Acosador
El día finalmente hizo presencia. Ah, no quería levantarme realmente. Maldita escuela.
Me levanté de la cama, pero Gumball no estaba. Qué extraño.
Terminé de arreglarme y fui a desayunar. Solo estaban mamá y Anais, pero Gumball no.
—Buenos días, Darwin —dijo mamá.
—Buenos días, señora mamá.
—¿Vas a desayunar?
—Mamá, por algo está aquí —habló sarcásticamente Anais.
—¡Pero no debes hablarme así! —reclamó enojada mamá. Daba miedo.
—Pero es verdad.
—¡No debes hablarme así, Anais! ¡o no habrán más mangas BL para ti este mes!
—No me impor... ¡espera! ¡BL! ¿Mamá, cómo sabes?
Anais se había puesto tan roja de la vergüenza.
—Porque te conozco y sé que compras de esos cada mes.
—¿No estás enojada?
—Claro que no. No veo nada de malo con eso —se alzó de hombros sin importancia.
—No me esperaba eso...
Ellas continuaron hablando y yo desayunaba. Pero pensaba en algo, mamá conoce tan bien a Anais y puede ser igual conmigo y con Gumball. Temía porque supiera nuestra relación, solo que si se tomó bien lo de Anais, lo nuestro podría ser igual. La cosa es que no estaba preparado para decírselo.
•••
Llegué a la escuela sin Gumball ya que mamá me dijo que él había salido más temprano, solo que nos sabe a dónde fue. Estaba algo preocupado por él.
Entré al aula y me senté en un lugar vacío.
—Hola, bebé —saludó Tobias sentándose a mi lado—, ¿por qué tan solito?
—¿Por qué no te largas?
—No tienes que estar agresivo. Solo quería acompañarte.
—Prefiero estar solo a estar contigo —usaba un tono seco y molesto para no cumplir con lo que quería.
—Sé que no lo dices en serio.
—Vete.
—Oblígame.
Para mi suerte, yo estaba en el asiento que daba a la pared por lo que estaba arrinconado. Intenté quitar a Tobias o salir, pero no pude. Él parecía más fuerte que yo, así que tuve que soportarlo.
Me robaba besos cuando nadie veía. Me daba tanto asco.
—¿Te gustó? —preguntó con una maldita sonrisa en su rostro.
—Qué asco.
—Di lo que quieras. Agradece que Gumball no esté para disfrutar.
—No.
—Sí y no sabes qué te espera.
—No lograrás nada. Ni como un amigo te veo.
—Voy a lograr lo que quieras a las buenas o a las malas.
Intenté ignorarlo hasta el recreo, pero seguía sin poder salir de mi asiento. ¡Agh! ¡odio ser un debilucho!
La campana sonó y creí que por fin me libraría.
—Tobias, déjame salir.
—Si me das un beso —estiró sus labios en busca de eso.
Todos salieron y solo quedábamos él y yo.
—Por favor, Tobias.
—Si me besas, ya te dije.
—¡No!
—Entonces ahí te quedas.
—Bien.
—Te quedas conmigo.
—¡No!
—Tú te lo buscaste.
Tobias corrió hacia la puerta y la cerró con seguro. Se acercó nuevamente a su lugar en el pupitre junto al mío intentando arrinconarme de nuevo. Intentó besarme nuevamente y antes de que siquiera acercara su rostro al mío, lo tomé por los hombros y dije:—. Está bien, te besaré, pero al menos déjame ponerme de pie primero.
Se quitó para darme espacio y me paré en medio del aula, él se paró frente a mí, y disimuladamente miré a mi alrededor buscando algún objeto u otra vía de escape que no fuera la puerta para huir de ahí, pero no veía nada.
No me percaté de lo tanto que me había tardado en buscar y al parecer no disimulé tanto porque, ¡Tobías tenía su sucia mano en mi trasero!
—¿Qué tanto esperas? ¿No ibas a besarme?
—¡¿Qué crees que haces?! —lo empujé y sin pensarlo le di una patada en su entrepierna con todas mis fuerzas. Pude oír un quejido ahogado salir de sus labios y cómo caía de rodillas al suelo.
Inmediatamente corrí hacia la puerta y no dudé en huir de ahí sin importarme el estado en el que dejé a Tobías.
Corrí hacia el patio y pude ver a Gumball a lo lejos, por lo que caminé hacia él. Quise hacer evidente mi enojo y frustración frente a él.
—Gumball, ¿dónde estabas?
—Fui al parque en la mañana y me quedé dormido ahí... así que recién llego. ¿Tú dónde estabas? Te busqué y no te encontré hasta ahora.
Suspiré—. Tobías.
—¿Te hizo algo? —preguntó preocupado.
—No me deja en paz —me senté en el suelo junto a él para poder hablarle mejor—. Intentó encerrarme en el aula para besarme e incluso me tocó. Por suerte logré darle una patada en sus bolas y dejarlo agonizando.
—¡¿Quién se cree que es?!
—Supongo que tienes razón. Él solo entiende con violencia —suspiré frustrado nuevamente.
Gumball me abrazó y me besó. Eso me hizo sentir algo mejor.
—Te aseguro que cuando las clases terminen le daré una lección a ese estúpido.
Deberán pensar por qué no escribo un nuevo capítulo y vuelvo a publicar este, ah. Para los nuevos o quienes ya leyeron, en esta parte Tobías originalmente abusaba de Darwin. No podía quedarme tranquila sabiendo que tenía escrito algo así aquí.
Y pues, siento que es una falta de respeto escribir una escena de abuso sin estar informada y ni haber puesto una advertencia al respecto sobre algo tan grave. Pude haber escrito el abuso nuevamente habiéndome informado; sí, pero aaaaaa imagínense tener que leer u oír abusos reales para plasmarlo aquí y siento que sería innecesario poner algo tan fuerte en un fanfic tan choto. Por lo que decidí hacer algo menos grave —que igual sigue siendo malo todo lo que Tobías hace—. Y ya, creo que por fin puedo tener mi consciencia tranquila (?)
Ahora sí, intentaré actualizar pronto o eso espero.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro