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Revelación de (sub)género

Esta es una de las primeras decisiones que debemos tomar al momento de escribir una novela: ¿Qué emoción predominante quiero que transmita mi historia?

¿Les ha pasado que intentan escribir algo policial oscuro pero termina siendo una comedia? O al revés, ¿intentaron hacer algo alegre y los personajes se desvivieron después de experimentar una serie de tragedias?

Para solucionar eso, aquí les traigo una explicación de cómo elegir y construir el subgénero de una novela.

Al final les dejaré una ficha que les ayudará en esta etapa de la planificación.


GÉNERO Y SUBGÉNERO

Primero, una aclaración: nunca uso el término «género» porque «Géneros literarios» es el nombre que recibe la categoría grande que agrupa los tres textos literarios:

1. Narrativo: Aquí están las novelas, cuentos, leyendas, fábulas, mitos, etc. Son textos escritos en prosa, divididos en párrafos, que cuentan una historia ficticia a través de un narrador.

2. Lírico: Son poemas y canciones. Están escritos en versos agrupados en estrofas. En vez de narrador, hay un yo lírico que expresa un sentimiento o cuenta una historia de forma melódica.

3. Dramático: Son las obras de teatro y los guiones de las películas. Cuentan historias en forma de diálogos y acotaciones (acciones y emociones que recrean los actores, se escriben entre paréntesis).

Cada género tiene sus propias reglas. Por ejemplo, cuando escribimos una novela o un cuento, debemos poner los diálogos con guiones largos:

—¡Hola! —exclamó Lola—, ¿cómo estás?

—Omite intro y pídeme el favor que necesitas —dijo Mento a la defensiva.

—Uy, andamos sensibles hoy.

Si escribimos una obra de teatro, hay variaciones según la editorial que lo imprima, pero en general se escribe el nombre del personaje al inicio con mayúsculas, dos puntos y el diálogo:

LOLA: (Se acerca, sonriendo) ¡Hola!, ¿cómo te trata la vida?

MENTO: Como si estuviera de sumiso en una sesión de sadomasoquismo sin saberme la palabra de seguridad. ¿Qué quieres?

LOLA: Me alegra que estés bien. ¿Me prestas dinero?

En ambos casos, cuando habla otro personaje se empieza un nuevo párrafo, hay un punto aparte.

Ya me fui por las ramas. En fin, por eso es incorrecto decirle «género» a las categorías como terror, misterio, romance, histórico, etc. porque son «subgéneros» o «tipos» de novelas.

No nos vamos a meter en las clasificaciones de los textos no literarios porque no vienen al caso, pero tengan en cuenta que las palabras como «género», «subgéneros», «tipologías» y «clases» tienen distintos significados dependiendo de en qué contextos se usen. Este que les acabo de contar es sobre textos literarios.


LOS SUBGÉNEROS DE LA NOVELA

La novela es una clase de texto muy complejo porque mezcla todos los géneros literarios al meter una canción o un par de versos, diálogos y momentos donde solo se narra lo que sucede.

Predomina lo narrativo, pero en realidad tiene todos. En mi caso, como en mi adolescencia empecé leyendo muchísimas obras de teatro, mis novelas tienen montones de diálogos.

Ahora sí, hablemos de algunos subgéneros de la novela:

Romance: Son historias centradas en el amor, en desarrollar toda una relación amorosa entre dos (o más) personajes.

Humor: Buscan divertir al lector a través de situaciones absurdas, personajes excéntricos o diálogos ingeniosos. Pueden (y deben) tener momentos serios o tristes, pero la mayoría de los capítulos pretenden hacer reír.

Fantasía: Todo gira en torno a la magia, sus causas y efectos. Incluyen elementos imaginarios, criaturas míticas y mundos con sus propias reglas.

Terror: Su objetivo es provocar miedo y suspenso en el lector, con frecuencia explorando temas oscuros, sobrenaturales y/o repulsivos.

Sobrenatural: Todo se centra en una criatura del otro plano (fantasma, ángel, demonio u otro espíritu), que está causando estragos en la vida del protagonista. Suelen inclinarse a la fantasía, la ciencia ficción o el terror.

Histórico: Están ambientadas en una época del pasado, respetando sus costumbres y nivel tecnológico. A veces son fieles a la realidad, recreando eventos y personajes que de verdad existieron, pero es natural (y recomendable) tomarse licencias artísticas y mezclar la realidad con mucha ficción.

Autobiográfico: Están basadas en la vida del autor, aunque pueden incluir elementos ficticios, exageraciones o interpretaciones muy subjetivas para hacerlas más interesantes.

Ciencia ficción: Tienen un nivel superior de tecnología que todavía no existe en nuestro mundo y todo se explica con la ciencia (nada de magia). Exploran el impacto de la ciencia y la tecnología en la sociedad, sus personajes pueden o no ser humanos, y con frecuencia suceden en futuros distópicos o en otros planetas.

Misterio/Policial: Centradas en resolver un enigma o un crimen, donde un investigador (detective o aficionado) debe ir desentrañando distintas pistas.

Thriller/Suspenso: Su objetivo es mantener en tensión al lector mientras el protagonista debe resolver un misterio espeluznante o sobrevivir a situaciones peligrosas. A veces está a mitad de camino entre el terror y el misterio.

Aventura: Suelen centrarse en un largo viaje donde el protagonista vive momentos de acción, emoción, peligros o desafíos antes de llegar a su destino.

Realista/ficción general: Cuentan una historia de la vida cotidiana, sin magia ni ciencia ficción ni exageraciones. Puede tener algo de misterio, humor, romance, acción, etc., pero ninguno predomina.


LAS VARIACIONES Y LOS HÍBRIDOS

La verdad es que no existen las novelas donde esté presente un solo subgénero. Lo habitual es mezclar todo un poco: momentos donde el protagonista siente miedo, varias escenas graciosas, un romance en medio de la investigación policial o del viaje de autodescubrimiento, etc.

Cada subgénero tiene subcategorías. La clasificación es tan enorme que no podría escribirla en un solo artículo porque sufrirían una sobrecarga de información.

Por ejemplo, dentro del romance encontramos el dark romance (romances oscuros, salvajes, tóxicos o complicados) y el cozy romance (historias acogedoras, cursis, tiernas, dulces). Cuando predomina tanto el humor como el romance aparece la comedia romántica.

Ni hablar de las distintas formas de ciencia ficción como el Steampunk (ciencia ficción con estética de la época victoriana), el Ciberpunk (futuros dominados por la tecnología, la ia y corporaciones poderosas con una gran parte de la sociedad viviendo en extrema pobreza), pero sí me gustaría darles a conocer la existencia de la ciencia ficción blanda y la ciencia ficción dura.

Una nos dará todo un discurso convincente, realista y técnico sobre el origen del virus que hará mutar a los humanos; la otra simplemente nos dirá que científicos estaban en un laboratorio cuando se les escapó una sustancia nueva. La CF dura es cuando el autor estudia muchísimo la ciencia actual, es riguroso, usa palabras técnicas, explica todo como un científico experto. En la CF blanda todo se explica de forma más sencilla y lógica, a veces de forma superficial porque su objetivo es centrarse en otros elementos de la trama. Ambas son igual de preciosas y deben respetarse (en lo personal prefiero la segunda).


¿PARA QUÉ ENCASILLARSE?

Cuando decidimos escribir una novela es importante elegir el subgénero porque nos sirve para orientarnos hacia lo que deseamos conseguir y la emoción que nos gustaría despertar en los lectores. Es como decidir desde el inicio la paleta de colores con la que pintaremos nuestro cuadro.

Si mi objetivo es escribir humor, voy a centrarme en las desventuras de mis protagonistas y no me distraeré tanto en el dolor que le causa su familia problemática. Si quiero hacer una historia de aventuras, puedo incluir romance pero no pasarme más de la mitad del libro contando sobre las citas alegres que compartieron los protagonistas en un mismo lugar.

En todo caso, si veo que la obra se está inclinando a otro subgénero, me lanzo de lleno a ese y descarto el que tenía en mente al principio. Después editaré los primeros capítulos ya escritos para que todo tenga el mismo aire. ¡Eso también está permitido!


PALABRA CLAVE: ATMÓSFERA

La atmósfera es el clima emocional que envuelve una historia, la sensación general que despierta en el lector.

Es la clave para construir el subgénero que pretendemos, y la razón por la que a veces nuestra comedia romántica termina pareciendo una historia de terror.

¿Cómo construir la atmósfera ideal? Eligiendo cuidadosamente estos elementos:

La temática, trama, conflicto, eventos: Hay problemas que por naturaleza son divertidos como ser contratados para arruinar una boda y equivocarse de iglesia. Hay otros como encontrar un amuleto mágico en un museo que te lleva automáticamente a la Fantasía. Ser un médium y terminar atrapado en una casa llena de fantasmas nos grita Sobrenatural. Desde el inicio deben elegir una trama que les dé varias oportunidades de crear escenas con la emoción que quieren despertar.

Ambientación/Paisajes: No inspira romance una nave espacial abandonada en un desierto (los pervertidos no vienen al caso), así como tampoco es divertido acabar encadenado en el sótano de un asesino serial (dejemos la conversación sobre sátira o humor negro para otra ocasión). Los escenarios son importantes para crear ambiente.

Simbolismos: Los objetos o elementos que aparecerán será el decorado de nuestros escenarios. Como una cabeza de oso colgada en la pared de una cabaña o un florero sobre una mesa hablan de la personalidad del personaje y crean un ambiente determinado.

Perfil de los protagonistas: Alguien inteligente y observador va bien en las historias policiales, un malpensado encaja perfecto en humor, un soñador funciona para las aventuras, para el terror nos vienen bien los asustadizos o reflexivos. Lean muchos libros como los que desean escribir y analicen cómo es la personalidad del protagonista.

Sensaciones, emociones: Lo que vive el protagonista lo experimentan los lectores. Si escribimos romance, deseamos despertar muchos suspiros, sonrisas, vergüenza, esperanza. Si nos vamos al terror, queremos que tanto el personaje como quien lo lee contengan el aliento o griten de pavor. Así que los personajes deben pasar por muchos momentos que resulten en esas emociones.

Lenguaje: El estilo de redacción, la forma de hacer descripciones, comparaciones y metáforas varía también. Por ejemplo, al redactar un beso, decir que su lengua era viscosa como una serpiente mata toda la pasión. Hay que tener cuidado al elegir las palabras.

La forma de ver la vida del protagonista: Este es el más complejo y curioso, pero tan fascinante que me explayaré un poquito más.

La forma de ver el mundo del protagonista es lo que determina el subgénero de la historia.

Una persona que siente que el mundo es su patio de recreo contará su historia como una comedia aunque viva puras desgracias porque su forma de reaccionar es reírse y hacer locuras que siempre terminan con optimismo.

Un protagonista que siente que el mundo es aburrido nos mostrará una historia mortalmente aburrida, aunque le sucedan hechos objetivamente interesantes. Puede fingir o creer erróneamente que su vida carece de gracia, pero debe estar abierto a descubrir cosas nuevas y sorprenderse.

Esta es la razón por la que los protagonistas de los policiales suelen ser más serios y desconfiados, así consiguen crear un mundo más oscuro, enigmático o peligroso. Pueden ser de personalidad optimista y enérgica, pero su visión de la realidad está marcada por cierta oscuridad.

Por eso hay ciertas personalidades que no encajan bien con ciertos subgéneros: Si queremos hacer una novela de terror, necesitamos un protagonista asustadizo, filosófico, agresivo u obsesivo. Así el mundo se teñirá de esas emociones. ¿Podemos poner un protagonista alegre y optimista en el terror? Sí, pero si no tiene una visión oscura de la vida acabará creando humor donde solo queremos miedo.

Esa también es la razón por la que a veces no conseguimos crear una comedia: porque le damos un trauma demasiado grave al protagonista, algo que ensombrece su presente y le impide tener una perspectiva alegre de la vida.


SUGERENCIAS PARA CADA ATMÓSFERA

Si están incursionando por primera vez en alguno de los subgéneros, además de haber leído muchos libros del mismo, es importante conocer las bases de cada uno.

Aquí les comparto algunas piezas estereotipadas para elegir al construir nuestros bellos rompecabezas.

Desde ya aclaro que hay muchísima libertad en la escritura creativa. Lo que diré a continuación son solo estereotipos y generalidades. Hay infinitas formas de hacer romance, terror, fantasía, misterio, etc., y cada escritor puede crear sus propias combinaciones. Solo les daré un pantallazo para que conozcan las bases.

Terror:

Transcurre en lugares oscuros, solitarios, aislados como hospitales abandonados, mansiones embrujadas, cementerios, pueblos extraños. Suceden acontecimientos sobrenaturales, sangrientos, misteriosos o malignos. La vida o cordura del protagonista sufre un peligro real.

Sus personajes son vulnerables, asustadizos, vengativos, obsesivos, sin estabilidad emocional o llenos de secretos. Las emociones que más experimentan son el miedo, angustia, incertidumbre, desconfianza, desesperación, furia.

Los protagonistas ideales aquí deben tener una forma de ver la vida más oscura, con inclinación a la tristeza, desconfianza o sobrepensar. Pueden tener personalidades alegres, pero en el fondo están tan dañados que solo basta una sacudida para volverlos víctimas de este terrorífico juego. El mundo a sus ojos siempre ha sido algo incierto, peligroso o doloroso.

Al momento de redactar estas historias, se eligen palabras con una fuerte connotación negativa, como muerte, oscuridad, tragedia, terror, aberración, etc. En cuanto a las descripciones, se pone el foco en los silencios, las sombras, lo repentino, lo extraño, las reacciones físicas como el sudor, palpitaciones o sofocos.

Romance:

Este es mi fuerte. Hay lugares que inspiran la idea de romance, como playas, cafeterías, parques, jardines, algo con mucha naturaleza que permita suspirar y un ambiente íntimo para conversar. Claro que si el lugar es más urbano el amor puede surgir en una oficina o discoteca.

Dependiendo si será un romance oscuro, cursi o divertido, lo que suceda variará. Lo importante es que la trama girará en torno a una excusa que conectará a la pareja y la obligará a encontrarse con frecuencia, enfrentándose juntos a distintos desafíos que los irán uniendo.

Tengo todo un artículo en mi manual sobre el perfil de protagonista ideal para el romance, así que aquí solo diré que es más fácil escribir este subgénero si los personajes son exagerados, caricaturizados y optimistas, del tipo traviesos con humor picante, tímidos malpensados o serios pero torpes. Las emociones que más experimentan son la sorpresa, nerviosismo, pasión, esperanza, diversión y uno que otro momento de llanto.

En cuanto a su forma de ver la vida, los protagonistas deben estar, a veces sin saberlo o en negación, predispuestos a iniciar una relación. Lo ideal sería que también tuvieran estabilidad emocional o deseos de conseguirla. Una persona con depresión necesita terapia y amigos, no romance.

Al momento de redactar se pone el foco en la apariencia o la personalidad del interés amoroso. Aunque tenga defectos, se suelen ignorar y mencionar su atractivo o encanto. Aparece mucho el lenguaje poético con metáforas y referencias a los sentimientos. Se evita nombrar palabras con alguna connotación negativa para que no arruinen el ambiente.

Para más información, visite el artículo [La fórmula del amor] donde enseño a escribir romance.

Fantasía:

Los paisajes suelen incluir mucha naturaleza, construcciones antiguas enormes, criaturas mágicas y tecnología a base de magia. La trama por excelencia es un viaje a ese otro mundo, con batallas épicas y la búsqueda de algún artefacto mágico.

Sus personajes suelen tener rasgos heróicos y habilidades especiales; ser humanos, híbridos o descendientes de alguna criatura mágica o legendaria. Los villanos vienen con poderes superiores. Las emociones que más experimentan son el asombro, la aventura, la esperanza y la adrenalina propia de la lucha.

La forma de ver la vida del protagonista puede ser pesimista u optimista, pero está abierto a las nuevas oportunidades y desesperado por experimentar algo diferente. Ve el mundo como algo inesperado, maravilloso, una forma de escapar de su difícil realidad.

Al redactar, se pone el foco en la originalidad de la arquitecta y del cuerpo de las criaturas mágicas, se usan muchos detalles y metáforas para explicar esa nueva realidad.

Ciencia ficción:

Como transcurren en futuros diversos, el grado de tecnología puede variar. En general, aparecen paisajes con edificios de última generación y exceso de aparatos tecnológicos a la vista. Hay rincones donde la tecnología ha acorralado a los humanos y la naturaleza ha retrocedido.

La trama a menudo cuenta con los personajes llegando a un nuevo lugar (organización, edificio, nave, planeta) donde pronto notan que hay un problema grave que involucra tecnología revolucionaria y/o seres no humanos. De ahí tendrán que resolver ese misterio para salvar a alguien. Algo muy común es el conflicto de los científicos creando o dejando escapar algo que no debían, o la humanidad luchando contra otros seres cuyo origen la ciencia puede explicar.

Los personajes pueden ser humanos, aliens, robots o mutantes. Las emociones que más experimentan son la intriga, asombro, preocupación, alarma o reflexiones profundas sobre el destino de la humanidad.

Suelen tener una forma de ver la vida más filosófica y reflexiva. Están abiertos, a veces sin saberlo, a la idea de que surja un cambio inesperado.

Al momento de redactar, aprovechamos de incluir uno que otro término científico, y descripciones concisas sin tanta metáfora.

Misterio:

Esta categoría es demasiado amplia y diversa. Puede ser oscura inclinada al suspenso psicológico si el enigma a resolver es un asesinato, o alegre si hablamos de un misterio familiar relativamente inofensivo. El misterio puede ser el secreto de alguien, la propiedad de un objeto, la identidad de un psicópata, las verdaderas intenciones de un amigo, etc.

El paisaje también es adaptable. En lo personal, me gusta escribir novelas policíacas ambientadas en pueblos donde el protagonista es un recién llegado y el primero en notar que hay un enigma importante (y peligroso) al que nadie más le presta verdadera atención.

Me gusta tener dos protagonistas que se complementan como el detective y su asistente: uno del tipo serio, profesional, analítico y observador con su compañero optimista, alegre y con inteligencia emocional. El antagonista suele ser más inteligente y experto en logística.

Las emociones que más aparecen son la curiosidad, la perseverancia, la frustración, la inquietud, la ilusión, la intriga, la sospecha.

Aquí el lenguaje también puede inclinarse al suspenso terrorífico o ser más directo y sencillo.

Humor:

Otro de mis favoritos. Se puede hacer humor de casi cualquier cosa, aunque aconsejo evitar burlarse de temas demasiado delicados que merecen respeto si desean construir una buena reputación como escritores.

Como mencioné antes, es conveniente pensar en un conflicto que desde su raíz sea salvajemente gracioso y dé pie a muchas escenas cómicas. Lo ideal es pensar en un problema largo que tome tiempo solucionar, un gran evento que arrastrará al protagonista a varias situaciones alocadas, malentendidos y momentos vergonzosos.

Los lugares y paisajes deben tener mucha luz y brindar la sensación de que las personas son bienvenidas. Nada de sótanos espeluznantes; piensen en parques, playas, jardines, oficinas con ventanales, casas con buena iluminación.

Los personajes, mientras más exagerados, excéntricos, caricaturizados y con visión alterada de la realidad, serán más graciosos. Su sentido del humor puede ser ácido, absurdo, ingenioso o inocente, lo que mejor se adapte al autor.

Pueden (y se recomienda) darles traumas pero que estos no sean tan graves y que hayan podido sobrellevarlos sin perder su optimismo o ganas de vivir. Es muy importante que en el presente vean el mundo como una oportunidad de reír, aunque nada les salga como desean.

Las sensaciones que más deben experimentar son la alegría, diversión, sorpresa, incredulidad, aturdimiento y uno que otro momento de lágrimas para equilibrar.

La redacción es muy importante al escribir humor. El narrador debe aprovechar de expresarse con ironía, exagerar las escenas, burlarse de su propio protagonista y evitar alargar las reflexiones profundas para no oscurecer el ambiente. El lenguaje también conviene que sea coloquial, ya que demasiada formalidad no permite más que humor afilado.

Para más información, visite el artículo [Navegando en el Río Paranóiorar] donde enseño a escribir humor.

Otros:

No ahondaré en las otras categorías porque sería redundante.

El suspenso y lo paranormal se inclinan al terror o al misterio, dependiendo la atmósfera que busquemos.

La aventura tiene varias características de la fantasía.

Lo histórico y autobiográfico no son mi fuerte. Calculo que de los valientes que planean incursionar en ellos sabrán las características de una atmósfera tal.

Las novelas realistas de ficción general son demasiado diversas como para encasillarlas en una sola atmósfera, pero yo suelo guiarme por lo que mencioné en humor y misterio.


RECAPITULANDO...

En fin, el subgénero de una novela es un elemento que conviene elegir desde el principio porque les ayudará a orientarse hacia determinado estado de ánimo, y hay varios elementos que ayudan a crear la atmósfera deseada.

Para ir cerrando, les comparto una ficha para que completen una vez decidida la trama y la categoría a la que se lanzarán con su novela.


Ficha para construir la atmósfera de tu novela

Subgénero elegido:

De qué tratará:

Escenas que esa trama permitirá:

Lugares y paisajes presentes:

Emociones que más aparecerán:

Personalidad de los protagonistas:

Trauma principal del protagonista y forma de ver la vida a causa de ello:

Palabras que tendrán peso:


Siento que es demasiada teoría, pero es necesaria siendo una introducción general a los géneros y subgéneros literarios. En el futuro me encantaría escribir artículos ahondando individualmente en cada uno. Probablemente edite esto cuando aprenda más del tema. 

¿Se entendió este artículo?

¿Leyeron todas las partes o se fueron directamente a las que hablaban del subgénero de la novela que están escribiendo? Admito que yo sería de los segundos, aunque supongo que le echaría un vistazo completo al artículo por pura curiosidad.



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