Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

guess six

Jimin había tenido un orgasmo intenso en esa última ronda, acabó con todas sus energías y por ello, agradeció completamente cuando Taehyung lo recibió entre sus fuertes brazos y lo dejó descansar sobre su pecho

Eran cercanas las nueve de la noche y, por fin, Jimin tuvo un momento de calma.

No habían vuelto a intercambiar palabras con sentido en lo que llevaban ahí hasta ese momento. Taehyung, igual que él, parecía agotado, física y mentalmente.

— No te duermas, todavía tenemos que hablar — dijo Taehyung, su tono serio, como si lo que estuviera por decir fuera algo importante.

El corazón de Jimin comenzó a latir con fuerza, tan fuerte que sentía que se le saldría del pecho. La calma que había encontrado unos minutos antes desapareció de inmediato.

No quería hablar de lo que había sucedido. No sabía cómo hacerlo, pero sabía que no podía escapar de esa conversación.

— ¿De qué? — respondió, tratando de sonar indiferente. — ¿No podemos dejarlo para después?

— Hay cosas que quiero resolver ahora.

Jimin tragó saliva, su mente comenzando a imaginar los peores escenarios. Tenía miedo de lo que Taehyung podría decir.

¿Y si se arrepentía de todo? ¿Y si lo veía solo como un error, un arrebato del momento? Los pensamientos se arremolinaban en su cabeza, y sintió una mezcla de miedo y ansiedad que le era imposible controlar.

— ¿Sobre qué? — preguntó finalmente, su voz apenas un susurro.

Taehyung hizo una pausa, como si también estuviera tratando de encontrar las palabras correctas, pero cuando habló, su tono fue irónico, casi frustrado.

— Sobre lo lindo que está el clima, Jimin, ¿de qué más? — rodó los ojos antes de continuar. — Solo quiero saber... si todo eso que dijiste...

Jimin lo miró confundido, tratando de descifrar a dónde quería llegar.

—... ¿Sobre qué de todo exactamente?

Taehyung exhaló y siguió adelante. — Al inicio, lo que dijiste sobre tus sueños... y mi foto — Taehyung tragó con dificultad antes de soltar la siguiente pregunta. — ¿Hay verdad en eso? ¿O solo estabas caliente?

Jimin sintió el peso de la pregunta caer sobre él como una losa. Lo miró de reojo, sus ojos oscuros buscando alguna pista en la expresión de Taehyung antes de responder con una especie de valentía vacilante.

— No, si es verdad — confesó, su voz más baja de lo que esperaba. — Estaba caliente y por eso te lo confesé.

Taehyung soltó una risa. No era burlesca ni sarcástica, era una risa ligera, como si acabara de liberar parte de la tensión que los rodeaba.

— No puede ser... — murmuró, medio sonriendo.

Jimin sintió cómo sus mejillas se encendían. No estaba seguro de si Taehyung se estaba burlando o si estaba aliviado, pero esa risa le hizo hervir la sangre.

— ¿De qué te ríes, idiota? — dijo, cruzando los brazos de manera defensiva. — Iba a reaccionar porque soy un hombre y no soy de piedra.

Taehyung lo miró con una sonrisa pícara, la chispa traviesa de siempre brillando en sus ojos.

— Un poco, sí — respondió con esa maldita expresión que lo hacía parecer siempre en control, como si todo lo que sucedía entre ellos estuviera bajo su mando.

Jimin rodó los ojos deliberadamente, tratando de ignorar esa sensación de incomodidad que aún sentía.

— Me sorprendió verla la primera vez y ya. Me la mandaron, y la curiosidad me ganó. Estuvo mal, sí, pero aunque solo la vi una vez, no pude volver a sacármela de la cabeza — admitió, su voz más suave, más honesta de lo que pretendía.

— Ah, eres tan predecible — respondió Taehyung, sacudiendo la cabeza.

— ¿De qué hablas?

— Asumí que estabas distante conmigo por alguna razón. Creí que la foto que viste cambió tu percepción sobre mí, aunque no sabía que fue de esa forma.

Jimin parpadeó, sorprendido por la confesión. Así que Taehyung había notado su distancia, y le había afectado más de lo que él había pensado.

— Estabas molesto conmigo porque te estaba evitando, admítelo también — dijo Jimin, esta vez con más confianza.

Taehyung lo miró de nuevo, y por un momento, su expresión se suavizó, como si finalmente estuviera dejando caer una parte de la fachada que solía usar.

— Sí, tienes razón. Me molestaba no tenerte alrededor fastidiándome. Supongo que... tenía ganas de provocarte, y terminé así.

— ¿Así como? — preguntó Jimin, su corazón acelerándose de nuevo.

— Recién follado por un ardiente adonis.

Las palabras de Taehyung resonaron en el aire, cargadas de esa vulgaridad despreocupada que Jimin odiaba tanto... o al menos, fingía odiar.

— Vulgar asqueroso, te odio, sinvergüenza, te odio tanto, no te soporto en serio... — respondió Jimin, medio en broma, medio en serio, mientras lanzaba unos golpes ligeros sobre el pecho de Taehyung, sin contener el torrente de emociones que se agolpaban en su interior.

Pero Taehyung, imperturbable, solo sonrió ante la reacción exagerada de Jimin. Sus brazos lo rodearon con firmeza, apretándolo contra su cuerpo con una facilidad desconcertante, como si Jimin fuera un peluche.

La cercanía, el calor compartido, y ese aroma tan particular que solo pertenecía a Taehyung lo dejaron sin aliento. El pecho de Jimin se aceleraba, pero su mente comenzaba a ceder.

Se rindió por completo cuando sus brazos subieron casi por instinto, rodeando la espalda de Taehyung, abrazándolo más fuerte, buscando esa cercanía que lo calmaba pero que odiaba admitir.

Odiaba admitir que estar en sus brazos le traía paz.

— ¿Y ahora? — murmuró Jimin, casi sin darse cuenta de que lo había dicho en voz alta.

Taehyung levantó una ceja, habiendo captado cada palabra.

— ¿Qué tiene? — preguntó, sin soltarlo ni un centímetro.

Jimin lo miró de reojo, su rostro aún enterrado en el cuello de Taehyung.

— ¿Qué hacemos? No vamos a ser los mismos de antes... ¿o sí?

— No, todo cambió después de esto — respondió Taehyung, su voz tan tranquila que casi asustaba a Jimin.

Jimin parpadeó, sintiendo su corazón tamborilear con más fuerza.

— Y... ¿quieres decir...? — intentó, pero no pudo terminar la frase. Estaba tratando de leer la expresión de Taehyung, de averiguar si esas palabras significaban lo que él deseaba escuchar, pero Taehyung siempre había sido un enigma. Su rostro no revelaba mucho.

— ¿Quieres que sigamos... teniendo relaciones? — dijo, tragando saliva con nerviosismo. — ¿Sin cambiar lo nuestro?

— Tú sabes... — Jimin respondió con torpeza. — Nos llevamos mal, no pasamos más de eso... no hemos sido buenos amigos tampoco, así que...

— Podemos serlo — interrumpió Taehyung, su tono despreocupado, pero con un deje de intensidad que no pasó desapercibido. — Si vamos a compartir la misma cama, más vale que lo seamos.

Jimin se mordió el labio, pensando en lo que eso implicaba.

— Oh — murmuró, haciendo una pequeña mueca. — Está bien.

— Bien, Jimin — dijo Taehyung con una ligera sonrisa. — Amigo, tenemos que comunicarnos más. No puedo cumplir tus gustos si no me dices qué quieres.

— ¿No deberías pensar en lo que te gustaría a ti primero y luego hacerlo en mí? — replicó Jimin, su tono juguetón ocultando la seriedad de su comentario.

— Buh, pero no soy vidente — respondió Taehyung con una sonrisa burlona.

Jimin lo observó en silencio por un momento, antes de soltar una pregunta que llevaba días rondando en su mente.

— ¿Qué hay de ti? — preguntó, con una mezcla de curiosidad y precaución. — Creí que solo te gustaban las chicas. Es decir... sé que solo te gustan las mujeres, pero aun así... te llevaría a la cama una y otra vez.

Taehyung soltó una risa suave, pero había algo más en su mirada esta vez, una sinceridad que no había mostrado antes.

— Ah... no precisamente. Estoy varado en mi sexualidad, sin saber qué hacer. He dudado muchos años si realmente soy heterosexual.

Jimin lo miró con sorpresa, aunque por dentro, una parte de él ya lo sospechaba. Pero oírlo de la boca de Taehyung le daba un peso diferente.

— Bien... — dijo Jimin, sonriendo levemente. — Entonces creo que es buen momento para admitir que soy gay.

Taehyung hizo una mueca de sorpresa exagerada, claramente falsa, lo que hizo que Jimin se sintiera indignado.

— No, ¿en serio? Jamás lo hubiera sospechado — bromeó Taehyung.

Jimin rodó los ojos, frustrado.

— Ya, está bien. Cállate — dijo, pero no pudo evitar sonreír.

Taehyung sonrió también, sus ojos cerrándose lentamente mientras se acomodaba, esperando que ambos pudieran finalmente descansar.

Pero mientras él se relajaba, Jimin se quedó ahí, observándolo. Había algo que no podía ignorar. Lo veía de reojo, solo admirándolo en silencio, sintiendo cómo su corazón se apretaba en el pecho.

Todo había cambiado.

Sin embargo, Jimin no sabía cómo poner en palabras esa maraña de sentimientos que lo atormentaba. ¿Podían realmente seguir adelante como si nada? ¿Podía aceptar lo que sentía sin miedo?

De repente, Taehyung abrió los ojos, encontrándose con la mirada preocupada de Jimin.

— ¿Qué sucede? — preguntó, su voz suave, pero insistente.

Jimin negó con la cabeza, queriendo evitar el tema, pero Taehyung no lo dejó escapar tan fácilmente.

— Tienes algo, ¿qué es?

— No, no es nada — mintió Jimin, desviando la mirada. — Solo quería estirar un poco.

Jimin sintió el colchón hundirse ligeramente cuando Taehyung se sentó a su lado, el calor de su cuerpo haciéndose palpable incluso en la distancia corta entre ellos.

Al escuchar el largo suspiro escapar de sus propios labios, bajó la mirada, queriendo evadir el peso de todo lo que había sucedido.

— ¿Seguro? — Taehyung preguntó suavemente, su voz era un susurro cargado de preocupación. — Todavía podemos hablar si quieres.

La forma en que Taehyung buscaba su mirada con una paciencia casi dulce lo desarmaba.

Pero Jimin, obstinado como siempre, negó sutilmente, temiendo que si hablaba, el torbellino de emociones dentro de él se desataría.

Taehyung comprendió. Sabía que presionar en ese momento solo complicaría las cosas. Estaban navegando por aguas nuevas, una faceta desconocida de su relación que todavía sentía frágil. Así que, en lugar de insistir, decidió dar un paso más pequeño pero significativo: con un movimiento suave, se inclinó hacia Jimin y besó con timidez la comisura de sus labios, un gesto que le decía sin palabras: "Todo estará bien".

Jimin no pudo evitar sentir su corazón acelerar al sentir el roce cálido de los labios de Taehyung, aunque el beso fue corto y nada comparado con los anteriores, dejó una huella. Antes de que pudiera procesar completamente el gesto, Taehyung se levantó de la cama con naturalidad.

— Entonces me voy a mi cuarto — anunció casualmente mientras se ajustaba los pantalones con esa facilidad que siempre parecía parte de su esencia despreocupada. — ¿Cuándo quieres que nos volvamos a ver?

Jimin, sorprendido por la pregunta, se sintió algo pequeño al seguir envuelto entre las sábanas. Pero la leve arrogancia en él volvió rápidamente.

— ¿Qué clase de pregunta es esa? — replicó, ocultando su propia euforia bajo su habitual tono seco. — Vuelve cuando se te antoje.

Taehyung le dedicó una sonrisa ligera antes de concluir con un simple: — Te veo mañana.

Mientras se preparaba para irse, con la misma calma que siempre lo caracterizaba, le acarició la mejilla, dejándole una última caricia que le hizo temblar el corazón. Jimin, sorprendido, lo miró alejarse, sintiéndose momentáneamente vulnerable.

El sonido de la puerta cerrándose resonó en la habitación, pero Jimin apenas lo registró. En su pecho, su corazón latía descontroladamente, cada latido más fuerte que el anterior.

Si seguía así, le iba a dar una taquicardia

Era como si todo lo que había vivido hasta ese instante hubiera sido una preparación para este momento. Su cuerpo, antes pesado por el cansancio, ahora estaba liviano, lleno de una energía nueva. La felicidad que sentía era tan inmensa, tan pura, que apenas podía contenerla.

Sin poder evitarlo, una sonrisa se extendió por su rostro. Trató de cubrirla con sus manos, pero pronto no pudo reprimir los suaves chillidos de euforia que escapaban de sus labios. Se enterró en la almohada, riendo para sí mismo, sintiéndose como un adolescente experimentando su primer amor.

Pero esto no era un simple flechazo juvenil. 

Jimin no era fácil de impresionar, mucho menos de conmover. 

Sin embargo, ahí estaba, abrazando con fuerza la almohada, sintiendo cómo su corazón explotaba de felicidad, porque finalmente, después de tanto tiempo, había estado con Taehyung.

El hombre que, aunque se había negado a admitirlo durante tanto tiempo, amaba desde el primer día que lo había conocido.

Y ahora, por fin, lo tenía.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro