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Capítulo 3


   "Chris, ¿Tiene que ser ahora? Me duele la cabeza. Oh... Hoy vas de traje ¿Algún caso importante que investigar a plena luz del día?"

   "Escúchame, mocoso, esto puede serte de ayuda... Pero ni Jason o Nick deben saber que te dije esto, ¿bien?"

   "Je... Me estás asustando, bobo. ¿Qué pasa?... ¿Alguien planea asesinarme?"

   "Hice unas cuantas investigaciones, hablé con algunos contactos, moví muchas personas para saber de él. Y finalmente, sé dónde está Justin. Fue muy difícil encontrarlo, en realidad. Al parecer quería desaparecer por completo o alguien deseaba eso."

   "Chris... ¿Por qué hiciste esto?"

   "Hermano, ese chico quizá se fue sin despedirse, pero ambos aún tenían mucho que decir. Fue un idiota, hizo que te robaras la motocicleta de Nick, casi le das un infarto, pero hiciste tanto por buscarle que supongo que..."

   "Yo..."

   "Supongo que éste idiota tiene razón..., pero si ese cabellos de esponja vuelve a lastimarte, juro que yo mismo voy y lo desaparezco en serio."

   "Jason, Nick... Creo haberles dicho que oír las conversaciones ajenas es una falta total de respeto ¿Saben que puede ser un delito? Oye, suéltame, ¡Deja mis mejillas, estúpido! Aún tengo mis esposas."

   "Ustedes..."

   "¿Eh?"

   "Ustedes creen que él... ¿Aún me recuerde?"

   "¡Ja! ¿Quién podría olvidar a Aron Maxwell? El legendario guitarrista y cantante, Aron Maxwell, compositor de las melodías más atrapantes y emocionantes de todo el continente, y con los hermanos más sexys del planeta. ¿Quién cometería la osadía de...?! ¡Au!"

   "Lo que Nick quiso decir es que sí, él aún te debe recordar."

   "¿Dónde está mi hermanito el valiente? Creí que ya estarías montado en el ala del avión solo para buscarlo... Oye, ya va a ser tu cumpleaños y supongo que tu deseo en algún momento fue este, ¿no?"

   Aron no podía tener los mejores hermanos. Eso pensó en cuanto vio como los tres supuestos adultos discutían de forma infantil frente a él, pero dándole igual ánimos para hacer eso que por tanto tiempo había deseado. Tras un suspiro y olvidando el dolor de cabeza, abrazó a los tres idiotas que ya se habían empezado a tomar los cabellos. Un simple abrazó evitó una posible pelea, y Aron, aunque fuesen contadas las veces que había abrazado a sus hermanos, se sintió feliz de tenerlos para sus caprichos.

   Justin, en casa como cada atardecer, se vio tendido en su cama, oyendo el piar de su canario y viendo como la habitación lentamente se oscurecía. No tenía trabajos que hacer, era un atardecer lleno de serenidad, lleno de recuerdos y de sueños olvidados. Justin se giró en la cama, tomó su almohada en un fuerte abrazo y se fijó en su canario, pensando en que tal vez el pobre animal también necesitaría de una compañera de vida.

   Los días iban avanzando sin acontecimientos, Justin evitaba ver el calendario pero en su mente estaba plasmado el cumpleaños de Aron a kilómetros de distancia. Por más que quisiera superarlo o dejarlo ir, Aron no era alguien cualquiera, no era solo un muchacho guitarrista, Aron fue y es el chico dueño de su corazón ya casi descompuesto.

   Finalmente llegó el magnifico día lleno de memorias: El cumpleaños de Aron. Justin suspiró decaído y con una mirada al cielo le mandó unas palabras de alegría para que el viento las llevara hasta los oídos del guitarrista. El día en la universidad sería mucho más pesado, pues Justin no podría estar tan concentrado como de costumbre.

   Sin embargo, teniendo su teléfono como una simple libreta, el chico anotaba allí todo evento o actividades que tuviese que hacer para que nada se le pasara por alto. Nadie notaría su estado  soñador de todos modos, y quizá así el día pasaría mucho más rápido. Agradecía que sus compañeros no eran insistentes en hablarle, agradecía que su objetivo de ser invisible en medio de tantas personas dañadas, funcionara.

   El tiempo pasó en un abrir y cerrar de ojos, la universidad había volado y toda distracción que Justin pudiese tener, desapareció. Tendría la tarde libre, caminaría por el parque, quizá le daría de comer a los patos del estanque, eso podría subirle el ánimo a cualquiera.

   En busca de tantas distracciones, Justin empezó a sentirse ansioso sin razón aparente. Alguien tenía la mirada puesta en él desde hacía rato, sentía la nuca fría y un escalofrío recorría su espalda de vez en cuando. Pensó que quizá alguien le estaba siguiendo para secuestrarle o hacerle algo malo, pero si alguien planeaba hacerle algo, ¿A quién podría llamar? Estaba solo después de todo.

   Siguió caminando, sacó su celular para simular el estar hablando con alguien, pero no fue suficiente para desviar la atención. De repente, su celular chocó contra el suelo y Justin se vio entre las sombras de un callejón bastante húmedo y con sonidos raros. Tres muchachos estaban frente a él, golpeándole hasta verle en el suelo y halando sus rizos para levantar su mirada.

   Aron se sentía nervioso en un lugar que no conocía, pronto un sinfín de mensajes de felicidades llegaron a su celular, mensajes de amigos y familiares. Se sintió halagado y agradecido, pero el recibir tantos detalles no era importante por el momento. El mapa en su celular le estaba guiando paso a paso en la gran ciudad en la que estaba. El lugar era tranquilo, parecía una enorme residencia de paz y quietud.

   El GPS le indicó, luego de un par de horas caminando, que ya estaba por llegar a la universidad central de la ciudad. Según la investigación de su hermano, allí estudiaba Justin, pero pensándolo de ese modo, llegar de repente y saludarle sería un claro acto de acoso. Aron, el chico valiente y rudo de la secundaria, ahora no sabía si estaba bien el buscar al chico que no quería ser encontrado.

   Al verse frente a las rejas de la elegante universidad, Aron silbó impresionado y cruzó la calle para sentarse en una de las bancas que habían allí, captando las miradas inseguras de los ancianos que caminaban cerca debido a que llevaba puesta una capucha y llamando la atención de las jóvenes muchachas de secundaria. Queriendo en realidad ocultarse, no pasó mucho cuando el guitarrista vio como los estudiantes salían de la universidad.

   Tras una gran ola de jóvenes presumidos, una melena rizada llamó la atención de Aron. Habían pasado 4 años y Justin aún mantenía su hermoso cabello rizado, y no había cambiado tanto como era de suponerse, seguía aparentando ser el niño travieso que había enamorado a Aron en años de secundaria.

   El guitarrista suspiró resignado, no quería ponerse en pie, no quería seguirlo, pero no podía dejarlo escapar nuevamente. Pensando en qué hacer, fue que algo inusual captó la atención del detallista Aron. Por un momento notó que Justin se había tensado, que se aferraba a su bolso, que algo andaba mal.

   Por ello se puso en pie y volvió a cruzar la calle a toda prisa con su bolso a espaldas. La acera aún tenía algo de gente, pero la cabellera rizada era algo que Aron no perdería de vista. Fue entonces que se vio a unos cuantos pasos del chico que tanto había buscado, solo tenía que quitar unas cuantas personas de su camino para llegar a Justin.

   Pero la brillante cabellera había desaparecido. Aron se vio confundido, en un abrir y cerrar de ojos Justin había desaparecido en un parpadeo; esa situación no era algo que a Aron le diera confianza. Entonces vislumbró un brillante celular en el suelo con la pantalla recién partida, se agachó para recogerlo con cuidado y fue cuando, a lo lejos, oyó como alguien era golpeado.

   "Admito que no es raro viniendo de ti, Jack. Ya me golpeaste, ¿satisfecho? Déjame ir."

   "¿O qué? Por lo que sé de ti, Robinson, es que estás en una gran ciudad donde no tienes ni un amigo, ni familiares, no tendrás nadie que se preocupe de tu desaparición, ¿no es así?"

   "No le tengo miedo a un chico como tú, ¿Por qué no vuelves a alguna de tus fiestas a aprovecharte de los demás? ¡Agh!"

   "Te aseguro que te divertirías en alguna de esas fiestas. Créeme, algo de alcohol, drogas y sexo sin control, ¿Qué más podría desear alguien como tú? O quizá... ¿Aún eres virgen?"

   "No todos los chicos de 21 desean las estupideces que tu crees. ¿Alcohol, drogas y sexo? Eso no sirve para nada."

   "Entonces si eres virgen... Eso podría decir que, ¿tienes electa a tu persona especial? ¡Wow! El cabeza de fósforo espera aún a la persona indicada, y como reaccionaste... es un chico ¿no? Nunca te han llamado la atención las dulces chicas de la clase."

   "Veo que has estado muy pendiente de mi como para saber eso, Jack... ¡Ahg, auch! Déjame ir ya, Jack. No tengo nada que te sea útil."

   "¿En serio? Ya me has humillado bastante, pero ¿Qué tal si tu chico de ensueño descubre que perdiste tu primera vez con alguien más? ¿Aún te querría como piensas?"

   "Estás loco..."

   Jack hablaba en serio, y quienes lo estaban ayudando no dudaban en su fría y burlesca palabra. Sus cómplices tomaron a Justin de los brazos, desgarraron su uniforme y lo pegaron con fuerza a la pared de ladrillos. Justin se sentía agotado, no sabía casi nada de lucha, menos cuando era contra tres muchachos. Sabía que su mejilla estaba hinchada y su labio partido, pero no podía rendirse con tanta facilidad.

   Forcejeó como pudo, apenas sus brazos se deslizaban del agarre ajeno, pero fue cuando Jack tapó su boca tras abrir un frasco. Justin aspiró la esencia, y sintió como su cuerpo perdía la poca resistencia que tenía. Recordó entonces las hirientes palabras de su compañero de clases, nadie se preocuparía si algo le pasaba en ese callejón a manos de algunos brabucones. Todo era como una de esas novelas dramáticas, donde la protagonista era rescatada, pero Justin sabía que nadie vendría por él.

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