Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

27

Estaba frente a la Mansión Park.

¿Quién iba a imaginar que volvería a ese despreciable lugar al cual llegó a llamar hogar?

Los guardias lo vieron y uno de ellos quedó atónito al ver al mismísimo Park Jimin, a aquel joven que no había visto hace ya mucho tiempo.

Vió salir derramando lágrimas a aquel lindo joven y lo ve regresar sin ninguna expresión en su cara.

Lo notó vacío.

—Buenas noches, ¿Qué se le ofrece?

Comentó el más joven de los guardias, y el otro salió de su trance.

—Emm...

—Ah, el es el hijo de los Park, viene a la cena, abran las puertas.

El guardia, confundido, ayudó a abrir las puertas, y el rubio pasó, sin antes dar una reverencia de agradecimiento.

Solo tenía que hacer una sola cosa, y es no mostrarse afectado, si lo hacía, iba a quebrarse.

Las puertas se cerraron tras de el y Jimin quedó parado sin moverse durante unos cortos minutos.

¿Y ahora?

Soltó un corto suspiro y se dirigió al comedor, sabía donde quedaba, así que no sería un problema.

Los pasos de sus zapatos contra la costosa cerámica retumbaban el silencio que yacía en la mansión.

Los pasos del rubio se detuvieron antes de dar un último suspiro para verse relajado, y finalmente entrar al comedor.

Miradas empezaron a posarse en el rubio de traje llamativo.

La fría mirada de Jimin chocó con la de su padre, e intentó no demostrar ningún sentimiento al volver a verlo, aunque su piel se haya erizado por el contacto visual.

—¡Jimin!

La voz de su madre y su abuela sonaron al unísono, y Jimin rompió el contacto visual para dirirlo hacia su madre y abuela.

Ellas no eran inocentes del todo, cuando lo tiraban cual perro a la calle, no hicieron nada.

Hizo una leve reverencia sin inclinarse del todo, no quería bajar la cabeza, no quería demostrar respeto hacia esa familia, pero debía hacerlo aunque sea lo mínimo.

Su abuelo también estaba allí, estaba sonriendole, pero Jimin se mantuvo firme ante cualquier muestra de afecto.

Un joven de apariencia refinada se encontraba sentado, no lo reconocía, no sabía quien era, tal vez su nuevo hijo perfecto, pero igual no le importaba.

A pasos lentos se dirigió hacia el asiento del otro lado de la larga mesa, quedando así, completamente solo.

Su padre estaba en una esquina, su madre en la otra, sus abuelos y aquel chico en un lado y el en el otro.

Era suficiente con compartir aire, no quería su cercanía.

Inconscientemente quedó frente al extraño chico, hizo contacto visual por unos segundos antes de romperlo y recargarse en el cómodo espaldar de la silla.

—Te dignas a venir, al fin tomas una buena decisión en tu vida.

Su padre rompió el silencio y el sonrió sarcasticamente.

—No hablarles por todos estos años ha sido la mejor decisión de mi vida, y creo que venir ha sido la peor, realmente.

Y silencio en la habitación de nuevo.

—Aparte de hacernos esperar diez minutos, eres irrespetuoso con tu familia y tu propio padre.

Jimin tenso la mandíbula, diría lo que tenga que decir, igual, no tenía nada que perder.

—Tu mismo lo dijiste, yo ya no soy tu hijo, mucho menos parte de esta familia.

Silencio.

El ambiente estaba tenso, y el señor Park estaba empezando a enojarse, así que simplemente pidieron que sirvieran la comida.

—No te invité para que me faltaras el respeto, mocoso, es más, si por mi elección hubiera sido, no hubieras venido.

La comida se empezó a servir y Jimin no iba a dejar de decirle sus verdades, porque no permitiría que lo humillen.

—Me hubieras hecho un favor.

Jimin respondió antes de empezar a comer el platillo de la entrada que habían servido.

—La entrada es una crema de zapallo Italiano al Cardamomo con crutones, que la disfruten.

Dijo el mesero antes de retirarse.

—Y...Jimin, ¿cómo has estado?

La voz de su madre sonó y el no apartó su mirada de su aperitivo, pero no perdería la oportunidad para reprocharle todo lo que tuvo que pasar.

—Bien.

Pero tristemente, las palabras no salieron, y eso fue una alerta para Jimin, se suponía que no iba a tratarse lo que tenía que decir.

—Me alegro por ti, hijo.

Jimin detuvo cualquier movimiento que estuviera haciendo en ese momento, bajó lentamente su cuchara, dejando que su antebrazo repose en el borde de la mesa.

La mirada de Jimin se dirigió a la de su madre, y con palabras serias y firmes habló.

—No me llames hijo, ya no tienes ese derecho.

Y siguió comiendo lo último de el platillo de entrada.

—No trates así a tu madre.

La fastidiosa voz de su padre volvió a retumbar sus oídos, pero Jimin hizo como si nadie hubiera hablado.

Acabó su aperitivo y la mirada del rubio se dirigió a la de aquel chico frente a el, ¿qué hacía el ahí?

—¿Y tú?¿Acaso eres el nuevo hijo perfecto de los Park? Chico, te recomiendo salir de aquí, si no cumples sus expectativas te van a echar en un dos por tres.

Jimin limpió sus labios levemente con la servilleta de tela después de haberle dicho eso a aquel desconocido chico.

—No, Jimin, es hijo de un amigo te tu padre y él quiere...

Su abuela habló, pero antes que que pudiera terminar, el padre de Jimin la interrumpió.

—Ya que sigues con tu juego de "me gustan los hombres", pues el hijo de uno de mis amigos es igual que tú.

Empezó a hablar mientras servían el plato fuerte en la mesa.

—Y si se casan, la fortuna se duplicará.

[♤♡]

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro