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Spriggan Azul

Un espacio azul era lo único que podían ver mis ojos era una puerta que conducía a un espacio de un brillante azul.

Estaba en una habitación primordialmente negro con raíces creciendo a su alrededor como si se lentamente se adueñaran de las paredes del sitio casi destrozado.

Pero mi atención estaba primordialmente centrada en la puerta que conducía hacia aquel sitio azul bañado en misterio para mí, como si aquel color azul fuera algo anti natural pero a su vez... Interesante, algo que evitaba que mi vista se fuera de allí.

Y así, sin darme cuenta mis pasos resonaron con el suelo del sitio lentamente dirigiendome a este a la par que mi mano derecha se extendía hacía aquel primordial luz.

Mis ojos se envolvieron en un rebosante brillo a la par que me acercaba.

Antes de que pudiera continuar, una voz casi angelical pero que pude identificar como la de una mujer resonó en mis oídos.

"Esa es la entrada a tu verdadero destino... ¿Estás listo para asumirlo?"

Sin pesar o duda en mi voz, asentíria levemente con la cabeza con una mirada determinada.

"... Estoy listo."

Seguí caminando hacía adelante pero logré escuchar una risa salir de aquella voz.

"Je... Adelante, joven elegido por el destino, que tus pasos se vean envueltos por el hilo de las verdades y que evoluciones cuál ave Fénix."

Dicho esto caminé hacía adelante y cuando levanté la vista, un brillo blanco se hizo presente en mi mirada cubriendome completamente a la par que escuchaba una voz diferente hablarme.

"Winston Kalem... Su contrato con el destino, ha sido sellado."

Y posterior a eso... Desperté.

Me encontraba abrazado a mi oso de peluche hundido en un profundo sueño rodeado de mis sábanas.

Pero como siempre, había sido despertado por la mañana por mi mucama, Glory Carter.

"Señorito Kalem... Despiertese, se le va a hacer tarde para su desayuno."


Mis parpados permanecieron cerrados unos momentos más hasta que finalmente los abrí, dejandolos descansar unos momentos antes de responder a esa voz.

"Sí, Glory, ya me levanto."

Respondí lentamente, con mi tono monótono, antes de finalmente levantarme de mi cama aún abrazando al oso de peluche.

Una sonrisa suave apareció en los labios de Glory, antes de asentir con la cabeza, antes de que la escuchara hablar nuevamente.

"Entiendo, joven amo... Me asegurare de preparar el desayuno."

Dicho esto, la mucama se estaría por retirar de la habitación cuando dejo salir un comentario fugaz con una sonrisa en sus labios.

"Como es el primer día de clases en vida me aseguraré que sea algo especial."

Sus palabras hicieron que me detuviera unos momentos en el acto de sentarme en la cama para darle una rápida mirada a la espalda de la mucama.

"Claro..."

Me golpearía lentamente la frente procesando otra vez todo lo que había dicho.

Hace meses estaba tratando de convencer a mi padre para que me dejará registrarme en una escuela convencional, en vez de seguir viendo escuela en casa.

Pero después de 4 presentaciones en Powerpoint en las cuáles fue asistido por Glory, había logrado convencerlo de que me inscribiera.

Y después de unos momentos... Una sonrisa de emoción se pudo apreciar en mis labios.

De inmediato tomaría las cortinas abriéndolas de una sola vez dejando que la luz del sol entrara en la habitación completamente.

Cuál rayo de luz me apresuraria a mi armario tomando mi ropa para vestirme nuevamente.

Y por último dejando mi prenda favorita, mi suéter, este me lo colocaría lentamente sintiendo la suavidad de este nuevamente.

"Hoy será el mejor día..."

Dije con entusiasmo apretando los puños mientras me miraba al espejo determinado.

Después de vestirme bajaría rápidamente las escaleras de la mansión dirigiendome rápidamente al comedor.

Al entrar rápidamente estaba listo para entrar de inmediato al comedor esperando encontrarme a mis padres esperándome... Pero en realidad no habría nadie realmente.

Suspiré ligeramente desesperanzado por eso, pero lo acepte rápido, tenía la pequeña esperanza de que ellos estarían aquí para desearme buena suerte como mínimo, pero supongo que fui demasiado ambicioso.

Me sentaría en una de las tantas sillas de la mesa esperando pacientemente a qué Glory o cualquiera de las mucamas saliera a servirme la comida.

Me encontraba jugando con una de las servilletas de la mesa perdido en mis pensamientos cuando escuché el tenue sonido de una silla moverse conjunto a una algo añeja voz femenina.

"Buenos días, querido."

Al voltearme a verla la identifique de inmediato como mi abuela, Isabella Kalem.

No pude evitar dirigirle una sonrisa en respuesta a su cordial saludo.

"Buenos días, abue."

Le dije con ciertos ánimos en mi voz, incluso con la ayuda de Glory, me hubiera tardado el doble en conseguir que mi padre considerará la idea de mandarme a una escuela si no hubiera sido por la insistencia de mi abuela en conjunto a la mía.

"Veo que te encuentras bastante animado y felíz, eh, je, je."

Sonrió ligeramente conteniendo una risa a la par que se sacaba un abanico de su bolso.

"Me alegro que estés tan emocionado por algo que la mayoría de personas consideran como un castigo."

Me incliné ligeramente en la silla manteniendo mi sonrisa con la misma emoción, conteniendo las ganas de saltar.

"De verdad quiero esto, quiero disfrutar de ser joven... Quiero que se refieran a mi por mi nombre y no por mi título."

Dije esto último con un toque de añoranza en mi voz lo cuál capto de inmediato a mi abuela quien sonrió ligeramente ante eso.

"Vale, vale... Te entiendo mi pequeño salta montes y espero que lo disfrutes, la juventud es la mejor etapa de la vida para que la desperdicies en clases por computadoras bobas."

Antes de que pudiera continuar con mi conversación con la abuela, las puertas de mi comedor se abrirían dejando pasar a Glory con un plato de comida, omelette más precisamente.

Está me dejó el plato en la mesa y le agradecería con una ligera sonrisa empezando a comer de inmediato.

"Ejem... Joven Glory, ¿Mi banquete está listo?"

Preguntó la abuela haciendo que Glory se rascara ligeramente la mejilla.

"Si... Señora Isabella... Debería de estar por llegar."

Dicho y hecho, algunos de los cocineros saldrían de su lugar de trabajo para poner múltiples platos en la mesa cada uno más grande que el anterior con comidas claramente pesadas que hasta un grupo de personas de 5 le costaría comer.

"¡Espectacular!"

La abuela grito y sin ningún tipo de modales esta empezaría a devorar cada plato como si de dulces se tratarán con una velocidad genuinamente sorprendente para una persona de edad avanzada como ella.

Al menos esto a mi me hacía gracia, saber que en la casa existía una persona que no le importaba en lo absoluto la etiqueta aparte de mi.

Después de unos minutos tomaría mi mochila recién preparada y mi billetera para salir de la casa.

"¡Adiós abue! ¡Adiós Glory! ¡Las veo de nuevo cuando salga de la escuela!"

Ambas mujeres me dirigieron un gesto de felicidad y me sonrieron con tranquilidad.

"¡Trata de no meterte en problemas, pequeño salta montes!"

Glory tomo un poco de aire antes de despedirse de mi con ánimos.

"¡Y recuerde que debe de disfrutar del camino, señorito Kalem!"

Después de despedirme de ambas me subiría a mi transporte dejando a mi mayordomo arrancar el vehículo para llevarme a mi destino, la escuela Westminster.

Cambio de perspectiva.

Aburrimiento... Eso era lo único que se podía sentir de mi parte al caminar hacia la escuela.

Hoy no me había levantado con especial felicidad, mi alarma justo decidió que no era buena idea sonar a la hora correspondida y en su lugar le dió por levantarme a las 3:33 de la mañana.

De igual forma después de prepararme y desayunar con la única compañía de mi pie descalzo chocando una y otra vez contra el suelo pensando si me va a dar tiempo para llegar temprano.

Una vez después que desayuné tome mi mochila, mis zapatos y partiría de la casa con el último sonido de la puerta cerrando tras de mi.

Tiro un facto... Vivir sola es una mierda.

Posterior a llegar a la escuela y sentir el olor a pubertad al llegar sabría que enfrentaba a otro año escolar difícil.

No exactamente por la parte académica, si no por la parte sociable.

Ya había pasado tres años escolares aquí y no había logrado tan siquiera hacerme amiga de una persona.

Suponía que era por mi "condición" como huérfana por así decirlo.

Pero como dije, esto no evitó que fuera buena en el apartado académico siendo la mejor de la clase lo cuál estoy seguro que hace enfadar en secreto a los demás. Pero como buenos ingleses deciden simplemente murmurar entre si hablando mal de mi a mis espaldas... Capaz por eso no tengo amigos.

En fin, después de entrar al nuevo salón asignado a mí sección me dejé caer en uno de los puestos traseros.

Poco a poco la gente empezaría a entrar al salón preparándome para el típico día de presentaciones, planes de evaluación, pruebas diagnósticas y un largo y monótono etc...

Mientras me disociaba en mi puesto sin darle mucha importancia a los demás alumnos, escucharía el tenue sonido de la puerta de madera siendo tocada lo cuál me haría alzar una ceja.

El profesor de turno de cuya área aún sigo sin acordarme se acercó a la puerta, al abrirla se encontraría con el profesor guía de nuestro año escolar el cuál le murmuró un par de cosas.

El profesor guía pasaría pero detrás suyo vendría alguien... Y no cualquier persona.

Mis ojos y creo que los de otros se abrirían en sorpresa ante la presencia de aquella persona, que siendo igual de joven causaba intriga.

El profesor guía le dió unas palmaditas a la espalda al chico haciendo que pasara adelante, este con una sonrisa dió unos pasos poscionandose al frente del salón y habló.

"Buenos días, mi nombre es Winston Kalem, su nuevo compañero de clases, esperó que nos podamos llevar muy bien."

Claro que conocíamos su nombre y sobre todo su apellido, el era... ¡El principe de Inglaterra!

Mis ojos se vieron perdidos en el chico de la nobleza que estaba a simples metros de mí.

Después de que se presentará el profesor guía se paró a su lado y buscaría con la mirada en el salón hasta dirigirme la mirada por unos momentos asintiendo ligeramente con la mirada.

"Señorita Olga, puede tomarse la clase libre. Me gustaría que le enseñera la escuela al principe Kalem para que se adecuará a esta con mayor facilidad."

Ante ser llamado 'principe' el chico de pelo negro hizo una ligera mueca de disgusto desviando ligeramente la mirada.

Aprovechando la oportunidad de salir de la monotonía de los primeros días de clases asentíria con la cabeza levantándome de mi asiento.

Me dirigí al chico y con un gesto formal llevándome la mano al pecho me presenté.

"Buenos días, principe Kalem, me llamo Olga Sakura, un placer tenerlo entre nosotros."

El conocido como Winston asentíria con la cabeza ligeramente a la par que se rascaba la mejilla.

"Muchas gracias... Por el buen recibimiento, Olga."

Un pequeño salto en el tiempo más tarde y mientras pasábamos de lugar en lugar pude ver cómo la curiosidad del chico estaba a flor de piel, supongo que haber estudiado en casa durante años hace que todas las cosas promedio de una escuela se vuelvan bastante sorprendentes.

Caminaría por un par de segundos más hasta llegar al último lugar del establecimiento.

"Y... Este es el sitio de los clubes deportivo."

El lugar era al aire libre, si tomabas una dirección en específico podías elegir entre ir a cierto club deportivo u otro.

"Por allá este el de fútbol, el de rugby, a la izquierda está el de ping pong de mesa, tenis y así un largo etc..."

Me encogí de hombros viendo cómo este se veía interesado en todos los clubes de lugar pero centrando su mirada en un algo en específico.

"¿Y qué es ese plato gigante hacia un lado?"

"¿Plato gigante?"

Mi mirada se vió dirigida hacía dónde apunto notando el supuesto "plato gigante."

"Oh... Eso es del club de Beyblade, es un estadio."

Dije restándole importancia hacía aquel objeto tirado, probablemente el club lo hubiera sacado para entrenar fuera y se les haya olvidado devolverlo a su sitio.

"¿Beyblade?"

Cuando ví el gesto de confusión en su mirada no pude evitar sorprenderme un poco.

"Ya sabes... Los trompos lindos, bri trompos, bleys... ¿No te suenan de nada?"

El negaría con la cabeza por algunos segundos.

"Okey... Mira..."

Buscaría en mi bolso por unos segundos hasta mostrarle un objeto que podía sostener en la palma de mi mano.

"Esto... Es un Beyblade."

"Se llama Duo Eclipse."

Le dije con cierto orgullo en mi voz al momento de presentarle mi propio Beyblade.

"... ¿Le pusistes nombre a un juguete?"

Pestañearia un par de veces procesando su pregunta.

"No... Osea si, pero yo no le... Agh."

Me llevé una mano a la cara tratando de formular alguna palabra.

"Escucha, los Beyblades no son simples 'juguetes' tienen un valor emocional y muchos de ellos guardan un valor más aparte de lo material, algunos representan su pasado, cosas que perdieron, cosas sentimentales y-."

"¿Te estás proyectando?"

Me congelé por unos segundos aclarando mi tono de voz ligeramente avergonzada por ser descubierta de manera tan rapida pero más importante... ¿¡Cómo una persona de la maldita nobleza conoce lo que es una proyectada!?

"A lo que voy es que... Pueden significar mucho para las personas y que algunos guardan algo que los hace claramente especiales."

El silencio llenaría por algunos momentos el espacio entre ambos, a la vez que este procesaría toda la explicación tan larga que le di.

Luego de unos momentos de silencio el príncipe Kalem asentaría con la cabeza.

"Así que... Puedes llegar a estar... Apegada a uno de estos 'Beyblade' sin ningún aparente valor... Por el valor sentimental...?"

Traté de disimular mi sorpresa escuchándole, es una de esas cosas que normalmente la gente noble y adinerada se niega a comprender.

Asentiría lentamente con la cabeza ante tal pregunta, con una gran impresión a que el príncipe estuviera tan involucrado.

"En efecto, muchas personas se pueden llegar a sentir identificadas o simplemente apegadas a uno de estos pequeños..."

Le mostraría a Eclipse con calma y tranquilidad.

"En mi caso... Este se podría decir que es especial por varias razones, a parte de lo sentimental por supuesto."

El príncipe tomaría la iniciativa de tomar el tal llamado "Beyblade" en sus manos, con un gesto gentil y tierno lo estudiaría con calma. Hasta que notaría algo diferente a primera vista en comparacion con el resto.

"Y... ¿Por qué tú Beyblade está hecho como si estuviera compuesto de dos lados completamente entre sí?"

Cuestionó con cierto interés el príncipe, mientras que seguía observando de cerca el objeto.

"Cómo si... Referenciara a conceptos completamente distintos."

Mis ojos se vió algo sorprendidos ante su comentario, no esperaba que tan rápido este niño de la maldita nobleza notará el motivo de porqué Eclipse se llamaba así...

Con una sonrisa leve asentía con la cabeza.

"Porque lo están. Eclipse significa la unión de cosas opuestas, uno de dos lados opuestos unidos como uno."

El príncipe continuaría su inspección, mirando fijamente las dos mitades que componían al pequeño beyblade, a la vez que las analizaba aún con interés y calma en su observación.

"Entonces... Ese es el motivo de su nombre, ¿porqué te sientes identificada con el hecho de que sean dos cosas opuestas unidas...?"

Suspiraria ligeramente llevándome la mano a la cabeza rascándome un poco, ¿Así se sentía tener que socializar con personas más allá de una simple conversación, que agobio.

"Te explico..."

Tomaría nuevamente a Eclipse de sus manos viéndolo por mi propia cuenta unos segundos.

"Eclipse representa esa unión de la que te hable... Pero también representa a la diosa Artemisa y al dios Apolo."

"De pequeña, nunca llegué a conocer a mis padres, murieron y me dejaron atrás... A cambio de ello me dejaron todas sus riquezas y eso más la tutoría de mis tios durante mis primeros años hasta llegar a la pubertad sirvieron para que pudiera hacerme bastante más independiente."

"Pero... Un día rebuscando entre las cosas personales de mis padres... Encontré sus beys."

"Como forma de establecer su amor eterno decidieron modificar sus beys... Lo hicieron de tal manera que al momento de desarmarlos, juntabas sus partes daba como resultado a Eclipse, un hermoso bey que unia los corazones de mis padres en un uno... Algo bastante cursi si te lo pones a pensar... Pero muy bonito..."

Y ahora es cuando caí en cuenta de algo importante... Le acababa de contar mi historia de vida personal a un príncipe... Vale... Eso no saldrá bien más adelante, pero en aquel momento me límite a suspirar y ver el beyblade en mis manos.

"Usarlo... Es como si estuviera con mis padres otra vez... Por eso es que representa mucho para mí."

El príncipe escucharía cada palabra del relato con total calma y atención, procesando cada una de las palabras que decías sobre el significado del Beyblade para ti.

"Así que... Es como... Tener un pedazo de tus padres contigo a dónde vas..."

No pude evitar ver por unos momentos la expresión que portaba el príncipe Kalem, se podía percibir un gesto de compasión y una leve sonrisa.

Asentía con la cabeza ante sus palabras, no pude evitar asentir más que de costumbre... Estaba algo sorprendida de que el príncipe estuviera siendo bastante... Considerado teniendo en cuenta de donde viene, pero no me quejaré, es mejor así a terminar siendo odiada por un príncipe.

Sonreí levemente al ver su expresión, era bastante... Inusual ese gesto en alguien de su rango.

El príncipe parecía un poco pensativo mientras aún sostenía el beyblade en sus manos, con su mente procesando tus palabras.

"Ese es... Realmente un motivo bastante... Sentimental para tener apego hacia este beyblade..."

Dijo Kalem, todavía manteniendo un tono de voz suave y tranquilizador.

"Entiendo porqué es especial para ti... Y es bastante admirable... Que puedas mantener ese tipo de vínculo contigo misma y con la memoria de tus padres..."

"Quisiera tener algo así de fuerte a lo que apegarme..."

Aún mientras veía hacia al príncipe no pude evitar reírme ligeramente ante su reacción tan... Por así decirlo, excéntrica, a mí bey.

"Bueno... Siempre te puedes conseguir uno por tu propia cuenta, y como el club abrirá sus puertas nuevamente para reclutar nuevos miembros, no pierdes nada al intentarlo."

El cambio de expresiones de el príncipe se hicieron notar rápidamente mostrando la clara sorpresa.

"¡Claro! ¡Voy a resgistrarme lo más pronto posible entonces!"

"Je... Para antes de registrarte necesitas tener un bey..."

Le dije haciendo que se golpeará ligeramente la cabeza.

"Oh... Claro, eso tiene sentido."

Se dijo así mismo volteandose a verme nuevamente aún emocionado.

"¿Sabes de una tienda que los venda? Necesito comprar uno de inmediato al salir de la escuela."

"Ah..."

Me rascaria ligeramente la mejilla ante la para nada emoción del chico, es como si fuera alguien completamente apartado de la imagen común de la realeza... Aunque para ser sinceros tampoco lo llamaría alguien normal.

"Dejando de lado cualquier clase de formalidad..."

Se voltearia a verme nuevamente con una sonrisa extendiendo su mano hacia mi.

"No me llames principe Kalem... Llámame por mi nombre, Winston."

Aún con algo de duda extendí mi mano hacia el estrechando la con una sonrisa un poco más confiada en mi rostro.

"Un gusto princi- Digo, Winston."

Me sonrió una última vez antes de que el timbre empezará a sonar anunciando la salida de los demás alumnos para el almuerzo, Winston se levantaría rápidamente, supuse que era para ir a comprar su comida en la cafetería no sin antes despedirse de mi con un gesto lo suficientemente cordial.

El... En definitiva no parecía ser un príncipe.

Cambio de Narración.
De vuelta a Winston.

Saliendo del pasillo rápidamente tome la dirección hacía la cafetería, mientras buscaba mi bandeja de almuerzo no pude evitar cuestionar internamente, lo que acababa de suceder.

Había olvidado completamente quien era y como debía de comportarme frente a las personas simplemente por la presencia de una... Persona normal.

"Creo que voy a registrarme a aquel club."

No podía sacarme de la cabeza el beyblade, que acababa de ver.

Pasaron unos minutos, mientras mi cabeza se iba en pensamientos sobre lo genial que sería tener uno propio, ¿Cómo sería? ¿Qué clase de forma tendría? ¿Cómo funcionaban realmente? ¿Se podían desbloquear poderes a medidas que progreses con el? Tantas cosas a las cuales quisiera poder tener una respuesta.

Pero antes de que mi cabeza empezará a divagar más... Una mano se colocó en mi mesa junto a una cajita de leche.

Levanté la vista un poco con el tenedor en la boca pero viendo a la persona que se posaba frente a mí.

"¿Quién eres...?"

Era lo que probablemente hubiera preguntado de no tener la boca llena de puré papa.

La chica frente a mí me sonrió tranquilamente alzando ligeramente su gorra para presentarse.

"Hola príncipe, soy Anna Van Tulleken, es un gusto tener a alguien como usted en nuestra institución."

La chica de pelo marrón mantuvo su sonrisa hacia a mi volviendo a acomodarse la gorra.

"Hm..."

Terminé de tragar rápidamente tomando algo de aire.

"Winston... Llámame solo Winston, de igual forma es un placer conocerte, Anna, pero ¿Qué quieres de mí?"

La chica abriría rápidamente los ojos con ligera sorpresa pero rápidamente cambio su expresión a una más calmada como al principio.

"Hm... Bueno, no creo que te hayan dicho, pero yo soy la líder del club de Beyblade de nuestra institución..."

Levanté un poco la mirada con alguna intención, al percatarme y recordar ese pequeño hecho y la coincidencia del momento.

"¿Y a qué se debe que te hayas presentado conmigo?"

La chica siguió con calma su sonrisa, antes de responder.

"Solo quería saludar al nuevo..."

La chica me miro a los ojos por unos segundos antes de terminar su frase.

"Miembro del club."

Mis ojos se abrieron en prácticamente sorpresa infinita mientras mis manos extendidas se apoyaban en la mesa sin poder disimular mi sonrisa de emoción en lo más mínimo.

"¿¡Estás hablando en serio!?"

Prácticamente le grité pero ella solo asintió con la cabeza con una sonrisa.

"Por supuesto que no, sería un gran honor tenerlo entre nuestras filas, le aseguraremos sacar su verdadero potencial en batalla."

Ana me sonrió de manera confiada extendiendo su mano hacía a mí.

"Adelante... Solo necesitamos tu confirmación."

Me quedaría viendo la mano de Ana por unos momentos con una sonrisa antes de volver a la realidad al momento de sacudir mi cabeza de lado a lado.

"P-para... Antes de poder registrarme en el club haré algo antes."

Ana se sorprendió un poco alzando sus cejas pero antes de que pudiera objetar algo más hable nuevamente.

"¡Voy a conseguir mi primer beyblade antes!"

La expresión de Ana se vió aliviada bajando su mano.

"Está bien, no me espantes así novato, consigue tu bey y presentate de inmediato una vez que terminemos clases en el patio trasero, todo el club estará listo para recibirte."

Ana se despidió de mi con un simple gesto de su mano alejándose de mi campo de visión pero gracias a eso ahora tenía una nueva meta.

¡Conseguir mi primer beyblade!

El resto del día escolar paso con naturalidad.

Esperaba a un lado de la salida de la escuela, le había escrito a mi chófer que le dijera a mí abuela y Glory que estaba en una salida para comprar materiales escolares y así darme el lujo de estar unas horas extra fuera de casa.

A los pocos minutos ví como Olga salía de la escuela y al contrario de lo que esperaba, está parecía estar sola, ni una alma se digno a darle tan siquiera unas simples "Adiós" como mínimo, pero no parecía verse realmente triste o desanimada por eso.

Antes de que pudiera partir hacia donde sea que quisiera, me acerque a ella por la espalda y la saludé.

"¡Hola Olga!"

La castaña se estremeció rápidamente y cual reflejo se dió vuelta y trató de golpearme con su maletín como si de un escudo se tratase, y por mera casualidad no había logrado darme.

"...ª... Buenos reflejos."

Dije mientras aun sentía fresco el viento que pasó por frente de mi rostro.

Olga al recobrar la noción de dónde estaba parada me dirigió una mirada sorprendida.

"... ¿Winston...?"

La castaña se veía algo sorprendida al verme aquí.

"¿Qué haces aquí? ¿Me estabas esperando?"

"Algo así... ¿Recuerdas la tienda esa que me dijistes para comprar un beyblade?"

Los ojos de Olga pestañearon un par de veces ante mi pregunta a la cuál asintió levemente con la cabeza.

"Si... ¿Quieres que te diga dónde queda?"

"¡Mejor aún! ¡Quiero que me lleves!"

"... ¿Eh?"

Pude ver un gesto de confusión en Olga junto a su cabeza ladeandose ligeramente.

"... ¿Por qué no vas tu solo? Digo, no es por ofender pero... ¿No tienes todo un ejército de chóferes y sirvientes para que te lleven al sitio en específico?"

"Hm... Bueno si... Pero..."

Llevé una mano tras mi nuca rascándome ligeramente.

"Creo que sería la oportunidad perfecta para conocer más Londres de lo que alguna vez hice nunca, además que podría pasar un tiempo a fuera lo cuál si te hizo honesto no hago mucho."

Olga suspiro ligeramente a mi pedido viéndose obligada a asentir ligeramente con la cabeza.

"Está bien... Te llevaré... Pero si empiezo a ser una criminal buscada por supuestamente secuestrar al príncipe del país tu me sacarás del problema, ¿Trato?"

Saltaría un par de veces emocionado con una sonrisa en el rostro.

"¡Trató!"

Time Skip.

Después de una algo extensa caminata los dos chicos habían llegado a un centro comercial que tenía más pinta de casino que cualquier otra cosa, el centro comercial Harrods.

Winston al pasar por las puertas del gran sitio no pudo evitar quedarse maravillado nuevamente ante el lugar.

"Waoo... Este sitio es enorme... Nunca lo había visto más allá que en libros."

"Como se nota que eres de la realeza..."

Olga dijo viendo al chico con una gota de sudor pasando por su frente, aunque rápidamente se recompuso empezando a caminar hacia adelante.

"Sígueme, la tienda está cerca de aquí."

"¡Voy!"

Dijo Winston con ánimos mientras sus vista se perdía en cada uno de los escaparates de las tiendas por las cuales pasaban.

Después de unos minutos la campana de una puerta se escucharía dejando entrar a Olga y Winston, este último se daría cuenta de la gran colección de beys exhibidos por fuera pero antes de que pudiera empezar a disociarse de nuevo, un grito de la castaña lo tomo desprevenido haciendo que levanté la vista hacia ella.

"¡Hey femboy! ¡Ya llegué!"

Unos pasos se pudieron escuchar llevando unas cajas repletas de discs.

"Por última vez, déjame de llamarme así, niña tierrua."

Una persona de acento venezolano dejo las cajas en el mostrador apartandolas para que se pudiera ver su rostro.

"Ahora que maldita monda hicistes que te tengo que ayudar."

Preguntó la voz de un chico de pelo largo y tunicas blancas asomándose desde el mostrador viendo a la chica y a su acompañante.

El chico pestañeo un par de veces al ver hacía el nuevo chico un poco sorprendido.

"¡Te conseguistes un novio por fin, ya me vas a dejar en paz por fin!"

Antes de que pudiera terminar de agradecer Olga se acercó y le pegó fuertemente en la cabeza haciendo que Winston se espante levemente.

"Cierra el pico animal, por mi parte te aseguro que voy a joderte hasta el día de tu miserable muerte."

"Ay..."

El chico se sobo ligeramente la cabeza a la par que Olga se volteaba para ver a Winston.

"El femboy que tienes aquí presente es mi amigo, Gyro Blitz, es mi comerciante de piezas y reparaciones más confiable."

El llamado Gyro levantó nuevamente la cabeza viendo a Winston a un lado.

"Mucho gusto supongo, marisco."

"¿Marisco? ¿Cómo el crustáceo?"

Preguntó Winston rascándose la mejilla.

"Decir de mi país, no le des mucha importancia, chamin."

Gyro se voltearia a ver a Olga nuevamente.

"¿Y a este carajito por qué lo trajistes aquí?"

Winston se veía entre Olga y Gyro completamente confundido ante la nueva palabra en venezolano y la cara que Gyro le había puesto.

"Bueno para empezar no es un carajito, tiene nuestra edad y en segundo lugar es porqué me pidió que lo llevara aquí a comprar su primer beyblade."

Olga cruzaría los brazos mientras esperaba alguna respuesta de su comerciante.

"Y por si no te distes cuenta, es el principe de Inglaterra."

Olga señaló a Winston detrás de el.

A lo contrario de la reacción que Winston normalmente esperaría, Gyro solo le dedicó una mirada aburrida incluso bostezando.

"Príncipe o no me la turbo hiper super mega duper pela, cliente es cliente."

Winston se vio nuevamente sorprendido por la reacción indispuesta y desinteresada de Gyro, él se pensaba que al nombrar su título al menos recibiría alguna muestra de respeto pero al parecer esto no sería así.

Olga solo rodo los ojos, ya se esperaba de él.

"No se ni como sigues en pie."

Volter a ver a Winston con una sonrisa suave.

"Solo ignóralo, él es así siempre."

"De igual forma, chamin."

Gyro se cruzó de brazos.

"¿Qué tipo de trompo buscas? Asumo que como novato tampoco conoces lo tipos de beys tan siquiera, ¿Verdad?"

Winston se sonrió tímidamente mientras se rascar la mejilla, algo avergonzado.

"Si... Pues para ser honesto, no sé mucho de beyblades todavía."

Olga se acerco al mostrador, antes de hablar.

"Necesitas un bey basico, que en este caso creo que uno de balance sería mejor ¿no crees, Gyro?"

"Hm... Cierto, es lo adecuado para un principiante."

Gyro se agacho para buscar algo dentro de su mostrador, sacando una caja con un bey balance aún en su empaque.

El venezolano puso la caja en frente de Winston.

"Aquí tienes, niño rico."

Aquel bey desembocó una serie de sensaciones en Winston, se veía simple comparado con el Eclipse de Olga, pero por alguna razón, tras esa simpleza se encontraba algo que sin duda era bello para el pelo negro quien veía maravillado a su posible nuevo compañero y no conforme con eso, pudo jurar que aquel simple trompo brillo de tal forma que el solo pudo ver haciendo que sus ojos quedarán prácticamente flechados ante el.

Ese bey... Era un Spriggan Azúl.

Olga rápidamente se voltearia a ver a Gyro frunciendo ligeramente las cejas.

"¿En serio? ¿Un Storm Spriggan?"

"Tranquila niña tierrua..."

Gyro se recargo contra el mostrador cruzando los brazos.

"Era lo suficientemente básico y lo suficientemente sencillo para un carajito como el."

"... Esa porquería se va a romper..."

Olga rodo los ojos, antes de ver hacía Winston quien aun se encontraba embelesado con el Spriggan.

"Winston, oye, ¿Te gusta ese beyblade?"

"¡Si!"

Winston rápidamente contesto sin poder despegar la mirada del bey frente a él.

"¡Me encanta!"

Gyro bufo una leve risa ante el entusiasmado chico, mientras que Olga solo lo vio con unos pequeños ojos sorprendidos por su reacción.

"Hm..."

Gyro se levantó de dónde se encontraba apoyado, antes de hablar.

"Bien, si el niño quiere ese bey, le cobrare el doble simplemente."

Olga se voltearia lentamente a Gyro apretando el puño hacia el con visible enojo en su expresión.

"Hazlo y te meteré un vibrador por el culo para que dejes de chillar como perra."

Gyro solo rodo los ojos ante el enojo de la castaña.

"Relájate niña, es broma"

Gyro señalo nuevamente el bey.

"Solo estoy jodiendo, es el precio normal, ya puedes pagar si quieres, carajito."

Señaló una etiqueta al lado de la caja la cuál Winston sostuvo para ver el precio por unos segundos.

"Ah... bastante barato."

Dijo Winston para empezar a buscar en su billetera.

"Oye, para eso tengo yo."

Olga rápidamente tomo unos billetes de su bolsillo antes de ponerlos rápidamente en el mostrador.

"Yo lo pago, y antes de que me digas algo, es obvio que va a ser un regalo."

Gyro solamente soltó un suspiro con una sonrisa ante la discusión que se venía ante él.

"Vaya, con que comprándole el trompo a tu nuevo amiguito el príncipe."

Olga apretó los puños fuertemente escuchando la sonrisa burlona de Gyro, su cara se puso roja por la combinación entre vergüenza, rabia e indignación.

"Cierra la boca Gyro, no se a lo que exactamente te quieres referir pero ni siquiera por un carajo voy a pensar en eso."

Winston se veia algo sorprendido por el comportamiento de Olga pero no pudo evitar reírse por debajo.

"Si si, lo que digas..."

Gyro siguió con su sonrisa burlona, antes de agarrar los billetes de la chica y meterlos en la caja registradora.

"Bueno, el trato está hecho, aquí tienes carajito."

Gyro le entregó la caja con el bey a Winston quien rápidamente lo recibió en sus manos.

Winston sujetó la caja como si fuera un delicado objeto y en cierta manera lo era.

"Gracias..."

Olga vio un lado por unos segundos antes de hablar.

"Bien, ya tenemos tu beyblade, podemos...".

Antes de que pudiera terminar, notó como la mano de Gyro se extendía a Winston ofreciéndole lo que parecía ser un lanzador.

"El lanzador es gratis por cada compra que se haga de un bey individual, disfruten."

"Oh..."

Winston vio con ojos como platos al lanzador que se extendió hacía el.

"Muchas gracias, de verdad."

Dicho esto, Winston tomo con cuidado el lanza desde la mano del venezolano.

Olga solo pudo bufar levemente mientras se cruzaba de brazos nuevamente.

"Te acabas de inventar eso ¿no?"

"Quizás."

Gyro puso una sonrisa y se recargo nuevamente en el mostrador.

Olga solo lo veía con una expresión completamente molesta.

"Eres un pendejo, de verdad."

"Y aun así sigues aquí."

Aquel comentario provoco un pequeño escalofrío en Olga quien le lanzó una mirada asesina.

Winston solo se rio por debajo, era entretenido verles discutir entre si por cosas tontas y estúpidas.

Poco tiempo después y ya bien adentrada en la tarde se pudo ver como Winston y Olga caminaban juntos por las calles, el chico aún viendo con emoción su nuevo bey.

"Muchas gracias por la ayuda Olga, sin ti no hubiera podido conseguir algo así nunca."

Olga rodo los ojos riendo suavemente ante el entusiasmo del chico.

"No es nada, era obvio que tenías que tener uno y no iba a dejarte irte solo por ahí por primera vez."

Se le quedo viendo unos segundos, para cambiar su gesto a uno más tranquilo.

"Por cierto, ¿Qué planes tienes para tu bey?"

"Hm... Bueno..."

Winston parpadeó un par de veces antes de recordar.

"¡Claro! Voy a terminar de registrarme en el club de beyblade de la escuela."

Olga ante eso simplemente abrió los ojos un poco en sorpresa.

"¿Te aceptaron tan pronto?"

"Sipi, la dueña del club se me acercó y me pidió que me uniera, aunque le pedí que me dejará conseguir un beyblade antes de nada... Ahora que lo pienso, si tú tienes un bey ¿Por qué no estás en el club?"

Olga se tensó un poco ante el cuestionamiento de Winston, desviando a un lado la mirada mientras se llevó una mano a un brazo para rascarse.

"..."

Tardó un poco en responder a aquello, pero finalmente soltó un suspiró con expresión desanimada.

"Bueno... Digamos que no tengo la mejor relación con esas personas... Aúnque ya me da igual para este punto."

Winston pudo notar la desanimada expresión de Olga, antes de poner una mano en su hombro a manera de apoyo.

"Oh vaya... Esta bien, entonces no te molestaré con eso si es el caso."

Olga se sintió reconfortada por el gesto de apoyo de Winston, soltando una breve sonrisa.

"Gracias..."

Siguió caminando unos segundos hasta finalmente soltar un suspiro.

"Bueno... ¿Te puedo decir algo?"

"¿Hm?"

Winston dio un leve salto por el comentario de Olga, antes de asentir.

"Claro, dime..."

Olga paro por unos segundos antes de continuar.

"Bueno... solo quiero decir que recuerdes lo más importante del Beyblade... Es divertirse... Que no se te olvide eso jamás, Winston."

Las palabras de Olga hicieron que Winston parpadeara, antes de asentir nuevamente.

"Tranquila... Siempre me asegurare de divertirme."

Winston le regalo una sonrisa como intento de animarla al ver su expresión aun un poco desanimada.

"Estamos bien entonces."

Olga miraría hacía un lado notando el camino que tenía que tomar para ir a su casa.

"Buena suerte en el club y en la escuela Winston, nos vemos mañana."

Olga se despidiria de Winston pero antes de que pudiera ir este último se acercó y dijo algo.

"Hice una buena elección..."

Olga se nuevamente hacía el chico con un gesto de duda en su expresión.

"... ¿En qué?"

Winston se daría vuelta para seguir caminando pero no sin antes dedicarle una última sonrisa por este día.

"Mi mejor amiga."

Aquellas palabras de repente volvieron a hacer que una sensación desconocida e indescifrable recorriera todo el cuerpo de Olga, sus mejilla se tornaron ligeramente rojo ante la declaración de Winston, era una sensación extraña, como una mezcla de satisfacción y sorpresa al mismo tiempo pero aun así, fue suficiente para hacer que se quedara en silencio y no pudiera responderle a tiempo.

"... Je..."

Olga se quedó en silencio por unos momentos, aun procesando lo que acababa de suceder.

Se llevó una mano a la mejilla mientras recordaba las palabras de Winston, una leve sensación de calidez invadió su cuerpo y una pequeña sonrisa se formó en sus labios.

"Creo que hice un amigo..."

Meses después.

Nos ubicamos en una zona costera de Inglaterra, concretamente la playa Brighton.

Conjunto a las gaviotas alzaban su vuelo pudieron escuchar el sonido de una canción en lo que parecía ser un domo, enfocándose en este domo era evidente la canción y situación que pasaban en esta.

En el centro del domo se podía ver un gran estadio beyblade en los cuales dos beys se encontraban luchando conjunto a un gran público esperando ansiosos el resultado.

Uno de esos beys era un Horusood de colores naranjas y el otro era un King Kerbeus blanco con detalles magenta.

El Horusood hizo chocar el metal de su disc con el suelo del estadio elevándose por los cielos.

Se vió como una persona acomodo su gorra con una sonrisa confiada en su rostro, esa persona era la capitana del equipo, Anna.

"¡Horusood, ahora!"

El bey a momento de subir al aire cuál halcón se envolvería en una energía similar a la arena con unos toques de dorado al momento de girar.

La blader junto sus brazos creando un anillo de la misma energía que su bey y dijo:

"Descending Sand of the Heavens!"

El bey al momento de caer nuevamente al suelo se dirigió hacia el rival cuál flecha con una precisión y potencia increíble recubriendo el estadio de una energía dorada la cuál dió como resultado la explosión del bey rival cuyas piezas salieron a los pies de sus beys.

Por mientras el Horusood chocaría con el suelo rebotando y dirigiéndose con la misma precisión a la mano de Anna quien simplemente sonrió mientras el marcador cambiaba por encima de ellos.

Westminster (Londres) 4 - Bayswater (Liverpool) 4

Era la final del campeonato escolar nacional de Beyblade y era la primera vez que el Westminster llegaba a esta competición siendo prácticamente el equipo revelación al haber llegado a la final tras una tormentosa fase de grupos y unos cuartos de final contra el favorito de la competición.

Anna llegaría a su puesto desplomandose en el banco completamente agotada quitándose la gorra para pasarse una toalla por la frente.

"Demonios... No pensé que fuese tan complicado empatar."

La chica se trono los nudillos sintiendo el agotamiento en sus manos y brazos.

"Aún así estamos dando buena pelea, solo necesitamos un punto para coronarnos."

Uno de los miembros del equipo se asomó viendo a la capitana pero este mismo puso un gesto de duda.

"Pero... ¿A quién mandamos?"

Anna suspiro pasando una mano por su barbilla atenta a sus opciones, pero antes de que pudiera obtener una decisión definitiva, el movimiento de una chaqueta se escuchó conjunto al sonido de su cierres.

"Yo puedo hacerlo."

Dijo Winston con una sonrisa confiada en su rostro.

Pese a ser un torneo de gran nivel, de alguna forma el joven príncipe logro mantener un récord de 3 victorias seguidas las pocas veces que fue enviado a combatir, su habilidad para adaptarse era fácil de apreciar junto a su rápido aprendizaje forjado en los entrenamientos del club.

"Hm... Kalem, no se moleste yo le recomendaría que siguiera aquí sentado y que no malgastara fuerzas en algo tan—."

Uno de los miembros del equipo a su lado estaba hablando antes de ser interrumpido por la capitana quien asintió.

"Adelante Winston, el resto está en tus manos."

El peli negro sonrió levantando el pulgar seguro de si mismo, colocaría su lanzador para verificar su participación en lo que parecía ser la última ronda.

Su rival, un blader de cabello marrón y un Victory Valkyrie rojo también avanzó preparando su bey.

Winston subió al escenario cerrando sus ojos apretando su bey en sus manos contra el pecho, pudo notar por el rabillo del ojo como diferentes camaras tomaban fotos hacia el.

A cambio Winston simplemente sonrió colocando su bey en el lanzador con determinación.

"Estoy listo..."

Con la mirada determinada se agacharia apuntando su lanzamiento al estadio.

3...

2...

1...

El brazo de Winston se inclinaría ligeramente hacía arriba antes de lanzar.

¡LET IT RIP!

Al entrar ambos beys al estadio el Valkyrie iba a empezar directamente con un patrón de flor pero debido a la anterior inclinación de Spriggan hizo que el rubber de su driver chocará directamente contra el suelo haciéndolo rebotar por los aires esquivando el impulso inicial del Valkyrie.

Winston a esto apretó sus puños y ordenó.

"¡Mantente lejos del centro!"

Aún inclinado, su bey se mantendría por los bordes del estadio esquivando en su mayoría los golpes del atacante.

"¡No lo dejes campearte, cancela el patrón y ve tras el!"

Gritaría el blader de Valkyrie haciendo que su bey chocará directamente con la pared del estadio dirigiéndose hacia el Spriggan con rapidez con el cual impactaria haciendo que este último descendiera al centro del estadio.

"Rayos..."

El Valkyrie al tocar nuevamente la pared de estadio recobraría el patrón de flor golpeando vez tras vez al Spriggan encerrado en el centro.

"Ya valimos..."

Dijo uno de los miembros del Weinstein.

"Aún... Tenemos una oportunidad."

Anna apretaría sus puños con determinación.

En Londres por mientras, Olga se encontraba viendo la batalla desde su celular en medio de las clases a escondidas.

"Hm... Vamos... Algo se te tiene que ocurrir..."

Dijo para si misma apretando ligeramente los puños.

Volviendo a Brighton.

Winston veía a su bey prácticamente acorralado sin saber que hacer.

"(¡Vamos Winston, piensa, piensa!)"

"(No puedo fallar ahora, no puedo solo debo de...)"

Sentiría como una mano se posaba en su hombro con un toque áspero y una voz susurrándole al oído.

"Fluye como el pasado, firme como el presente, listo para el futuro..."

Los ojos de Winston se abrieron como si hubiera recibido la clave del éxito frente a el, sonrió ligeramente acomodando su chaqueta.

"¡Spriggan, ahora, Counter Break!"

El Spriggan al momento de chocar nuevamente Valkyrie nuevamente saldría del centro del estadio pero aún así se encontraba en el rango de ataque de Valkyrie.

"¡Acabalo!"

Valkyrie tomaría velocidad y nuevamente se lanzó hacia Spriggan.

"Fluye como el pasado..."

Winston susurró a la par que veía a su bey moverse.

"¡Mantente así!"

Nuevamente por el rubber del driver del Spriggan logro mantenerse fuera del rango de Valkyrie esquivando sus múltiples pétalos.

"Firme como el presente..."

Winston finalmente comprendió las palabras sonriendo con determinación.

El Valkyrie nuevamente chocaría con la pared listo para golpear contra Spriggan el cuál mando directamente contra la pared.

Los pocos segundos en los que el Spriggan fueron de tensión para todos... Menos Winston quien se limitó a sonreír con determinación.

Listo para el futuro!"

Spriggan se envolvería en una energía azulada a la par que el punto de contacto con el cual choco contra la pared se envolvió en gris.

Spriggan como si de de un hacha se tratase se lanzo en respuesta a Valkyrie con el quien choco por unos segundos como si se hubiera parado el tiempo y de un momento a otro... Lo haría estallar.

El estadio caería en vitores y los múltiples flashees de camaras no se harían esperar, Winston vería los últimos giros de su bey con una sonrisa alzando su mirada para ver el resultado de su esfuerzo.

Westminster (Londres) 5 - Bayswater (Liverpool) 4

"¡Let's fucking go!"

Uno de los miembros del Westminster grito de felicidad y emoción.

Ana asintió simplemente con una sonrisa y una risa saliendo de sus labios... Pero no parecía ser una risa cualquiera de felicidad.

Winston por otra parte quedaría maravillado ante el espectáculo de que había dado para cerrar el torneo, pero antes de irse, vería al blader del Valkyrie en el suelo con la mirada triste y decepcionado de si mismo.

El peli negro se acercaría a este y extendería su mano hacía este con una sonrisa.

"Hey... Fue una buena batalla, espero verte pronto de nuevo."

El chico solo pudo ver la mano de Winston por unos segundos antes simplemente asentir con un poco de consuelo en su voz tomándola.

"Gracias... Lo mismo digo."

Poco tiempo paso después del evento, Winston caminaba feliz por los pasillos del estadio a la par que hablaba por teléfono con Olga.

"¡Por el amor a todos los dioses existentes, ¿¡Así se siente ganar una final!? ¡Me siento invencible ahora mismo! ¡Pudiera pelear con un tigre blanco, un oso polar y una zapatilla ahora mismo!"

Olga del otro lado de la línea simplemente se limitó a reír.

"Ya, ya, bájate de esa nube antes de que te empiece a sentar mal, recuerda que aún te queda mucho que descubrir de este mundillo."

Winston asintió en compresión calmando se un poco.

"Pero de verdad... Me siento increíble con esto."

"Ah, son cosas a las que te acostumbrarás pronto, pero por mientras disfruta de la victoria de hoy, nos veremos en unos días cuando vuelvas a Londres."

Winston no pudo evitar sonreír ante las palabras de su amiga, sintiéndose aún más entusiasmado ante la idea de disfrutar de su victoria.

"Por supuesto, estaré allí para nuestra próxima reunión. ¡Y espera a que te cuente todos los detalles! Hasta entonces, ¡nos vemos pronto!"

Dicho eso, Winston colgó el teléfono, dejando escapar un suspiro contenido mientras seguía caminando por los pasillos del estadio.

Este se dirigía al cuarto de su equipo esperando que estuvieran listos para recibirlo con una sonrisa, pero en cambio pudo ver la puerta semi abierta.

Se asomo ligeramente por la puerta escuchando su conversación entre los miembros.

"¡Casi la caga, el príncipe!"

Una de las personas grito hacía los demás con una sonrisa arrogante en su rostro.

"¡Si por favor, estaba apretando bien cuando ví que por casualidad se acordó que podía esquivar!"

Otro chico grito en respuesta con una risa saliendo de el.

"Cálmense niñitos, ganará o perdiera ya tenemos la popularidad para reclutar más gente gracias a ese mocoso, imagínate lo que pudiéramos generar con el, ya tenemos la visibilidad suficiente en todo Inglaterra para que gente de todo el mundo venga."

La voz de Anna fue la que sorprendió verdaderamente a Winston.

"He de admitir que ponerlo en el equipo fue la estrategia de marketing más eficiente posible."

Anna se encogió de hombros con naturalidad abriendo un casillero.

"Vamos, la oportunidad estaba servida, nunca había sido tan fácil convencer a alguien de unirse, el se unió sin sospechar en lo más mínimo, pobre niño, probablemente ni siquiera sepa de la maldad del mundo."

Anna rio irónicamente en respuesta conjunto a todos los demás de la habitación.

Winston por su parte se alejaría lentamente de la habitación con el corazón ligeramente dañado, este apretó la medalla en su cuello y sin más que poder decir u objetar... Siguió caminando con tristeza en su voz.

"Ellos... Me traicionaron."

(N.A: NO SE HACER PUTAS TRAICIONES HE FALLADO COMO ESCRITOR DE WATTPAD AHHH)

Winston caminaría por las calles de la ciudad de Brighton con tristeza en sus ojos, este se habría quitado su recién conseguida medalla guardando está en el bolsillo de su chaqueta.

A medida que se adentraba más en la ciudad, buscaba un lugar tranquilo dónde poder reflexionar sobre lo que acababa de descubrir. Se sentó en un banco en un parque cercano, hundiendo su cara entre sus manos y tratando de ordenar sus pensamientos.

Suspiró profundamente mientras intentaba digerir todo lo que había escuchado. ¿De verdad su equipo solo lo había incluido por motivos de marketing?

"¡Rayos!"

Dijo frustrado Winston, levantando la cabeza y apoyando la nuca en el respaldo del banco.

Las palabras de Anna seguían resonando en su mente: "El niño probablemente no sospecha de la maldad del mundo". La idea de ser considerado simplemente como un "niño inocente" era algo que lo enfurecía y frustraba al mismo tiempo.

Sabía que el mundo a veces podía ser cruel, pero nunca imaginó que su propio equipo podría estar usando su inocencia en su contra.

Se sentía traicionado y vulnerable, expuesto en el centro del escenario para que todos pudieran verlo y manipularlo a su favor.

Winston se levantó del banco, demasiado molesto como para seguir sentado, y se puso a caminar nuevamente sin rumbo fijo, con la mirada perdida en la distancia y la mente llena de preguntas.

Suspiro nuevamente volviendo a la realidad y al momento de levantar la mirada noto que estaba en una zona más oscura de lo habitual en la ciudad.

Al darse cuenta, comenzó a sentirse un poco inquieto, pues no era una zona que conociera muy bien. Volvió la mirada atrás, pero se dio cuenta de que también había perdido la noción del tiempo y la noche había caído casi completamente.

Se dirigió hacia un costado, y notó como un callejón entraba en la noche a unos pocos metros, pero el ruido de un cubo de basura ser volteado llamo su atención.

Sus instintos le decían que debía seguir su camino y evitar el callejón, pero la curiosidad pudo más y comenzó a acercarse con cautela hacia el origen del ruido.

Al momento de entrar al callejón noto una fuente de luz que alumbraba el final del callejón este daría algunos pasos hacía la fuente de luz, pero antes que pudiera terminar de llegar a destino sentiría una presencia tras de el al inicio del callejón.

"Vaya... No pensé que alguien cayera en esto."

"Te dije que funcionaria, solo tenías que confiar."

Winston se voltearia rápidamente viendo a dos chicos hablar entre si, antes de que pudieran seguir discutiendo, la figura de una persona de pelo negro y blanco camino entre ambos luciendo un poco mayor que ambos.

La figura se colocaría entre los dos chicos con cuidado antes de hablar con calma a la par que estos se callarían casi por completo para dejarle hacer todo el discurso.

"Oh... Veo que tenemos un invitado no invitado."

El chico de cabellos negros habló con calma en su voz antes de empezar a caminar hacia Winston con calma y tranquilidad.

"... Por alguna razón te me haces familiar... ¿Dónde te he visto antes?"

Winston intentó controlar su tensión y habló con un tono tentativo pero claro.

"No... No estoy seguro de haberte visto antes. ¿Quién eres?"

Mientras el tipo de cabello oscuro se acercaba a él, Winston mantuvo una distancia prudente e intentó no mostrar su nerviosismo.

El tipo de cabellos oscuros siguió con calma su andar antes de parar frente a él y verlo en la cara, y tras unos momentos de silencio un par de risas escaparon de los labios del chico.

"¡Hahahaha! Ahora sí que me acuerdo de ti."

El chico paso una mano por su frente, antes de apuntar a Winston.

"¡Eras el principe ese si no estoy mal!"

Winston se sorprendió un poco al darse cuenta de que el tipo sabía quién era.

"Así es, soy el principe Kalem..."

Miró al chico con desconfianza, tratando de averiguar cuáles eran sus intenciones.

"¿Y quién eres tú?"

El tipo se acomodaría la chaqueta con calma antes de seguir apuntando a él, y al momento de hablar una sonrisa se formó en sus labios.

"Vaya... No pensé que fuera a terminar cara a cara con un niño que tiene un futuro prometedor a sus espaldas... No me esperaba ver a un príncipe en este barrio, o al menos no a a estas horas de la noche."

Winston se mantuvo firme y mantuvo su distancia, tratando de evaluar los movimientos del desconocido.

"Me llamo Gaston Ashbourne, no necesitas saber mucho de mí más que saber que ahora mismo estás siendo asaltado."

La palabra "asaltado" hizo que Winston se pusiera alerta de inmediato. Mantuvo la calma, pero su corazón comenzó a latir más rápido.

"Está bien supongo..."

Winston suspiro tenuemente buscando en su bolsillo su billetera pero... Cuando sintió su bolsillo se dió cuenta que no traía su billetera consigo si no que solo estaba su bey en este.

"... Mierda..."

Winston maldijo en su mente al darse cuenta de que no tenía su billetera. Miró al ladrón con cautela y trató de ganar tiempo.

"Lo siento, pero olvidé mi billetera en casa. No tengo nada de valor conmigo."

Gaston se llevó una mano a su boca, riendo un poco por las palabras de Winston antes de acercarse un poco más y colocar su muñeca en frente de el.

"Oh... No me mal entiendas, no me interesa si tienes dinero o..."

El gesto de Gaston cambio antes de volver a hablar.

"No me interesa que tengas billetera, muy probablemente... Secuestrarte salga muchísimo más rentable por favor, la plata que generaría con eso no tiene precedentes."

Las palabras de Gaston dejaron a Winston helado. Trató de mantenerse tranquilo pero su pulso se aceleró y su mente se llenó de preocupación y miedo.

"No... No puedes hacerlo."

Winston retrocedió un paso , tratando de mantener una distancia entre él y el ladrón. Su corazón latía con fuerza en su pecho y sus manos temblaban ligeramente.

Gaston siguió avanzando con calma y una sonrisa, sin darle importancia a la tensión que emanaba de Winston. Se inclinó hacia delante, acortando la distancia entre ellos aún más.

"¿Oh si? ¿Y quién me va a detener exactamente? ¿La policía, tus guardias, tus padres? Por favor pequeño pajarito..."

Una risa baja y arrogante salió de los labios de Gaston.

Winston se sintió atrapado y vulnerable. No sabía qué hacer o cómo escapar de esa situación. Su mente corría en círculos, tratando de encontrar una salida, pero todo parecía oscuro y sin esperanzas.

Gaston dio un paso más y se colocó frente a él, cortando cualquier posibilidad de escapar. Su sonrisa se ensanchó aún más, mostrando un toque de crueldad y sadismo.

Pero... Antes de que Gaston pudiera tocar al chico, lo que parecía ser una flecha fue disparada desde arriba del callejón.

Aquella flecha explotaría en una explosión de humo dejando sin vista a los ladrones incluyendo a Gaston.

Mientras aun Winston procesaba la situación una mano se extendió hacía la capucha de su chaqueta alzandolo por los aires.

Winston con algo de miedo cerraría los ojos al sentir el aire por debajo de el y gritaría por algunos segundos.

Pero antes de lo que pudiera terminar de procesar lo que pasaba fue dejado caer en el centro de la ciudad nuevamente, concretamente en el parque.

Winston con algo de miedo abriría los ojos viendo hacía su salvador, un adulto tal parece vistiendo ropas como si de un conde se tratase.

Winston estaba asombrado y confundido. Su corazón aún latía rápidamente por la tensión y el miedo que acababa de sentir. Al ver a su salvador, se apresuró a sentarse en el suelo y buscó respuestas.

"Gracias... Gracias por salvarme. ¿Quién eres?"

Mientras hablaba, el desconocido se agachó a su nivel y lo miró con calma.

El hombre le ofreció una sonrisa suave y tranquilizadora, mostrando un toque de bondad y comprensión.

"No necesitas agradecer. Estaba cerca y decidí intervenir cuando noté la situación peligrosa en la que te encontraste."

Hizo una breve pausa antes de volver a hablar.

"Y mi nombre es CountNight, un gusto chico."

Winston se sintió ligeramente aliviado al escuchar las palabras de CountNight. A pesar del miedo todavía presente, se dio cuenta de que estaba a salvo.

"Gracias... Gracias por salvarme."

CountNight asintió con calma ante las palabras de Winston, mostrando comprensión ante el estado en el que se encontraba el chico.

"No hay de qué. Me alegro de haber llegado a tiempo."

Se daría vuelta listo para desaparecer en la noche nuevamente.

"Espero que estes listo joven Kalem... Listo para el futuro.

Dicho esto CountNight desaparecería sin dejar rastro en la noche pero dejando a Winston pensativo.

"Esa voz... Fue la misma que escuché."

Se dijo así mismo antes de levantarse del suelo observando como la noche caía de vuelta.

3 días después.

"Entonces... ¿Dejas el club?"

Pregunto Anna hacía Winston quien se rascaba la mejilla un tanto nervioso.

"Sip... Agradezco que me hayan dado la oportunidad para brillar y eso... Pero quiero encontrar un camino por mi propia cuenta."

Anna suspiro ligeramente encogiendose de hombros.

"Está bien... Podrás volver aquí en cuanto lo desees de igual forma, suerte."

Winston se despidiria de Anna y al momento de cerrar la puerta del club tras de el dejo salir un fuerte suspiro.

"¡Le debistes de haber dicho a esa perra sus verdades!"

Le gritó Olga a Winston haciendo que este último se sorprenda un poco.

"Ah... Prefiero dejarlo así, no quisiera hacer un drama innecesario."

"¡Innecesario mis ovarios! ¡Lo mínima que se merecían era que les dijeras que en verdad pensabas de cada uno de ellos!"

Winston empezó a caminar junto a Olga quien hacía un puchero.

"Descuida, si el karma existe actuará pronto."

"Si, pero es más rápido simplemente forzarlo."

Ambos chicos se disponían a caminar hacía la salida pero hubo algo que llamo especialmente la atención de Olga, en la entrada se encontraba la reina Isabella con lentes de sol esperando a su nieto.

"Déjame adivinar... ¿Le contaste?"

Olga se voltearia a ver a Winston quien sonrió tontamente.

"Dijo que nos podía ayudar a hacer nuestro club propio así que... No lo veo como algo malo."

Los dos se acercaron a la anciana la quien bajo sus lentes de sol para ver a ambos jóvenes con una sonrisa en el rostro.

"¿Esperan las buenas tardes o que? Entren a la limo antes de que se me recuerde que soy la reina."

"¡Si señora!"

Dijo Winston empujando prácticamente a Olga hacia la limosina.

El interior del coche era bastante bonito y espacioso, la reina se volvió a colocar los lentes de sol y suspiro, cruzándose de brazos.

"Entonces... Un club propio, ¿eh?"

Olga asintió con firmeza, sentada frente a Isabel con una sonrisa en el rostro.

"Sí, señora. Su nieto y yo decidimos que la mejor opción era para nuestras carreras como bladers abrir nuestro club propio que con algo de suerte representará a Inglaterra en el próximo encuentro internacional."

La reina escuchó las palabras de Olga con cierta atención antes de asentir con calma.

"Un club propio, interesante..."

Se quitó los lentes de sol y miró a los chicos con calma.

"Y... Supongo que necesitan fondos, ¿verdad?"

Winston y Olga se miraron, sabiendo que ese sería un tema importante. Fue Winston quien habló en representación de ambos.

"Sí, abue. Necesitamos fondos para comprar equipo, organizar torneos y promocionar nuestro club. Además, participar en torneos internacionales requiere recursos financieros considerables."

La reina asintió, mostrando una sonrisa tenue.

"Por supuesto, los recursos son cruciales para el éxito de cualquier proyecto. Pero, antes de hablar de fondos, tengo una pregunta, ¿tienen un nombre para su club?"

Winston y Olga se miraron nuevamente y se sonrieron. Olga respondió con orgullo:

"Claro que sí, hemos elegido un nombre para nuestro club: "The Stellars". Ese será nuestro nombre insignia."

La reina levantó una ceja con interés.

"Stellars, un nombre interesante. Tiene un toque de grandeza y ambición. Me gusta".

Se tomó un momento para acomodarse en su asiento.

"Entonces... ¿Tienen una idea clara de cuánto dinero necesitan?"

Olga suspiro ligeramente nerviosa.

"Bueno... Vera..."

Algunas calles más adelante la limosina se estacionó dejando a Winston y Olga en lo que parecía ser un establecimiento abandonado por la mano de dios cubierto de polvo y suciedad.

"¿No había un lugar más limpio?"

Preguntó Winston hacia su abuela.

"¿Querías trabajo duro? Pues aquí lo tienes, todas las remodelaciones se encargarán ustedes, yo solo pongo la plata."

Olga se trono los dedos abriendo las puertas del sitio y sintiendo la humedad entrar por su nariz.

"... Esto va a ser un día largo."

"Puedo ayudarlos si gustan."

Una tercera voz se hizo presente siendo esta la de Glory la cuál Winston reconoció de inmediato.

"¿¡Glory!? ¿¡Qué haces aquí!?"

La criada se rascó ligeramente la mejilla.

"La reina me dió el permiso de salir para poder ayudarte con la limpieza y remodelaciones para tu club, obvio no podía negarme a ayudarlo joven Winston."

"Bueno..."

Olga se acercaría a Winston nueva.

"Tres ya son multitud así que supongo que eso hará más fácil todo."

Dicho esto Winston recordaría algo que le dijo anteriormente a Olga volteandose a verla nuevamente.

"Hey Olga, ¿Ya le dijistes a Gyro que viniera?"

Olga asentíria ligeramente con la cabeza.

"El femboy está en Japón actualmente buscando piezas raras y eso, me dijo que en cuanto vuelva de su viaje comercial estaría dispuesto a ayudarnos y supuestamente traerá a un amigo... Me preguntó quién será."

En Japón.

Era de noche y solo se podían los débiles murmullos de la gente junto a los animales del lugar, Gyro sostendría un paraguas en su espalda agachándose para ver a alguien sentado en el suelo vistiendo como si fuera un vagabundo.

"Hey, amigo, necesito una persona para jugar una liga de beyblade."

Aquella persona alzo su vista hacia Gyro hablando entre susurros.

"Dame... Plata."

"Seguro... Todo el que desees, mano."

Gyro extendió su mano hacía el sujeto con una sonrisa.

"Vamos a hacer historia."

Aquella persona descuidada era ni más ni menos que Ramiro Parisi.

Fin... Del prólogo de un nuevo comienzo.

Edición: se me olvidó mencionar los créditos xd.

Olga es un personaje extraído de HinataCardenas01

Anna es un personaje extraído de anamaribey

Y Gaston y Ramiro son pequeñas referencias a FideosQuemados y Ramirois

Gracias por su atención.

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