-Act four
HyeSook estaba en su cuarto, pensando en aquel beso con Hwang. Sus dedos fueron a sus labios rozándolos, tratando de imitar el tacto de Hyunjin.
Rápidamente, su mente comenzó a imaginar todo tipo de escenarios, pero, algo que tenían en común era que en todos habían todo tipo de pensamientos sucios con Hyunjin.
Comenzó a sentir un calor en su intimidad. Frotaba sus muslos uno contra otro un busca de fricción.
Por instinto, su mano bajó a su, ya descubierta, intimidad, acariciándola con la punta de sus dedos. Estaba completamente desnuda y con las piernas abiertas.
Sus dedos jugaban con su clítoris, haciendo que se retorciera. Lo que mas odiaba era que en vez de imaginar que era Soobin quien la estaba tocando, seguía imaginando que era Hwang.
Un pequeño gemido salió de sus labios.
—H-Hyunjin— Dijo entre gemidos.
La puerta de su cuarto se abrió, encontrándose con Hyunjin. Su rostro se volvió de un color carmesí, pero, ahora estaba como una perra en celo, no tenia vergüenza ni dignidad.
Siguió con su acto como si el hombre no estuviese ahí, haciendo que Hyunjin se deleitara con el espectáculo.
Hwang cerró la puerta y se acercó a HyeSook. Unió sus labios en un beso desesperado y lleno de deseo.
Mordía el labio interior de HyeSook y metía de vez en cuando la lengua.
En un abrir y cerrar de ojos, Hyunjin se encontraba completamente desnudo. HyeSook miraba asombrada su trabajado cuerpo y el tamaño de su longitud.
Hyunjin al ver como la menor miraba su cuerpo, no pudo evitar darle una sonrisa burlona.
Se acercó a la chica y volvió a juntar sus labios. Se separaron por falta de aire. Hyunjin comenzó a besar y mordisquear el cuello de HyeSook, dejando marcas de mordiscos y chupetones.
Sus labios bajaron hasta sus pechos, lamiéndolos, haciendo retorcer a la chica. Mordió levemente uno de sus pezones y HyeSook soltó un fuerte gemido como respuesta.
Sus labios siguieron bajando hasta llegar a la intimidad de la chica. Daba lengüetazos a la raja de HyeSook, haciendo que salieran gemidos obscenos por parte de ella.
Lamía el clítoris de la chica, moviendo su lengua de un lado a otro rápidamente. Metió su lengua dentro de ella, simulando embestidas.
La pelinegra se sentía en el cielo.
No duró ni un minuto, pues Hyunjin, la había echo ver las estrellas.
Se corrió en la boca de Hyunjin y este se trago el jugo de ella.
—Tan dulce...— Susurró en su oído.
Se levantó de la cama y se puso de rodillas en ella.
—En cuatro— Ordenó Hwang algo que la pelinegra rápidamente obedeció.
El se posicionó listo para entrar, no sin antes darle una nalgada a el culo de HyeSook, haciendo que esta gimiera por el placer que le había otorgado. Hyunjin metía lentamente su polla en la entrada de la chica.
—Joder, ¿No te preparé lo suficiente?, ¿O es que estás así de apretada?— Gruñó con el ceño fruncido.
Se movía rápidamente, agarrando las caderas de ella con sus grandes manos, dejando sus dedos marcados en esta.
Él no era gentil ni mucho menos delicado, algo que a HyeSook le encantaba, tal vez más de lo que quería admitir.
Los ojos de HyeSook comenzaron a soltar lágrimas debido al placer, las cuales se mezclaban con la saliva.
Hyunjin hizo una coleta improvisada con el cabello de la pelinegra y tiró de el, haciendo que la chica gimiera como loca.
Después de unos segundos, él pudo ver que ella ya se había acostumbrado completamente a su tamaño, por lo cual comenzó a follarla rápido y duro. Ella se limitaba a gemir.
Arrugaba las sabanas haciendo puños con sus manos, pues, no sabía otra manera para descargar la oleada de placer que sentía.
Hyunjin la estaba llevando al paraíso y llenándole las alturas. HyeSook estaba viendo la maravillas, tocando las estrellas y el cielo, y aún así no se a comparan.
Hyunjin se mordía el labio inferior tratando de ahogar sus jadeos y gruñidos.
—Tan apretada— Susurró en su oído con una voz ronca.
HyeSook sintió un gran vacío en ella, ¿Acaso el ya había terminado?. Todas las dudas se fueron cuando Hyunjin volteo a la chica, pegando su espalda a la cama.
El agarró sus piernas y las subió a su hombro. La nueva posición le dejaba llegar mas lejos, si es que eso era posible.
Sus cuerpos chocando y cubiertos de sudor, la madera de la cama chocando contra la pared y el sonido de los gemidos agudos de HyeSook y los gruñidos guturales de Hyunjin hacían el ambiente aún mas caliente.
Hyunjin era un maldito Dios en la cama.
Las paredes de la chica se volvieron a apretar, estaba por recibir su segundo orgasmo. Sus paredes ahorcaban el gran miembro de Hyunjin, no querían dejarlo ir.
Hyunjin dio unas estocadas mas para que luego HyeSook llegara a su orgasmo, debilitando las piernas de la chica.
Poco después él sacó su longitud de ella. La bombeó una, dos veces y dejó caer su semen caliente en el estomago de ella. Se acostó a su lado cansado y con la respiración agitada.
—Dios, eso fue... Exquisito— Dijo Hyunjin tratando de regular su respiración.
Las piernas de HyeSook aún temblaban.
—¿Tan duro te follé?— Preguntó burlón.
HyeSook sabía perfectamente que se iba a sentir culpable por haber engañado a Soobin, pero, en ese momento, realmente no le importaba.
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