La hiperactividad y el Imperativo
Esta entrada, será muy larga. Poneos cómodos, por favor.
Me encuentro mucho —muchísimo— este error en Wattpad, lo cual me molesta porque lo he visto incluso en textos que eran ricos en léxico y muy decentes en cuanto a ortografía y gramática. Y la verdad, es un poco chocante ver que haya dificultad con este tema. Pero, como todo, se corrige con explicarlo.
Es algo que considero importante que tratemos, porque al escribir os puede venir muy bien. Luego hablamos de cómo aplicarlo al escribir.
He encontrado muchas variantes, así que primero vamos a conocer la palabra correcta: hiperactividad.
¿Qué es la hiperactividad?
Es un trastorno del que hay varios tipos (luego lo vemos). En todos ellos, de base conlleva exceso de energía, movimiento constante y problemas de concentración.
De hiperactividad, sale hiperactivo si el personaje es masculino e hiperactiva si es femenino.
Y ya, no hay más opciones. Ahora, os voy a enumerar las palabras mal empleadas que he visto aquí tratando de usar hiperactividad e hiperactivo/a. Sólo una existe, las otras no.
✔️Imperativo: Wikipedia nos dice "El modo imperativo es un modo gramatical, empleado para expresar mandatos, solicitudes, ruegos o deseos".
También se puede usar como adjetivo, en caso que queramos hablar de alguien que manda, ordena, que tiene cierto poder sobre otro. Por ejemplo, «El imperativo hombre lo mandó a encerrar. No en vano era el gobernador».
Y, para rematar, para remarcar importancia o urgencia. Por ejemplo, «¡Es imperativo que lo encontremos ya, o morirá!».
❌Imperactivo: no existe.
❌Imperactividad: no existe.
❌Himperactiva: no existe.
Como podéis ver, la única que existe no tiene nada que ver con el tema de la hiperactividad.
Truco para recordar la palabra correcta: divide la palabra en dos, tal como la pronuncias.
⬇️
Hiper
+
Actividad (o activo/a)
Fácil, ¿cierto?
〰️〰️〰️
Bien, ahora que ha quedado claro cómo se escribe correctamente, vamos a conocer el trastorno y luego veremos cómo usarlo como recurso para crear a nuestro personaje.
Distintos tipos de hiperactividad:
🔸"Normal", el básico, por así decirlo: Como decíamos, la persona (habitualmente niños, al hacernos mayores lo controlamos) tendrá mucha energía, no parará de moverse, se distraerá con facilidad.
🔸Hiperactividad agresiva: no significa que va a pegarle a todo el que se cruce, pero sí provoca que se tenga una actitud muy defensiva por lo que, en resumen, se enfadará por todo y será reaccionario. Al hablar, se podrá sentir cierta agresividad. En algunos casos pueden llegar a más, claro.
🔸Hiperactividad con déficit de atención (TDAH): a mi parecer, la peor versión del trastorno. Quien lo tiene no puede concentrarse bien, se despista por nada y se estresan mucho por esto, aunque lo callan. Muchas veces son personas muy inteligentes, pero les cuesta mucho canalizar la atención y en la escuela no les va tan bien como quisieran. Se les tienen que decir las cosas "en corto" porque, si nos extendemos al pedir algo o dar una orden, se perderán a la mitad.
Es habitual que canalicen esa energía extra a través de manos o pies, por ejemplo moviendo continuamente un lápiz con los dedos, un muñeco con ambas manos o un pie golpeando en el suelo sin parar. Y no se cansan, no. Son movimientos que acaban siendo molestos para quienes los rodean, pero para ellos son necesarios.
Es importante saber que este trastorno, aunque sea fácil de ver sabiendo los síntomas, debe ser diagnosticado por un especialista. En mi zona de residencia, por ejemplo, primero vas con el pediatra (que si es bueno, se dará cuenta en cuanto vea al niño). Él te dará unas hojas impresas, que son test. Uno lo rellena la familia, el otro el centro escolar al que asiste el niño. Después, se lo devuelves al médico, el cual lo revisará y te programará (o agendará la programación) con el neurólogo. El neurólogo le pondrá unos parches con cables (no sé cómo se llaman técnicamente) al niño y hará su revisión. Basándose en sus pruebas y los test —y en caso de que realmente el niño tenga hiperactividad— dará el diagnóstico con el tipo exacto.
Bien, ¡ahora conocemos el trastorno lo suficiente! Vamos a ver cómo aplicarlo al escribir.
Primero, debes averiguar el proceso de diagnóstico del país del personaje, porque si inesperadamente sale el tema en la historia no querrás estar falto de información.
Luego, ten en cuenta su forma de actuar. Integra los movimientos repetitivos cuando hables de él, de tanto en tanto. No es necesario repetir mil veces que es hiperactivo, ojo. Pero, de vez en vez, es adecuado dejar caer algo al respecto.
Por ejemplo, un adolescente hiperactivo tirado en el sofá no estará completamente quieto como haría otro. Tendrá en movimiento un pie, o una mano que sujete algo, o no podrá evitar retorcerce él solo los dedos (sin hacerse daño, es hiperactivo, no masoquista). Por tanto...
«Álvaro se quedó en casa esperándola, recostado en el amplio sofá con un pie descolgado que movía arriba y abajo inconscientemente. No daban nada bueno en la tele pero, en realidad, le daba igual. Finalmente, tras una hora y veinte minutos, ella llegó y se pusieron a hacer los deberes».
Creo que con ese ejemplo se comprende el punto.
Si tu personaje va a tener hiperactividad agresiva, deberás trabajar eso igual que lo anterior, dejando pequeñas pistas sobre ese rasgo cuando hables de él. Por ejemplo, reacciones ante un regaño:
«Álvaro estaba en el aula, sentado en la silla con la mirada fija en la pizarra y un lápiz sacudiendo sin parar entre los dedos, cuando el profesor lo retó.
—¡¿Pero qué dices?! ¡Si no he hecho nada! —Exclamó molesto.
—Señor Hernández, contrólese, que no está en su casa. Deje el bendito lápiz y cállese.
—¡Venga, hombre! —Dio un golpetazo con el lapiz sobre la mesa y resopló irritado.
—A dirección, señor Hernández.
—¡Anda a la mierda, señor García! —Espetó el adolescente, levantándose y abandonando el aula».
¿Se entiende el punto?
Llevamos ya controlado el movimiento y la reacción, pero ¿y cuando tienen déficit de atención?
En ese caso, deja en claro que se le tienen que repetir las cosas porque olvida una parte, o que hay asignaturas o tareas que le cuestan más que otras. Por ponernos en situación, os voy a hablar de mi hijo mayor.
Él tiene hiperactividad agresiva con déficit de atención, ahora con 21 años es distinto de cuando era niño. De bebé, yo lo cogía en brazos y bailaba con él por casa con la música muy alta. Él, ni se immutaba. Cuanto ya jugaba en el suelo, separaba él solo los juguetes. Unas veces, por colores; otras, por tipo (una pila con coches, otra con piezas lego grandes, otra piezas de madera de distintas formas). Nadie se lo enseñó, fue cosa suya. Se ponía cerca de la esquina del salón, dándome la espalda y mirando a la pared, y allí jugaba a separarlo todo. No apilaba las piezas lego ni hacía rodar los coches, sólo las juntaba. Hubo gente que me dijo que era autista, pero nunca lo creí.
Caminó pronto, le salieron los dientes pronto y muchas otras cosas también fueron rápidas. Su primera palabra fue "galleta", entera, completa y bien pronunciada. Desde ahí, cuando hablaba —que no era muy hablador—lo hacía bien. Cada vez era más movido pero, al mismo tiempo, no daba un ruido. Empezó la guardería y nos dimos cuenta de que no era muy sociable, se quedaba solo en el baúl de los libros en vez de ir con los otros a la hora del cuento y cosas así. Entonces, se resfrío. Ese maldito resfriado se complicó muchísimo, estuvo más de nueve meses enfermo del tirón, tuvo bronquitis, otitis y todo lo que puede darte fiebre. También vegetaciones. No escuchaba bien, aprendió mal algunas palabras y, un día, una niña se burló de él. ¿La reacción de mi hijo? Dejar de hablar. Así, radical.
Yo no entendía lo que había pasado, pero en la guardería me dijeron que lo llevase al logopeda y ahí que fui.
Su mutismo duró hasta los tres años y medio más o menos.
En el colegio, tampoco era sociable sino más bien reaccionario y no dejaba ni que lo mirasen si sentía que lo miraban mal. A mí, muchas veces me recordaba a unos primos míos que eran hiperactivos y no paraban quietos, pero más rabioso. Lo dije varias veces y nadie me hacía caso. Finalmente, pedí que le cambiasen el pediatra y le pusieron uno argentino que fue gloria dar con él. Yo le expliqué mis sospechas, se hizo todo el procedimiento y sí, salió del neurólogo con su diagnóstico.
Estuvo desde los 2 hasta los 9 años yendo al logopeda, porque no hablaba o no lo hacía bien. Cuando le corregían, respondía "lo que sea" y se cruzaba de brazos y se negaba a trabajar. No podía aprender bien a leer o escribir, y además era tremendamente "movido". Era un as con las matemáticas, pero las lenguas eran su punto débil. Tuvimos que hacerlo repetir curso en segundo de primaria porque tenía que coger el nivel de habla, lectura y escritura para seguir sin riesgo a frustrarse. Aun así, lo hizo. Tuvo que lidiar con mucha incomprensión, y él también se negaba a comprender y luchar por mejorar sus problemas. Tuvo tartamudeo evolutivo, que es un tipo de tartamudeo en el que la velocidad de pensamiento y la de pronunciación no encajan, en versión resumida.
Le encanta la historia antigua, la mitología y todo eso. Y lee mucho, claro, pero cuando era pequeño era imposible. Sufría sólo por tener que ir a clases. Lloraba al hacer los deberes. Odiaba los dibujos en los que te enseñan cosas. Se enfadaba cuando le decías que había seguido mal alguna orden. Olvidaba siempre un paso de las cosas (por ejemplo, iba al baño, se limpiaba, se colocaba la ropa, lavaba las manos y se iba, olvidando o bien tirar de la cadena o bien apagar la luz) porque tenía en su mente lo siguiente a hacer después. Y, absolutamente siempre, tenía que tener algo girando en las manos.
Hoy en día, con 21 años, sigue necesitando algo girando en las manos, habla con absoluta normalidad, puede controlar más su reacción cuando algo le molesta pero sigue habiendo ese aire agresivo, ¿sabéis? Ahora es extremadamente sociable, pero lo que se dice verdaderos amigos tiene pocos y buenos (literalmente tres). Se sacó sus estudios, pero en la escuela de adultos en lugar de en el instituto. Y se sacó el carné de conducir, con el teórico a la primera pero el práctico a la segunda.
¿Por qué os he contado todo esto? Porque quiero que lo enfoquéis como un personaje más de entre los que he creado. Imaginad el personaje y olvidad que he dicho que tiene hiperactividad. Ahora, pensad sólo en todo lo que he explicado sobre él. Todas esas pistas que siempre habían estado ahí pero la gente alrededor del niño no asumió como parte de un trastorno y otras que, yo misma, no vi en su momento sino que cobraron sentido después.
Pues eso, es lo que quería enseñaros de cómo crear un personaje con este trastorno. ¿Quién podía saber que un bebé que no apilaba los legos o un niño que hizo un mutismo iban a ser hiperactivos con déficit de atención? ¿Quién pensaría, sin conocerlo, que su tartamudeo ocasional venía de ahí? O, para más guasa, ¿quién hubiese asumido que ese continuo movimiento de las manos estando tirado en el sofá sin hacer nada sería por exceso de energía?
Esas pequeñas cosas, son las que crearán tu personaje hiperactivo sin que nadie se dé cuenta pero, cuando lo desveles, todo encajará. Y, si no lo desvelas nunca, al menos le habrás dado cierta profundidad, que eso es muy importante.
🔸🔸🔸
En fin, creo que hasta aquí ha dado el tema. De ejercicio para el que quiera trabajar este tema, podríais crear un texto en el que uno de los personajes sea hiperactivo. Quisiera ver con qué pistas lo integráis.
Por cierto, creo que me quedo a Álvaro para una de las historias derivadas de La consulta de Ona. Creo que se merece un hueco, me ha caído bien. Querida Lady, ¿qué opinas?
¡Hasta la próxima entrada!
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