Jimin frunció el entrecejo, ¿Sr. Park?¿El dueño del bar en dónde trabaja?

Espera...

—¿De quién es?

Preguntó Jungkook con curiosidad, pues Parks habían muchos, es más, su manager era Park.

—No estoy muy seguro...

Abrió la carta algo confundido, ¿quién envía una carta en vez de un mensaje o correo? ¿No era más sencillo eso?

—Querido...hijo.

Murmuró entre dientes antes de quedar en blanco.

Era su padre.

Era ese hombre.

Se levantó del sillón en un impulso involuntario, pero volvió a sentarse mientras leía la carta.

Querido hijo,

Veo que te ha ido muy
bien en la vida, claro,
dejando de lado los
recientes escándalos
con ese guitarrista de
esa banducha famosa,
y de que trabajas en un
bar, verte de modelo en la
pantalla grande de Seúl
me sorprendió un poco.

Últimamente tu madre
me ha estado presionando
sobre que haga una cena
y que te invite y todos esos
líos que personalmente me
hubiera ahorrado, pero sabes
lo insistente que es esa
mujer.

Le ordené a mis asistentes
que te localizaran, así que
espero que esta carta te
haya llegado y que la estés
leyendo.

Nos vemos el sábado a las
7 de la noche en casa, ah, y ni
se te ocurra faltar, hazlo por tu
madre y pórtate como un Park
por primera vez en tu vida.

Sr. Park.

Jungkook observó los gestos de Jimin, eran una mezcla de enojo y ¿asco? Sacudió su cabeza levemente negando, hasta donde había escuchado, podría ser su padre por el "Querido hijo" ¿Cómo podría poner una cara de asco a una carta de su padre?

Vio como los rasgados ojos de Jimin se llenaban de lágrimas, pero lo curioso es que no eran de felicidad, ni mucho menos de tristeza o melancolía, parecían lágrimas de ira.

Jimin rompió el papel antes de arrugarlo y lanzarlo por algún lugar de la sala de estar con enojo y frustración.

—¡¿Cómo se atrevió...?!

Cuestionó entre dientes mostrando ira en sus ojos.

Volteó a ver a Jungkook, quien lo miraba asustado, ¿qué le sucedía?¿había pasado algo malo?

—¿Qué sucedió?¿Estás bien?

Habló con una voz tenue y serena, no quería alterarlo más de lo que ya estaba.

Jimin negó varias veces mientras secaba las lágrimas que habían salido de sus ojos.

—Yo...es mejor que nos veamos mañana.

Se levantó del sillón dirigiéndose hacia su habitación, pero Jungkook lo siguió algo preocupado.

—Mimi, ¿seguro?¿Estás bien?

Lo sostuvo por los hombros con delicadeza y Jimin simplemente lo abrazó dejando caer lágrimas.

¿Por qué lloraba?

—¡Eses maldito señor se atrevió a enviarme una carta!

Hablaba hundiendo la cabeza en el cuello tatuado del pelinegro. Jungkook acariciaba con delicadeza la espalda del rubio mientras intentaba comprender lo que pasó.

—Después de echarme a patadas de su casa, ¡quiere que ahora vaya!

La lágrimas salían sin parar, y el pecho de pelinegro sentía una leve presión al verlo de esa manera.

—Pasé dias en un sauna con mis últimos ahorros, no tenía para comer, koo.

Sus manos estaban hechas puño junto la camisa de Jungkook.

—No tenía dinero, era invierno y tenía mucha hambre.

El más alto se limitaba a escuchar mientas lo abrazaba con una leve fuerza intentando consolarlo.

—¿Cómo se atreve a buscarme?¡¿Cómo se atreve a decirme que vaya?!

Lloraba y lloraba sin parar, y es que el rubio no podía no llorar al recordar los difíciles momentos que tuvo que vivir por culpa de su padre, sólo tenía 17 cuando lo sacó a patadas y sin previo aviso de su casa.

—¿Por qué te echó?

Preguntó Jungkook en un susurró.

—No me gustaban las mujeres...no quería casarme con las hijas de sus amigos...

El corazón de Jungkook se estrujo con aquellas palabras, sabía lo difícil que era tratar de ser libre en una sociedad conservadora, y no podía imaginar cono se sintió que su padre lo echara solo por no ser como el quería que fuese.

—No podía, no me gustaban, no me sentía atraído por ellas...

Continuó tomando por sorpresa a Jungkook, quien seguía tratando de imaginar el dolor que Jimin había llegado a sentir.

—Mi padre me dijo que estaba enfermo, que no era normal; me llevó a muchos psicológicos y hasta a un psiquiatra...

Jungkook empezó a sentir la impotencia que Jimin sentía, estaba enojado con alguien a quien ni siquiera conocía.

—Todos le decían lo mismo, que era normal, que no era una obligación que me gustaran las mujeres...pero el...no lo aceptó, koo, me llamó fenómeno, me dijo que no era una persona normal y que le daba asco. Me dijo que ya no era su hijo antes de cerrarme la puerta de la casa...kook, fue el peor momento de mi vida...

Una pequeña lágrima resbaló por el rostro de Jungkook, ¿en serio le pudo hacer eso a su propio hijo?

—Han pasado casi 9 años...aún me enoja.

—Está bien, Jimin, está bien que te enojes, no debió decirte nada de eso, mucho menos echarte de su casa...

Murmuró el pelinegro al ver que se estaba calmando.

—No tienes la obligación de ir, ni siquiera de pensar en el, no lo vale.

Abrazó el rostro del rubio con sus ambas manos, secando el rastro de lágrimas con las yemas de sus pulgares.

—Ahora no necesitas de el, eso es lo importante.

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