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— Fue un jodido desastre, la peor mierda de todo el puto universo ¡y ni siquiera me dejó hacer la puta prueba como a las demás candidatas!
Hana y Aida llevaba aproximadamente una media hora escuchando a Dana desahogarse sobre su frustrante intento por conseguir un empleo, la mayor lanzaba insultos y proteste hacia el aire con clara rabia, pero, sobre todo, frustración,
Las tres habían acordado reunirse ese día en la casa de Aida luego de las entrevistas de Dana, para hablar un poco del tema y también porque la menor de todas le había pedido a la morocha que le tiñera el pelo. Así que, ahí estaban, con Dana agitando furiosamente la brocha con tinte, peligrosamente cerca de la cara de una nerviosa Hana mientras que Aida escuchaba atentamente a su amiga, sentada en su cama y con la espalda recargada contra el muro.
— "Lo siento mucho, señorita." –imitó Dana, agudizando dramáticamente la voz — "Pero usted no cuenta con un título de preparatoria, así que, me temo que no tiene caso que la entrevista siquiera." –Dana tomó entre sus manos un cojín de la cama de Aida y lo arrojó hacía un sitio aleatorio, sus amigas encogiéndose un poco en sus asientos — ¿¡Para que mierda ocupo el título de preparatoria para trabajar de vendedora en una boutique!?
Dana se dejó caer en la silla frente al escritorio de Aida, cruzándose de brazos y maldiciendo en voz baja mientras las dos menores la observaban concierta pena.
— No te desanimes, Dana, seguro que pronto encuentras algo. –Hana se puso de pie frente a la morocha y coloco ambas manos sobre sus hombros en señal de apoyo, dándole una sonrisa esperanzadora — Solo es cuestión de buscar un poco más.
Sin embargo, las palabras de la ex-pelinegra no sirvieron de mucho, y se notó por la manera en que la morocha bufó, aún con el entrecejo fruncido.
— La única manera en que consiga un trabajo decente es terminando la preparatoria, ¡ni siquiera soy buena en la escuela, no hay manera de que lo haga! –espetó con los brazos hacia el aire — Y siéntate de nuevo, vas a manchar el piso con el tinte que traes.
Hana hizo caso y volvió a su silla, un puchero marcado en sus labios y la cabeza baja. La habitación quedó en silencio por varios segundos hasta que, de la nada, Aida saltó de la cama con un rostro de entusiasmo.
— ¡Ya sé que es lo que puedes hacer! –sujetó también a Dana por los hombros, ganándose una mirada de confusión se parte de esta al notar lo emocionada que estaba la rubia.
— Aida, espacio personal, ¿recuerdas?
La chica se separó de la mayor y se sentó en el borde de la cama, aún entusiasmada por su reciente idea.
— Muy bien, Dana, a ti te gusta hacer ese tipo de cosas con el cabello y el maquillaje, ¿verdad? –dijo con marcado entusiasmo mientras señalaba a Hana como claro ejemplo, la morocha asintió sin entender aún — Bueno, entonces ¿por qué no tomas algún curso para hacer esas cosas y obtienes un título?
— Espera un segundo. –Dana alzó su mano frente a la rubia, analizando la idea — ¿En verdad dan títulos por peinar y pintar cabello?
— ¡Claro que sí! Creo que se llama cosmetología o algo así. –agregó Hana, con la emoción recién contagiada –Dana, tú eres muy buena en esto y además te gusta, si tomaras algunos cursos y prendes un poco más con la práctica, podrías trabajar sin problema en algún salón de belleza, o incluso abrir el tuyo.
Las palabras de Hana y Aida rápidamente hicieron que la mayor recobrara el ánimo y una pequeña sonrisa comenzara a dibujarse en sus carnosos labios.
— Sí, sí, es una buena idea. –Dana se puso de pie con los ojos brillosos y actitud decidida, las dos menores en automático sonrieron por la renovada esperanza de su amiga.
— Solo tenemos que buscar un lugar.
— ¡Pues hagámoslo ahora mismo! –exclamó antes de echarse a la cama junto a Aida, quien enseguida tomó su laptop sobre sus piernas y la encendió con rapidez — Y tú vete a enjuagar el tinte antes de que se te caiga el pelo.
La menor asintió y corrió al baño, dejando la puerta de la habitación abierta – ¡No tardo, pero si encuentran algo griten!
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