En esta oportunidad les traigo un tutorial flash sobre cómo escribir microrrelatos.

Estoy aprendiendo a redactar microcuentos y la verdad es que son un tipo de historias bastante interesantes y rápidas de crear. Son, como su nombre lo indica, relatos súper breves, que suelen tener un máximo de 500 palabras. Intensos. Ingeniosos.

ESTRUCTURAS

Hasta el momento conozco cuatro estructuras ideales para estos cuentos:

a) JUEGO DE LUZ Y SOMBRA:

Pensar en dos tramas o temáticas distintas, una alegre/inofensiva/cotidiana y una oscura/espeluznante/extraña. Elegir cuál de las dos irá primero y que, al final, a través de un giro inesperado, la explicación resulte ser la otra.

Por ejemplo, si mezclamos la idea del apocalipsis zombi y los gatos:

El microcuento podría empezar narrando cómo un gato llega a su casa a dormir una siesta, que parezca una escena cotidiana e inofensiva, y de repente lo despiertan gritos agonizantes, se asoma a la ventana y ve a los zombis devorando a sus nuevos vecinos.

O, al revés, empezamos con una escena espeluznante de un gato luchando por esconderse de un monstruo de brazos largos y boca insaciable que quiere devorarlo, cree haber conseguido su objetivo al meterse al armario pero al final es atrapado y sometido a una sesión de besuqueos de parte de su humano.

b) UN FLASHBACK: El microcuento comienza mostrando una escena extraña del presente y se inserta un recuerdo del pasado que explique cómo sucedió. El final suele ser el personaje atrapado en un callejón sin salida o a punto de tomar una decisión salvaje.

Siguiendo el ejemplo anterior, la historia podría comenzar con un gato caminando en un terreno devastado. De ahí pasamos a un recuerdo (explicado muy brevemente) de cuando era un gato doméstico y los zombis destruyeron su hogar. Al final, regresamos al presente donde el gato encuentra a otros humanos de los pocos sobrevivientes y decide seguirlos (final feliz) o se ve atrapado por una horda de zombis y se resigna a su cruel destino (final trágico).

c) EPISTOLAR: Es un relato escrito en segunda persona, a través de cartas, correos o mensajes. Puede ser una sola carta (una advertencia, una confesión, una despedida, una exposición de los hechos, etc.) que cuente todo lo que sucedió. Otra alternativa es que sea un correo y su respuesta. Para que no caigan en lo de contar y no mostrar, la idea es que se marque bien la personalidad de los protagonistas.

Un ejemplo sería la carta que un joven escribe como su última voluntad, donde explica cómo comenzó el apocalipsis zombi, lo que hizo para sobrevivir y, ahora que fue mordido, pide que alguien adopte a su gato cuando encuentre esta carta.

d) DIALÓGICO: Una conversación intensa entre dos personajes. Básicamente sería una microobra (de un solo acto) de teatro pero con el formato de guiones porque estamos hablando de textos narrativos. Pueden incluir acotaciones o dejar solo los parlamentos y que a través de ellos el lector vaya deduciendo quiénes, dónde y por qué están hablando.

En este caso las opciones son limitadas. Una discusión porque se ven acorralados, una confesión o disculpa, etc.

RECOMENDACIONES

-Es como una sola escena, pero no es una anécdota ni un resumen de una historia larga. Sucede un solo problema o situación, un único conflicto.

-Tiene un solo escenario, a lo sumo el protagonista se mueve de un lugar a otro.

-Solo uno o dos personajes. Si es necesario que haya más, que no tengan voz ni detalles.

-Hay un punto de partida, un conflicto y una resolución, como toda historia.

-Mejor iniciar in medias res (en medio del problema), así se ahorran palabras innecesarias del inicio.

-Usar pocos detalles y descripciones, centrarse en la acción. Cada palabra es importante.

-El título es muy importante, brinda información clave.

-Pasa poco tiempo desde el inicio al final, apenas minutos.

-El plot twist (giro inesperado) es muy importante. Lo ideal sería que al final se descubriera que nada era lo que parecía en un inicio.

-Aunque no hay límites oficiales, lo ideal es un mínimo 40 y un máximo de 300 palabras.

¿CÓMO IDENTIFICAR AL PÚBLICO?

Cuando escribimos cualquier texto (literario o no) debemos tener bien definido a qué público apuntamos.

¿Será infantil, adolescente o adulto? ¿Niños de jardín o de primaria? ¿Adultos jóvenes, de mediana o tercera edad? ¿Serán especialistas en alguna rama del conocimiento o podrán leerlo independientemente de su nivel de estudio?

Eso nos ayudará a elegir el vocabulario, la sintaxis y forma de estructurar nuestras ideas.

Además, una gran forma de identificar si nuestro relato es infantil o adulto es analizar los siguientes elementos: el tema elegido, lo que se insinúa entre líneas (el trasfondo) y la forma de los protagonistas de enfrentar o procesar las consecuencias de sus actos. Si estos elementos son sencillos y relativamente inofensivos, se inclinan a un público infantil. Si son más graves, complejos o espeluznantes, ya apuntan a un público adulto.

Y esto es todo lo que he aprendido sobre microcuentos. Actualizaré este artículo cuando aprenda algo más.

¿Les gustaría intentarlo?