Al día siguiente, escuchó las justificaciones de Tae-min en silencio; solo asintió y continuó como si nada hubiera pasado. Le dolía que lo tratara como si fuera ingenuo, así que decidió no armar un escándalo. Quería reunir todas las pruebas de su infidelidad para poder solicitar un divorcio irrevocable.

Su día dio un giro cuando recibió un mensaje; aunque era breve, le alegró ver ese "Buenos días, lindo" junto a un sticker de gatito. Tanto fue su alegría que incluso olvidó la decepción que sentía por su esposo. Sin pensarlo, le respondió y la conversación fluyó durante todo el día y parte de la noche.Compartieron aspectos de su rutina diaria, sus preferencias y anécdotas divertidas que les habían ocurrido; incluso el detalle más pequeño de sus vidas era significativo para el otro.

Con el paso de los meses, la relación entre Jimin y Yoongi iba fortaleciéndose. Cada vez que su esposo no regresaba a casa o tenía un viaje inesperado, se encontraban para disfrutar juntos. Visitaban museos, exploraban restaurantes, se divertían en salas de recreación o paseaban por parques sin un rumbo determinado. Cualquier lugar se convertía en el escenario perfecto para disfrutar y compartir la compañía del otro.

Jimin dejó de justificar a Tae-min, dejó de creerle sus mentiras y su corazón ya no albergaba ningún sentimiento hacia él. Mientras Yoongi se fue ganando su corazón poco a poco, se convirtió en quien lo ayudó a sanar. Fue el hombro en el que pudo desahogar cada desengaño de Tae-min y, sobre todo, fue quien lo apoyó cuando era solo fragmentos rotos por el desamor.

Con cada encuentro, Jimin sentía cómo su corazón se iba sanando. Yoongi no solo le brindaba su amistad, sino también una comprensión profunda y auténtica que Jimin nunca había experimentado antes. Con él, no existían juicios ni expectativas; solo un refugio seguro donde podía ser él mismo sin temor a ser herido.

Las risas compartidas y las conversaciones interminables comenzaron a llenar el vacío que había sentido durante tanto tiempo. Jimin se dio cuenta de que, por primera vez en mucho tiempo, podía respirar con libertad. Con Yoongi, cada día representaba una nueva oportunidad para redescubrirse, para hallar belleza en los pequeños momentos y para recordar que la vida podía ser amable y generosa.

El tiempo que pasaban juntos se convirtió en una terapia para Jimin, quien ya no vivía a la sombra de un matrimonio fallido. En su lugar, encontraba pequeñas alegrías y sorpresas en su rutina diaria con Yoongi. Cada sonrisa que compartían era un recordatorio de que el amor verdadero no debía causar dolor, sino sanar.

A medida que los días se transformaban en semanas, Jimin comenzó a darse cuenta de que sus sentimientos por Yoongi habían florecido en algo más profundo. Era un tipo de amor que no había conocido antes, uno que no exigía sacrificios ni sufrimientos. Era un amor puro, basado en la confianza y el respeto mutuo.

Finalmente, un día, mientras el sol se ponía en el horizonte, Jimin se dio cuenta de que había encontrado algo más que una amistad en Yoongi. Había encontrado un amor sincero y la oportunidad de reconstruir su vida desde el amor y la esperanza. Y en ese momento, supo que todo lo que había pasado lo había conducido a este nuevo comienzo, un comienzo donde el amor verdadero tenía su lugar.