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El dolor de la vida, la alegría de la muerte.






"Como olvidar el primer día que llegue: estaba tan asustada sin saber que iba ser de mi, sin saber cual sería mi futuro.

Pensar que cuando  me dijeron que iba a pasar la noche con el Sultán estaba tan nerviosa y emocionada. Que ilusa y tonta fui. Que estúpida por no verlo en el momento.

La primera vez que me dijeron que  estaba embarazada  estaba tan feliz porque siempre quise ser madre y asustada por no ser una buena madre. Y por los dolores del parto. Como me hubieran encantado tener a mi madre para que me diga que todo iba a estar bien, que todo saldría bien.

Todas las veces que llore por ti y ni una lágrima de mi te merecías, lo único bueno que salió de ti fueron mis hijos. Solo eso.

¡Oh Ahmed! Mi niño Te arrebataron tan rápido de mis brazos. Tan rápido que cuando menos lo esperé ya no estabas.

Extrañaba montar en caballo y sentir el aire tocar mi  rostro y enredar mi cabello.

Ahora entiendo porque decían que este palacio podría ser el infierno o el paraíso. ¡Si las paredes hablarán!

Pude no haber tenido el amor del Sultán pero tuve el amor de mis hijos y de las hermanas que la vida me dio y eso fue suficiente para mí."

Yo estaba destinada a tu amor, pero me hiciste aún  lado y me Olvidaste.

Mi nombre es Mihrimah, Que significa el sol y la luna, soy Mihrimah aquélla que amo y odio por sus hijos, soy Mihrimah.















Soy Muazzez, hija de la cocinera de La reina María. Soy Muazzez la débil, la amable, la que no tenía futuro pero aún así llegó lejos.

Soy Muazzez la que para ocultar su dolor vio como vía de escape el olvido.

Fui Muazzez la débil, fui Muazzez la menos favorita, la odiada por ser sensible.

Ame pero no fui correspondida.

Siempre última en todo.

Fui la sultana que sufrió los despreció de el Sultán hacia sus hijos. Soy aquella que se las arregló para poder darles todo el amor posible. Fui aquella alma bondadosa que acogió a esos que no eran de su sangre y les dio amor hasta el fin.

Soy Muazzez aquella que vivió con tristezas y amarguras, el dolor que se clavó desde la médula, quién perdió todo y solo obtuvo refugio en la compañía de mis amigas.

Perdí hijos y amigos, la vida fue amarga por culpa de otros por culpa de un demonio con linda cara.

El exilio es para muchos una tortura pero para mí fue una rara paz, una paz que fue corrompida por la ambición de quién ya lo tenía todo. Vi a mis amigas sufrir por sus hijos.

Fuí débil porque a diferencia de ellas yo no pude servirme de ese dolor para tener venganza.

El dolor fue tanto que comencé a olvidar a aquellos que me rodeaban.

Aunque siempre alguien me recordaba la realidad.

Pese a todo jamás ambicione el poder, pero parece que a nadie le importó y aún así me hicieron sufrir.

Fuí patética según muchos y para pocos una luchadora.

Soy Muazzez que significa honorable, soy Muazzez la que pasó a la historia por no causar conflictos.

Soy Muazzez, la grande.























La llamaron la ingenua, la inocente, pero lo que no sabían era que una persona así puede guardar mil secretos, y muy oscuros.

Soy Nur Sultán, la griega, la primera afortunada mujer que ingreso al Hasoda y obtuvo el favor del Sultán.

Terminé olvidada, y era la burla por ello. No creía que Allah llegaría tan temprano por mí, pero el dolor de perder a tus hijos es algo que nadie quiere pasar, nadie debe pasar.

Si la montaña es muy alta siempre hay otro modo de subir a ella, no logré vengar la sangre de mis hijos, pero se que otra lo hará y me regocijare de la agonía de mis enemigos allí donde esté.

Soy Nur Sultán y se que el sultanato de Mahmud estará maldito y le ruego a Allah que haga que él y su madre sientan el dolor que le causaron a los demás.

Soy Nur Sultán, la luz que ya se apagó y ahora puede descansar.


















Yo soy Gevherhan Haseki Sultan, la gran enemiga de todas las demás esclavas que quisieron imponerse ante mí. Mi nombre pasará a la historia como a una desterrada más, pero no me arrepiento, eran ellos o mis hijos, eran los buenos o los malos, pero mi familia estaba primero. Me encargué de alejar a mi amado de su amada para lograr mi objetivo y tampoco me arrepiento de ello. Llegué por error y me convertí en lo mejor con determinación. Tuve que asesinar con mis propias manos sin querer y por eso mi hija murió junto a mis nietos, de eso sí me arrepiento. Preferiría haber muerto yo a manos de esa perra antes de que mi hija me viera en esa condición que provocó su muerte. Amé a mis hijos por igual, a mi modo, pero lo hice. Ninguno me entendió y más Hürrem, sin embargo primero estaba el amor de hermano antes que el de pareja y eso no comprendió.
Humillé y pisoteé a los demás en cada oportunidad sin remordimiento alguno hasta el fin de mi era, no obstante todo llegaba a su fin y ante ello mi derrota. Pase lo que pase dejé huella en la historia de una manera cruel e injusta, pero lo hice y las demás no. Podrán hablar de mí lo que quieran y nunca comprenderán que una mamá hace lo necesario para sus hijos y más en Topkapi donde un sólo susurrar y era tu fin.
Soy Gevherhan Sultan y esa fue mi historia de determinación y admiración.
Soy la Haseki Sultan del imperio otomano y nadie logró evitar que así sucediera. Soy Haseki Gevherhan Sultan y todo inicio tiene un fin.














¿Cómo fue que llegamos hasta aquí?

La desgracia nos trajo aquí, la avaricia y la envidia me llevo aquí.

Me llamaba Evelyn y era la avellana que cayó del paraíso, yo nacida en la Nueva España viví pacífica mi vida hasta que mi propia madre me vendió a los tártaros para quedarse con mi herencia.

Sufrí la traición de la mujer que me dio la vida, me trataron como esclava, mal nutrida y triste me llevaron a un palacio que sin dudas terminaría con mi inocencia.

*Pero no todo el oro del mundo puede llenar el vacío del alma ni reparar el alma que se rompe por avaricia*

Llegué a Topkapi con miedo, miedo del hermoso palacio que se posaba ante mis ojos pero también peligroso a la vista. Incluso desde que mis pies tocaron el suelo del Harem supe que toda mi vida caminaría sobre fuego.

Tuve amistades hasta determinado momento fueron la pequeña luz en la oscuridad. La oscuridad llegó luego de pisar la Hosada, eventualmente así como no fui la primera no fuí la última.

Pero si que si fui la primera en dar a luz a un şehzade y una sultana, mis hijos, mis razones de vivir Mükerrem y Korküt. Mis hermosos hijos que desde que estuvieron en mis brazos los ame ellos le dieron color al mundo y este ya no era gris, los colores más hermosos e inimaginables se mostraban ante mi y así los hijos que vinieron luego de ellos trajeron la música, las más bellas melodías solo eran opacadas por la música que parecía escucharse al oirles reír.

Por un momento la primavera era más cálida y bella, fue la más larga y hermosa.

Pero la hierba mala creció y acabo con ese campo fértil donde vivía.

Geverhan... ¿Qué mal te hicimos?

Prometimos no tocar a nuestros hijos y fuiste la primera en romper tu promesa.

Te llevaste la calidez del mundo.

Nunca ame al Sultán, solo pude amar a mis hijos

Solo quise la felicidad para mis hijos.

Solo pude allar esa poca felicidad en ellas... Mihrimah, Nur y Muazzez que apesar de los deslizes fuimos felices.

Pero todo ello acabo cuando mi hijo murió.
¡Oh mi querido Korküt!¿Cuál fue su pecado? Tal vez fue el no ser el hijo de una Haseki Sultan.
¿Cuál fue el pecado de sus demás hermanos?

Pero el Karma es alelo.

Murad, tú maldito puro, poco hombre, maldito mandilon siempre pensaste solo con la cabeza de abajo. Tú quien me dio a mis hijos, tú quien me arrebato el alma me alegro que nadie más que tu mujerzuela te llorará cuando moriste. Ese día un peso se quitó de mi vida aunque eso me duró poco.

Ojalá y estés quemandote en el infierno.

Y a ti Geverhan, dios escuché mis plegarias y pagues todos tus males con el doble de dolor que yo pasé y por qué me hiciste pasar.

Por el mal que causaste a todos.

Por mi hermano.
Por mi hijo.
Por Nur.
Por Mihrimah.
Por Muazzez.
Por mis hijos y nietos.
Por TODOS mis hijos.

Mi nombre es Şivekar Ozara Emetullah Sultán primer consorte del Sultán Murad, madre de los şhezades Korküt,Hülya y Isa y madre de las sultanas Mükerrem y Dilruba.

Fuí aquella que luchó por lo justo y lo ideal.

Aquella que puso a sus hijos por encima del poder.

Nunca fui feliz realmente, nunca a mi entendimiento.

Nunca tuve paz.

Soy Şivekar la Sultana de azúcar.

Soy Ozara el tesoro sin valor.

Soy Emetullah aquella sin significado.

¡Escúchame mundo! Historia no dejes que me olviden, que no olviden mi nombre y lo que sufrí.

Soy Şivekar el veneno con sabor dulce.

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