Narra Gevherhan sultán.

Me dolió todo el cuerpo, al abrir mis ojos sentía cada dolor hacerse presente, la luz me molestaba grandemente y mi garganta estaba seca, al abrir mis ojos lo primero que vi fueron mis aposentos, gire un poco mi cabeza y Ayşe hatun estaba ahí leyendole un cuento a mi pequeña Hürrem, ambas posaron sus miradas en mi y Hürrem feliz corrió a agarrar mi mano, dolía pero al final yo misma lo busque.

—Mamá —sonrió Hürrem — creí que te perdería

—Allah escucho nuestras oraciones sultana, Özlem trae a la doctora y al sultán —dijo dándole agua

—¿Cuántos días han pasado?— susurró

—Un mes sultana, sus hijos la extrañan

—Traelos

—Su Majestad no quiere que vengan —bajo su cabeza

—Descuida —La doctora ingreso y comenzó a revisarla

—¿Se acuerda de algo de lo que paso?— Mihrişah sultán y Murad la miraban expectantes

—No, no recuerdo nada— mintió

—Ya despertó — Gülfidan le dijo a su sultana

—Por allah, Ojalá no hablé —susurró cargando a Aşupcan — dile a Sivekar— murmuró

—Sultana, Gülfidan hatun está aquí — dijo Yennet

—Que pase —deja a Dilruba en su regazo

—Sultana — hizo reverencia  y se acercó a su oído —Ya despertó

—Allah—susurró y le paso su hija a Yennet —¿Que haremos?

—Mihrişah sultán la espera en sus aposentos—dijo la hatun y Sivekar  se puso de pié

—Cuida a mis hijos— dijo saliendo de ahí y encontrándose a Mihrimah en su camino—¿Ya sabes la noticia?

—Así es, esperemos sea inteligente y no hable—susurró yendo tras de ella

—Sultana—dijeron ambas y Nur y Muazzez las miraron

—Salgan y cierren la puerta—le ordenó a sus criadas—Ella dijo que no se acordaba de nada, pero se que mentía, no hay que fiarnos de ella, Sivekar no podrás andar sola de ahora en adelante, ninguna —las miró — sus hijos tendrán más criadas y aghas de lo normal, tendremos mucho cuidado con lo que comen y beben, quién los lleva a los baños o a sus clases.

—Cómo ordene— dijo Nur— ¿pero no se verá sospechoso?

—No, es precaución, diré que tienen pocos aghas y criadas, ella tiene así treinta personas al cuidado de sus hijos, y los suyos también son importantes— las miró — iremos a almorzar al jardín hoy, quiero que ninguna demuestre miedo con lo que ha pasado, confió en ustedes.

—Claro sultana— dijo Muazzez

—Aghas, traigan a mis hijos y a sus madres —dijo el sultán revisando unos papeles —Quiero al culpable del intento  de asesinato de Gevherhan

—En eso estamos su Majestad, pero al parecer que el o ella, al igual que las pruebas se esfumaron— el sultán suspiró molesto

—¿Quién se atrevería a tocarla? Ella es tan buena, tan amable, no distingue entre todos mis hijos, ha sido paciente, al ver que recibía a mis otras esposas —suspiró y el gran visir lo miró serio, a el no le agradaba la Haseki pero igual tenía que ayudar al sultán

—Su majestad, las sultanas y los principes ya estan aquí, Gevherhan sultán no ha venido pero sus hijos están aquí —dijo el agha

—Si necesita descansar, que entren— se puso de pié y el gran visir bajo la vista

—¡Padre! —gritó Huricihan corriendo a sus brazos

—Papá —dijeron todos al unísono

—Hijos, Sultanas —las miró

—Su majestad, ¿nos ha mandando a llamar? ¿algo pasa?— dijo Nur

—Sólo quería estar con mis hijos —sonrió y puso su mano para que ellos la besaran y así lo hicieron.

—¿Cuándo iremos a montar todos juntos padre?— dijo Korküt el mayor de   todos sus hijos

—Si —dijo Ayşe — a mi madre le gustaría ir— Mihrimah suspiró bajo y Nurbanu se acercó al oído de su padre

—¿Quiere a mi mamá?— le susurró y el la miró

—¿Pasa algo Nurbanu?— dijo Nur viéndola

—Si, a todas—le sonrió el— Mañana iremos después de sus clases, luego almorzaremos juntos y pasaremos todo el día.

—Que bien— dijo Mahmud

—Özlem, ¿que paso durante mi ausencia?

—Todas se han mantenido en los aposentos de Mihrişah sultán

—Conspirando supongo—la miró —Quiero que las vigilen a todas, esto no se quedará así

—Cómo ordene— dijo Özlem

—Son tan felices —dijo Mihrişah viendo jugar a los niños

—Ojalá se quedarán así para siempre— sonrió Nur con tristeza

—Es inevitable, crecerán y todo será un  caos— dijo Sivekar.

—Allah no quiera, para eso estamos nosotras —dijo Mihrimah

¿les gusto?