Capitulo 1
Habían pasado 4 años desde la muerte de su esposo Koga, pero Aome Higurashi lo sentía como si fuese ayer, gracias a su trabajo en el museo y las excavaciones por la tarde, no encontraba momento para ponerse a pensar e entristecerse, y el apoyo de sus alumnos en la preparatoria por las mañanas y cuando legaba a su casa su atención se centraba en sus dos pequeños hijos el pequeño Shippo de 6 años y la dulce Rin de 10, ambos frutos de su amor.
El menor se parecía mucho al difunto padre de Aome sus cabellos eran castaños, pero tenía la misma mirada azulina que Koga, Rin en cambio era la viva imagen de la azabache con los mismos mechones azulados y esa mirada chocolate que destilaban cariño a su paso.
Durante las largas horas que la Higurashi se pasaba trabajando quedaban bajo el cuidado de su nana Kaede, y recibía visitas de su madre Naomi y su pequeño hermano Sota, la familia se preocupaba mucho por el cuidado de los pequeños, porque aunque Aome no lo demostrara y mucho menos dijera estaba destrozada física y moralmente, Koga era su todo, su mundo giraba en él, y cuando este se fue aquel día ella simplemente dejo de reír, ya no había luz ni calidez dentro de ella, y en una mínima porción les era dado a sus hijos, y ante los ojos de la gente era fría y hasta cruel.
¿Aquella mujer de corazón puro y bondadoso se había ido? Kaede pensaba que su cambio se debía a que jamás sintió resentimiento y mucho menos odio hacia alguien, y no podía culpar a los que le hicieron daño, más bien se culpaba ella misma por no haberlo ayudo.
"En las buenas y en las malas" a tal como lo prometió el día de su boda "Para protegerte y cuidarte" pero el destino tenía algo más preparado para ella y sus hijos, "Hasta que la muerte nos separe" tendría que aprender a vivir sin él, a luchar por sus hijos...
Kaede vio a los niños correr por el patio, su avanzada edad le impedía jugar con ellos, pero siempre estaba observando, cuidándolos de cerca, ella cuido de Aome, y ahora lo hacía con ellos, los recuerdos de aquella muchacha llena de vida, llena de sueños y metas desapareció un 1 de diciembre, cuando su señor Koga murió.
-"¡Niños es hora de almorzar!"
-"¡Ya vamos nana!"
-"Vamos Shippo"
-"¿Mamá llegara temprano hoy?"
-"No, lo se dijo que tenía mucho trabajo en el museo y la universidad hoy..."
-"Extraño pasar tiempo con ella"
-"Yo también Shippo, pero mama está dando su mejor esfuerzo"
-"También extraño mucho a papa"
-"... Shippo será mejor darnos prisa o Kaede se molestara"
Aome suspiro por decimoquinta vez, dar clases el día de hoy en la universidad de Tokio, fue casi una misión imposible pretender que sus alumnos prestaran atención, ""Son jóvenes, debes entenderlo tú eras igual que ellos"" se dijo así misma ""Solo es un tonto baile, no entiendo porque tanto alboroto"" y es que ya no se encontraba en edad, ni con ánimos para fiestas y mucho menos si era de disfraces, aunque en sus tiempo de colegiala le encantaban... siempre se vestía de sacerdotisa o de alguna extraña guerrera de la época antigua.
Llevaba dando clases hace 6 años, tuvo la suerte de recibirse y encontrara casi inmediatamente este trabajo, como profesora de historia, sus clases eran dadas por la mañana y en la tarde trabajaba en el museo, la arqueología era su más grande pasión.
Esta mañana se fue un poco más temprano de lo habitual, su jefe el Señor Bankotsu, la había llamado al parecer tendrá mucho trabajo en estos días, el no dio muchos detalles al respecto pero insistió en que ella fue cuanto antes.
Y ahí estaba conduciendo en hora pico- para su suerte- las calles de Tokio, sin mencionar que el calor era casi asfixiante, y la cola de autos parecía no moverse, se estaba exasperando ¡Que no se daban cuenta de que estaba apurada! Quiso gritarles, pero se contuvo más de unos tendría el mismo humor que ella en esos momentos.
-"Maldición" refunfuño por lo bajo, saco la cabeza por la ventana para saber porque nadie se movía-"Es imposible jamás llegare si me quedo aquí"- tomo la dedición, cogió su cartera y salió del auto, caminaría hasta el museo ya mandaría a la grúa para que recoja el auto. El andar era de aprisa, quizás algo torpe, caminar con tacones y una falda ajustada no era para nada cómodo, paso cerca de media hora que llevaba el trayecto, a unas pocas cuadras quedaba el museo, pero ella sentía que los pies le explotarían, y el calor la estaba matando.
Se detuvo frente a un local para descansar los pies, se quitó los tacones y siguió caminando descalza, "Que suerte nadie me vera en estas fachas"- pensó sonriendo, cuando llego se volvió a colocar los zapatos y fue directamente a la oficina de su jefe.
Golpeo varias veces antes de entrar hasta que del interior se escuchó la voz de un hombre-"Pase"
-"Buenas tardes Bankotsu"- tanto a él como a ella no le gustaban las formalidades.
-"Aome, me alegra que hayas llegado"-ella tomo asiento-"Tenemos mucho de qué hablar"
-"Espero y sea algo realmente importante"- Bankotsu sonrió, la antigua Aome jamás habría dicho algo así, pero 'esta' no era aquella mujer.
-"Lo es, veras Aome quiero que vayas mañana mismo a Kuruizawa"-ella iba a protestar pero él se lo impidió-"Algo muy grande fue hallado y quiero que tú te encargues"
-"Bankotsu, estás seguro"- su mirada cambio, hace tiempo estaba esperando una noticia como esta, seria jefa de su propia excavación.
-"Sí, estoy muy seguro lleva a quien quieras como ayudante Aome."
-"¿Por cuánto tiempo? No puedo dejar a mis hijos solos y lo sabes"
-"Entonces llévalos Aome, siempre quisiste hacer esto y yo te lo estoy ofreciendo, no lo desaproveches, además podrás tener a tus hijos de cerca, puedes enseñarles lo que haces... el tiempo Aome, no significa nada si lo compartes con las personas que amas... no lo pudiste hacer con Koga, pero puedes compartir esto con tus hijos."
-"Koga siempre, quiso llevar a los niños a una excavación, decía que sería importante para ellos... y para el"- Bankotsu asintió, pero no respondió conoció al difunto Koga, fueron amigos durante la preparatoria y la universidad-"De acuerdo, iré y llevare a mis hijos conmigo"- finalmente respondió
-"Es una buena decisión"
-"Pero, ¿tu iras?"
-"Créeme Aome que yo mismo iría pero tengo otros compromisos, eres la mejor en esto, por eso te elijo"- era una gran mentira, el estará desocupado en todo este tiempo, solo la eligió para que se distraiga un poco, quizás este viaje con sus hijos, la hacía regresar a la vieja Aome, esa que tanto amaban, esa que él quería. -"Lo harás bien Aome, no tienes de que preocuparte..."- dio unas palabras de alieno y sonrió-"Bien ahora tengo algo que darte"- dijo y saco dos cajitas de un cajón-"Son para los pequeños, diles que su tío los extraña y que cuando vuelvan del viaje los llevara al parque"- Aome sonrió con sinceridad, si bien Bankotsu era su jefe, también era el tío de sus hijos cuando los pequeños nacieron siempre estuvo al pendiente de ellos, era lo más cercano a un cuñado que ella tenía, el fiel amigo de su esposo Koga.
-"Se los diré"- aún estaba sonriendo-"Ahora iré a preparar mi equipo, y no te preocupes Bankotsu daré lo mejor, para que todo salga bien, veras que traeré el más grande tesoro que este museo pueda tener..."- sus palabras salieron con decisión, sin ninguna pisca de duda; ella lo dejo solo.
Hizo una lista de los hombre y mujeres que llevaría un total de 12 personas para la excavación, entre ellos estaban Houjo, su mano derecha y amigo, personalmente les dio a todos la noticia y como ella lo espero ninguno rechazo la oferta, ese tarde opto por darles el resto libre para que fueran a casa le dijeran a sus familias, y sobre todo para que descansaran.
Continuara...
**Como ya he dicho antes, la historia ya esta publicada en mi pagina de Fb, tienen el link en la descripción de mi perfil.
**Esta copiado con todo y errores de ortografía, lo se, lo se, algún día los arreglare, pero mientras tanto agradecería que me dejen comentarios cada vez que encuentren uno, así sera mas fácil para mi arreglarlo luego XD
**No se olviden de votar y dejar un comentario, ya sea bueno o malo, los leo todos
**Un saludo y un beso.
Bye
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