Son conexiones o uniones en las que un alfa muerde al omega en el cuello hasta dejar una herida sobre la glándula de olor en el cuello, pues le inyecta sus feromonas, dando como resultado una marca que se cicatrizará con ayuda del alfa, pues la saliva de este se considera un buen remedio para aquello. Esta marca significa que el omega ha sido reclamado, y que ahora está incondicionalmente unido al alfa. Sin embargo, no hay lazo entre un beta y un omega o alfa, pero entre dos alfas y entre dos omegas sí se puede dar, aunque no es tan fuerte y debe ser renovada con mayor constancia.

Esta unión permite al omega que no deba suprimir su aroma o estar a la defensiva de alfas en busca de parejas, ya que su aroma mostrará que es un omega reclamado, lo cual alejará a aquellos que busquen formar un lazo con su propio omega. Los omegas también pueden marcar a sus alfas a través de una mordida, porque también cuentan con la capacidad de sacar a relucir sus colmillos, pero esta marca solo será permanente si el alfa da consentimiento para ser reclamado.

Estos lazos deberían duran para siempre, pero existe la capacidad de romper el lazo debido a la muerte de alguno de los dos, por abandono, o porque el alfa decide acabar con él. El abandono implica la regeneración de la glándula rota durante un nuevo ciclo de celo en el que el alfa no esté presente para marcar a su omega.