Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

7. Whatever It takes

«Pase lo que pase, porque me encanta la adrenalina en mis venas, hago todo lo que haga falta. Porque me encanta cómo se siente cuando excedo mis límites» Imagine Dragons.

Taehyung se encontraba sentando frente al monitor de la oficina de Jungkook, quien se mantuvo detrás de él mientras éste introducía la memoria en el computador. La curiosidad de saber el contenido de la misma los tenía bastante nerviosos.

Una vez pudieron abrir el archivo, se encontraron con un sin número de carpetas organizadas en orden alfabético y Taehyung estaba dispuesto a verlos uno por uno si era necesario, iniciando por la primera carpeta.

—¿Qué es? —preguntó Jungkook inclinándose un poco más para poder apreciar más de cerca.

—Parecen coordenadas —susurró Taehyung. Confirmaron aquello al ver el nombre de la ubicación al final de la página junto a una cifra considerablemente alta que podía ser cualquier cosa. Drogas, pero era más probable que fuera dinero.

—Si tu padre tiene todo ese dinero guardo allí, eres billonario —opinó Jungkook.

A medida que fueron abriendo las demás carpetas descubrieron una lista de nombres y cargos políticos de personas que estaban involucrados con la mafia de forma directa. La lista de políticos era realmente larga y al leer cada uno de esos expedientes, ambos se dieron cuenta porque Namjoon buscaba con tanta insistencia ese archivo, tener en sus manos toda esa información de los políticos corruptos y agentes del servicio secreto aliados con la mafia, tenía un poder sobre ellos que nadie tenía y eso era lo que Namjoon quería. Todo el poder.

Taehyung sabía que le importaba más saber los nombres, el cargo, la residencia y exactamente eso que habían hecho, con quien, dónde, las fotos de cada acto de corrupción, documentos firmados; le importaba más todo aquello que el propio dinero. Tanto Jungkook como Taehyung sabían que en ese mundo el poder prevalecía sobre el dinero.

—Mira, está titulado diferente y fuera del grupo de las demás carpetas, debe ser el más importante —señaló Jungkook. Cuando intentaron abrirlo les pidió contraseña y eso fue lo que encendió la alarma de ambos. Definitivamente había algo importante allí.

—Había una contraseña que el usaba para toda ocasión, intentaré recordar —cuando digitó en el teclado "amapola" tuvieron completo acceso a la carpeta y lo que encontraron allí los dejó perplejos, lo que había allí era mucho mejor que el dinero y que todo lo demás. Fue entonces cuando comprendieron porque estaba bajo contraseña.

Los contactos de dos agentes del servicio secreto de Corea y de Estados Unidos, ambos socios del antiguo jefe de los Jumok. No había mucha información sobre ellos, únicamente que eran contactos de emergencia, por lo que ambos asumieron que no debían contactarlos a menos que fuera urgente, por el momento, podían decir que tenían alianza con dos agentes del servicio secreto y con eso tenían un paso adelante.

—¿Crees que tu hermano sepa de esto? —preguntó Jungkook en cuanto Taehyung sacó la memoria del computador.

—No lo creo, y si lo sabe, probablemente no sepa la contraseña —aseguró mientras se ponía de pie.

—Creo que no deberíamos dejar esa memoria en cualquier lado —sugirió Jungkook mientras salían de la casa.

Debían saber que pasaba en el burdel y para ello Jungkook tenía un plan que nunca le fallaba, primero debía saber que quería y para quien trabajaba, cuando confirmara aquello se encargaría de averiguar quién era de una forma más dolorosa de lo que pretendía hacer esa noche.

En cuanto llegaron al burdel disfrazado de cabaret, Taehyung quedó impresionado por lo estético que era el lugar, las paredes del exterior eran amarillas y se podía apreciar en letras grandes "Paradise Palace". Caminó hacia la entrada junto a Jungkook haciendo una reverencia a todo el que lo saludaba. Pasaron por el camino alfombrado e iluminado en toda la orilla del piso hasta llegar al epicentro del lugar, el ambiente era refrescante, había dos grandes barras de bebidas en cada extremo. Lámparas elegantes colgaban sobre las distintas mesas para dos, con sillones rojos de terciopelo, un escenario cubierto por un telón negro.

Al levantar la mirada se encontró con cuatro balcones que lucían bastantes privados por los ventanales tintados en un color rojo, supuso que se trataba de las zonas VIP para ver el show acompañado de una dama.

Todavía le parecía increíble que los hombres pagaran por mujer para que los acompañaran durante toda la noche en plan de tener una conversación, beber y reír para al final de la noche terminar en sexo. Era algo bastante peculiar y estratégico, porque según lo que le había contado Jungkook, que un cliente quisiera algo más después del acompañamiento, debía pagar por los servicios de la habitación, que no eran mínimos, y la chica.

Lo que si le gustaba de aquello era que protegía hasta a la camarera que trabajara allí, les daba un lugar donde vivir ya que la mayoría venían de las calles, donde todo era más despiadado y peligroso para quienes se dedicaban a dar placer a cambio de dinero. En cuanto a esos servicios, Paradise Palace tenía sus propias reglas, mismas que cada cliente debían aceptar con su firma al momento de elegir a la dama por la que quería ser acompañado. Con todo eso, seguía siendo prostitución y Jungkook sacaba mucho dinero de ello.

Taehyung vio como una mujer alta, con un vestido negro medio ovalado en la parte de arriba, de finos tirantes dorados, mostraba sus largas piernas bien trabajadas y un escote de orificio ovalado en el centro de sus pechos. Su cabello ondulado se movía al caminar hacia ellos con suma elegancia y una sonrisa coqueta en los labios. En cuanto estuvo frente a ellos, Taehyung inmediatamente la reconoció, era la misma mujer que había estado en su casa la misma noche que besó a Jungkook por primera vez.

No le quitó la mirada de encima y mientras saludaba al pelinegro a su lado notó que llevaba la espalda descubierta hasta la cintura y sus zapatos de pico blanco con negro lucían bastantes refinados para ser una mujer "de la noche".

—Él es Kim...

—Taehyung, es un placer por fin poder conocerte —interrumpió ella saludándolo con una reverencia, lo que Taehyung pensó que debió hacer lo mismo con Jungkook. El rubio se limitó a saludarla con otra reverencia.

—Ella es Monique —la presentó Jungkook notando lo incómodo que parecía el ambiente.

—Pensé que era tu jefa de operativos —opinó Taehyung llevando su mirada a Jungkook.

—Lo era, por ahora solo estoy a cargo de este lugar y bueno, algunas que otras cositas —aclaró Monique con una sonrisa en el rostro, a lo que Taehyung solo asintió—. El salón ya está preparado, las chicas estarán allí en breve.

—¿Vinimos aquí por un baile erótico? —cuestionó Taehyung mientras se dirigían a la puerta doble de madera que se encontraba al final del camión en medio de las mesas.

—No lo creo, solo quieren conocerme, en caso de... —Jungkook hizo una pausa cuando una mujer pasó por su lado—. Tu déjate llevar, ya conoces el plan.

Caminan por el pasillo iluminado por luces neón rojas y azules, con Monique delante de ellos discutiendo por teléfono. Giran a la derecha pasando algunas puertas de donde se escuchaba música. Siguieron por las escaleras del fondo que los llevó a una pequeña recepción con muebles de porcelana morado oscuro y blanco, el piso alfombrado era rojo sangre y las paredes estaban forradas de un papel tapiz negro.

Taehyung notó que estaban en la zona VIP por la diferencia que había entre ese piso y el primero. Solo había cuatro puertas y en cada una resaltaba el nombre de alguien en una pequeña placa.

Monique abrió la puerta doble del fondo y siguiendo por el pequeño pasillo decorado con pinturas algo obscenas que colgaban de la pared, se detuvieron en la puerta del final a su derecha, Taehyung entró detrás de Jungkook encontrándose con una amplia habitación iluminada por las mismas luces rojas y azules del primer piso. Había una pequeña barra con bebidas y vasos en repisas.

Ambos se sentaron en el largo sillón negro en forma de U, encima se podía apreciar un espejo que colgaba de la pared, en el que se reflejaba el tubo en medio de la habitación con el nombre de Paradise Palace VIP dibujado en la pared detrás del tubo. Incluso tenían, dos mesitas de cristal con champaña lista para ser servida en copas.

—Ahora entiendo porque hay tanta gente para el "show" —comentó Taehyung en cuanto Monique los dejó solos.

—En realidad hay un horario para todo, a esta hora solo se permiten clientes que deseen damas de acompañamiento y pasadas las 11 son los servicios adicionales —explicó Jungkook.

—Bueno, pues que organizado todo —considero el rubio Taehyung acomodando su traje—. Estar aquí me dan ganas de cogerte en este sillón.

—¿Cogerme? —cuestionó Jungkook con una ceja levantada.

—¿Qué?, ¿no me dejarías?  —preguntó Taehyung dedicándome una sonrisa ladina y deslizándose sobre el sofá para estar más cerca del pelinegro.

—Claro que no —contestó después de una risita.

Taehyung chasqueó la lengua para decir: —Lástima, no sabes de lo que te pierdes amor.

—Además, las habitaciones para eso están del otro lado y en el tercer piso —informó Jungkook.

—Al parecer el lugar está bien camuflado, ni idea de que había otro lado y mucho menos un tercer piso —apreció Taehyung. La puerta que se abrió a su izquierda hizo que se alejara casi de manera abrupta de Jungkook para luego levantarse en cuanto vieron a un grupo de chicas entrar al salón una detrás de la otra.

—Haremos esto rápido, tienen que terminar de prepararse para el primer show —informó Monique cuando todas se detuvieron frente a Taehyung y Jungkook.

El azabache le dio la mano y saludó con una reverencia a cada una mientras ellas les agradecían por haberles dado un hogar donde vivir y un trabajo menos peligroso.

—Cinco minutos, Jungkook —le informó Monique mientras se dirigía a la salida, dejando en el interior únicamente a dos chicas, quienes no tardaron en despojarse de su ropa, dejando a la vista solo un conjunto de mallas y tapa pezones.

—Joder —susurró Taehyung impresionado. Sentía que estaba más nervioso que ellas.

—Solo es un baile, si fuese yo, en mallas y con un plug que manejarías a tu antojo —Taehyung sabía que decía eso solo para provocarlo, ambos sabían que quien podría hacer aquello de usar mallas y un plug anal, era el rubio.

—Ya cállate —ordenó Taehyung cuando vio que las chicas se acercaban a ellos, dando inicio a un baile sensual que iba al compás de la música de fondo.

—¿Tienes la memoria del archivo contigo? —cuestionó Jungkook mientras la chica nueva de la que Monique sospechaba se acercaba cada vez más a él, buscando provocarlo, lo que a Taehyung no le gustó fue ver como Jungkook le seguía el juego mientras acariciaba con la yema de sus dedos los muslos de la chica, aun así, le siguió el juego.

—Namjoon está detrás de ese archivo, obvio que lo traje conmigo —contestó desviando la mirada a la mujer frente a él que seguía moviendo su cintura de un lado a otro, de una forma muy sensual y provocativa que no causaba nada en él.

Jungkook buscó algún indicio de alguna reacción en el rostro de la chica, pero no había nada, era completamente neutra; por las facciones de su rostro supo que era extrajera, estadounidense quizás. Lo cierto era que no tenía cuerpo de coreana y eso de alguna forma llamó la atención del azabache. Cuando ella se dio la vuelta para bailar de espaldas a él, Monique asomó la cabeza por la ranura de la puerta para luego entrar por completo en la habitación.

—Niñas, a cambiarse que el show empezará pronto —demandó Monique dejando la puerta de par en par, permitiéndole a las dos mujeres ahora completamente vestidas que salieran a pasos apresurados. Monique le da la espalda a la pareja aún sentada en el sillón, mientras ella responde una llamada con la puerta media cerrada.

—Así que también te gustan las mujeres —insinúo Taehyung en un susurro llamando la atención de Jungkook.

—Me gustas tú y tu gran cu...

—Ya entendí —le interrumpió Taehyung levantándose del sofá. Jungkook imitó su acción y al notar la camisa desarreglada del rubio no puede evitar acomodarla y para ello se acercó más de lo que Taehyung esperaba que lo hiciera con Monique a pasos de ellos.

—Quiero besarte justo ahora —susurró arreglando el cuello de su camisa y abotonando su saco. Taehyung levantó la mirada y le dio un rápido y corto beso corto tomando a Jungkook desprevenido.

—¿Tienen lo que querían? —cuestionó Monique. Al darse la vuelta vio cómo los hombres frente a ella se separaban con nerviosismo, no llegó a ver nada, solo como Jungkook apartó su mano casi al instante de la cintura de Taehyung.

—Lo sabremos luego —contestó el rubio caminando junto a Jungkook hasta la salida para dirigirse al primer piso.

Taehyung espera paciente a que el pelinegro termine de hablar con su socia; espera sentado en el extremo contrario de donde se encontraban Jungkook y Monique en la barra que aún no estaba funcionando.

Del otro lado de la barra Jungkook terminaba de leer rápidamente el informe de las nuevas chicas, mientras el hacía eso, Monique fijó su mirada en Taehyung, quien ahora tenía su mirada en el móvil y el ceño fruncido. 

—Con que Taehyung es ese hombre —masculló Monique apoyando su codo de la barra.

—¿Qué hombre? —cuestionó Jungkook sin levantar la mirada.

—Del que no quieres y crees que no puedes enamorarte —replicó esta vez llamando la atención del pelinegro.

—No lo es —aseguró sin mirarla.

—Estoy muy sorprendida de que hayas caído por tu rival y ahora socio —consideró aun con su mirada en el rubio—. ¿Pudiste resolver las cosas con él?

—Monique nosotros no...

—Ya vi como lo miras. Podrás engañar a otros, pero a mí no, te conozco, y los vi muy juntitos en el salón VIP —indicó Monique dedicándole una sonrisa coqueta.

—Te dije que me olvido de todo cuando lo tengo cerca —masculló—. Y si, recién empezamos a salir.

—Debo admitir que es muy atractivo y luce bastante intimidante, entiendo porque te gusta tanto —determinó mientras se dirigían a Taehyung—. Tengo curiosidad, ¿quién recibe?

—No te voy a responder eso —espetó Jungkook a lo que su amiga solo se rio.

Mientras llegaban a Taehyung, Jungkook no dejaba de pensar que debió haber sido muy obvio para que Monique se diera cuenta que él y Taehyung eran más que socios, que ella supiera de su gusto por los hombres solo fue un plus. Por eso decidió que lo mejor era mantener distancia con el rubio, se había acostumbrado a tomarle de la mano o de la cintura cuando se veían fuera de casa en salones privados, por lo que le era difícil estar cerca de él aquel momento y no hacerlo.

De los dos, Taehyung era el más discreto, pero no lo era por miedo sino porque sabía que Jungkook estaba aterrado de que se supiera lo de ellos, y no hacía falta que se lo dijera porque sus acciones eran más que evidentes. Aunque Taehyung tenía miedo de lo que pudiera pasar si los Yakuza u otros clanes se enteraran de su sexualidad, nunca ha estado dispuesto a ocultarlo del todo, estaba a la disposición de arriesgarse, sabía que Jungkook no tanto y cuando hacía algo que demostrara cariño hacia él daba dos pasos hacia atrás y fingía que nada había pasado.

Cuando llegan junto a Taehyung para despedirse, el pelinegro se colocó a su lado dándole la espalda a la barra. Monique notó como Jungkook intentaba mantenerse a una distancia considerablemente ridícula de Taehyung.

—Aquí nadie te va a cuestionar —le aseguró a Jungkook y este solo le hizo señas con la cabeza para que se mantuviera callada.

—Deberían quedarse y beber algo, habrá show burlesque —sugirió Monique.

—No, nosotros tenemos algo pendiente —se negó Jungkook tratando de poder salir de allí tan rápido como pudiera. Sabía que estaba siendo paranoico, pero sentía miradas sobre él y eso le incomodaba.

—¿Si? —preguntó Taehyung en voz baja.

—Sí, recuerda que tenemos una reservación —
contestó Jungkook en un murmuro y Taehyung asintió al recordar que tenían una cita.

—Si tienen algo más que hacer, tranquilos —señaló Monique al ver como estos se secreteaban entre ellos.

—Pero, ¿quieres quedarte a ver el show? —le preguntó Jungkook dejando reposar su mano inconscientemente en la cintura de Taehyung, misma que apartó casi de inmediato.

—Si podemos, me gustaría mucho la verdad —confesó el rubio notando como Jungkook se alejaba de él con la mirada en el piso mientras se rascaba el puente de su nariz. No era la primera vez que Taehyung veía a Jungkook hacer eso, tocarlo y luego alejarse.

—El primer show está por empezar podemos verlo e irnos —sugirió Jungkook mirando a su alrededor.

—Si no quieres quedarte, no es necesario...

—No, no, si quiero —susurró Jungkook—. Ya sabes que mesa Monique, lo más apartada posible, solo no quedaremos algunos minutos —ordenó Jungkook.

—No —la voz de Taehyung hizo que Monique detuviera sus pasos—. Quiero verlo en primera fila —señaló acercándose más a Jungkook haciendo que sus hombros se rozaran.

Monique le pidió autorización a Jungkook con la mirada y éste solo asintió dejando salir un suspiro. Le incomodaba estar a la vista de todo el cabaret, sabía que debía mantenerse a raya estando cerca de Taehyung y no lucir como si fueran tan cercanos.

Ambos se sentaron en la primera mesa, Taehyung desabotonó su americana mientras observaba el escenario que sigue cubierto por un telón. Nota que Jungkook sigue muy intranquilo a su lado.

—Tranquilízate, estas demasiado tenso, no voy a besarte o algo, somos dos socios viendo un show y bebiendo —señaló Taehyung cruzándose de piernas aún con la mirada en el frente.

—Si miras a tu alrededor, todos están acompañados de una mujer y ellas trabajan aquí. Nosotros no —informó Jungkook dejándose caer en el espaldar del sillón.

—Eres el dueño, no tienes que hacer lo que los demás, ¿o sí? —indicó Jungkook.

—¿Qué le gusta tomar al señor Kim? —cuestionó Monique evitando que Jungkook respondiera.

—Vino —contestaron al unísono haciendo que Monique sonriera.

—Bokbunja-ju —especificó Taehyung.

—Para mí...

—Yo sé que te gusta Kook —indicó Monique acariciando el mentón del pelinegro—. Disfruten del show, en veinte minutos iniciamos.

Taehyung no le quitó la mirada de encima a la mujer hasta que estuvo fuera de su vista. Le resultó una acción de bastante confianza y si, sabía que era su socia y la que manejaba el lugar, obvio que lo conocía bastante, pero había algo en cómo lo miraba que no le gustaba.

—¿Te acostaste con ella? —cuestionó sin mirarlo.

—¿Qué? Claro que no, ¿qué te hace pensar... —Jungkook se detuvo a media frase al ver la expresión de Taehyung, quien tenía la mandíbula apretada—. Estás celoso, tranquilo, no tenemos ese tipo de relación, solo somos cercanos.

—Bueno, parece que ella quiere algo más contigo —masculló casi entre dientes.

—Ya, pero a quien me estoy cogiendo es a ti, ella puede desearme todo lo que quiera, pero sabe que me van más los hombres —bromeó Jungkook un poco más relajado al ver a Taehyung celoso por primera vez.

—Tienes suerte de que me estoy cohibiendo o ya estaría sentado en tus piernas para que ni se atreva a tocarte —aseguró Taehyung con las cejas levemente fruncidas.

—Posesivo —comentó Jungkook—. Por cierto, te ves irresistible cuando estás celoso —murmuró casi entre dientes.

—Es bueno que ella sepa que eres gay, pero estaría más tranquilo si no te coqueteara en mis narices —señaló Taehyung.

—No me está coqueteando, ella es así con todo el mundo, incluso más, conmigo no porque me respeta. —Jungkook señaló a dónde se encontraba su socia acariciando el pecho de uno de los clientes de la barra mientras parece despedirse y pronto desaparece detrás del escenario.

—Ella sabe de lo nuestro, relájate ya, parece que tu mano a explotar.

Jungkook pasa sus dedos por el puño apretado de Taehyung, pero la aparta inmediatamente siente la presencia de la camarera a su lado.

Las luces fueron apagadas y todo el lugar se quedó en silencio, Jungkook llevó su mirada al escenario viendo como el telón que lo cubría era alzado; cuando no se pudo ver nada hasta que los reflectores iluminaron únicamente el centro del escenario. Jungkook casi escupió su bebida al ver a Monique únicamente en un conjunto negro de bodysuite, mallas y botas que le llegaban hasta las rodillas. No esperaba que ella fuera a abrir el show, nunca la había visto bailar, por lo que claramente estaba sorprendido de verla en una silla, con una peluca rubia de rizos, maquillaje cargado con sus labios pronunciados pintados de rojos.

Jungkook vio cómo esta se cruzó de piernas mientras sincronizaba sus labios al ritmo de la música de fondo, no la conocía, pero estaba seguro que había sido elegida por Monique, es muy de su estilo.

El pelinegro tragó en seco cuando Monique, aun con su pierna derecha sobre la izquierda, echó la cabeza hacia atrás y deslizó su mano desde su pecho hasta su entrepierna. Tres segundos de silencio y todo el escenario fue iluminado, dejando a la vista el tocador de tres marcos con bombillas a su alrededor, de dónde salieron las demás chicas que iban vestidas tan solo con bragas con tirantes hasta las pantimedias de mallas, sostenes de lentejuela y tacones negros.

—Joder —farfulló Taehyung hipnotizado por la escenografía, el baile, la música y la puesta en escena del grupo de mujeres que bailaban al ritmo de la música de un forma tan provocativa y coqueta que era imposible quitarles la mirada de encima.

Jungkook siquiera era capaz de decir algo, había visto alguno que otro show de burlesque pero ver a Monique junto a las chicas nuevas, mover sus caderas en ritmo con la música, mientras palmeaban la silla con la mirada fija en el público. Monique le guiñó un ojo a Jungkook antes de darse la vuelta junto a las demás y deshacerse de la silla.

La manera en la que se movían por todo el escenario, con sonrisas tentadoras en conjunto con sus movimientos y sus manos acariciando su cuerpo. La actitud era muy atrapante y sumamente sensual, no solo por la ropa que llevaban puesta sino también por la mirada. No había ni una pizca de inocencia en ella.

Cuando estaba por finalizar la presentación solo se podía escuchar tambores y chasquidos de dedos en conjunto con las luces parpadeantes de colores rojo y amarillo. Monique estiró su pierna derecha y se inclinó sobre la misma alcanzando con sus manos su tobillo, flexibilidad que tanto a Taehyung como a Jungkook les sorprendió. En el momento exacto en el que la música dejó de sonar ella llevó su mirada al público con una sonrisa y todo se volvió oscuro nuevamente.

Silbidos y aplausos fue lo que se llevaron como respuesta al primer show de la noche. Jungkook estaba seguro que toda esa euforia fue causada por Monique, ella nunca había bailado, así que aquello no sólo fue sorpresa para el pelinegro.

Sin darse cuenta Taehyung había terminado su bebida mientras que Jungkook tan solo había tomado un sorbo. El rubio estiró su mano hasta la pierna del hombre a su lado y dio un apretón en su muslo tonificado, pronto sintió la mano de Jungkook sobre la suya y la apartó rápidamente cuando las luces volvieron a encenderse.

—Vamos. —Jungkook se levantó de su lugar e inmediatamente hizo su camino hasta la salida.

Esperaban a que el valet parking trajera el auto de Taehyung, que por seguridad manejaría Jungkook. Ambos escuchan la voz de Monique llamar a Jungkook aún desde el interior del cabaret, quien estaba vestida nuevamente con su vestido negro. Jungkook estaba a un paso delante de Taehyung con la mirada en la chica que se acercaba a ellos.

—Estaré al tanto de lo que pase con la chica, te llamo si pasa algo —le hizo saber la castaña—. ¿Les gustó el show?

—Estuvo de película —contestó Taehyung, quien recibió como repuesta una sonrisa y un asentimiento.

—Sigo sin poder creer lo que vi —opinó Jungkook.

—Me alegra que te haya gustado, pero creo que deberías ir con tu chico, parece que no le agrado mucho —sugirió Monique viendo como Taehyung se despedía con una reverencia antes de recibir las llaves de su auto y esperar por Jungkook en el lado conductor.

—¿Por qué lo dices? —cuestionó Jungkook aun sabiendo que lo que decía era cierto.

—Por cómo se ha ido y por su mandíbula apretada —replicó viendo de reojo al rubio—. Asegúrate de darle buen sexo después de esto, y protégete.

Jungkook miró a la chica frente a él incrédulo y sin saber que decir.

—¿Cómo lo supiste? —cuestionó.

—No lo hice, pero acabas de confirmármelo —señaló Monique limpiando las pelusas del traje de Jungkook, quien solo se rio por la astucia de su socia.

Desde el interior del coche Taehyung vio como Monique cerraba sus ojos al abrazar a Jungkook. Desvió la mirada al ver que el pelinegro se acercaba a él; lo miró confundido cuando este le pidió que se bajara del auto. A regañadientes le hizo caso y terminó cruzándose al asiento copiloto.

Durante todo el camino al restaurante donde Jungkook había reservado, ninguno de los dos dijo nada. El pelinegro disfrutaba de los celos de su pareja, le gustaba verlo de esa forma, era una nueva faceta de él que le regocijaba.

En cuanto llegaron al lugar Taehyung se mantuvo en silencio e incluso cuando estuvieron solos en el salón privado que habían reservado para esa noche, se sentó alejado de él.

—Definitivamente le gustas, no, está loca por ti. —Finalmente rompió el silencio Taehyung arrojando la carta del menú sobre la mesa. Jungkook rascó el puente de su nariz tratando de mantenerse serio por lo irritable que estaba Taehyung por algo tan insignificante.

—Si es así, entonces debe ser difícil que te guste un hombre que sabes que es gay y que nunca podrás tener —espetó Jungkook.

—Tenía unas ganas increíbles de besarte frente a ella, actúa como si no supiera que estando saliendo —señaló Taehyung ignorando por completo la respuesta de Jungkook, lo que hizo que el pelinegro estallara en risas por lo exaltado que estaba el chico a su lado.

—¿De qué te ríes? No estoy bromeando —señaló con el semblante serio.

—Te ves hermoso incluso cuando eres celoso —replicó el pelinegro entre risas.

—Ya cállate, imbécil. —Taehyung le pegó en el hombro—. Te coqueteó en frente mío, te guiñó un ojo durante su presentación y te abrazó. —Mientras hablaba Jungkook arrastró su silla hasta quedar a su lado—. Es decir, que clase de despedida es esa, con una reverencia bastaba, solo le faltó besart...

Jungkook tomó la barbilla de Taehyung haciendo que éste ladeara su cabeza ahogando sus palabras en un beso que el rubio no esperaba recibir, nunca lo había besado en público, si, estaban en un salón privado, pero en cualquier momento alguien podía entrar, además de que allá afuera había más personas.

Mmm —murmuró Taehyung en medio del beso mientras todo su cuerpo se relajaba, dejó caer su mano sobre la pierna del azabache sin ganas de apartarse de aquel beso hasta que escucharon la puerta corrediza abrirse, lo que hizo que se apartaran rápidamente.

El chico que los estaba atendiendo tomó su orden, por cómo los miraba y como sus manos temblaban al tomar los menús de la mesa. Jungkook supo que había visto algo, por eso decidió pedirle que tocara antes de entrar y que hiciera como si no hubiese visto nada a cambio de algo extra en su propina.

Después de aquel momento algo incómodo con el camarero, Taehyung río llevando su mano a la boca apara que no se escuchara su risa, recibiendo una mirada confusa por parte de Jungkook quien igual empezó a reír; los habían encontrado besándose y mientras estuvieron en la cena, el chico se limitó a solo llevar la comida y volver más tarde para llevar la cuenta, todo esto sin siquiera mirarlos a la cara.

—Antes de que lo olvide, te traje un regalo.

Taehyung miró con curiosidad a Jungkook, quien sacaba de los bolsillos de su saco una cajita negra cuadrada. Extrañado el rubio tomó entre sus manos el presente, cuando vio lo que había en el interior terciopelado de la cajita abrió sus ojos en sorpresa. Un collar de perlas resplandeciente. No lo esperaba para nada.

—¿Te gusta? —cuestionó Jungkook.

—Me encanta, lo usaré ahora mismo, me quedaría bien ahora —señaló hipnotizado por el brillo del collar.

—¿En serio? —cuestionó Jungkook sorprendido.

—Sí, ¿qué tiene?

—Nada, pensé que creerías que es muy... femenino usarlo.

—¿Cuándo iba a usarlo entonces? —cuestionó el rubio aún sin mirarlo.

—No lo sé, ¿en casa?

—Jungkook, las joyas no tienen género, es cuestión de personalidad y estilo, particularmente a mi pocas cosas me quedan mal —indicó sonriente mientras acariciaba el cabello del pelinegro para luego dejar el collar de perlas en su manos —. Además, tengo que lucir con todo el mundo el costoso regalo que me hizo mi novio.

En cuanto Taehyung le dio la espalda a Jungkook se quedó frisado arrepintiéndose de haber utilizado aquella palabra. Cerró sus ojos y apretó sus labios mientras se regañaba mentalmente por haber usado la palabra novio.

—Listo.

Jungkook deslizó sus manos por el cuello de Taehyung y depositó un beso en la mandíbula del rubio antes de que éste se diera la vuelta algo incómodo. Se removió en su lugar y fijó su mirada en el collar de su cuello, había tenido collares de perlas antes, pero aquel tenía un brillo particularmente especial.

—¿Y cómo sabes que el regalo de tu novio es costoso? —Jungkook rompió el silencio y la incomodidad de Taehyung.

—Esto no puede ser una imitación, no son completamente esféricas, los bordes son limpios y bien definidos, no son blancas, son rosa claro, se ven raras y hermosas —señaló Taehyung aún sin poder dejar de apreciarlas—. Definitivamente esto no es una imitación.

—Son naturales —admitió Jungkook con orgullo—. No son perlas cultivadas —explicó Jungkook logrando sorprender aún más al rubio.

—¿Cómo la conseguiste? Estoy seguro que no fue en una joyería —aseguró Taehyung con los ojos abiertos de la impresión.

—Fue subastado en el hotel Four Seasons de Seoul —replicó—. Las perlas naturales son escasas, estas tardaron 10 años en crearse, así que si, costó una fortuna, ten cuidado —informó Jungkook dejando reposar su mano en el muslo de Taehyung.

—Ahora no sé si quiero usarlo.

—Posiblemente eres el único con un collar natural de perlas rosado, del Mar del Sur de Australia, es entendible —señaló Jungkook con media sonrisa.

—Joder, podías comprarme un collar normal, ahora siento que te debo comprar algo igual de excéntrico —consideró Taehyung sin poder creerlo.

—Querías un collar de perlas, no iba a darte uno cualquiera, de alguna joyería costosa —señaló Jungkook ahora acariciando el muslo del rubio.

—Pero si estaba bromeando.

—Bueno, considera este regalo como una forma de consumar nuestra relación —señaló Jungkook acariciando el rostro de Taehyung, quien cerró los ojos a la espera de sentir el contacto de labios de Jungkook.

—Nunca te atrevas a decirme cuanto te costó o es posible que la ponga en exhibición, estoy pensando seriamente en dejarla en una vitrina para siempre —bromeó Taehyung en cuanto se separó de los labios del azabache.

En cuanto emprendieron su camino fuera del restaurante, Jungkook vio que tenía un mensaje de Monique en el que le confirmaba lo que ya sospechaba, la chica nueva trabajaba para Namjoon. Su socia le explicó que había llamado en cuanto bajó del escenario y que la escuchó hablar de una memoria; eso solo les dejaba claro a la pareja de que debían estar preparados para cualquier atentado.

—¿Estás listo? Revisa que tu pistola —ordenó Jungkook mientras se abrochaba el cinturón de seguridad antes de iniciar su viaje de regreso a casa.

Solo fue cuestión de que salieran del local para notar que dos calles más adelante empezaron a ser perseguidos. Taehyung se mantuvo alerta con la mirada en el retrovisor al mismo tiempo que recargaba su pistola. Mirando de reojo notó que Jungkook sostenía su arma mientras conducía con una mano.

—Concéntrate en perderlos, yo me encargo de lo demás —le pidió el rubio. Jungkook llevó ambas manos al volante y esquivó varios autos tratando de perder el vehículo negro que los seguía, pero no pudo.

Se desvió por una calle sin darse cuenta por esta no transcurrían los pocos autos que estaba en la calle. Giró el volante con rapidez mirando una y otra vez por el retrovisor, estaban cada vez más cerca de ellos.

—Prepárate, mantente al volante —indicó Taehyung. Sabía que en cualquier momento no sólo serían perseguidos—. Si encuentras una calle sin salida detente.

Jungkook iba a una rápida velocidad con la mirada puesta en el frente y en los retrovisores, se inclinó hacia adelante para tener una mayor visibilidad y en ese instante, cuando solo era una carretera vacía, se escucharon los disparos detrás de ellos. Jungkook por acto reflejo llevó a su mano al pecho de Taehyung quien apartó su mano de inmediato.

—¡Manos al volante! —vociferó mientras se agachaba esperando el mejor momento para contraatacar. En el segundo que los disparos se detuvieron, Taehyung se levantó y sacó su mano mientras les disparaba con los labios apretados y las cejas fruncidas.

—¡Ve de reversa! —ordenó Taehyung en un grito cuando notó que sus contrincantes debían recargar. En un rápido movimiento Jungkook giró el volante hasta quedar frente a frente a sus enemigos.

Taehyung se dejó caer en el asiento copiloto y con la mirada antes de que ellos prepararan sus armas, tomó la pistola de Jungkook y se puso de pie para sacar la cabeza por el techo solar del auto. Tuvo en su campo de visión a sus enemigos y no dudó un segundo en tirar del gatillo repetidas veces. Cuando ya no tuvo balas, volvió al interior del auto y en ese instante Jungkook giró a una calle sin salida, estacionó el coche de golpe y ambos salieron a esconderse detrás del vehículo mientras recargaban sus pistolas.

—A la de tres, saldremos los dos, tu a la izquierda yo a la derecha —explicó Jungkook—. Están aquí.

A la cuenta de tres ambos salieron de detrás del auto, encontrándose con una sorpresa, no solo eran dos, eran cuatro hombres armados hasta los dientes. En ese momento Taehyung pensó que fue un grave error no haber salido con sus escoltas. Sabía que todo aquello era parte del plan de Jungkook, pero no estaba lo suficientemente preparados para enfrentar a cuatro hombres bien armados, así que la mejor opción era no atacar y llegar a un acuerdo.

Se encontraban espalda contra espalda para tener una visión más amplia de quienes lo rodeaban, mantuvieron sus armas apuntándole a los hombres frente a ellos, esperando alguna reacción.

—No tenemos que llegar a esos extremos, entreguen el archivo y cada quien por su lado —demandó uno de ellos.

—Me parece que tendremos que llegar a esos extremos —bramó Jungkook listo para tirar del gatillo, pero si no hubiese sido porque Taehyung colocó su mano sobre su arma éste hubiese disparado y ambos hubiesen sido masacrados a tiros.

En un rápido movimiento, en un momento en el que ninguno de los dos estaba en alerta, despojaron a Jungkook de su pistola.

Taehyung levantó sus manos al ver como lo arrastraban lejos de su lado, pero siquiera los estaban apuntando con sus armas. Fue en ese momento que se dio cuenta de que no tenían la orden de matarlos, estaban allí para entregar un mensaje, conocía a su hermano lo suficiente como para saberlo, si él iba a destruirlos y a quitarles el poder no dejaría que sus matones lo hicieran por él. Sabía que en ese momento lo más importante era la memoria USB.

Vio como uno de ellos revisaba los bolsillos de Jungkook mientras otros dos lo mantenían tranquilo para que dejara de moverse. El hombre rodeo al pelinegro mirándolo fijamente al rostro,

Taehyung vio como sus manos tocaban el cuerpo de Jungkook y le pareció que ya no sólo se trataba de buscar la memoria. Lo comprobó cuando su mano se detuvo en la entrepierna del azabache. Intentó con todas sus fuerzas no reaccionar ante lo que estaba pasando, lo último que necesitaban era ser descubiertos.

—¿Qué te pasa idiota? —gritó Jungkook al sentir como éste lo tocaba con segundas intenciones.

—¿Acaso no es esto lo que ustedes hacen degenerados? —cuestionó colocándose frente al pelinegro, quien estaba listo para escupirle a la cara. Mientras que Taehyung sintió que su alma dejaba su cuerpo. Ya lo sabían.

—Yo tengo el archivo, ya déjenlo —señaló mostrando la memoria que tanto buscaban—. Déjenlo ir y se las entrego.

—Solo hizo falta que tocara las bolas de tu noviecito para que cedieras —señaló el hombre con una sonrisa burlona en el rostro.

—No es mi novio. —Taehyung trató de negarlo cuando ya era bastante evidente. El único que estaba libre se acercó al rubio y llevó su brazo detrás de la espalda de Taehyung y luego obligó a que éste fijara su vista en Jungkook quien se removió intranquilo.

—A mí me parece que sí, observa esa mirada de desesperación —le susurró a Taehyung en el oído al mismo tiempo que apretaba las mejillas del rubio—. Entrega la memoria y no nos llevamos a tu noviecito.

Taehyung resignado y con su única mano libre alcanzó la memoria dejándola en la palma de la mano del hombre detrás de él que dejó ir su rostro con brusquedad. Atrapó a Jungkook cuando éste fue empujado con fuerza.

—Por cierto. —El hombre alto que antes sujetaba a Taehyung se volvió hacia ellos ahora con un celular en las manos—. Su sucia relación ya no es un secreto para los Shimizu, es más, para todos los Yakuza.

Una foto de ellos besándose en el patio de la casa del rubio, una bastante reciente de Jungkook tocando la mano de Taehyung sobre su pierna. No sabían en qué momento, pero también tenían una fotografía en la que Jungkook lo abrazaba por la cintura.

—¿Y saben que significa eso? —cuestionó el hombre—. Que han roto una regla importante para la mafia, así que están arruinados.

Y con eso abandonaron el lugar, dejando a Taehyung y Jungkook anonadados, completamente mudos.

Solo una mirada bastó para que ambos supieran que realmente, estaban arruinados.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro