-Act six
HyeSook quedó estática, no sabía que hacer, ¿Soobin habría visto algo?, ¿Y si se había enterado?, ¿La iría a dejar? Aunque sabía que era casi que imposible que Soobin se haya enterado, no podía evitar sentrise nerviosa y paranoica.
—H-Hola Soobin— Dijo con algo de culpa.
—Adios, HyeSook— Hyunjin cerró la puerta del auto y arrancó rápido, haciendo que las llantas del carro rechinaran.
Soobin rió y dijo:—Que idiota.
Ambos rieron y se fueron a la primera clase que les tocaba.
[...]
HyeSook pasó todo el día sintiéndose culpable. Tenía que hablar con Soobin, si o si. Ella pensaba que no amaba a Hyunjin, solo le atraía físicamente, ¿Cierto?
Cuando ella estaba más pequeña, recuerda que tenía un gran crush con él, Hyunjin.
Se la pasaba junto a él, y recuerda que incluso una vez le dió una carta y unas flores que había encontrado en el jardín. La carta decía:
“Hyunjin, te amo.
¿Quieres ser mi novio?”
Hyunjin obviamente no aceptó, la chica tenía 8 y él 15, no creía que fuera lo correcto, y ahora también era el caso, pero solamente se hace el ignorante.
Ella recuerda perfectamente las palabras que él le dijo:
“—Oh, mi dulce HyeSook, no podemos estar juntos, eres muy pequeña. Cuando estés un poco más grande, te prometo que si estaremos juntos.”
Él besó su mejilla seguido de una pequeña risa.
Bien, HyeSook podría seguir un poco enamorada de Hyunjin, pero no podía pasar, ellos no podían estar juntos. Ella era menor de edad y tenía novio, aparte de que sus padres nunca la dejarían, iba a terminar arruinando la gran amistad que tenían ellos y Hyunjin.
Lo había decidido, le iba a contar todo a Soobin. No sabía dónde ni cuando, pero lo mejor era lo más pronto posible.
En eso llegó Jeongin.
—¿Estás bien, HyeSook? te noto muy pensativa— HyeSook pegó un pequeño brinco.
—Dios, ¡No me asustes así!— Chilló.
—No escucho lloros— Jeongin rió.
HyeSook rió sarcásticamente.
—Bueno ya, ¿Te pasa algo? Estás muy rara— Jeongin se veía preocupado.
—Bien, te voy a contar algo, necesito tú opinión.
HyeSook procedió a contarle todo lo que había pasado con Hyunjin, desde lo que pasó hasta como se sintió. Jeongin simplemente no se lo podía creer, se sentía algo decepcionado, el hecho de que HyeSook haya engañado a Soobin, simplemente no lo podía aceptar.
—Mira, HyeSook, sé que la cagaste, y lo que hiciste estuvo mal. ¡Por Dios, es 7 años mayor que tú! Bueno, mi intención no es juzgarte, sino ayudarte. Debes de hablarlo con Soobin, ahora mismo.
—¿Qué?, Pero, ¿Aquí en el colegio?
—Si, vaya enseguida, entre más rápido mejor.
HyeSook asintió y se fue a buscar a Soobin.
Habían pasado 20 minutos, y aún no lo había encontrado. Lo llamó por el teléfono pero este le mandaba al buzón de voz. Buscó en el patio, baños, pasillos, salones, y demás. ¿Tal vez se había ido temprano? No, él se lo habría notificado.
Decidiste dar una rápida ojeada al baño mixto del segundo piso, pasaste los lockers y... ¡Ahí estaba!, ibas a correr hacia él pero te diste cuenta que estaba hablando con una chica. Se llamaba Lina, lo sabías porque era una amiga de él. Lo celabas bastante con ella, pero él siempre te dijo que no te preocuparas, que era solo una amiga, así que decidiste confiar en él.
Te quedaste un rato viéndolos, solo para ver como el colocaba la mano en su muslo y comenzó a acariciarlo. Te sentías confundida, ¿Que era todo lo que estabas viendo?
Ella se acercó a él y comenzó a besarlo, Soobin subió su mano y agarró uno de sus pechos mientras sonreía en medio del beso. Lo extraño de todo eso era que no te sentías mal, no sentías enojo, ni decepción, ni nada. Tal vez, no lo amabas después de todo...
Saliste del baño y fuiste dónde estaba Jeongin esperándote.
—Y, bien... ¿Como se lo tomó?, Pobre chico, ha de estar devastado, eras el amor de su vida, no entiendo como pudiste hacerle algo como eso, ¡Al menos hubieras terminado con él antes!— HyeSook lo interrumpió.
—Se estaba besando con Lina.
Jeongin se atragantó con su propia saliva.
—¿Qué?— Gritó sorprendido.
—Tal como escuchaste, le agarró una teta y todo— Jeongin tenía los ojos abiertos como platos.
—Nunca creí que él fuera de esos. ¡Y con la chica que él te repitió más de mil veces que solo era una amiga!, que imbécil.
—Pues, yo tampoco me quedo atrás, lo que hice estuvo mal.
—Si, pero solo fue una vez, te ganaron las hormonas, cachonda de mierda. Pero se lo ibas a contar, él ni eso. Maldito, y yo compadeciéndome de él.
Ella solo rió irónicamente.
—¿Si le dijiste algo?— Tú negaste.
—Otro día...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro