Era el día.

Noeu secó con agilidad el sudor de su frente al mismo tiempo que sostenía una pesada caja y levantaba su pie izquierdo evitando que Yeontan mordisqueara la parte inferior de su pantalón. No pensaba que el día iba a ser tan ajetreado hasta que Taehyung junto a un Yeontan muy emocionados tocaron la puerta de su departamento a las seis de la mañana.

Se suponía que el evento empezaría a las once, pero había surgido un cambio de horario repentino y su jefe había olvidado informárselo. Por suerte Taehyung que conocía muy bien el horario de la chica, sabiendo que tenía el sueño un poco pesado había ido a despertarla encontrándose una Noeu muy confundida que no sabía que ese día había que madrugar.

Agradecida con su amigo por llevarle el desayuno, ahora ella lo ayudaba a cuidar a Yeontan mientras esperaba con la pesada caja, pero parecía que Yeontan solo quería jugar.

El perrito era demasiado tierno, pero la hiperactividad con la que ahora mordía los cordones de sus zapatos daba la impresión de que llevarlo al trabajo no iba a ser buena idea. Ambos esperaban a Taehyung en el portal de un edificio.

El guardia le había negado la entrada al edificio cuando vio a Yeontan, así que el único que pudo pasar fue su amigo.

Habían tomado el autobús hasta la casa del primo del Taehyung, donde le pediría su auto prestado y podrían llegar más rápido al trabajo. Eso decía el chico, pero bien sabía que lo que el quería era conducir ese hermoso auto. También sabía que sería una pérdida de tiempo, Taehyung bajaría triste y derrotado.

¿Quién en su sano juicio le prestaría un costoso auto como ese a Taehyung?

Ella no lo haría. Dejo que Yeontan siguiera jugando con su zapato, cuando vio a Taehyung acercarse a ella con una sonrisa.

—No me digas que lo hizo.

—Lo hizo, al fin lo hizo. No puedo creer que lo hizo. —Taehyung asintió emocionado y agitó las llaves frente a su cara. Noeu no podía creerlo, se estaba asustando y sabía que tenía buenas razones para ello. Taehyung miro soñadoramente las llaves antes de recordar a Yeontan que lo miraba con curiosidad y recogerlo. El chico suspiro. —Aunque no fue gratis.

—¡¿Qué?!—Noeu lo miró sorprendida. ¿Realmente ese idiota se lo había cobrado? Caminó al lado de Taehyung refunfuñando. No lo necesitaba, su primo literalmente estaba forrado de dinero. Pobre Taehyung, llevaba mucho ahorrando para comprarse esa hermosa bicicleta con cestita por la que llevaba trabajando. No dejaría que el tipo se saliera con la suya, la próxima vez que lo viera ajustaría cuentas con él. —¿Cuánto te quito?

Taehyung acarició las orejas de Yeontan mientras ambos se dirigían al estacionamiento.

—No mucho, pero me pidió que te saludara—Jongin se las pagaría, estaba muy molesta. Taehyung caminó unos pasos por delante de ella y ella lo siguió.

Al llegar al auto Taehyung no fue el único en emocionarse, eso sí que era un auto. Silbó pasando los dedos por el brillante y perfecto capo del monstruo.

—¿Estás seguro de que te lo presto? —Estaba segura de que su amigo podría haber sido capaz de robar las llaves y tal vez Jongin ahora se encontraba amordazado en la bañera intentando pedir ayuda. —Tendrías que haberle dado algo muy valioso para que te lo prestara.

Metió la caja en los asientos traseros esperando una respuesta.

—No te preocupes—Taehyung sacudió su mano como si hubiera sido algo fácil, la curiosidad se abrió paso en su mente, mientras el chico abría la puerta del conductor. —solo me pidió tu número.

Solo le había pedido su número, ella sonrió aliviada al ver que los ahorros de Taehyung todavía permanecían intactos hasta que hubo un cortocircuito en su cerebro. Abrió los ojos con exaltación mientras esas palabras se repetían en bucle.

—¡¿Qué hiciste qué?! —Taehyung abrazó a Yeontan con más fuerza antes de meterse y cerrar la puerta. Ella golpeó con fuerza el cristal intentando sacarlo de ahí, el chico solo podía gritar sus disculpas asustado al mismo tiempo que Yeontan ladraba. —¡No te lo voy a perdonar! ¡Sal cobarde!

Los gritos llamaron la atención del guardia que les dio una reprimenda a ambos y termino por echarlos.

Ahora Taehyung conducía callado y evitaba la mirada ardiente de la chica sobre él.

—Le diste mi número—Ella acarició a Yeontan que sacaba la lengua con emoción mientras Taehyung tragaba saliva.

Un silencio sofocante habría invadido el auto de no haber sido por los jadeos de Yeontan.

—¡Lo siento! No debí haber cedido—el chico no dejo de mirar la carretera—Pero tú sabes lo insistente que es mi primo.

Noeu resopló y pegó su cabeza a la ventana. Recordaba todas las veces que Jongin había intentado ligar con ella y ninguna era buena de recordar. Tal vez tendría que cambiar de número.

—Sabiendo lo egocéntrico que es ese tipo le diste mi número como si nada.

Taehyung frunció un poco el ceño, pero no dijo nada durante el trayecto a la pizzería. Ella solo jugo con el pelaje de Yeontan y eventualmente el chico dijo algo que la puso a pensar.

—No lo hice.—Noeu miró a Taehyung con duda, el sintió su mirada y sonrió—No le di tu número, después de todo no sería capaz de llegar a tanto.

Aunque estaban ahora en el auto de Jongin y el admitió haber aceptado la propuesta de su primo ahora estaba diciendo que no lo había hecho. Sabiendo como era Taehyung no podía quedarse tranquila.

—¿Qué hiciste?

El chico se encogió de hombros y ella suspiro.

—Bueno, bueno no pongas esa cara. —el chico giró el volante —no le di tu número, pero...

Ese "pero" no era nada bueno, con Taehyung los "peros" nunca eran buenos.

—¿Pero? ¡Vamos solo dilo!

Taehyung intentó reprimir una sonrisa y ella solo pudo dejar caer su cabeza en el asiento. Yeontan los miraba jadeando sin saber porque la chica estaba tan tensa.

—Le di el número del jefe. 

Sin editar.