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5. Dark Times

Este capítulo contiene un lenguaje fuerte/ homofóbico, si te llega a incomodar omítelo. Lee bajo tu propio criterio.

«Tengo la sangre de otro hombre en mi ropa, pero la vida que elegí es como una niebla sin final, éste no es el mejor momento para que te enamores de mi»

Cuando llegan al interior de la casa, Jungkook cubriendo con sus brazos el cuerpo de Taehyung, se encuentran un escenario que empezaba a ser caótico. Taehyung se sacudió enojado debajo de los brazos de Jungkook.

—Esos malditos hijos de perra quieren guerra y guerra tendrán —gruñó entre dientes mientras daba pasos apresurados hasta las escaleras cerca de la cocina que daban al vestíbulo detrás de las habitaciones.

Se podían escuchar los disparos en el exterior de la casa, los quejidos y los vidrios romperse, algo que hizo hervir la sangre de Taehyung. Ambos sabían que sus escoltas eran suficientes para combatirlos, lo que el rubio no entendía era como pudieron entrar a su terreno; aunque tenía guardaespaldas por toda la casa, sabía que en cualquier momento eso no sería suficiente como para mantenerlos fuera.

El pelinegro caminó detrás de él siguiendo sus pasos con largas zancadas, hasta que llegaron a la recámara que quedaba al final de pasillo, misma que estaba protegida por un código y la huella de Taehyung. Jungkook se quedó boquiabierto al ver que no se trataba de una simple habitación, era su almacén de armas y estaba llena de ellas, en todos los tamaños, era mucho más amplia de lo que aparentaba, con paredes cubiertas por un papel tapiz negro, repisas con chalecos antibalas y más pistolas. En medio de la habitación había una encimera de granito con navaja y armas blancas de todo tipo, balas, puños de acero. Jungkook consideró que estaba realmente bien equipado para combatir con todo.

—Esos bastardos van a conocer a Kim Taehyung —gruñó Taehyung mientras se colocaba el chaleco antibalas, mientras que Jungkook se paseaba por la habitación admirando cada pieza. Aunque tenía un arsenal muy parecido al de Taehyung, éste tenía armas que ni siquiera él había podido conseguir, especialmente esas pistolas rusas que reposaban en una repisa cerrada con llave.

—Las tengo reservada para una ocasión... —hizo una pausa—. Más especial —señaló Taehyung al ver a Jungkook observar aquellas armas con admiración. El pelinegro imitó la acción del rubio y se preparó con cuchillos y pistolas antes de salir por el pasillo con Taehyung detrás de él.

Cuando bajaron las escaleras se encontraron con un completo caos, habían entrado a la casa, lo que preocupó a Jungkook. Taehyung se desplazó con seguridad cruzándole por el lado a Jungkook, quien mantuvo su mirada puesta en él, nunca lo había visto así de enojado, su ceño estaba fruncido y por como respiraba se notaba lo furioso que estaba, sostuvo su pistola apuntando al frente y en ese momento un grupo de hombres armados irrumpieron por todos lados, por las puertas que dan al patio, por la entrada principal y si no hubiese sido por sus escoltas ya estarían muertos. Todo lo qué pasó después fue un desastre de balas volando por los aires, cosas rotas y un Taehyung muy enojado porque estaban destruyendo su hogar.

Jungkook se ocupó de algunos hombres, y por más que intentó concentrarse en acabar con ellos, no pudo, su atención estaba en el rubio que peleaba con las cejas fruncidas y los labios apretados; debía admitir que era increíblemente bueno en el combate, pero aun así se concentró en dispararle en todo aquel que tenía cerca de él y también a todo el que se acercaba a Taehyung.

—¡¿Qué diablos haces?! —le gritó el rubio al ver que Jungkook intentaba por todos los medios dispararle a todo aquel que se dirigía a él. Aunque los disparos ya no eran tantos, los escoltas rodeaban a los líderes y aun así habían hombres dispuestos a matarlos.

—¡Protegiéndote! —vociferó Jungkook, mientras tomaban la muñeca del hombre que tenía en frente y que le impedía ver por completo hacia Taehyung, mismo que ahora estaba un poco más lejos de él. Lo desarmó y giró su muñeca hacia su espalda causándole un grito de dolor y seguido de eso le disparó en la pierna haciendo que éste cayera al piso.

Taehyung se sorprendió por la respuesta de Jungkook, bajó la guardia mientras veía como el pelinegro le disparaba a otro hombre que, desde la entrada de la casa, le apuntaba al rubio. Jungkook se encontraba al pie de la escalera, mientras que Taehyung estaba más adelante, casi llegando a la sala de estar al fondo de la casa.

En un intento de respuesta a uno de los atacantes que salió de la nada por el salón de visitas a su lado, Taehyung se dio cuenta de que se había quedado sin balas y Jungkook estaba muy ocupado con dos de sus adversarios casi encima.

Ambos buscaban con desesperación encontrar la mirada del otro, así fue cómo lograron desarmar a Jungkook quien recibió un golpe en la cara. Forcejeó y esquivó golpes, cuando pudo deshacerse de uno de ellos vio como Taehyung era amenazado con una pistola en su sien, lo que enojó a Jungkook, quien terminó tomando por el cuello al tipo que intentaba dispararle y lo impactó contra el piso haciendo que éste se retorciera de dolor. El pelinegro alcanzó su pistola y dudó en dispararle, se dio la vuelta rápidamente y le apuntó al hombre que sostenía a Taehyung, mismo que lo obligaba a moverse.

—Jungkook, no —le pidió Taehyung, quien tenía miedo de que el azabache tomara una decisión impulsiva, notó en su mirada la furia y no podía arriesgarse a recibir un disparo en la cabeza porque él no puede controlar sus impulsos de maniaco depredador.

Aun cuando Taehyung le pide que no haga nada, Jungkook no deja de apuntarle con su pistola y de enviarle dagas con la mirada al tipo que acorrala a Taehyung entre sus brazos. El azabache conocía ese rostro, lo había visto hace años y sabía que esa cicatriz en su mejilla había sido producto de aquella pelea que tuvieron hace años.

Era parte del clan Yakuza que mató a su abuelo, así que eran los mismos a los que Jungkook torturó en cuanto tuvo el poder de hacerlo. Si, acabó con gente muy importante entre ellos y por eso entendía que querían vengarse.

—Déjalo ir —gruñó Jungkook. En ese momento llegaron algunos de los escoltas de ambos y se detuvieron detrás de Jungkook mientras apuntaban al hombre que sostenía a Taehyung.

—No hagan nada, joder —les ordenó Taehyung. Algunos de ellos esperaron instrucciones de Jungkook y éste solo hizo ademán con su mano para que se mantuvieran atentos.

—Así que te importa mucho él, entonces debo destruirlo como tú destruiste a los míos —se mofó con una sonrisa burlona en su rostro, acercó a Taehyung a su pecho apretando su brazo en sus clavículas y deslizó su pistola el rostro del rubio, quien luego sintió el frío del cañón en sus labios, y como su atacante peinaba su cabello con la misma.

Se inclinó ligeramente y lamió el lóbulo de la oreja de Taehyung, todo esto con su mirada fija en Jungkook, a quien le temblaba el dedo en el gatillo, estaba listo para reventarle la cabeza de un solo disparo si seguía tocando a Taehyung de esa manera.

—¡Que lo sueltes! —gritó Jungkook con la respiración agitada. Taehyung lo miró y con los labios le dijo que siguiera hablando mientras intenta alcanzar alguna de sus navajas escondidas en sus zapatos.

—No pensé que te gustaran los hombres, que desagradables y asquerosos son ustedes dos —consideró haciendo mohín con los labios.

—Asqueroso te vas a ver tu cuando te masacre la cara —amenazó Jungkook y en se momento Taehyung logró sacar la navaja  de su zapato, misma que no tardó en clavársela en el vientre a su contrincante, haciendo que éste aflojara su agarre, en el momento que el rubio dio un solo paso para enfrentarlo, solo se escucharon disparos tras otro y el cuerpo del japonés sacudiéndose, quien antes de ser arropado con tantos tiros, disparó hacia el rubio que se mantuvo inclinado hacia abajo, este sintió el roce la bala en su hombro izquierdo y cuando los disparos cesaron se paró derecho con esa zona de su brazo ardiendo.  Jungkook corrió hacia Taehyung al ver que su brazo sangraba un poco

—¿Estás bien? —cuestionó tocando todo su cuerpo y viendo que no tuviese otras heridas.

—Solo fue un roce, no es nada —aseguró el rubio y Jungkook lo abrazó aún con la respiración agitada. Ver a Taehyung en aquel peligro despertó en él una gran necesidad de cuidarlo y protegerlo. Sabía que podía cuidarse perfectamente, pero aun así quería ser su protector, quería cuidarlo como él lo hizo aquella noche en la que su casa fue prendida en fuego.

—Dios Jungkook, siempre apuntas a la cabeza. —Taehyung señaló al hombre en el piso. Notó que el primer disparo fue por parte del pelinegro y los demás solo tomaron aquello como una orden para disparar también.

—No iba a darle una oportunidad para que te matara frente a mis narices —indicó Jungkook guardando su pistola.

—Eres un bruto —le golpeó Taehyung. Jungkook lo miró y lo atrajo a su cuerpo en un abrazo sin que le importara la presencia de sus guardaespaldas detrás de ellos. Quienes solo se dieron la vuelta y siguieron haciendo su trabajo en el exterior de la casa, tenían un desastre que limpiar.

Taehyung intentó apartar a Jungkook, porque aunque estaban solos en medio del pasillo, podía sentir la mirada de algunos escoltas que caminaban de un lado a otro, pero Jungkook solo atrajo más Taehyung, arropó su rostro con sus manos y lo besó, en ese momento su miedo a que empezaran los rumores sobre su sexualidad, desapareció. Solo quería sentir los labios de Taehyung y asegurarse de que éste estaba bien, fue un beso muy diferente a los que han tenido, fue un beso con cariño y el rubio pudo sentirlo en cómo Jungkook acariciaba su mejilla con su pulgar.

—¿Qué es todo éste drama? Tenemos sexo una vez y ya estás enamorado —opinó Taehyung aún cerca del rostro de Jungkook—. ¿Acaso sabes algo del sexo casual, sin emociones involucradas?

—¿Eso fue para ti? —preguntó Jungkook esperando no escuchar como respuesta un sí.

No quería admitir que había sentimientos de por medio hasta que vio al rubio en peligro, sabía lo fácil que se enganchaba a alguien y aun así siguió con el jueguito con Taehyung, así que para él no fue solo sexo, le gustaba y ya no podía negarlo.

El silencio de Taehyung le preocupó, pero no se alejó, sus frentes seguían pegadas y sus labios podían rozarse. Ambos escucharon un carraspeo a sus espaldas; para los escoltas y sirvientes la relación entre ambos solo era de trabajo, así que verlos abrazados y besándose fue algo sorprendente, especialmente para el asesor de Jungkook, quien era el único que si sabía de la orientación sexual del pelinegro, pero nunca lo había visto tan cariñoso con nadie.

—Señor, tenemos la cabecilla de los atacantes —informó el asesor dándole la espalda para darles más privacidad, en vista de que Jungkook no parecía tener intenciones de dejar ir la cintura de Taehyung.

—Llévalo al sótano y llama al doctor, Taehyung debe ser atendido —ordenó Jungkook alejándose del rubio.

—Ya te dije que solo es un roce, no me trates como una princesa en apuros, a veces se te olvida quien soy —se quejó Taehyung apartándose del toque de Jungkook.

—Un mafioso poderoso que me tiene a su merced —susurró Jungkook dándole la espalda para hacerle señas a uno de los escoltas para que se acercara.

—¿Qué? —preguntó Taehyung incrédulo por lo que acababa de decir. Consideraba que Jungkook estaba comportándose muy raro, demasiado gentil, honesto y hasta creía que cariñoso. Era algo a lo que no estaba acostumbrado pero que en el fondo le gustaba y también le asustaba, porque eso solo significaba que sentía algo más.

Sus miradas se encontraron por una fracción de segundos y en ese momento Taehyung reconoció esa mirada, realmente se estaba encariñando; aunque quiso evitarlo, su corazón se aceleró y por alguna razón se puso nervioso. Él no era de los que estaba en una relación amorosa, ya lo había intentado una vez y la forma en la que jugaron con sus sentimientos fue horrible. Pero la manera en la que Jungkook de repente empezó a preocuparse por él, a mirarlo con ese brillo en su mirada y cómo acababa de acariciarlo y besarlo, le encantaba, hace mucho que no era tratado así por alguien, pero le costaba admitir que realmente le gustaba el azabache y que no era solo atracción sexual.

Quería pensar que aquella noche de pasión no fue el detonante de esos raros sentimientos hacia el pelinegro, pero fue tan sensual y pasional, él nunca había tenido sexo tan íntimo, ni siquiera con Minjae, ni con quien estuvo enamorado por años, y eso de alguna manera lo hizo sentir especial. Jungkook lo hizo sentir especial.

—Ustedes, limpien este desastre, yo iré a atender a uno de los atacantes —ordenó Taehyung a sus hombres.

—No, tú te quedas a esperar al doctor, yo iré —señaló Jungkook.

—Te dije que dejaras de tratarme así, estoy bien joder —chilló apartando el brazo de Jungkook y cruzándole por el lado para dirigirse al sótano con el pelinegro caminando detrás de él sin decir una sola palabra.

Jungkook nunca había estado en el sótano de la casa, pero había escuchado a Taehyung hablar de él y al parecer lo usaba más que para guardar sus armas. Al bajar las escaleras se encontraron con un salón amplio y largo, pavimentado con lo que parecía ser mármol, lámparas antiguas colgaban del techo hasta llegar al final de la habitación, en las paredes laterales había vitrinas y cajones iluminadas por una luz azul que le daba una sensación más sombría y fría al sótano, en esas vidrieras colgaban pistolas que parecían viejas, pero muy importantes. A cada lado de la habitación se encontraba dos mesas medianas con artículos de tortura que Jungkook conocía muy bien.

En medio de la habitación se encontraba un hombre amarrado a una silla de madera, de espaldas a la entrada y de frente al juego de muebles de capitoné marrón oscuro que se encontraban casi al final del salón.

A medida que Taehyung se acercaba al hombre vigilado por escoltas y los asesores de ambos líderes. Conocía esa silueta, no es hasta que estuvo frente a él que empezó a reír a carcajadas, llamando la atención de Jungkook, quien lo miró curioso.

Taehyung se colocó detrás del sofá y apoyó sus manos en el espaldar del mismo, inclinando levemente su cuerpo para fijar su mirada en el hombre frente a él, mientras su risa desaparecía y dejaba en su lugar un mirada fulminante y sonrisa maliciosa.

—El karma es una maldita perra que amo —admitió antes de pararse derecho y acercarse nuevamente al hombre amarrado en la silla—. Vaya, cuantas vueltas da la vida, ¿no crees Hoseok?

—Sigues teniendo la misma seguridad, no fue tan difícil entrar —alardeó en repuesta.

Hoseok había trabajado para Taehyung por años, fue el jefe de operativos por un tiempo hasta que éste lo traicionó con uno de sus enemigos, el rubio no volvió a saber de él desde que se fue, así que verlo allí, amarrado a una silla, con una sonrisa cínica en el rostro, le sorprendió. De todas las personas, era la que menos esperaba ver allí.

—¡Ah! Puedo saborear la venganza, has estado tan bien protegido que no he podido tocarte un pelo, pero eso se acaba hoy —demandó Taehyung con seriedad.

El rubio tenía unas increíbles ganas de por fin darle su merecido por haber traicionado su confianza en la manera que lo hizo, sabía que su enemigo tenía a Hoseok en la mira desde hace tiempo, porque era realmente bueno en lo que hacía, conseguía a los mejores hombres, las mejores armas, claro que el jefe de Yangban también quería tenerlo y lo logró, solo le dio más de lo que Taehyung estaba ofreciéndole, lo que enfureció al rubio, así que se tomó su tiempo para buscar a otro jefe de operativos y con él intentó vengarse, pero no pudo.

—¿De verdad crees que será tan fácil? Lo conoces mejor que yo —señaló Hoseok levantando sus cejas y separando sus labios dejando ver parte de su dentadura. Taehyung sabía perfectamente a quien se refería.

—¿De qué diablos me estoy perdiendo? —cuestionó Jungkook colocándose junto a Taehyung, no había visto el rostro de Hoseok y cuando lo hizo palideció, él fue a quien vio en el exterior de la casa acechándolos. Así que de inmediato lo primero que pensó fue que debía deshacerse de él antes de que se esparciera el rumor.

Jungkook solo recibió como respuesta una palmada en el pecho por parte de Taehyung. Presenció como Hoseok lo observó con una sonrisa burlona para luego mirar al rubio, volver su mirada a Jungkook y terminar riéndose con la cabeza gacha mientras negaba con la misma.

—Así que sigues acostándote con tus socios — señaló levantado la mirada hacia Taehyung—. ¿Qué pensará Namjoon cuando sepa que eres un maricón coge pe...

No terminó la frase cuando Jungkook le lanzó un puñetazo a la cara, para luego tomarlo por el cuello de la camisa y acercar su rostro al del castaño atado a la silla.

—Repite eso —gruñó Jungkook entre dientes.

—¿Qué?, ¿que ustedes son un par de maricones? —No terminó de hablar cuando recibió golpe tras otro por parte de Jungkook. Si algo no toleraba era que lo llamaran de esa forma.

—¡Jungkook ya! —le gritó Taehyung quitándoselo de encima—. ¡Deja de ser una bestia por una vez joder! —vociferó enfrentándolo.

—¿No oyes como ese maldito imbécil nos está llamando? —cuestionó Jungkook alterando mientras apuntaba con su dedo indicie y el ceño fruncido a Hoseok, quien solo sonreía por la situación.

—¿Qué?, ¿es la primera vez que te llaman así? —cuestionó Taehyung con las cejas levantadas. Jungkook solo resopló alzando su mano y le dio la espalda caminando lejos de él, sentándose en el sofá.

—Se ofendió porque lo llamé mariquita, pero al menos no es tan cobarde como ese socio tuyo por el que babeabas, ¿cómo se llamaba? —cuestionó tratando de hacer enojar a Taehyung, algo que estaba logrando, al igual que con Jungkook—. Seo Jin, no, Seo Joon, mierda sí que gritabas como una puta con ese tipo.

—¡Ya cállate! —gritó Taehyung exasperado—. ¿Desde cuándo me importa lo que Namjoon diga o piense de mí?

—Es tu hermano —indicó Hoseok como si fuese la cosa más obvia del mundo. Jungkook lo miró confundido y se puso de pie al escuchar las palabras del castaño.

—Dile al bastardo de mi hermano, que venga el mismo por mí, si es que tiene las agallas —demandó con la mandíbula apretada—. Dudo que no se lo hayas dicho ya, soplón.

—¿Crees que estarías dónde estás si el supiera?

Antes de que cualquier pudiera decir algo, uno de sus escoltas se asomó por las escaleras, llamando la atención de Taehyung.

—Señor el médico está aquí —informó uno de los escoltas asomándose por las escaleras e interrumpiendo lo que el rubio tenía para decir. Taehyung suspiró y se encaminó hasta las escaleras para cumplir con el deseo de Jungkook y revisar su brazo. No quería que éste lo siguiera tratando como una damisela en apuros.

Cuando estaba a punto de salir Jungkook lo tomó por el brazo y se colocó a su lado antes de que se fuera.

—No sabía que tú hermano estaba detrás de esto, no sabía que tenías un hermano —susurró aun sorprendido por la información tan repentina.

—Hablamos luego de eso, por ahora intenta averiguar cuál es el clan de los Yakuza o dónde se esconden esas ratas —le pidió Taehyung—. Y por favor, no lo mates, necesito hacer algo con el antes. Tortúralo por mí.

Taehyung dejó a Jungkook a cargo de Hoseok, mismo por el que el azabache sabía que no podría contener su ira, había logrado irritarlo en cuestión de minutos y sabía que debía hacerle caso a su socio y no acabar con su vida, por más que lo deseara.

Mientras Taehyung era revisado en la sala de estar por el médico, Jungkook usaba todos los medios posibles para hacer sufrir a Hoseok, quien no dejaba de insultarlo. El pelinegro se preguntó cómo podía ser capaz de aguantar tanto dolor, le había pegado con un palo en sus costillas, había usado el método de "ahogamiento falso", hasta que descubrió su debilidad, las descargas eléctricas. Los gritos de dolor se podían escuchar hasta dónde Taehyung era atendido, a quien se le dibujaba una sonrisa al escuchar los gritos de dolor de Hoseok.

—¡Maldito maricón de mierda te voy a destruir! —vociferó Hoseok ahora con el labio partido, moretones y sangre en su rostro.

—Quiero verte intentarlo —susurró guardando el papel con la información que había conseguido sacarle—. Antes de que te mate dime una cosa, ¿quién era ese tal Soo Joon y que fue lo que le hizo a Taehyung?

Como respuesta Jungkook solo recibió una risa burlona que se convirtió en carcajadas, Jungkook lo acompañó riendo igual de ruidoso mientras tomaba una pinza de la mesa de armas, sin dejar de mirar a los ojos a Hoseok quien seguía riendo, colocó la pinza en la uña del dedo índice.

—No, espera la uña no —suplicó Hoseok alarmado al ver las intenciones de Jungkook—. Debo preguntar primero, ¿acaso te enamoraste de él?

—Eso a ti no te incumbe, habla —demandó Jungkook.

—Claramente sientes algo por él, ten cuidado, nada bueno saldrá de la relación que tienen ustedes, Taehyung es muy liberal y un día va a pagar por eso, no dejes que te arrastre con él —masculló—. Soo Joon fue su pareja por dos años, Taehyung quería dejar de verlo en secreto, pero Seo Joon seguía estando con mujeres y terminó dejándolo, realmente lo humilló en frente de personas muy importantes.

—¿Qué hizo? —cuestionó Jungkook.

—¿Que tendré a cambio de esto?

—No te mataré —respondió el azabache.

—Se fue de viaje por un mes, cuando volvió ya se había casado y estaba esperando un hijo, Seo Joon terminó con él en la oficina de Taehyung, fue la primera y última vez que lo vi suplicarle a un hombre que no lo dejara —relató Hoseok—. Fue vergonzoso, lo trató como un trapo sucio del que no podía deshacerse, literalmente, Taehyung se le arrodilló.

—¿Y que hizo ese bastardo?

—Tuvo el descaro de restregarle en su cara a su esposa embarazada, le dejó muy claro que nunca lo amó y que solo fue un engaño para tener su propia empresa, creo que es la única persona a la que Taehyung le ha llorado y por la única que se ha humillado en público —explicó Hoseok.

—¿Cómo es que sabes todo esto? —preguntó Jungkook curioso.

—Fui el líder de operativos, me pidió que le matara, a él y a su esposa.

—¿Y lo hiciste?

—No, por más gánster que sea, él no es capaz de matar a alguien que ama aún éste le haya hecho daño, al final me pidió que no lo hiciera —reveló.

En ese momento Jungkook se dio cuenta del porqué Taehyung parecía haber construido un muro que ocultaba sus verdaderos sentimientos. Entendía que había tenido una mala experiencia, pero eso no le quitó el enojo que empezaba a sentir hacia el rubio. Si iba a tratarlo como lo trataron a él, no iba a quedarse y esperar a ver como se terminarían las cosas, cuando claramente Taehyung solo quería una cosa y él no estaba seguro de poder dárselo.

Una vez Taehyung terminó con el doctor, hizo su camino devuelta al sótano, fue entonces cuando se cruzó con Jungkook, quien siquiera lo miró a los ojos y solo pegó un papel a su pecho antes de seguir su camino lejos de él, lo que dejó incrédulo al rubio. Al abrir el papel de dio cuenta de que había conseguido el nombre del clan de los Yakuzas y ubicación del clan aliado, los Yangban, que desgraciadamente tenía como líder a su hermano.

—Tienes un novio muy posesivo. —Fue lo primero que dijo Hoseok en cuanto tuvo a Taehyung en frente.

—No es mi novio —negó Taehyung apretando con su mano el cuello del castaño, quien a pesar de estar herido seguía sonriendo con descaro—. Esto es lo que le dirás al imbécil de mi hermano.

—Dile, que la guerra acaba de iniciar y que la próxima vez, venga el a enfrentarme, no lo veo desde mis 18 años y hace falta una reunión familiar —amenazó Taehyung tirando del cabello de Hoseok, para luego llamar a los escoltas y que estos se lo llevaran.

Ya se sentía lo suficientemente cansado de tener que verle la cara sabiendo lo que hizo, por cómo estaba sabía que Jungkook lo había hecho sufrir bastante. Por más que quería matarlo, debía usarlo de mensajero y luego deshacerse de él.

Cuando volvió al primer piso de la casa, pretendía buscar a Jungkook y hablar con él sobre Namjoon, fue entonces cuando lo encontró bajar las escaleras con su maleta en manos, de detuvo en el último escalón y sus miradas se encontraron.

Mientras Jungkook hacía sus maletas, no dejaba de pensar en que había cometido un error al haber tenido sexo con Taehyung, cuando claramente le gustaba más de lo que debería hacerlo y aquella noche solo incrementó ese sentimiento. Ahora no sabía qué hacer con él, porque estaba casi confirmado que el rubio solo lo había visto como un moche más. Así que, decidió que la mejor opción era irse.

—¿A dónde vas? —cuestionó Taehyung incrédulo.

—A mi casa, si quieres que sigamos siendo socios lo mejor es que dejemos esto aquí, primero porque es peligroso que los Yakuza se enteren de lo nuestro y eso será peor —señaló—. Segundo, no quiero ser tu pareja sexual Taehyung, sabes que tengo otros lugares a los que ir y que me he quedado todo este tiempo por ti.

—Ya, ahora que lograste enterrar tu miembro en mí, piensas cortar lazos conmigo, no podía esperar menos —señaló Taehyung. Actitud que a Jungkook le pareció extraña, antes insinuó que solo había sido sexo para él y ahora se indigna por ello, eso solo le causó confusión.

—Sabes muy bien que no es así, si queremos seguir con el plan, lo mejor es que mantengamos nuestra distancia, antes de seguir con lo que sea que estemos haciendo —explicó Jungkook.

Taehyung sabía que no había sido totalmente sincero con él y sí, claro que un principio sólo fue lujuria, deseo, atracción sexual, pero en aquel momento no lo creía así y tampoco era capaz de admitirlo.

—Jungkook, se trata de mi maldito hermano, yo lo conozco, es despiadado y muy calculador, que éste con los Yakuza le da más poder, tenemos que mantenernos juntos, más ahora que acabo de declararle la maldita guerra —indicó Taehyung escondiendo sus manos temblorosas detrás de su espalda, no quería que Jungkook notara lo nervioso que estaba de solo pensar que no tendría su respaldo si recibía otro ataque.

Agh, haces que esto sea más difícil —consideró después de un largo silencio—. Bien, me quedaré solo hasta que se solucione un poco la situación.

—Bien, ahora tengo algo que hacer, ¿hablamos de ello en la cena? —cuestionó Taehyung subiendo las escaleras que dan a las habitaciones y solo recibió un asentimiento por parte de Jungkook.

Taehyung terminó duchándose y saliendo casi corriendo de la casa, necesitaba reunir a su personal, aumentar el número de escoltas y con la persona encargada de la tecnología revisar el chip que había puesto en Hoseok, no confiaba del todo en que le haya dicho a Jungkook la dirección real. Conocía su capacidad de jugar con la mete de los demás aun cuando era torturado, se sorprendió cuando resultó ser verdad, supuso que Jungkook había usado otras técnicas de tortura para que este hablara, pero a la vez le pareció sospechoso que tuviesen acceso a ese lugar, no dudó de que fuese planeado.

Pensó que quizás su hermano envió a Hoseok porque sabía que iba a ser capturado y torturado, quizás el mismo se dejó, para que así nosotros conociéramos su paradero, consideró que quizás solo fue una trampa y estaban a la espera de alguna reacción para atacar. Era muy del estilo de Namjoon, Taehyung lo sabía y no iba a dejar que se saliera con la suya dos veces en un día, por eso decidió esperar antes de enviar a los espías.

Jungkook se pasó el día entero con Taehyung en la mente, aun cuando se reunión con su equipo para discutir todo lo que tenían sobre el clan japonés Shimizu Kodama, ya había escuchado de ellos y la reputación que tenían era de ser bastante sanguinarios y mucho más despiadados que el clan que atacó a su abuelo, los Gakusen Fujiwara.

El azabache se había enfrentado con el clan que mató a su abuelo, y estaba casi seguro que los pocos que quedaban de aquel clan se habían aliado con Shimizu, y para colmo una organización coreana también estaba de su lado, eso solo era un problema más que resolver, pero Taehyung estaba en sus pensamientos la mayor parte del tiempo, el silencio del rubio cuando le preguntó si solo había sido sexo casual para él, le confirmó lo que ya era obvio y eso solo le causaba dolores de cabeza porque era la primera vez que caía tan rápido por alguien y sabía que debía buscar la forma de deshacerse de esos sentimientos antes de que se intensificaran.

Pensaba que si los Yakuza o su familia se enteraba de su sexualidad sería algo muy malo para ambos, más para él que para Taehyung, esa era otra razón para dejar de pensar en el rubio y concentrarse en su trabajo. Así fue como terminó en el club de acompañantes y cabaret del que era dueño. Detrás del escenario y debajo de la mesa funcionaba como burdel y aunque eso sí era ilegal, las damas de acompañamiento no lo eran y la mujer que manejaba el lugar se encargaba de que todo funcionara bien sin que la policía estorbara en su trabajo de conseguir dinero con el sexo. 

—Es raro verte por aquí por más de una hora, ¿necesitas la ayuda de alguna chica? —le cuestionó la jefa del lugar mientras se sentaba junto a él en el sillón que ocupaba siempre que iba a ver algún show.

—La última vez no funcionó, Monique, solo necesito despejar un poco la mente —señaló Jungkook tomando un sorbo de su whisky.

—Ay cariño, parece que caíste por la persona que no debías, ¿es un hombre? —cuestionó Monique.

Ella conocía a Jungkook desde que se volvió jefe y ha sido la única en escuchar todas las veces que se ha enamorado sin poder hacer nada más que solo olvidarlo y seguir adelante, fingiendo ser un hombre de negocios sin corazón que lo más cerca que ha al tenido a una relación ha sido el sexo.

—¿Y sabes que es lo peor? —cuestionó Jungkook—. Que no es cualquier hombre, yo sé que me enamoro fácilmente, pero así como lo hago lo puedo dejar de hacer.

—¿Con el no puedes o no quieres?

—Ambas, pero ya sabes, tengo que alejarme si quiero seguir manteniendo esto en secreto —señaló el pelinegro dejando caer su cabeza hacia atrás.

—¿Y eso por qué? Puedes estar con él sin que nadie lo sepa.

—Ese es el problema, me olvido de todo cuando lo tengo cerca, solo quiero besarlo y que todo el mundo sepa que es mío, pero claramente no lo es y posiblemente él no quiere serlo, bueno —se detuvo a media frase—, en realidad no sé qué es lo quiere y tampoco quiero averiguarlo —admitió Jungkook.

—No te compliques la existencia y háblalo con él, igual si quiere o no, al menos no tendrás la duda y sabrás que hacer con tus sentimientos —aconsejó la mujer cabello castaño oscuro.

—Ya, pero no es tan fácil, sabes lo que implica ser... —hace una pausa mirando a su alrededor—. Ser gay y líder de una mafia está prohibido, me harán la vida imposible hasta ejecutarme, y si mi familia se entera me desheredan y quizás hasta me obliguen a cambiarme el apellido.

—Que dramático eres, nunca sabrás lo que pasará en el futuro si no lo intentas en el presente, ¿no crees que ya es hora de que te des una oportunidad con alguien? —preguntó Monique apoyando su codo en el espaldar del mueble y su cabeza sobre su antebrazo para observar cómo Jungkook suspiraba con los ojos cerrados.

—Bueno, pero el solo quiere una cosa y me conozco, sé que no podré separar las emociones del sexo, soy pésimo en eso y lo odio, me hace muy débil —señaló Jungkook abriendo sus ojos y girando su cabeza sobre el espaldar del mueble para encontrarse con la mirada llamativa de Monique por el delineado negro en la orilla de sus ojos.

Ella había sido como una especia de amiga desde el primer momento que la conoció, era mayor que él y se notaba en los consejos que siempre le daba.

—Todos tenemos nuestras debilidades Jungkook, que seas líder de un clan no quiere decir que debas ser todo el tiempo rudo y frívolo, tienes sentimientos como todo el mundo —articuló peinando el cabello de Jungkook—. No supongas cosas, ni te precipites sin antes hablar con él, quizás estás equivocado y él se siente como tú, siempre has sido una persona honesta en cuanto a sentimientos se trata, no vayas a perder eso ahora.

Jungkook sonrió de lado al escuchar las palabras de Monique, no sabía que era lo que necesitaba escuchar hasta ese momento. Monique le sostuvo la mirada por un minuto en silencio, cuando solo eran ellos dos en aquella sala VIP con Naughty Girl de Beyoncé escuchándose de fondo, lo que le indicaba que ya había iniciado el primer show de la noche; Monique seguía acariciando el largo cabello del azabache mientras ambos se miraban sin articular palabra alguna. 

—Ah, creo que debería volver, ya se hace tarde —consideró Jungkook sentándose derecho en el sillón haciendo que Monique apartara la mano de su cabello—. Avísame si pasa cualquier cosa.

—Pasa por aquí más seguido, algunas chicas nuevas quieren conocerte, sufrieron mucho en la calle y aquí están más seguras, quieren darte las gracias —le informó mientras lo acompañaba a la salida.

—¿Darme las gracias? —cuestionó Jungkook con una sonrisa ladina.

—No de ese modo, pero si quieres algo más, avísame antes —dijo golpeando levemente el hombro de Jungkook mientras éste salía del lugar.

—¿Les conseguiste un lugar? —preguntó Jungkook.

—Si, por ahora solo les permito dar los shows, pero hablamos de eso en nuestra reunión mensual, y por favor, descansa, luces agotado —señaló Monique acomodando el cuello de su camisa desarreglada.

—Adiós, Monique. —Fue lo último que le dijo antes de despedirse de ella con un beso en la mejilla, como siempre lo hacía.

Cuando volvió a la casa, no encontró a Taehyung en ella y eso le pareció raro, por lo que decidió comer solo e irse directo a la cama.

Cuando Taehyung llegó esperaba poder cenar con él, pero se enteró por su cocinera que ya lo había hecho, así que supuso que esa era la forma de Jungkook evitarlo. Mientras se preparaba para dormir pensó en la pregunta que le hizo y que él no respondió, dio vueltas y vueltas en la cama pensando que quizás había herido los sentimientos de Jungkook y era su deber hablar con él y aclarar todo.

Eran las tres de la madrugada cuando se colocó su bata para dirigirse a la recámara de Jungkook, cuando tocó solo escuchó de su parte un adelante. Descubrió que la puerta no tenía pestillo, por lo que se hizo la ilusión de que quizás lo estaba esperando.

Entró sigilosamente y lo encontró despierto recostado en su cama con su móvil en manos y el pecho descubierto. Jungkook lo miró desde su lugar sin moverse y Taehyung caminó lentamente hasta la cama, acostándose en ella boca abajo y recostando su barbilla del pecho descubierto del pelinegro que seguía con su atención en el teléfono que le impedía tener una visión total de su rostro.

—¿Podemos hablar? —preguntó Taehyung acariciando con su dedo índice el pecho de Jungkook, haciendo pequeños círculos en la zona.

Volví con un capítulo bastante largo la verdad, perdón si cansó un poquito, espero que les haya gustado👉🏻👈🏻.

En este capítulo hubo de todo un poco, cuatro nuevos personajes que los tenía bien guardadito. Tod@s pensaron que el enemigo cercano a Taehyung era Minjae, pues no mi ciela😂.

Ahora ya saben un poco de la historia de amor fallido de Tae, de los sentimientos de Jungkook y luego está Monique, ¿que piensan de ella?, ¿qué creen que pasará entre Tae y Kook?

Nos seguimos leyendo💜

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