NOTA: Este apartado luego se moverá para darle sentido a la línea temporal de la fic, pero quiero subirles algo. 

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Victoria estaba disfrutando de un té antes de dormir, ya había mandando a la cama a sus dos hijos, no sin antes haberlos bañado, dado de cenar y arropado, para terminar con un beso antes de dormir.

Y ahora ella estaba sentada en la barra de su cocina leyendo una revista mientras disfrutaba de su té.

Fue en ese momento que su celular sonó y contestó sin ver por estar concentrada en el chisme del mes.

—¿Hola?

—Preciosa —Era la voz de su esposo.

—¡Carlos! ¿Qué haces despierto? ¿No tienes carrera mañana?

Victoria para este punto sabía bien los horarios de su marido y sabía que su hora de dormir había pasado desde hace tiempo.

—Apenas voy llegando al hotel, nos tardamos trabajando en el setup para el auto; tuvieron que corrernos.

Victoria soltó una risita al escuchar eso.

—Al menos espero que todo haya quedado bien.

La rubia se puso de pie y comenzó a revisar las mochilas de sus hijos; era algo que hacía de vez en cuando porque esos niños siempre escondían cosas y ella no se daba cuenta cuando lo hacían.

—Eso espero también, ¿qué haces?

—Terminaba de cenar, tus hijos no se querían dormir y me tardé más de lo normal —Victoria escuchó como Carlos soltaba una risa del otro lado del teléfono y ella lo imitó.

—Ay esos dos.

—Me vuelven loca, pero al menos me mantienen ocupada y nunca es aburrido.

La pareja rió. Estuvieron hablando un rato de cosas sin sentido, pero al mismo tiempo lo suficientemente importante y entretenido para estar un buen rato sin aburrirse.

Carlos la extrañaba muchísimo y a sus hijos también.

Victoria ya había revisado la mochila de Mateo, su hijo menor, y ahora tocaba la de Carlitos, su primogénito.

—¿Sabes? Hoy a Mateo se le ocurrió que quiere tener una granja de cucarachas de mascota —Victoria le soltó a su esposo recordando el pequeño enfrentamiento con el más joven.

—¿Qué? Dime que es broma —Carlos no podía creer lo que Victoria enfrentaba día con día con sus hijos.

—Dice que son los insectos más geniales del planeta, que nada puede matarlos, y que quiere su fiesta de cumpleaños de cucarachas africanas.

—Dios mío ese niño —Victoria se rió.

Mateo tenía una fascinación por todo tipo de animales, pero de un tiempo acá el niño estaba entrando a una etapa de insectos. Era un pequeño muy ocurrente y Victoria siempre tenía que estar vigilando para que no tocara algún animal que pudiera hacerle daño.

—Ay no —Carlos escuchó a su esposa, la mujer había dejado de prestar atención a su esposo en cuanto encontró un papel arrugado hasta el fondo de la mochila de Carlitos.

—¿Qué pasó?

—Nada, es solo que tu hijo escondió un ejercicio donde no le fue bien.

—¿Matemáticas? —El piloto asumió sabiendo que los números no eran el fuerte de su pequeño

—Sociales, al parecer.

—¿Sociales?

—No sé bien qué materia es, pero la cosa es que la pusieron 8.

—¿8? Esté en preescolar por Dios —Carlos se quejó —¿Cuál es la necesidad? ¿En qué se equivocó?

—Si me dejaras revisar, tal vez podría decirte —Victoria se quejó mientras leía con atención los ejercicios.

Carlos guardó silencio, mientras tanto la rubia no entendía porqué le habían marcado error uno fue hasta que le dio vuelta a la hoja, que se dio cuenta.

El ejercicio consistía en nombrar a los integrantes de tu familia y luego realizar un árbol genealógico, fue ahí donde Carlitos se equivocó y Victoria soltó una carcajada al ver el error.

—¿Qué? ¿Qué pasó? —Carlos preguntó al escuchar la risa de su mujer.

—Tu hijo no sabe cómo me llamo; ese fue su error.

—¿Bromeas?

—No, el ejercicio consistía en armar tu árbol genealógico y en el espacio de la mamá, puso "preciosa".

Fue entonces, que Carlos se rió con ella, normalmente Carlos no llamaba a su esposa Victoria, a menos que pelearan, lo cual procuraban no hacer frente a los niños.

Frente a los niños Carlos llamaba a Victoria: mamá, mami, mi vida, mi amor y el apodo que más utilizaba, preciosa.

Siempre preciosa.

—¿Y ahora qué hacemos? —Carlos preguntó en plural sabiendo muy bien que no podía hacer nada él por estar lejos de su familia, pero esperando que Vic entendiera que la apoyaría en lo que ella decidiera.

—Supongo que tendré que presentarme mañana con Carlitos —De nuevo, la pareja soltó una risa.

—Ay amor —Su marido soltó recuperando la respiración —No quiero dejarte, pero estoy cansado. Mañana te marco y me cuentas cómo terminó esto. Te amo.

—Adiós, guapo. Te amo.

—Adiós, Victoria —Carlos dijo divertido y la mujer negó al escucharlo; sonaba raro que él la llamara por su nombre.

—Ni se te ocurra llamarme así frente a los niños.

Carlos rió nuevamente al escuchar su molestia.

—Adiós, preciosa. Descansa.

—Descansa, amor.

Y una vez que colgó, Victoria supo que no podía enojarse por esa mala calificación porque ella ya había ganado en la vida, lo suficiente para que su hijo creyera que su nombre era "preciosa" por lo mucho que escuchaba a su padre llamarla de esa forma.

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Hola, sé que ando desaparecida, varias cosas pasaron en mi vida pero saben que amo escribir y jamás las abandonaría. Es por eso que les dejo el primero de dos capítulos que subiré. No siguen la línea de tiempo pero de verdad me muero por dejarles algo. 

Ya luego iré acomodando todo.

Las amo

Fer <3