Cuando Jean y Juliette llegaron al sótano de su casa por el mismo medio que usaron cuando se escaparon de su casa, Noah no se había ido con ellos y hasta los dos hermanos le propusieron quedarse a dormir en su casa, algo que este se negó ya que argumentó que si sus padres se enteraban que se había escapado le iría mal

pero después de subir las escaleras y Jean abriera la puerta, tanto él como su hermana se llevaron la sorpresa de ver a su madre

Madeleine Lombard. Lefebvre de soltera, era una mujer de tez pálida, su pelo era, según en su juventud, largo y de color castaño oscuro y que ahora estaba recogido con una trenza sencilla y en ese momento tenía puesto una bata de color negra con lineas de color plata

-se puede saber porque estaban con los humanos- les cuestionó Madeleine a sus dos hijos con voz tranquila pero también severa

-tranquila mamá fue idea mía- le dijo Jean mientras este cerraba la puerta del sótano

-ahorita no quiero saber que los llevó a tomar esa decisión cuando hay un asesino suelto. Los estaba esperando porque su padre recibió una visita por parte de Margaret Seymour y Marcus Wood- les respondió Madeleine

-¿qué hacían aquí la Principal del aquelarre inglés y el líder de los transformadores?- le preguntó Juliette a su madre

-si quieren enterarse es mejor que vayan a la biblioteca. Su padre y Gustav están allí- les dijo Madeleine y esta fue la primera en retirarse seguida por sus hijos para después entrar a la biblioteca

la biblioteca, además de estar rodeado de libros escritos por humanos y vampiros de otras partes del mundo, tenía un escritorio donde madera oscura así como algunos sillones de estilo rococó al igual que algunos objetos decorativos y en uno de esos sillones estaba sentado Gustav Lombard, de veintiún años, su complexión física era delgada y con el típico pelo negro y este también tenía puesto una bata aunque de color azul oscuro

mientras que, sentado en una silla detrás del escritorio, se encontraba Jacques Lombard, líder de los vampiros franceses y patriarca de la familia Lombard, se trataba de un hombre de treinta y nueve años, su pelo era rizado oscuro y en ese momento tenía puesto una bata de color carmesí

-¿donde estaban?- les preguntó Jacques a sus dos hijos apenas estos entraron a la biblioteca y Madeleine cerraba la puerta

-fuimos a Londres- le respondió Juliette con un poco de nerviosismo

-no se porque me recordó cuando tu y yo nos escapabamos hacia Londres- le dijo Jacques dirigiéndose hacía su mujer, quien había tomado asiento y tenía las piernas cruzadas

-igual lo recuerdo- le dijo Madeleine -solo que en esas ocasiones no estábamos liando con un asesino que se hace llamar el Destripador

-pero bueno, hay problemas mucho más importantes que una salida a Londres hecha por estos jóvenes- les dijo Jacques -el Destripador atacó nuevamente y esta vez se trató de una bruja del aquelarre mágico ingles

-y mientras ustedes estaban en la ciudad vino Margaret Seymour acompañada de Marcus Wood pidiendo explicaciones y seguramente estarán en este momento con los Hastings- les respondió Gustav con su típico tono arrogante

en los últimos días, la Comunidad Mágica estaba sufriendo el hecho de que un transformador inglés apareció muerto cerca del territorio que pertenecía al aquelarre mágico inglés y aquello provocó que las tensiones entre los brujos rojos y los transformadores ingleses se tensaran por el momento hasta que al parecer, el cuerpo de una bruja apareció

-ambos tenían la misma forma de muerte. Un degollamiento y la falta de sangre- les dijo Jacques

-creo que ya sé a qué va todo esto- les dijo Juliette

-y como no hay hasta el momento ningún vampiro o demonio, piensan que nosotros o los demonios tenemos algo que ver

-espero que hayan quedado satisfecho con lo que les dijiste- le dijo Jean

-lo dudo mucho y yo tampoco quedaré satisfecho- les dijo Jacques al mismo tiempo que se levantaba de su asiento -iré con los Hastings y me gustaría que los tres me acompañaran- les dijo a sus tres hijos y estos se sorprendieron por aquello, incluso sorprendió a Madeleine

-estás seguro de querer hacerlo- le cuestiono Madeleine -sabes como son los Hastings

-aburridos hasta la náusea- dijo Juliette bromeando y Jean soltó una risita por aquel comentario

-creo que si estos "niños" ya están bastantes grandecitos para salir a escondidas de la casa entonces ya están lo suficientemente grandes para ir a la casa de los vampiros- le respondió Jacques y después se retiró junto con Gustav para cambiarse de ropa

luego de unos minutos, Jacques y Gustav bajaron a través de la escalera y esta vez, los cuatro bajaron al sótano para activar nuevamente el portal y dirigirse a la mansión St. Mary