Capítulo 74
Dilruba corrió al escuchar los gritos de su madre, cuando llegó a los aposentos de su hermano la miró sobre los cuerpos de estos llorar desconsolada, miró con horror el lugar y luego se acercó a paso lento.
—¿Mamá?—susurró
—Mis hijos Dilruba, mató a mis hijos frente a mí, me los arrebató —gritó llenando su rostro de sangre pues paso sus manos por este con desespero.
Dilruba la miró con dolor y se arrodilló a su lado.
—Van a sufrir, van a llorar sangre —le aseguró pero Şivekar la ignoró y siguió lamentándose.
—Sultana Huricihan—gritó Demir agha
—¿Que pasa?—suspiró viendo al agha y luego miró a Aşupcan
—Perdón, lo que les diré me dejo sorprendido, lo siento
—Habla ya—dijo Aşupcan desesperada, sintió un opresión en su pecho.
—Lo siento, la sultana Hoşyar, su mellizo y sus sobrinos murieron anoche—Huricihan miró sin creer al hombre
—No, no mientas—negó la pelirroja
—Atacaron el palacio anoche, la sultana al ver que su hermano estaba muerto decidió suicidarse junto a su sobrino antes de que llegaran por ellos, una hatun que logró escapar me dijo.
—¿Fuiste a ver?—dijo Aşupcan con la voz quebrada y el agha asintió
Huricihan sollozo bajo mientras que la menor comenzaba a gritar y a maldecir a todos.
—¿Dónde esta mi madre Kardelen?—dijo la pelirroja
—Con el şehzade Yusuf
—Vayan por ella, ¡Ahora!—grito y miró a Nurbanu está sólo negó triste.
Baharnaz miraba a sus hermanos por última vez, se puso de pié y abrazó a su madre, salió de los aposentos y con todo el dolor del mundo se encerró.
—Perdón por esto, perdón mamá, perdón Bahar—sollozo y miró la cuerda con dolor, suspiró por última vez y se puso la soga en el cuello y empujo el banco en el que se subió.
Lucho por un largó rato hasta que dejo de hacerlo, dejo de sufrir, dejo a su madre y hermanas con un gran dolor.
Por que este no era mundo para los débiles.
—¡Mamá!—gritó Bahar buscando a su madre, le abrió las puertas a las criadas y estas comenzaron a correr con miedo—¡Baharnaz!
La joven sultana de veinticinco años busco por todos lados a su gemela, busco en su habitación y al intentar abrirla se encontró con que esta estaba cerrada.
—¡Agha! ¿que paso aquí?—les gritó
—Nos mandaron de descanso anoche sultana, no sabemos—negó el hombre
—Abre esa puerta—suspiró y el agha la pateo dos veces hasta que esta logró abrirse, el hombre asustado le dejo paso a Bahar que al entrar llevo sus manos a su boca.
—¡Baharnaz!—gritó —¡Hermana! ¿que hiciste! Baharnaz.
Dijo de rodillas en el suelo, su corazón comenzó a doler, una de las criadas y aghas que habían sido liberados hace poco por ella llegaron con noticias, Bahar los miró por un largo rato hasta que la hatun negó triste.
—Sultana, su madre, su madre y sus hermanos se han ido—dijo la hatun y Bahar la miró con dolor.
—Largó
—Sultana
—Vete, no quiero ver a nadie—gritó
—No dejaremos que usted se vaya también— el agha
—Déjenme hacerlo, se han ido todos, estoy sola, Solá —gritó con fuerza, la hatun la tomo de los brazos y la abrazo, Bahar la miró unos segundos y la abrazo.
Minutos antes.
—¿Dónde vas Baharnaz?—susurró Mihrimah
—Lejos de esto—dijo la joven y Mihrimah asintió, cuándo su hija estuvo lejos tomo la daga con la cual habían matado a sus hijos.
—No puedo vivir con dolor, la muerte no es un castigo, es una bendición, estar viva es el castigo, no le daré gusto al mal, perdón allah, perdón—susurró y paso la daga por su cuello, batallo unos segundos contra el dolor y luego todo fue paz.
—Sultana Muazzez —dijo Kardelen llegando hasta la provincia de Yusuf
—Quiero olvidar esto Kardelen, quiero hacerlo, me quitaron a mi hijo, Kardelen—sollozo
—Lo siento tanto, siento esto, y más lo que le diré, Hoşyar, Abdullhamit y sus nietas han muerto, los mataron sin piedad alguna—dijo la mujer en llanto, Muazzez la miró unos segundos y comenzó a llorar de nuevo.
—¡Allah! No—grito—mis hijos —soltó otro desgarrador alarido, la kalfa se acercó a su sultana y la abrazo—no, Kardelen, no, no ellos, no.
Gevherhan miraba a las criadas bailar, se sentía feliz a pesar del momento económico por el que pasaba el imperio, miró a la nueva favorita de su hijo que esperaba un bebé en aquellos momentos, deseaba con fuerzas que este si naciera con bien.
—Madre—dijo Mahidevran
—Mi hermosa hija, ¿mis nietos?
—Durmiendo—se sentó a su lado.
Pasaron hablando y riendo, Gevherhan les contó todo lo que pasaría en esos días a ambas jóvenes, Mahidevran ya no podía objetar o si quiera negarse, una vez llenas las manos de sangre no hay vuelta a tras.
El agha de la puerta aclaro su garganta y miró a la valide, el hombre en el fondo estaba riendo y esperaba que ella sufriera, tenía una orden clara.
—¡Atención los şehzades Orhan y Mehmet están aquí!— Gevherhan miró con una sonrisa la puerta esperando a que sus hijos entraran con una gran sonrisa pero su sorpresa fue tan grande que dos ataúdes ingresaron con los cuerpos de sus hijos
—¿Mehmet? ¿Orhan? Hijos—susurró y cayó de rodillas al suelo—¡Mehmet, Orhan! —gritó y Mahidevran la miró con dolor.
Si tan solo hubiera sido tan amable con ellos, si tan solo les hubiera dado cariño. Si tan sólo—repitió en su cabeza Mahidevran.
Mükerrem llegó hasta el palacio con una pequeña sonrisa, la cual fue borrada cuando vio a Muazzez y a Huricihan abrazando a Aşupcan, la joven sultana sintió miedo al verlas y bajo del carruaje de inmediato.
—¿Que esta pasando? ¿Hermanas?—susurró y Huricihan negó
—Acabó con todo Mükerrem, mato a todos—dijo con la voz entrecortada la pelirroja
—No, no, allah, no puede ser—negó con el corazón en la mano y corrió hacía el Palacio, todo estaba en un silencio sepulcral, las criadas bajaron las cabezas y doblaron sus rodillas cuando la vieron pasar, de fondo se escuchaban unos sollozos y podría jurar que escuchaba a su madre gritar.
—¿Madre?—dijo Mükerrem limpiando sus lágrimas
—No hables tan alto mi niña, tu hermano está durmiendo—dijo Şivekar simulando cargar a un bebé en sus brazos —me costó mucho pero Korküt se ha dormido.
—Madre, Korküt ya no...—negó con lágrimas en sus ojos.
—Si cariño, ya no está llorando, ¿cuándo despiertes quieres ir a jugar con el?—dijo poniendo el bulto en la cama, Mükerrem asintió y luego salió de ahí, al salir miro a Nurbanu la cuál la miró con dolor.
—Mi madre ha quedado loca, mi madre quedo loca, vio morir a mis hermanos—sollozo—¡ALLAH!—gritó
Muazzez, Şivekar, Nurbanu, Huricihan,Mükerrem, Bahar, Aşupcan, Ayşe, Esmehan y Dilruba miraban la gran caravana con todos los ataúdes salir.
Şivekar miró con dolor los pequeños ataúdes de sus nietos, los de sus hijos, Muazzez sostuvo la mano de su única nieta viva, Şermi, Bahar miraba los ataúdes de sus hermanos y madre, sintió que su vida llegaba a su fin al ver pasar el de gemela, la extrañaría hasta el final de lo tiempos. Huricihan miró pasar el ataúd de su mellizo, su promesa no se cumpliría del todo, no pudo cuidar a sus hijas, Mükerrem era abrazada por Nurbanu quién le susurraba una canción y que su madre le enseño cuando era pequeña y tenía pesadillas, Aşupcan miro el ataúd de Hoşyar y Abdullahmit, se sentía destrozada, cada segundo recordaba que esa podía ser ella y no Hoşyar.
Gevherhan miró con dolor a sus dos pequeños partir, Mahmud la miraba sin expresión alguna mientras que Mahidevran se lamentaba por todo.
*c esconde detrás de Rocío* todavía no me maten :')
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