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Observo a Brendon entrar a su casa y luego miro a Tyler
El auto está apago a un lado de la banqueta, la radio está apagada y a lo lejos se veían varias nubes grises.
-Desde la casa de Brendon a la tuya cálculo veinte minutos... ¿es suficiente para contarme una historia? -Le pregunto de una forma neutral
-No importa, yo sólo... Era un niño estúpido -Se encoge de hombros y yo toco su hombro
Yo quiero mucho a Jesse y a Colin. Son mis amigos desde hace mucho, casi tanto como Brendon. Pero el punto es: Ellos han hecho muchas cosas para verme feliz, porque me quieren. Y no entiendo que pueden querer de mí, en especial Jesse. Soy homofóbico, si, lo admito. Pero... Aún así me manda mensaje de buenas noches y buenos días, me trata casi como a Colin. Y lo único que hago es fastidiar a su nuevo amigo para alejarse de ellos
-Te llevaré a casa -Le sonrió un poco, pero no me ve. Así que sólo retiro la mano y arranco
Y así lo hago. Lo llevo a casa.
Como la vez pasada, se quedó dormido, recargando su cabeza en la ventana y sus manos juntas para hacer una almohada. Aunque eso no lo salvó cuando pase por un bache y su cabeza rebotó contra el vidrio, a lo que inevitablemente me reí fuerte mientras estacionaba el auto fuera de casa.
-Llegamos. Pero si quieres dormir en al auto no hay problema -Me burló mientras me quito el cinturón de seguridad
-¿Qué hacemos aquí? -Pregunta después de mirar a los lados y notar que estamos en el patio de mi casa- ¿Qué hago aquí?
-Te dije que te llevaría a casa... No especifique a cuál -Me encojo de hombros y salgo del auto.
Escucho la puerta del auto abrirse y luego cerrarse
-¡Entrenador! -Grita, trotando por detrás para entrar a la casa después de mi- Debo ir a casa. A mí casa -Dice, entrando pero quedandose cerca de la puerta, sin siquiera cerrarla
-¿En serio? -Saco un poco de comida del refrigerador- Me sorprendes, Tyler. Siempre
-¿De... De qué habla?
Me acerco a él y cierro la puerta
-¿En serio quieres volver ahí? Tu padre te golpea -Digo crédulo
-Claro, y usted no -En su voz hay sarcasmo, pero su rostro solo expresa preocupación
-¡No hoy, no ayer! La única vez que te golpeé fue porque te lo merecías -Lo señaló como niño pequeño
-Necesito ir a casa -Insiste
-¡La maldita puerta está abierta! Si quieres irte, hazlo. Si quieres quedarte abajo está el sofá-cama. Me da lo mismo, solo quería ser amable contigo. Tal vez... No sé -Me rindo y camino a la cocina
-No lo entiendo, no sé por qué...
-Por Jesse, Tyler. Por mis amigos, porque todas las veces que he tenido que soportarte (estén ellos presentes o no) lo hacía por ellos. -Escupo las palabras- ¿Crees que yo me juntaria con alguien... como tú? No, Tyler. Todo es por mis amigos, por estar bien con ellos
Se queda callado, así que continuo
-Pero hoy... Te ví sólo como un chico normal. Todo fue divertido y agradable, y lo lamento si no te lleve al infierno de tu hogar, pero puedes largarte cuando quieras
Tyler se queda callado, al igual que yo y al igual que todo.
Estoy de espaldas, veo su silueta reflejada en la ventana de la cocina, solo veo y siento su mirada sobre mí.
-¿Entonces? -Volteo finalmente
Tyler toma una foto enmarcada de una mesa decorativa que esta en el pasillo de la entrada y lo lanza hacia mí
-¡No tienes derecho! -Grito una vez estoy en el suelo por esquivar la foto que ha golpeado la puerta del refrigerador
El vidrio estalló en pedazos, pero en un sonido opaco; el marco está tirado a un lado mío, siento una picazón en mi mejilla y no me levanto, me quedo arodillado detrás de la barra
-¡Y usted no tiene derecho a lastimarme! ¡Si su vida es miserable no es mi culpa! -Grita con una voz rota
-¡Pues mira quién lo dice maldito maricon hijo de puta! -Realmente no dije eso, ¿verdad?
Me levanto tan rápido como puedo y corro detrás de Tyler, que está corriendo a la puerta.
La abre, pero logró sostenerlo de la cadera y jalarlo a mi.
La puerta se queda abierta y ambos caemos al suelo, yo sobre mis rodillas, abrazando el torso y brazos de Tyler que ha caído con las piernas estiradas, e intenta que lo suelte con forcejeos débiles. Pero no forcejea como si realmente luchará por liberarse de mi agarre, lo hace con intención de golpearme en los brazos a pesar de que ambos sabemos que no puede dañarme.
-¡Déjame solo! -Grita con la voz quebrada y lo abrazo más fuerte contra mi pecho.
Sus lágrimas comienzan a caer hasta mi brazo, mojando mi piel con tinta y volviendo los colores del tatuaje más fuertes.
Focejea por varios segundos y yo sólo lo sonstengo fuerte contra mi, viendo la vista que me ofrece la puerta abierta enfrente nuestro e intententando parecer fuerte ante sus palabras
En mi cabeza se repite una frase una y otra vez, ni siquiera sé porque las pienso, pero tampoco entiendo porque no tengo el valor de decirlas
"No tienes que irte, no hoy"
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