Leighade
Sexto Beso
Palabras: 520
Título: Encerrada
—Voy a matarte.
—Como que yo también te adoro. Pero Jadey, querida, ¿no podías encontrar otro sitio más... glamouroso?
Jade soltó un bufido, removiéndose para tratar de acomodarse en la estrechez de aquella taquilla, apenas cabían las dos ahí dentro. Leigh-Anne soltó un quejido cuando la castaña le clavó la rodilla en el costado, y ambas se movieron un poco hasta encontrar una posición más... cómoda, si se puede llamar así. Al menos todo lo que se podía allí dentro.
—¿Preferías encontrar espacio en un ataúd? —Murmuró Jade.
La morena resopló y abrió la boca para decir algo, pero Jade le tapó la boca rápidamente al escuchar unos pasos.
Los pasos fuera desaparecieron y todo volvió a estar en silencio. Por poco.
Jade había agarrado del brazo a Leigh-Anne desesperada cuando vio a Perrie aparecer por el pasillo, ambas se saltaron la hora de Matemáticas, la castaña empujó a la morena en su propia taquilla y se metió ella de un salto, cerrando de golpe. El caso es que era un milagro que las taquillas fueran bastante grandes y cabieran allí dentro, porque si no se habría liado en el pasillo. Perrie no soportaba a Leigh-Anne y la idea de que su hermana pequeña saliera con ella no le gustaba, nada. Así que Jade evitaba que Leigh-Anne y su hermana se encontraran. Más que nada porque luego no sabía de que lado ponerse y eso era un dilema.
—Deberías controlar a esa rubia loca.
—¿Y tú estabas enamorada de ella? O sea, pfff... me entra la risa de pensarlo. —Parloteó la castaña, que no sabía cuando cerrar el pico, e ignoraba las malas miradas de Leigh-Anne. —Eh, no me mires así.
—La clase ya ha empezado, tu "súper simpatiquísima" hermana ya se habrá ido, ¿podemos salir? Y ya que llegamos tarde y nos van a echar de clase de todas formas, pues tipo que nos podemos ir a hacer algo más interesante.
Jade arqueó una ceja. Leigh-Anne estaba como un cencerro. Pero bueno, eso era solo a veces.
—¿Interesante?
—¡Si! —Exclamó animada. —A ver, tampoco quiero que tu hermana me mate, ¿sabes? Mientras tú observas y sufres tu dilema interior sobre si ayudar a tu queridísima Lee Lee o a la psicópata de tu hermana mayor. Lo cual me parece muy mal.
Jade frunció el ceño, molesta por el parloteo incesante de la morena.
—Cállate.
—Podemos hacernos las uñas, maquillarnos, ir a ver una peli, o sea, hay pelis muy bonitas, me hacen llorar, y se me corre el rimel... bueno, no veremos de esas pelis.
—Leigh-Anne.
—Tampoco quiero ver peliculas de vampiros que brillan.
Jade puso los ojos en blanco y bruscamente juntó sus labios con los de la morena, más que nada para que se callara de una puñetera vez.
En ese momento, la taquilla se abrió de golpe desde fuera y las dos cayeron hacia atrás al estar Jade apoyada en ella y Leigh-Anne encima suya.
Acabaron en el suelo, con la mirena encima, y Jade fue la primera en ver a Perrie quién fue la que abrió la puerta segundos antes, rompió rápidamente el beso.
—... Mierda.
—Casi conseguiste engañarme, da.
—... Pezza
—¡Rubia loca!
Fin.
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Sexo besooo. Y son 20. Voy a terminar este book antes de que se acabe el año. O principios del 2019 (enero)
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