero son muy falsos, ten cuidado con ellos. Acá Zayn, Falso No. 1, dirige el taller de teatro, a ese tipo le encanta jugar al muertito. Pero bueno, tiene talento, porque es un gran mentiroso.

— Cuanto resentimiento. Eso me suena a que tuviste algo con él.— Comentó Louis divertido.

— ¿Malik y yo? Iugh, no. Sólo lo conozco desde hace mucho y me desagrada demasiado.

—Aja.

—Bien, sigamos. Los chicos de pintura, dibujo y esas cosas, siempre están sucios, siempre. Los del taller de escritura, literatura y poesía traen una cara de pena y sufrimiento, que no se la aguantan ni ellos mismos, no sé pero todos se creen almas rotas. También están los danza que jamás de los jamases, nunca, vas a ver en la cafetería. Se la pasan practicando y fumando. Y por último tenemos a los completamente geniales, increíblemente divertidos y espectacularmente hermosos seres de toda la academia.

—¿Y ellos serían...?

—Los músicos y cantantes, obvio. O sea yo.

—Louis rió un poco.— Y tú, ¿Qué sabes tocar?

— Violín, guitarra, ah, y también canto; Pero—pronunció largando la "e".—me tienen dando clases de historia de la música.

—¿Por?—Interrogó Louis. —Cosas técnicas. — Respondió el otro.

El timbre sonó y todos comenzaron a levantarse, incluyendo al rubio.

—Me voy, tengo  clases que dar. Pero espérame a la salida, frente al auditórium, voy a enseñarte el lugar. Te veo luego, Lewis.

Niall se levantó y salió de la habitación, la cafetería quedó sola y Louis seguía con su vista fija en su pastelito a medio comer.

5:30 P.M

Estaba feliz. No era tan mal maestro como creyó que sería. Su salón era amplio y bonito, con un lindo piano de cola y un pizarrón junto a la ventana.

Ya listo para irse, salió del salón. Su departamento estaba a unas 3 calles, ya moría por estar en el y dormir un poco.

Pasó por el auditórium y vio a Niall allí, solo hizo un ademán de saludo y siguió caminando. Tal vez fue que su mente estaba bastante activa ese día o Niall corriendo hacía Él, lo que le recordó que el chico estaba esperándolo.

—Oye, sí tú, el enano. Detente.— Paró y volteó a verlo. —Llevo esperándote media hora, Lewis. Que falta de respeto.

— Lo siento, lo olvidé y no me llames Lewis, no me gusta, mi nombre es Louis.

—Bueno, ya que. Tranquilo, no te esponjes. Sígueme, voy a contarte una historia.— Caminaron observando los cuadros de las paredes.— El Centro Cultural de Bellas Artes en Holmes Chapel, fundado el 10 de febrero de 1983, ha sido la casa de todos los jóvenes talentos en Reino Unido por generaciones, su mayor objetivo es formar y estimular el lado creativo y sensitivo de sus alumnos, sigue el ejemplo de grandes artistas y venera la dedicación y el trabajo arduo.

—¿Estás dándome una clase?

— Sí, cállate, no me interrumpas. Al ser está una institución de renombre y económicamente accesible, la convierte en una increíble oportunidad de aprendizaje que abre puertas al mundo. Estudiantes de promociones pasadas, que fueron instruidos con la disciplina de este centro se encuentran hoy triunfando, mostrando su talento en París, Madrid, Rusia y demás. En estás paredes están colgadas solo las fotografías del los mejores.

— Ya entendí porque te tienen dando clases de historia.— Louis caminó viendo las fotografías.—¿Y tú estudiaste aquí? Digo, ¿Tú foto está por aquí?

—Sí, por supuesto que estoy allí, soy bueno, de los mejores aunque no creas, y me ofendas.— Dijo con la mano puesta en su pecho fingiendo indignación.

— Ya, ya. Suponiendo que eres tan bueno, ¿Por qué no estás en, no sé, Mónaco?

— Sucede que yo me debo a mi alma máter, mi hogar está aquí, y bueno, recuerda que la vida nunca es justa.— Niall lo tomó del brazo, y lo jaló hasta la mitad del pasillo; Señaló uno de los cuadros. — ¿Ves al rubio de los dientes feos con el violín? Bien, ese era yo. Lo sé, lo sé, me amas.

Louis se acercó a la foto y dejó salir una leve risita. El Niall quinceañero era demasiado tierno, se dedicó a ver con cuidado los detalles en el cuadro.

Y no, Louis no empezó asentirse para nada mareado.

Eran esos ojos, esos jodidos ojos verdes. El chico junto a Niall en la foto. Tenía una enorme sonrisa mostrando todos sus dientes, sus hoyuelos marcados, el cabello esponjoso y la cabeza recargada sobre el hombro de Horan.

—A él lo conozco.—Escupió de repente.— bueno, no lo conozco, pero si lo he visto. Ha estado siguiéndome estos días.— Giró todo su cuerpo buscando al chico que por primera vez en el día no estaba con él.— ¿También puedes verlo?¿Cierto? ¡Ja! Yo sabía que no estaba loco. Sabía que era real, yo...

— No, tú no viste a nadie. Estás confundido. No hables de cosas que no entiendes.—Interrumpió al castaño.

—Te lo juro, realmente lo vi...

—Basta.

—No, escucha. Hace una semana yo...

—¡YA! ¡No más! Harry está muerto, entiendes, no viste nada. Nada. Porque es imposible, no lo vemos hace más de cinco años como para que salgas con esto. Él desapareció, solo se fue y nos dejó a todos en la mierda, ¿Oíste? ¿Sabes qué? No quiero hablar más de esto y tengo cosas que hacer, con permiso.

"Harry", musitó bajito, En menos de diez segundos Louis habías quedado solo, otra vez.

Le restó importancia. Sinceramente, no podía importarle demasiado un tipo raro y temperamental que había conocido tan solo esa mañana.

Llegó a su casa, se quitó los zapatos y el pantalón. Su sándwich de jueves por la noche seguía allí, aunque claro, con algunas moscas extra.

Entró al baño, y por el reflejo del pequeño espejo del cuarto vio que alguien estaba parado detrás suyo, demasiado cerca. Ya se había convencido de que todo estaba dentro de su cabeza. No tenía amigos imaginarios desde que estaba en segundo grado, pero bueno, ya que. Se volteo y dijo:

—Oye, si vas a ser mi sombra, al menos háblame, ¿No?— Luego soltó una gran carcajada para sí.

—¿Lo soportarías?— Respondió el adolescente ladeando la cabeza.

Entonces sintió un fuerte olor a sangre y todo se puso negro.



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Hola.

Este es el primer capítulo. Sí, ya sé que me tardé y también sé que el capítulo es un poco decepcionante y básico. Pero se pone mejor, I promise.

Gracias por los votos que recibí en el prólogo. Comenten, me gusta mucho leer los comentarios. :)

Mantenganse con vida. J.S

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