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Hace mucho tiempo, en un lugar que era habitado por alfas, omegas y betas, existieron varios reinos, cada uno gobernado de diferente manera pero con un mismo estereotipo.
En donde los alfas eran los fuertes y dominantes, los omegas tranquilos y sumisos y los betas serviciales a los alfas.
La actitud de cada uno estaba impuesta como pensaban que era correcto y lo más conveniente según la fuerza y habilidades de los tres.
Claro que eso no significaba que todos pensarán así...
Con tan sólo diez años, Park Jimin, un omega de sangre real pensaba que sería más útil hacer de los omegas seres dependientes para que cuando los alfas tuvieran que ir a la guerra ellos fueran capaces de defenderse.
Nadie lo escuchó, era sólo un niño que no sabía lo que decía, molestó por eso Jimin buscó la forma de ser diferente por su cuenta.
Frente a sus padres, el gran Duque Park Chanyeol y la princesa Kim Jisoo, era el sumiso omega que se esperaba que fuera, obediente, amable, servicial y delicado, cuando no era vigilado por ellos tomaba la espada de entrenamiento de su padre y practicaba los movimientos que veía que hacían sus primos, los hijos de Rey Kim en cada entrenamiento, tres jóvenes alfas, fuertes y dominantes sin duda, Namjoon, SeokJin y Taehyung.
Él no sería débil, su fuerza sería útil algún día y lo demostraría, estaba seguro de eso, no le importaba fingir y mentir, lo tomaba como una ventaja, porque nadie esperaría que un omega fuera capaz de rebelarse y atacar, sería su factor sorpresa.
Duró años entrenando a escondidas, algunos omegas del pueblo se le habían unido y los entrenaba también, con la excusa de hacer su obra de caridad ayudándolos con lecciones de modales, que no era del todo falso, pero también les mostraba cómo usar cuchillas y espadas.
Justo a sus dieciséis años escuchó desde su cuarto como la alerta sonaba anunciando enemigos, los alfas se alistaron listos para salir a defender su territorio, dejando desprotegidos a los omegas del pueblo, ingenuos del peligro.
Fue en ese momento que Jimin se puso una armadura y salió disfrazado con espada en mano, junto a dos subordinados listos para defender a su gente, serían el apoyo sorpresa, los demás se quedaron en el pueblo para proteger al resto de omegas.
Montaron a caballo y asesinaron a todo aquel que intentó pasar, Jimin pudo ver como su padre y su tío eran acorralados así que se acercó sin dudar acabando con la vida de los agresores, combatió sin miedo, recordando lo que tanto había practicado en todo ese tiempo, cuándo salieron victoriosos vio a su padre mirarlo fijamente.
—¿Quién eres? —preguntó el Duque, Jimin no respondió, en su lugar se quitó el casco revelando su rostro, todos lo miraron atónitos y sorprendidos.
—Jimin… —murmuró su primo Tae.
—Tu hijo, te dije que los omegas podemos hacer más de lo que parece —soltó serio y miró a su tío el Rey— es por eso que solicitó a su majestad el permiso de seguir entrenando, fortalecer a su pueblo y dejar las viejas creencias de que los omegas sólo son para servir y tener crías —se inclinó— por favor.
—Hablaremos de eso en casa Jimin, te escucharé —aceptó y pasó frente a él para regresar.
—Lo siento si te decepcioné, padre —murmuró al tenerlo enfrente, sin animarse a mirarlo.
—No estoy decepcionado, algo sorprendido pero en realidad... También orgulloso —sonrió y Jimin lo miró entonces— vamos con tu madre, será una larga noche —puso su mano en el hombro del menor y caminaron hasta sus caballos para regresar.
No fue fácil, las viejas ideas seguían arraigadas en muchos alfas y Jimin sabía que no por ser el sobrino del Rey obtendría lo que quería tan fácilmente, aunque el hecho de poder ser escuchado era ya una ventaja.
—Comprendo lo que dicen, pero también deben entender los beneficios de fortalecer al pueblo.
—¡En ningún Reino se ha escuchado acerca de omegas que luchen!
—Bueno, ¿por qué no ser los primeros?, que los demás no lo hagan no quiere decir que no debamos hacerlo.
—¡Seremos la burla! —insistió— creerán que somos tan poca cosa que necesitamos que nuestros omegas aprendan a defenderse porque nosotros, sus alfas, no somos capaces de hacerlo —los murmullos comenzaron y Jimin suspiró.
—Si esa es su preocupación... Entonces será un secreto —todos callaron.
—¿Crees que se podrá mantener de esa forma siempre? —cuestionó el Rey.
—No veo porque no, nadie vivirá para contarlo —sonrió amable— yo no dije que dejaremos de tener las clases y educación de antes si es lo que les preocupa, pero quiero agregar también el saber defenderse, no quiero amargar el ambiente pero debo recordarles la masacre que vivió el pueblo hace años, muchos omegas fueron dañados tanto mental como físicamente y muchos otros asesinados, no hay que permitir que suceda de nuevo, los alfas merecen ir a defender a su pueblo sin el temor de que algo les suceda a sus omegas mientras cumplen su deber.
Los alfas se miraron entre sí dudosos.
—Tenemos acuerdos con varios reinos, se enteraran cuando vengan y vean que los omegas tienen armas.
—Los omegas no tendrán armas con ellos todo el tiempo, al menos no una que sea muy visible, serán sutiles porque es el efecto sorpresa, no buscaremos la guerra, pero siempre estaremos listos para ella, de esa forma sin importar el peligro, el pueblo podrá defenderse de cualquier amenaza, será de los más fuertes en poco tiempo, dudaran en meterse con nosotros y no pensarán en los omegas señor Duque, sino en lo bien preparados que están sus alfas —miró al hombre que más alegaba— eso será lo último que les pase por la mente —aseguró -porque al vernos no lo notarán.
Sus palabras fueron consideradas, todos se miraban entre sí murmurando.
—Propongo una votación —habló uno de los Alfas— quien esté de acuerdo con el sobrino del Rey que se ponga de pie.
Jimin miró a todos nervioso, estaba listo para cualquier decisión, fuera positiva o negativa, su lucha por cambiar las antiguas ideas del pueblo apenas empezaba y si necesitaban más muestras de lo competente que podían ser los omegas en batalla lo demostraría sin dudar.
Miró con sorpresa como su padre se ponía de pie mientras lo veía.
—Yo lo apoyo —declaró— en este reino existe un ligero porcentaje más alto de omegas que de alfas y ni hablar de los niños, merecen vivir tranquilos y seguros, no dependiendo sólo de uno de los padres, ¿que creen que será de ellos si nosotros, el pilar de la familia, muere? —cuestionó y fue entonces qué, poco a poco, otros Alfas se levantaron hasta ser casi la mitad.
Y aunque no había sido aceptada su petición por minoría de votos, tuvo más de los que imaginó y estaría dispuesto a no defraudar a los que le brindaron su apoyo, así como a demostrarles a los que no votaron a su favor lo que un omega en batalla podía hacer.
Así fue como consiguió ser puesto a prueba junto a su grupo de guerreros en diferentes misiones, se les permitió una prueba de batalla contra Alfas la cuál Jimin ganó sin problema y cuando la siguiente votación se hizo después de un enfrentamiento contra enemigos, dando como resultado la victoria del Reino Kim...
El cambio comenzó, el Rey hizo oficial el aceptar la petición de su sobrino y fue así como el inicio de una nueva era comenzó.
¡Sorpresa!, nueva historia a publicar y con una temática que será todo un reto para mi, llevo mucho tiempo con la idea en la cabeza y por fin la escribí.
Les agradezco de corazón si me acompañan en esta aventura próxima a comenzar.
¡Gracias por leer!❤✨
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