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✧part two✧

Había despertado con una sensación extraña en el pecho, presionando con fuerza y mandándole cientos de corazonadas, como si muy en el fondo intuyera que algo malo sucedería ese día.

Pero, tratándose de Oh Sehun, dejó de lado todo aquello y sonrió como bobo, a sabiendas que vería a su precioso ciervo incluso si éste se rehusaba a estar en la misma habitación que él.

Ah, estaba tan jodido por Luhan.

Todo fue relativamente bien durante el viaje desde su departamento hasta la agencia, pasando de las miradas lascivas de las que trabajaban en recepción y los primeros pisos del edificio. Lo único que tenía en mente era ver aunque fuese por unos segundos a Luhan, bastante seguro de que con ello las malas sensaciones con las que despertó se disiparían.

Y no, aquello no ocurrió cuando finalmente pudo dar con una cabeza rubia adornada por adorables astas.

Luhan y Zhang Yixing reían con mucha confianza en la sala de impresión, esperando quien sabe qué clase de documentos mientras pasaban un agradable rato entre "compañeros de trabajo", o eso quiso creer el lobo.

Entonces supo el porqué de su malestar, sintiendo un sabor amargo en la boca y unas inmensas ganas de ir hasta donde se encontraban, tomar en brazos a su chico y marcharse lejos de todos. Porque aunque el otro no lo aceptara, era su chico y no iba a quedarse de brazos cruzados viendo como alguien más intentaba robarle algo que le pertenecía.

Dando grandes y apresuradas zancadas, llegó hacia ambos sujetos, quienes tarde se percataron de su presencia, y rodeó la cintura del mayor con toda la posesividad del mundo, hasta gruñéndole bajito a Yixing, cosa que no le fue desapercibida.

Luhan se tensó cuando el brazo de Sehun lo acercó a su fornido cuerpo, experimentando un bochorno tan grande que le llevó a cubrirse la cara con las manos para que ambos hombres no vieran su feroz sonrojo.

«Por favor, que no sienta los erráticos latidos de mi corazón» imploró en silencio, cerrando con fuerza los ojos.

—Hola, Sehun —saludó con una sonrisa Yixing, divertido ante la actitud del menor—, tiempo que no nos topábamos.

—Sí, bastante tiempo —no quiso evitar su tono cortante y molesto—. Qué coincidencia verte por aquí.

Sin que Yixing lo notara, Luhan codeó el abdomen de Sehun, aprovechando que ambos machos se miraban para lanzarle una mirada asesina al alto y a sabiendas de que él se percataría de ello.

—Oh —el otro ciervo se sobresaltó cuando vio que sus impresiones estaban listas, por lo que tomó los papeles y volvió la vista a la parejita—, bueno, debo irme —se dirigió a Sehun, haciendo una reverencia y en seguida mirando a Luhan—. Nos vemos en la tarde, Lu.

Sehun tensó la mandíbula y apretó su agarre, a lo que el rubio le ignoró para sonreírle incómodamente al pelinegro.

—Nos vemos.

Lentamente la silueta del ciervo se fue alejando, finalmente desapareciendo en la esquina del pasillo y dejándolos a solas.

— ¿Por qué se verán en la tarde? —preguntó molesto el lobo, incapaz de controlar sus celos.

Decir que le hervía la sangre era poco porque se sentía un mismísimo volcán en erupción y todo a causa de la rabia. ¿Por qué, curiosamente, Yixing y Luhan se habían vuelto tan cercanos? Le agradaba el otro ciervo, pero, en aquel momento, comenzaba a odiarle.

En realidad odiaba a todos los hombres que estuviesen cerca de Luhan. A las chicas no tanto, ya que estaba al tanto de que su ciervo era homosexual, pero de igual manera las aborrecía.

Luhan inhaló una gran cantidad de aire y lentamente lo exhaló, removiéndose sin brusquedad para que el castaño sacara sus manos de encima. El lobo captó el mensaje y a regañadientes lo dejó ir.

—No es de su incumbencia, joven Oh.

— ¿Por qué jodidos se verán en la tarde? —preguntó nuevamente, elevando un poco más el tono de voz ante la desesperación por no saber qué se traían ellos.

Luhan podía ver los celos, la ira y un cierto miedo en los ojos del alto, de pronto experimentando unas inmensas ganas de abrazarle y asegurarle que no era de algo que tuviese que preocuparse a fin de cuentas.

Es triste que la situación no fuese así y estuviese esmerado en hacer lo que su razón le dictaba.

—Tenemos una cita. —murmuró, reacio a mirarle directamente a los ojos.

Apretó los puños con fuerza, sintiendo a su lobo interior gruñir con cólera.

«De ninguna manera» Dijo internamente, sus ganas de ir detrás de Yixing y encerrarlo en el sótano de alguna casa abandonada con tal de alejarle de su chico aumentando con fuerza.

— ¿Una cita?

Luhan permaneció en silencio, esperando que el alto se fuera, algo que no pasó.

—Uhm, si —volvió a decir con tono bajo, observando de reojo la dura expresión que el menor mantenía—, una cita.

Sehun se dio media vuelta, intentando apaciguar los enfermizos celos que, poco a poco, le estaban haciendo perder la cordura.

«¿Por qué es así? ¿Por qué elige a alguien más? ¿Mis orejitas en punta y mi larga cola son demasiado para él en comparación a lo que tiene Yixing? ¿Prefiere las astas?»

Le atraía en demasía que el ciervo huyera de él, que le riñera cada vez que se acercaba y le comenzaba a coquetear. Sin embargo, le dolía que ignorara sus sentimientos, le dolía mucho. Y ese dolor entremezclado con sus sentimientos negativos le estaba haciendo perder la cabeza, su cabreado lobo interior rogándole marcar en aquel instante al mayor.

Pero, ¿Qué sentido tenía hacerlo si Luhan no le quería?

—Bien —soltó seco, aún dándole la espalda al rubio—, haz lo que se te dé la jodida gana. Este es mi límite, Luhan, no puedo más.

Todo estaba siendo demasiado para ese momento y no quería dejarse llevar por sus instintos, por ello lo mejor era alejarse unas cuantas horas para pensar con la cabeza fría y premeditar sus siguientes movimientos.

Luhan mantuvo su silencio, notando como el alto comenzaba a caminar de nuevo por donde había aparecido para finalmente desaparecer por otro de los pasillos. Sonrió triste cuando se notó solo en la sala de impresión, dándose la vuelta para tomar las hojas listas y seguir con su trabajo.

«Es lo que querías, así que siéntete feliz de haber logrado apartar a Sehun» Le reprochó su subconsciente cuando una pena indescriptible se instaló en su pecho y comenzó a echar raíces en él, pronto sintiendo sus hombros pesados y sin ni una pizca de energía y vitalidad.

Y, aunque le dejara  un sabor amargo en la boca, así debían ser las cosas.










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El resto del día pretendió sentirse de maravilla, todo para que no le preguntasen qué le sucedía y tener que inventar una excusa tonta que nadie se tragaría. Baekhyun, al ser su mejor amigo, notó su fachada de "estoy bien, no me ha pasado nada" y vio las intenciones del híbrido gato para sacarle la verdad fuese como fuese, aunque, para su buena suerte, uno de los lobos le llamó en el momento exacto y, soltando maldiciones a diestra y siniestra, el otro tuvo que partir, dándole una mirada de "o me cuentas luego o ya verás".

Quería mucho a Baekhyun, pero a veces resultaba ser tan sobreprotector y pegajoso que le exasperaba. Lo trataba como a un pequeño ciervo indefenso sin su madre, algo que no le disgustaba del todo a decir verdad, pero que la mayoría de las veces hacía que el otro tomase el rol de madre gato y se le pegara como chicle y zapato.

Tal y como lo era Junmyeon, su adorado hyung, antes de que decidiese casarse y tener sus propias crías, disminuyendo su tiempo juntos a causa de la familia.

«¿Cuándo tenga a mi propia familia también me alejaré de Baek y de hyung?» La idea le entristeció aún más. Si fuese un dibujo animado, ya tendría una nubecita negra sobre su cabeza con lluvia, truenos y relámpagos.

No sintió las horas pasar hasta que Yixing llegó a su oficina y, con su encantadora sonrisa, le preguntó si ya estaba listo. Apenas pudo devolverle el gesto cuando ya estaba siendo arrastrado por el otro hacia el ascensor, diciéndole que esa noche sería increíble por razones que Luhan simplemente no pudo retener en su cerebro por más de dos segundos.

Su mente divagaba en todo lo relacionado con Sehun y lo vacío que se sentía no ser acosado por él, no sentir su embriagante aroma cerca, sus cálidas manos rozándole, su rostro a escasos centímetros del suyo, s-

— ¡Cuidado!

El grito de Yixing lo sacó de sus profundos pensamientos para darse cuenta de cómo tropezaba y su cuerpo inminentemente impactaría contra los azulejos, un golpe que de seguro le rompería hasta el alma. No obstante, el fuerte agarre del pelinegro alrededor de su cintura le impide el doloroso impacto.

En consecuencia, sus cuerpos quedan muy cerca en una posición bastante comprometedora y siendo observados por muchos pares de ojos que se encontraban a los alrededores.

Y, en efecto, muchas personas se habían detenido a mirar el acto caballeroso de Yixing, volteándose entre ellas para murmurarse cosas al oído que, de cierta manera, le comenzaban a irritar.

— ¿Zhang Yixing va a sentar cabeza por fin?

— ¿Es una nueva pareja? Dicen que el celo comienza mañana.

—Se ven muy lindos juntos.

No pudo seguir escuchando más, ya que Yixing lo volvió a arrastrar de la mano hacia la salida, percatándose de su shock al estar en boca de todos por un pequeño accidente originado por la propia torpeza y ensimismamiento.

Ambos llegaron hasta el auto del pelinegro en silencio, manteniéndolo incluso en el trayecto hacia el lugar donde se llevaría a cabo su cita. Yixing parecía estar igual que siempre, imperturbable, todo lo contrario a Luhan, quien se encogía en el asiento gracias a la vergüenza y su inseguridad con querer hacer aquello.

Llámenlo cobarde, pero la palabra que menos le definía era "valiente".

No quería entregarse porque si, no deseaba tener crías sin realmente haberlo querido, no quería estar con alguien sin estar enamorado ni esperar a quedar embarazado para desligarse de esa persona y seguir su vida de soltero.

Luhan quería enamorarse, entregarse por amor, concebir sus crías bajo una relación sumamente estable y vivir junto a esa persona por el tiempo que se pudiese. No anhelaba un para siempre ni un amor infinito, simplemente deseaba a alguien que lo quisiese en su vida por mucho tiempo.

Sintió como el auto fue desacelerando, obligándose a poner los pies en la tierra para entrar en cuenta de lo que estaba sucediendo.

Un auto negro le obstruía el paso unos metros por delante de ellos y el rubio frunció el ceño, volteando la cabeza para mirar desconcertado al pelinegro.

— ¿Qué pasa? —preguntó, frunciendo aún más el ceño al ver que Yixing no se veía inmutado lo que estaba sucediendo.

Su desconcierto fue todavía más grande cuando una sonrisa apareció en los labios del pelinegro.

—Ya se estaba tardando en aparecer.

Iba a volver a preguntar, pero repentinamente su puerta se abre y es jalado suavemente fuera del auto mientras seguía observando al otro ciervo, su sonrisa ensanchándose más y más.

Una corriente eléctrica le recorre el cuerpo cuando siente el agarre sobre él, demasiado abrumado y consternado como para voltear la cabeza y averiguar de quien se trataba.

—Mío —gruñó una voz cerca de su oído hacia Yixing, haciéndole estremecer hasta la punta de su colita—, él es solamente mío. ¿Queda claro?

El contrario levanta las manos en señal de rendición, dejando escapar una pequeña risa cómplice.

—Me hubiese gustado tenerlo de pareja —confiesa el pelinegro, guiñándole un ojo a un muy desconectado Luhan y provocando a Sehun, quien tomó de la cintura al más bajo y lo apretujó contra su cuerpo—, pero desde el primer día fue tuyo.

Dejando los celos de lado, el lobo le sonríe sutilmente al otro y éste le devuelve el gesto, estirándose sobre el asiento que antes ocupaba el rubio para cerrar la puerta y decirles por última vez:

—Diviértanse.

«¿Diviértanse?» Replica en su mente el más bajo, intentando comprender todos los sucesos ocurridos hace no más de cinco minutos hasta ese mismo instante.

Primero: se tropezó y, vergonzosamente, Yixing fue a su rescate como un verdadero príncipe azul. Segundo: iba como toda una colegiala cerca de su crush en el auto del pelinegro. Tercero: había comenzado a dudar sobre su emparejamiento con él. Cuarto: se vio fuera del auto y a Yixing sonriendo divertido. Y por último: estaba sentado sobre el regazo del hombre que ocupaba la mayor parte de sus pensamientos como si fuese un auténtico bebé, aunque aquello no le molestaba en lo absoluto.

¡Y eso le confundía tanto! Se suponía que debía alejarse de él, que era una amenaza. ¿Por qué entonces se dejaba hacer entre sus brazos? Estaba siendo una presa fácil al hambriento lobo.

Sin embargo, se sentía exhausto. Sus ojos pesaban y el hecho de que el cuerpo de Sehun emanara ese calorcito agradable sólo lograba que se acurrucara más contra él.

Le escuchó reírse, una melodía tan preciosa y relajante cual canción de cuna, sin mencionar las gratificantes caricias que le proporcionaba a su espalda. Si fuese un híbrido gato de seguro estaría ronroneando.

En ese momento no le importaba ya estar en la boca del lobo, o mejor dicho de su lobo. Quizás eran sus hormonas por el celo que se aproximaba o sus propios sentimientos no-asumidos; no lo sabía, pero si tenía la certeza de querer seguir entre los brazos de aquel apuesto híbrido lobo que le contemplaba como si fuese la obra de arte más perfecta en el mundo.

Cuando Luhan se quedó completamente dormido, Sehun sonrió enternecido y aprovechó las circunstancias para poder apreciar con tranquilidad su rostro.

Desde su piel nívea pasando por sus cortas pestañas tupidas, su adorable nariz respingona y hasta sus delgados y rosados labios. Todo era tan hermoso y deslumbrante a sus ojos que incluso su cola se erizó por las indescriptibles sensaciones que recorrieron su cuerpo.

Luhan era completamente perfecto a simple vista.

Cuando su chofer le avisó que ya habían llegado al edificio donde vivía, con mucho cuidado bajó del auto con Luhan en brazos, importándole una mierda que la gente que cruzaba por la calle se les quedara mirando.

Por fin tenía a su rubio. ¿Qué importaba el mundo?







será three-shot ( ͡° ͜ʖ ͡°) se me fue la mano en esta parte 

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