Jean se despertó de su sueño cuando escucho que alguien estaba tocando la puerta y lo primero que vio fue a Suzanne dormida y de espalda, por lo que se levantó sin preocuparse por las ventanas ya cubiertas y al abrir la puerta, vio que era su hermana Juliette sosteniendo una bandeja de plata

-no sabía que te gustara hacer este tipo de cosas- le dijo Jean en forma de broma a su hermana

-mamá se levantó temprano para hacer el desayuno y a lo mejor más tarde tratará de conseguir un nuevo mayordomo- le respondió Juliette -¿cómo pasaron la noche?- le dijo con una sonrisa picara en el rostro

-lo intentamos, pero creo que no estamos preparados aún- le confesó Jean con cierta timidez

-eso se llama apresurar las cosas hermano- le dijo Juliette -pero no te preocupes, ya llegara el momento adecuado

luego de entregarle la bandeja, Juliette se retiró mientras que Jean ponía la bandeja sobre el tocador para cerrar la puerta y después se dedicó a despertar a Suzanne

-buenos días. ¿Que tal pasaste la noche?- le preguntó Jean mientras Suzanne abría los ojos y veía el rostro de Jean

-tranquila y reconfortante- le respondió Suzanne mientras le dedicaba al vampiro una sonrisa

-espero que no te moleste que no se vea el sol pero por razones de seguridad evitamos el contacto con el sol- le dijo Jean y Suzanne se limitó a reírse mientras se levantaba de la cama

-no te preocupes- le dijo Suzanne -lo entiendo perfectamente

-mi hermana nos hizo el favor de traernos el desayuno- le respondió Jean y ambos se dedicaron a desayunar

el desayuno consistía en huevos estrellados con tocino, pan con mantequilla derretido y café con azúcar y mientras ambos desayunaban tranquilamente, Suzanne, con voz tímida le hablo a Jean

-te podría pedir un favor- le dijo Suzanne y Jean asintió -podríamos esta noche ir a ver al Destripador

se hizo un silencio incómodo en la habitación y Jean no pudo evitar mirar extrañado a Suzanne hasta que esta habló

-no pienses mal- le dijo -necesito verlo para saber que lo incitó a matar a mi mamá

-estás segura- le cuestiono Jean -en la noche puede que reanuden el interrogatorio

-completamente Jean. Quiero en serio verle la cara- le respondió Suzanne y Jean pudo ver la ira que la joven bruja trataba de ocultar infructuosamente 

-no te preocupes, te ayudare- le dijo Jean y ambos sonrieron

las horas pasaron con total normalidad y fue durante esas horas que Jean aprovechó para mostrarle la mansión Lombard a Suzanne y explicarle toda la historia de algunos miembros de la familia donde estaban sus retratos en el salón de la mansión 

cuando el sol se ocultó, Jean, en compañía de Suzanne, salieron de la mansión y antes de entrar a las catacumbas, Jean saco una linterna y la pareja se internó en las catacumbas

en esta ocasión las catacumbas estaban en total oscuridad y la única fuente de luz era de un blanco brillante proveniente de la linterna que Jean sostenía mientras le relataba a Suzanne sobre algunos de los Lombard que estaban allí enterrados y le tomaba la mano para caminar con un poco más de prisa

-¿como sabes todo eso?- le preguntó Suzanne mientras caminaban por el oscuro camino

-mi hermana Juliette me enseñó todo esto. Se podría decir que es muy inteligente y eso que no la has visto pelear- le contestó Jean

-quien diría que con lo bonita que es sea muy inteligente- le dijo Suzanne

-yo tambien he tenido esa impresión de ella- le confesó Jean -es el claro ejemplo de que la belleza y la inteligencia no están peleadas

-¿y tu otros hermano?- le pregunto nuevamente Suzanne

-Gustav es muy distinto a mi y a Juliette. Digamos que el es demasiado serio, le gusta el orden y hasta en cierto punto tiene un carácter autoritario- le decía Jean -supongo que eso se debe a que el sucederá a mi padre

los dos siguieron caminando y cuando ya estaban aproximándose, un fuerte olor penetró el olfato de la pareja y tanto Jean como Suzanne no evitaron el taparse su nariz por aquel olor como si estuvieran quemando algo y antes de que llegaran a la mazmorra donde estaba Pierre encadenado, el olor se intensificó y cuando Jean dirigió la luz de la linterna hacia el interior, la sorpresa fue inmediata

Pierre se encontraba aún encadenado, su cuerpo estaba totalmente quemado y con la carne desprendiéndose así como una mirada de terror en su ya irreconocible rostro

Jean vio que cerca de allí se encontraba una botella de agua de agua bendita y pronto se dio cuenta que Suzanne estaba tratando de aguantar sus arcadas por ver aquella imagen y entonces, de manera inexplicable, alguien golpeó a Suzanne y Jean, quienes cayeron al suelo

pero al tratarse de un golpe no tan fuerte, Jean, un poco adolorido, ayudó a Suzanne para que se levantara y mientras esta agarraba la linterna, ambos fueron en persecución hacía con aquella misteriosa persona

ambos corrieron hasta salir de la catacumbas y parecía que no alcanzarían a aquella persona que estaba cubierta por una túnica negra, pero entonces, dicha persona fue detenida por un látigo que rodeo su cuerpo y Jean se dio cuenta que se trataba de su madre Madeleine, acompañada por Jacques y Juliette

-¿que sucede aquí?- preguntó Jacques de inmediato

-mataron a Pierre- le confesó Jean a su padre y este, se acercó con aquel hombre que estaba sometido por el látigo y con un rápido movimiento le retiró la capucha que ocultaba su rostro y todos quedaron impresionados por lo que estaban viendo

se trataba de Gustav Lombard

Gustav trataba liberarse de aquel sometimiento mientras miraba a sus padres, hermanos y la novia de su hermano menor con una expresión de enojo hacia su familia

-¿porque mataste a Pierre?- le preguntó Jacques severamente pero no recibió ninguna respuesta por parte de Gustav -eres el Destripador verdad- le cuestiono Jacques, no recibió respuesta por parte de su hijo mayor, pero si una sonrisa que la familia no podía relacionar con la personalidad de Gustav

-¿porque hiciste todo esto?- preguntó Madeleine bastante sorprendida aunque eso no impidió que siguiera sujetando el látigo con mayor fuerza

-para limpiar la inmundicia que la comunidad mágica no ha querido limpiar- habló por fin Gustav y en un tono arrogante 

-¿de que estas hablando?- le preguntó Jacques

-típico de la familia, creer que somos iguales ante esos asquerosos brujos, transformadores y demonios- empezó a hablar Gustav -debimos conquistarlos a todos que convivir con inmundicia como lo son los demás

para sorpresa de todos, Jacques le dio una bofetada a su hijo mayor, el ruido provocado fue tan sonoro que Jean se estremeció mientras veía a su padre con expresión seria y pudo percibir también escepticismo y no solo por parte de Jacques, si no también por parte de él, su madre y su hermana

-y tu cometiste el peor error hermano- volvió a hablar Gustav -relacionarte con una bruja sucia debe de ser considerado el peor error que hayas cometido y todo por la fantasía de un amor adolescente

cuando escuchó aquellas palabras, Jean sintió ganas de abalanzarse en contra de él, pero la fuerza de Suzanne lo detuvo mientras veía la sonrisa burlesca que su hermano mayor le provocaba en un intento de que cayera en su juego, pero aquello no pasó, porque Suzanne lo tranquilizo y vio como ella trataba de reprimir su enojo al estar enfrente del asesino de su madre

-llevalo a la mazmorra- ordeno seriamente Jacques a su mujer mientras este se daba la vuelta para ya no ver a la vergüenza de su familia 

-dudo mucho de que lo logren padre- le respondió Gustav y cuando Jacques se dio la vuelta vio como Gustav, con ayuda de un cuchillo, rompió las cuerdas que lo mantenían atado para después sacar una gran espada al mismo tiempo que Juliette sacaba su propio látigo con forma de serpiente color dorado

Jean pensó que se trataba de Garra Negra, la espada ancestral de los Lombard, pero después, se dio cuenta que la empuñadura estaba incrustada por pequeños rubíes rojos que brillaban en la noche y al parecer no fue el único que se dio cuenta de a quién le pertenecía aquella espada

-¿porque tienes a Garra Blanca?- le preguntó Juliette a su hermano mientras se preparaba para el duelo que seguramente tendrían

-se la pedí prestada a Peter Hastings- le respondió Gustav mientras se preparaba también para el duelo

-entonces los Hastings estaban también metidos verdad- le cuestiono Jean a su hermano

-hay muchas cosas que desconoces pero ahorita no hay tiempo para eso- le dijo Gustav y emprendió hacia con Juliette

esta, atacó a su hermano con el látigo pero Gustav logró frenar el ataque con la espada y siguio asi hasta que el látigo dorado se enrollo en la hoja de la espada apenas Juliette y Gustav estaban frente a frente y fue este último quien, con la fuerza de Garra Blanca, logró arrebatarle el látigo a su hermana y acto seguido, golpeó con él a Juliette, a su madre y a su padre que trataban de huir para buscar refuerzos y los únicos que quedaron de pie fueron Jean y Suzanne

-enserio te quiero hermano- le dijo Gustav -pero es necesario que haga esto

luego de haberle dicho eso, Gustav corrió en dirección a su hermano y Jean trató de desviarlo hasta que alguien lo empujo y lo que vio fue una estela de fuego

se trataba de Suzanne, quien, con su varita logró incendiarle la túnica a Gustav, pero este se la quitó y después de proferir una maldición hacia la joven bruja se dispuso a atacarla, pero Suzanne se defendió con su varita a base de los hechizos que su tío le había enseñado

la escena era demasiado espectacular para Jean, la varita de Suzanne lograba invocar encantamientos y hechizos que la joven había aprendido mientras que Gustav los desviaba con la espada y cuando pensaba que estaba por atacarla, Suzanne se desviaba para hacer que Gustav estuviera debilitado por lo que Jean se puso de pie para dirigirse a la mansión y buscar refuerzos y ayudar a Suzanne

sin embargo, lo impensable pasó y apenas Gustav desvió uno de los hechizos de Suzanne, este, con un rápido movimiento, le produjo un corte largo en el estómago a la joven, quien, al sentir la hoja pasar por su estómago y después el líquido rojo carmesí, dejó de lanzar hechizos, cayó al suelo, y Jean corrió hacía con Suzanne y la agarró por detrás

Jean intentaba no llorar pero la sangre salía muy rápido de con Suzanne y vió como como Suzanne trataba de aferrarse a la vida mientras los demás Lombard se acercaban hacía con la pareja para socorrer a la mujer

-te amo- le dijo Suzanne en apenas un susurro a Jean y finalmente, Suzanne, cerrando sus ojos dejó su alma de este mundo

Jean trató de reanimarla mientras empezaba a llorar y al ver que Suzanne ya estaba muerta vio a través de sus ojos llorosos como Gustav miraba aquella escena con total pasividad mientras la hoja de la espada seguía manchada con la sangre de Suzanne y después, sacaba de su bolsillo una piedra de color anaranjado y se dedicó a encenderla para escapar

Jean se levantó deprisa y corrió en dirección a su hermano, pero Gustav logró escapar al mismo tiempo que Jacques, con su fuerza, logró detener a Jean mientras seguía llorando por la frustración de no detener a su hermano y por la tristeza de perder a la persona que amaba