Los lazos se forman cuando un Alfa muerde la unión entre el cuello y el hombro de un Omega o Beta, usualmente durante el coito para provocar menos dolor. Después de la mordida, la marca cicatrizada se queda ahí para siempre. Eso significa que el Omega o Beta ha sido reclamado y ahora está unido con un Alfa. Esta unión solo puede darse entre relaciones Alfa/Omega y Alfa/Beta, aunque existe un pseudo-enlace que son capaces de crear los Betas entre ellos. El lazo técnicamente no es posible en relaciones Omega/Omega, Alfa/Alfa y Beta/Omega.

Los lazos unen las almas de la pareja, reconociéndose mutuamente como compañeros para toda la vida. Al solo poder romperse con la muerte de uno de los dos, está mal visto hacer el lazo a la ligera con cualquiera. Hay que estar seguro de ello.

El lazo otorga ciertos "poderes" especiales, entre los que se encuentra saber a qué distancia (más o menos) se encuentra la otra persona sin necesidad de verlo, conocer su estado de ánimo sin siquiera tener que mirarle y, estando en la forma de lobos, la capacidad de comunicarse telepáticamente. Esto se cumple tanto en las relaciones Alfa/Beta, como en las Alfa/Omega.

Los Betas tienen un pseudo-enlace o pseudo-lazo que crean ellos mismos para unirse entre sí; aunque no funcionan exactamente igual que los lazos normales, ya que los verdaderos lazos como tal solo los puede crear un Alfa. En estos casos, los Betas se muerden mutuamente durante el coito, quedando en ambos una marca. Sus almas también se unen, aunque no tan intensamente como en los lazos de los Alfas. Desarrollan poderes, pero también más disminuidos: ellos solo podrán sentir la presencia del otro y conocer a qué distancia se encuentran, además de que tan solo en su forma lobuna podrán conocer qué siente el otro. Los Betas pseudo-enlazados no podrán leerse la mente bajo ningún concepto. Es por todo esto que su lazo no se considera "auténtico".

Como ya se ha dicho, los lazos solo se rompen con la muerte de uno de los dos miembros. Esta ruptura suele destrozar al integrante que queda vivo, el cual entra en una profunda depresión y usualmente acaba quitándose la vida por no ser capaz de vivir sin su pareja. Sin embargo, hay casos de quienes son capaces de sobrellevarlo, aunque está mal visto socialmente que rehagan su vida con otra persona después de ello.

Cuando la pareja se muere, si sobrevive el que lleva la mordida, ésta se verá negra, como si la piel estuviese podrida o quemada.

Si otra persona muerde a alguien que ya está enlazado, automáticamente el enlace se corrompe y hace enfermar a ambas parte de la pareja. Ambos acabarán muriendo con el paso de los días, primero sus lobos y luego sus yos humanos. Es imposible salvar a las parejas que sufren de una corrupción en su lazo.