[?] Mamá y papá pelean
NOTA: Este apartado luego se moverá para darle sentido a la línea temporal de la fic, pero quiero subirles algo.
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—No, Carlos. Y es mi última palabra —Victoria estaba furiosa, que no gritara no significaba que estuviera menos enojada.
—No puedes simplemente decirme que no, soy su padre también, Victoria.
En ese momento sus dos hijos estaban jugando en el jardín, así que ambos padres trataban de no gritar para no asustarlos.
—Quedamos en algo, no entiendo ¿por qué quieres cambiarlo?
—Porque quiero que mis hijos vean a su padre trabajar.
—Te ven por la tele, la mayoría de las carreras.
La cantante se revisó sus uñas, como si ese argumento fuera suficiente.
—Sabes muy bien que no es a lo que me refiero, quiero llevarlos a que vean el monoplaza, que conozcan el ambiente —Carlos alzó la voz ganándose una mala mirada por parte de su esposa. Al verla, bajó la voz, pero el sentimiento era el mismo —Los voy a llevar al GP de España, quieras o no y es la palabra final.
Oh-oh.
Victoria estaba que echaba fuego, si había algo que Victoria odiaba y era que Carlos cambiara de ideas a la mera hora, normalmente era algo que no hacía a menudo, pero cuando sucedía, la volvía loca.
Existía un acuerdo de la pareja desde que tuvieron a su primer hijo y ese era, no fotos en Instagram, esconderlos de los paparazzis y la prensa, y sobre todo, no salidas públicas, tanto del trabajo de Victoria como el de Carlos.
Lo que significaba no llevar a los niños a premiaciones, conciertos o a grandes premios.
—Ni se te ocurra sacar a los niños de la casa sin mi permiso, ¿quién los va a cuidar si no voy yo? Porque con este comportamiento, ni yo iré.
—Mis padres los cuidarán, gracias —Carlos se cruzó de brazos.
Victoria estaba por responder cuando Mateo llegó gritando: —¡Mamá! ¡Mamá! Mira —Y abriendo sus manos les enseñó un saltamontes que había atrapado del jardín, era enorme, Victoria casi grita al verlo.
—Mateo, no lo sueltes, no quiero que se —Y antes de que pudiera decir algo, el saltamontes brincó de las manos de su hijo y se fue directo a la sala.
—¡Mateo! Agárralo —Carlos intentaba sacar al saltamontes de su hijo mientras el niño le sonreía a su madre completamente apenado.
—¡Carlos ven a ayudar a tu hermano! —Victoria le gritó a su hijo mayor, quien seguía jugando fútbol en el jardín.
Carlitos llegó hasta ellos, en la sala, Carlos padre y Mateo se agachaban por todo lados persiguiendo al saltamontes, Carlitos comprendió qué sucedía, su hermanito había soltado uno de sus animales y mamá no estaba contenta.
Victoria se mantenía alejada lo más que podía, pero estaba al pendiente de que sus gatos no se aparecieran o se iban a comer al saltamontes y la última vez que Bolillo hizo eso, Mateo no dejó de llorar por 20 minutos.
—No lo encuentro, papá —Carlitos no era fan de los animales, como su hermano menor, pero al menos los toleraba más que su madre.
—Sigan buscando chicos, no pudo haberse ido lejos o su madre no nos dejará descansar hasta que los saquemos de la casa —Carlos no tenía tiempo para esto, quería seguir peleando con su mujer.
—Mateo, será mejor que lo agarres antes de que Bolillo lo encuentre —Carlitos le advertía a su hermanito mientras que el menor de los Sainz se asustaba y comenzaba a buscar como desesperado.
—¡No! No, no, amiguito, ¿dónde estás? Amiguito, ven acá.
Mateo le hablaba al saltamontes como si fuera a responderle
—¿Ya lo encontraron? —Victoria preguntó y los tres chicos Sainz voltearon a verla.
Carlitos y Mateo abrieron mucho los ojos y Carlos padre supo que si Victoria se daba cuenta que tenía el saltamontes en sus jeans iba a gritar como nunca.
—Amor —Carlos comenzó a acercarse hasta su mujer —No te muevas.
Victoria supo de inmediato que el animal estaba cerca —Ay no, ¿dónde está?
—No te muevas —Nuevamente, Carlos caminaba en cámara lenta esperando que el animal no se asustara y Victoria estaba completamente estática, no quería estar cerca de esa cosa.
En cuanto estuvo lo más cerca de ella, Carlos brincó para atraparlo, pero el animal le ganó y brincó hacia arriba, hacia la playera de su esposa ocasionando gritos de pánico por parte de ella.
—¡Carlos! ¡QUÍTAME ESTA COSA! —La cantante no dejaba de moverse de un lado a otro.
—Lo haría si dejaras de brincar —El piloto solo estaba esperando a que Victoria se detuviera, pero la mujer había entrado en pánico, después de un rato se calmó y Carlos pudo agarrar al bicho —Mateo, ten tu cosa esta.
El menor de los Sainz se acercó hasta su padre y aceptó al saltamontes
—Y más vale que no se te vuelva a escapar, jovencito o dejaré que los gatos se lo coman —Ante la amenaza de su padre, Mateo salió corriendo de ahí, directo a su cuarto donde tenía miles de cajas para colocar a sus mascotas mientras estaba con ellas y que luego liberaba.
—¿Ya puedo ir a jugar? —Carlitos le preguntó a sus padres y ambos asintieron.
—¡Dios! ¿Cómo es posible que siempre ande agarrando animales como si nada? Algún día se va a encontrar con algo que no debería de tocar —Victoria hablaba asqueada recordando la experiencia.
—Ya le advertimos cuales no debe de tomar —El piloto le recordaba a su mujer.
—Los detesto.
Carlos sonrió divertido al ver a su mujer —Cof cof karma cof cof.
Después de ese comentario, la cabeza de Victoria se giró a verlo como si la niña del exorcista se tratara —¿Qué fue lo que dijiste?
—Nada —Su marido se apresuró a responder con una sonrisa cínica en la cara —Solo digo que cuando me tratas mal...
—Ni se te ocurra, Carlos —La rubia lo señaló volviendo a su mal humor —Sabes que quedamos en algo.
—Sé que quedamos en algo, pero entiéndeme Victoria. Me quedan pocas carreras, no sé cuántas temporadas más estaré en Fórmula 1 y quiero que mis hijos me vean aunque sea una vez.
La rubia no dijo nada ante las palabras de su esposo, era algo muy difícil para ella, porque lo último que Victoria quería es que sus hijos fueran expuestos al público desde una edad tan temprana como ella.
Y Carlos lo sabía, y al inicio había accedido, pero ahora quería llevarlos al paddock, pasearlos, que fueran con él en el desfile de pilotos (que no sabía si eso se podía hacer), mostrarles el motorhome y el garaje y Victoria solo podía pensar en cuántas cámaras habría apuntándoles.
Victoria seguía completamente en silencio y después de un rato, completamente seria a su esposo le dijo —Tengo cosas que hacer, hablamos luego.
Carlos sabía lo que eso significaba: pelearemos luego.
—Cuida a los niños, voy a mi estudio a trabajar —Victoria no espero respuesta de Carlos y se metió a su habitación.
Carlos sabía por qué Victoria se ponía tan a la defensiva, pues recordaba que la cara de Victoria ya aparecía en los periódicos desde que su madre la hacía participar en los certámenes de belleza infantiles, pero Carlos también recordaba ir con su papá a su trabajo y no recordaba que le molestara las fotos.
Claro que en los tiempos de Carlos no todo mundo tenía un celular a la mano.
Era un arma de doble filo, porque por otro lado, Victoria no quería prohibirles esta experiencia a los niños, todos los demás papás podrían llevar a sus hijos a conocer su trabajo ¿por qué ellos no?
Ella estaba terminando unas cosas cuando su puerta sonó.
—Adelante —La puerta se abrió dejando entrar a su hijo mayor.
—¿Mami?
—Mi amor, ¿qué pasó? —Victoria estiró sus brazos para recibir a su hijo.
—Papá dice que ya está la cena.
Carlitos, con su cabello dorado y los ojos de su esposo se acercó hasta ella y se dejó sostener por su madre, Victoria lo sentó en sus piernas para que ambos vieran la computadora.
—Me gusta ese color —Carlitos señalaba unas decoraciones que Vic estaba revisando para la cafetería que abriría.
—¿Te gusta? —La cantante miró a su hijo y lo comenzó a llenar de besos —A mi también me gusta.
—Me gusta más este verde —De nuevo, su hijo señaló otras decoraciones.
Vic comenzó a enseñarle algunas otras ideas para ver qué opinaba su hijo, le gustaba pasar tiempo con ellos y siempre trataba de darles el mismo tiempo a los dos.
Minutos más tarde, Carlos llegó hasta el estudio y vio a mamá e hijo discutiendo sobre qué tipo de cubiertas llevarían las sillas de su cafetería. Carlitos tocaba todas las muestras y opinaba sobre los colores.
—Creí haberte dicho que trajeras a su madre, no que te quedaras con ella —La voz de su padre hizo a Carlitos abrir mucho los ojos al igual que su mamá.
—Me estaba ayudando —Vic se metió a defender a su hijo —Fue mi culpa.
Carlos sonrió, no podía mantenerse mucho tiempo molesto con ella.
—Carlitos, ve con Mateo y lávense las manos, por favor —Carlos le pidió a su hijo y el pequeño se fue corriendo sabiendo que era lo mejor.
Carlos padre se recargó en el marco de la puerta, completamente derrotado por su mujer —Ya lo pensé, no tienes que llevarlos, quedamos en algo cuando Carlitos nació y pienso cumplirlo.
Victoria sonrió y luego le indicó a Carlos que se sentara con ella donde previamente estaba su hijo.
—Yo también ya lo pensé y no es justo de mi parte prohibirles esto, ni a ti, ni a los niños —Carlos sonrió al escuchar las palabras de su esposa —Pero, no quiero que les tomen fotos, y con fotos me refiero a los reporteros oficiales de ahí y mucho menos que los pasen por la transmisión.
—Hablaré con ellos —Carlos sonrió a su esposa calmándola.
Victoria se acercó hasta él recargándose en su pecho, aventando las muestras de tela al suelo.
—Sé que no puedo evitar que la gente lo haga, pero quiero que entiendas que buscaré protegerlos de ese mundo, Carlos —Victoria hablaba bajito.
Desde que ella se había dedicado a sus hijos, alejándose de los escenarios, una parte de ella descansó muchísimo y disfrutaba ese mundo más calmado, no quería que sus hijos sufrieran lo que ella.
—Yo lo sé, y créeme que no es mi intención que los vean, solamente quiero compartirles mi vida, tú pasas tanto tiempo con ellos que a veces siento que no los conozco —Carlos atrajo más a su mujer y Victoria se sintió en el cielo, odiaba pelear con su marido —Te prefieren más a ti.
—Sabes bien que no es cierto.
—Mateo te enseñó su saltamontes a ti, y Carlitos se ofreció a venir a buscarte.
Carlos amaba su trabajo, pero odiaba estar lejos de ellos, es por eso, que el retiro ya comenzaba a resonar en su mente.
—Mateo me enseñó su bicho ese porque sabe que los detesto y lo hace para molestarme y Carlitos viene porque le gusta ver que es lo que hago aquí —Victoria no quería que su esposo se sintiera mal o culpable, porque ese no era el trato —Los niños te extrañan mucho cuando te vas y créeme que no me prefieren cuando soy yo quien los está regañando todo el tiempo cuando no estás.
Estuvieron un rato así hasta que escucharon risitas y pasos venir hacia ellos.
—Ahí vienen nuestros terremotos —Carlos comentó, pero ninguno de los dos se movió.
—Creí haberte dicho que trajeras a mami, no que te quedaras con ella —Carlitos hizo una mala imitación de Carlos, sacando el pecho, con sus puños en sus caderas y el ceño fruncido mientras Mateo se reía a carcajadas.
—¿Acaso este niño me está imitando? —Carlos preguntó divertido viendo a su mujer.
—Creo que sí, guapo —Victoria estaba reteniendo una sonrisa.
—Ah no jovencito, no lo permitiré —Carlos se puso de pie moviendo a Victoria de su pecho y yendo a perseguir a sus hijos mientras los pequeños salían corriendo riendo a más no poder.
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Bueno, este está más largo y de verdad siento mucho alejarme. Es solo que la uni me tiene muy ocupada, pero de verdad que trataré de estar más presente y escribir más.
Las amo y gracias por la paciencia
Las amo
Fer<3
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