⚔O5⚔
—¿Estás seguro de que te sientes bien?, puedes empezar otro día, hablaré con mi hermano y podrás descansar un poco más.
—Agradezco sus consideraciones Alteza pero le aseguro que me encuentro más que bien, saber que dejaré de ser una carga me hace feliz, quiero empezar de una vez con el trabajo —le sonrió.
—Bien, si estás seguro no puedo detenerte, pero le diré que sea considerado contigo.
—Un trato igualitario es lo justo, no quiero que los demás sirvientes se ofendan por tener un trato distinto.
—Eres demasiado considerado —suspiró rendido— solo hazme saber si no te sientes bien, ¿de acuerdo?
—Se lo prometo.
—Vamos con suficiente tiempo, te daré un recorrido por el castillo antes de llevarte con Yoongi.
—Me temo que eso no podrá ser —hablaron frente a ellos interrumpiendo, el rubio hizo una reverencia por respeto al príncipe Yoongi— nuestro padre quiere hablar contigo, yo me haré cargo desde aquí.
—Oh… —murmuró— los veo después entonces —dijo antes de retirarse, los nervios del rubio empezaron a hacer presencia cuando quedaron sólos.
—Sígueme, hay cosas que debo explicarte... Por alguna extraña razón —caminó hacía los solitarios pasillos con el rubio detrás— no se de donde vienes ni qué costumbres tengas, pero aquí que un omega haga lo que sea que tu hayas hecho está mal visto, muy mal.
—Lo lamento.
—No importa, no vuelvas a hacerlo solamente, mucho menos enfrentar a un Alfa, tampoco debes verlo a los ojos, tu mirada hacia abajo en su presencia y muéstrate sumiso, si el quiere que enseñes el cuello no cuestiones, sólo hazlo, ellos siempre tendrán la razón... Aunque no sea así en realidad— dijo con amargura— en pocas palabras... No eres más que un bonito adorno desechable a su lado.
—¿Eso somos los omegas? —preguntó con una opresión en su pecho— ¿siempre ha sido así? —Yoongi lo miró mientras se detenía.
—Siempre y me parece que en otros reinos es peor —fijó su mirada en el rostro del rubio, la misma impotencia que él sentía al hablar sobre lo que eran los omegas estaba reflejada en su rostro— y dudo que algún día cambie —apartó la mirada y siguió caminando.
—Entiendo —murmuró.
—Creo que aquí es en donde los tratan mejor, tienes suerte, por lo menos el castigo por intentar defenderte de un abuso es menor para los omegas —dijo como consuelo.
—¿Castigo por defenderse?
—El Alfa siempre tiene la razón —repitió —no lo olvides.
Después de mostrarle las habitaciones, caminaron a la cocina, donde Yoongi presentó al rubio, olvidando un detalle.
—No recuerdo mi nombre —dijo nervioso.
—¿Cómo se supone que te diga?, no puedo decirte omega, todos mis sirvientes lo son y eso es algo que sólo los Alfas dicen de todas formas.
—No lo sé.
Yoongi suspiró y lo miró por un momento, poniendo más nervioso al menor, pero tenía que conseguirle aunque fuera un apodo, viéndolo a detalle el omega no tenía pinta de sirviente, su piel estaba bastante bien cuidada al igual que su cabello, su cuerpo estaba bien definido como sólo un omega de sangre real podría tenerlo, su forma de ponerse de pie era bastante correcta y el caminar elegante.
Casi sentía... Que estaba frente a otro príncipe.
Pero había también ciertos detalles que lo hacían dudar, sus manos no eran tan delicadas, tenía un poco de músculo de más en sus brazos y una mirada para nada sumisa, era impotente y decidida, casi como la de un Alfa.
Casi.
—Geumbal, te diré así en lo que recuerdas —declaró— ya que es el color de tu cabello.
—Se siente bien tener un nombre —le sonrió.
—Que bueno que te guste, facilita las cosas, ahora prosigamos —le dio la espalda y avanzó de nuevo, hasta el comedor y luego al jardín, le señaló donde sería su habitación y para finalizar terminaron en la habitación de Yoongi, que agotado por la caminata se sentó en su cama sin mucha delicadeza— la hora de levantarse es a las seis, ayudarás a preparar mi baño y ha arreglarme, me acompañaras a donde sea que yo vaya, será más sencillo acostumbrarte así, espero que te adaptes rápido, estás a prueba aún.
—Claro y le agradezco mucho la oportunidad, Alteza.
—No debes agradecerme a mí, mi hermano es realmente molesto cuando quiere conseguir algo —suspiró.
—¿Quiere que lo deje descansar, Alteza?
—No, debo ir al pueblo para ver que tal va todo, encargarme de Soobin y ayudar con la cena, no hay tiempo para un descanso largo —se puso de pie -así que vamos.
Dijo caminando apresurado hacía la puerta de su habitación, saliendo con el rubio detrás en todo momento, que procuraba tener una prudente distancia para no incomodar a Yoongi pero lo suficientemente cerca para no perderse.
Adaptándose a lo que se suponía que debía estar acostumbrado.
—¿Me llamaste, padre? —dijo al entrar.
—Siéntate, tenemos algo que discutir cómo el futuro Alfa del Reino.
—¿Algo malo ha ocurrido?- preguntó preocupado— ¿alguna guerra?
—No nuestra, nos enteramos de que el Reino Kim se ha expandido y ahora es el más grande de todos.
—¿El Reino kim?, ¿a que Alfa derrocó?
—Al del Reino Jung, se dice que todo pintaba para que el Reino Kim perdiera ya que su pueblo se encontraba con una grave enfermedad, la misma que tuvimos nosotros y perdimos a mucha gente, pero lograron salir victoriosos.
—¿Y yo que tengo que ver en eso? —cuestionó.
—Siendo el Reino más grande y poderoso ahora nos conviene formar una alianza con ellos, los invitare a la cena de tu compromiso y al día siguiente será la boda, dicen que tiene a tres hijos Alfas, estoy seguro de que tu hermano será capaz de enamorar a alguno y si es al heredero mejor.
—¿Vas a comprometer a Yoongi? —preguntó.
—Si pudiera lo haría, pero sólo puedo mostrar a tu hermano y ver si alguno de ellos lo considera digno de ser su pareja —suspiró— y con esa actitud que tiene lo considero poco probable, ¿todavía le responde a los Alfas?
—No, se ha comportado bastante bien, cumple con todas sus tareas y en el pueblo sólo he escuchado halagos por su actitud.
—Espero que así continúe, no me temblará la mano para enderezarlo una vez más, no voy a tolerar a ningún rebelde.
—Descuida, me asegurare de que continúe como ahora —afirmó y el mayor asintió.
—Ve diciéndole lo que debe hacer en cuánto el Rey Kim y sus hijos vengan, su Reino se ha expandido lo suficiente como para que incluso puedan reinar dos Alfas, con alguno debe quedar.
—Claro, ¿hay algo más que necesites?
—Es todo, puedes irte —dijo y Kook se retiró enseguida, en busca de su hermano para darle las nuevas notícias, se acercó a una de las omegas que limpiaba— ¿dónde está mi hermano Yoongi? —le preguntó.
—Salió, Alteza —dijo sin mirarlo a los ojos— fue por el príncipe Soobin y después iba a pasar al pueblo.
—Gracias —dijo antes de salir directo a montar uno de los caballos para alcanzarlo, no le gustaba que su hermano anduviera sólo por el pueblo, nunca faltaban los Alfas irrespetuosos y ya una vez se había metido en problemas por no dejarse, siendo tachado de rebelde.
Se prometió que jamás lo dejaría sólo de nuevo de ser posible, sólo así el omega podía caminar con tranquilidad, el título de príncipe no era tan significativo para nadie cuando un omega lo portaba, injusto pero así era.
Mientras tanto Yoongi caminaba por el pueblo con su enojado hermano menor de la mano.
—Jungkook es alguien ocupado, estoy seguro de que no te ha dejado plantado a propósito.
—¡Es un mentiroso! —insistió rencoroso— prometió enseñarme y ya no cumplió.
—Tal vez mañana…
—¡No hyung!, ya no me mientas también, sólo me prometió eso para que no hablará, me hizo creer que era en serio cuando él no tenía intenciones de cumplir siempre —suspiró triste el menor— quiero ir al castillo.
—Claro —dijo con una mueca triste y vio al guardia— acompaña al príncipe Soobin hasta el castillo, yo aún me quedaré un poco más.
—Enseguida —hizo un reverencia y caminó junto al menor hasta el castillo.
—¿Es seguro que se quedé sin el guardia, Alteza? —se atrevió a cuestionar el rubio.
—Será por poco tiempo y te tengo a ti haciéndome compañía, el pueblo debe ver a sus príncipes caminar entre ellos, ¿qué clase de gobernantes no conocen a su pueblo? —cuestionó— así que andando Geu, entre más pronto se haga esto regresaremos más rápido al castillo, sólo hay que evitar los problemas —advirtió.
—Como diga —asintió y siguieron caminando, algunos omegas lo saludaban con una sonrisa mientras que los Alfas no hacían más que ver al príncipe Yoongi como a un trozo de carne frente a lobos hambrientos y las miradas hacía el rubio no eran diferentes, sólo que a diferencia de Yoongi que los ignoraba los sentidos del rubio estaban más alerta que nunca, mirando a todos lados con desconfianza.
Cada movimiento a su alrededor lo monitoreaba listo para atacar.
Y eso no hizo más que asustarlo, porque si se supone que era un omega como los demás no debería pensar en como golpear o lastimar a cualquier Alfa que se atreviera a hacerle algo.
"Realmente yo... Soy un rebelde"
Yoongi se detuvo para hablar con una Omega sobre su trabajo cuando un movimiento a su lado llamó la atención de rubio, que curioso volteo y para su desagrado pudo observar a un Alfa adulto acosar a una omega pelirroja de no más de dieciséis años, rodeandola y después intentado tocarla, sin darse cuenta empezó a acercarse hasta ellos cuándo noto que todos se alejaban sin intención de ayudar a la chica.
"Despreciable"
—N-no A-Alfa... Por favor, n-no me haga daño —pidió asustada la chica.
—Pero si ambos lo vamos a disfrutar, no habrá daño —aseguró sonriendo y antes de poder meterle mano fue detenido por una mano en su brazo— ¿qué demonios crees que estás haciendo?, esto no tiene que ver contigo.
—Es sólo una niña, déjala —ordenó.
—¿Vas a tomar su lugar acaso? —cuestionó acercándose —si no es así da un paso atrás, omega.
—No dejaré que la toques.
—Entonces me vas a dar tú lo que estás impidiendo que tome de ella —agarró su brazo con fuerza— levanta tu hanbok e inclínate— ordenó, el rubio observó a su alrededor, no había nadie más que la chica que lo veía aterrada, así que sonrió observando al tipo.
—Yo creo que hoy no —cerró en un puño su mano y sin dudarlo lanzó el golpe en la cara del Alfa, que gruño por el dolor y después gritó cuando su brazo fue torcido al grado de casi romperlo— no quiero verte intentar algo así con otro omega o te prometo que lo romperé y no será lo único que vas a tener roto —amenazó soltandolo y cuando levantó la mirada la chica ya no estaba.
—¡Rebelde! —gritó el Alfa y cuando menos espero ya estaba rodeado de guardias que lo apuntaban con espadas— ¡ese omega es un rebelde! —lo señaló.
—Oh no… —murmuró levantando las manos.
—En este Reino los rebeldes no son bienvenidos —informó un guardia— así que serás ejecutado en este instante —levantó la espada y el rubio se preparó para morir, cuándo Yoongi llegó.
—¡Espera!, ¡él es mi sirviente y yo se lo ordene! —gritó para detenerlo.
—¿Le ordenó a este omega enfrentar a un Alfa? —cuestionó incrédulo.
—Si, quería hacerme daño y... Le ordene defenderme, como el hijo del Rey él no dudo en obedecer, así que pido que sea juzgado en la corte por mi padre para poder aclararlo antes de que se le dicte una sentencia.
—¡Eso no es verdad!, ¡es un rebelde! —se puso de pie mientras abrazaba su mano lastimada— ustedes no dudarían de la palabra de un Alfa.
—No, lo siento Alteza Yoongi pero…
—¡Yoongi! —gritó Jungkook al llegar y al ver a los guardias detuvo al caballo— ¿que sucede aquí? —preguntó molesto y todos hicieron una reverencia.
—¡Es un rebelde, Alfa Jungkook!, ¡me atacó sin razón ese extraño! —acusó de inmediato el Alfa lastimado.
—Yoongi, ¿qué sucedió? —preguntó de nuevo a su hermano.
—Le ordené a Geu que me defendiera de ese hombre y terminó lastimado, ahora quieren ejecutarlo pero quiero pedir que sea juzgado en la corte.
—Un omega no está en posición de pedir nada, aunque sea el hijo del Rey, ¡y ese rebelde hasta órdenes me dio!
—Concedido, llevenlos a todos al castillo, me adelantaré para avisarle —dijo ignorando al Alfa y el caballo empezó a correr, el rubio estaba confundido de seguir con vida, sabía que sería posiblemente tachado de rebelde al defender a la omega pero lo hizo dispuesto a afrontar las consecuencias.
Y es que Yoongi observó a la distancia los firmes movimientos de Geu, la elegancia de golpear sin titubear y cómo incluso después de decirle que sería ejecutado no hubo temor en su mirada.
Estaba dispuesto a morir por una chiquilla que en cuánto tuvo oportunidad lo abandonó para salvarse.
Una vez que llegaron al castillo el juzgado ya estaba esperando, con el Rey observando a los que entraban con su futuro heredero a un lado y la reina, a la que el rubio no conocía, del otro.
Realmente parecía... Sólo un adorno.
El rubio fue puesto de rodillas con brusquedad frente al Rey, que lo miraba enojado desde arriba, detrás estaba su testigo Yoongi y el Alfa a su lado estaba en la misma posición, arrodillado ambos teniendo guardias a sus lados.
El rubio se dio cuenta entonces de que realmente él no pertenecía a esas costumbres, porque no había querido contenerse de darle su merecido al Alfa pero ahora tenía que hacer lidiar al príncipe Yoongi con el Rey para que no lo asesinaran.
Y no llevaba ni un día, linda manera de empezar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro