Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

《Capítulo 5: Infer Duhnwelt》

Le tenía temor a las alturas, y justo en ese momento estaban cayendo desde muy alto mientras todo se volvía cada vez más oscuro. Casi todos estaban gritando mientras esperaban una caída dolorosa. Belgor en cambio estaba calmado, tenía una mirada indiferente a la situación. Cayeron en unas ramas curvas y lisas, más gruesas que una rama corriente y empezaron a deslizarse por estas como si fuera un tobogán. El recorrido no tardó en convertirse en un divertido momento para la mayoría. Los más jóvenes terminaron de deslizarse sin problemas, mientras los más mayores no tuvieron un aterrizaje tan bonito que digamos. Salieron expulsados desde el tronco del árbol. Nikyel levantó su cuerpo con ambos brazos y escupió algo de pasto.

- ¿Disfrutando la comida? - Bromeó su hermano para molestarle.

- Qué chistoso sos...

Se levantó sólo, como la mayoría, Midnight fue a ayudar a su amiga a levantarse y Belgor sólo se levantó con ayuda de su nube. El lugar en que estaban parecía ser una gran cueva. Detrás de ellos, estaba aquel gigantesco árbol sin hojas pero con ramas muy gruesas, iluminado por la luz que provenía de arriba, mostrando un color verde oscuro y desgastado. Desafortunadamente, no iluminaba más allá de ese tramo de la cueva.

- Esto está más sólo que yo - Bromeó Kane mirando alrededor.

Nikyel se dirigió hacia la oscuridad, en busca de algún rayo de luz que pudieran seguir. No encontró nada.

- Genial, además de no darnos indicaciones para ir a ese lugar, no tenemos ni luz... - Mencionó Midnight.

- Para de chingar we, no me dejas descansar - Le dijo Belgor molesto.

- Tranquilo que la colleja que te voy a dar te va a dejar dormido, pendejo...

Belgor la ignoró dándole la espalda. Kane rió por la escena de ambos.

No sabían qué hacer. Si se arriesgaban a ir en la oscuridad, podrían caer en un hoyo oscuro o cortarse con piedras afiladas. Mientras pensaban en alguna forma para cruzar el oscuro pasillo, Dragomita aprovechó para revisar el libro de magia.

Era grueso, pero extrañamente no era pesado. Los bordes eran de color verde esmeralda, la tapa y la contratapa eran de cuero de un color azul desgastado, y en el centro de la tapa tenía un dibujo de un pequeño dragón. Acarició con la palma de su mano el dibujo antes de abrirlo. En el índice mostraba las categorías de magia que había. Magia elemental, oscura, curativa, ilusión y magia de apoyo. Eran bastante interesantes para la joven.

- ¿Algo interesante? - Preguntó David curioso, acercándose a ella.

- Eh... Puede ser - Dijo tímidamente.

El perro humano se acercó más para poder ver el libro. Dragomita dio vuelta a la hoja un poco nerviosa. Esta mostraba un círculo dorado y unas palabras del mismo color que decían "Si necesita ayuda, toque el centro del círculo". Eso despertó la curiosidad de ambos jóvenes. Podría ser la solución al problema de la luz. David, muy crédulo, lo tocó sin pensarlo dos veces. Al hacerlo, irradió una luz que cegó a ambos. Eso llamó la atención de todo el grupo. David y Dragomita se tuvieron que apartar mientras cubrían sus ojos. Lentamente emergió una esfera de luz amarilla en la misma página, y luego de que terminara de ascender, la esfera se comenzó a moldear a sí misma como si fuera masa.

Finalmente dejó de moverse y tomó la forma de una criatura pequeña; era blanco y tenía brazos y piernas cortas, parecía un hombrecito malvavisco. Éste saludó a todo el grupo de una manera animada y simpática.

- ¿Qué cosa es esa? - Se preguntó Nikyel a sí mismo en voz baja.

- Soy su ayudante, guardianes - Aunque fue en voz baja, él pudo escucharlo - Mi nombre es Momblor.

- ¿Nuestro ayudante? - Reflexionó Isabella

- El libro decía algo sobre si necesitábamos ayuda - Dragomita respondió a la pregunta de la joven - ¿Nos vas a ayudar en esto?

- Claro que sí - Contestó el hombrecillo muy emocionado - Y de paso les daré unos cuantos consejos sobre sus nuevas habilidades.

Todos se acercaron a él con mucho interés. Momblor dio unos pequeños pasos y se acercó lo suficiente a ellos.

- Bien, déjenme ver sus armas.

Todos hicieron lo que les ordenó, sacaron sus armas y se las entregaron. Aquel hombrecito observaba las armas con mucha emoción aunque algunas fuesen normales para ellos. Luego de que revisara esas armas, se paró firmemente delante de ellos con una sonrisa de satisfacción. Primeramente dirigió su mirada hacia el joven de rulos.

- Nikyel, como tú ya sabes, portas a la Fénix Excalibur. Esta espada tiene la capacidad de producir fuego, y no sólo eso, también puede absorber cierta cantidad y darle al usuario el poder de éste.

- ¡¿En serio?! ¡Ese es mi elemento y poder favorito!

Al darse cuenta de que casi gritó de la emoción, se puso rojo de la vergüenza. Tenía un gran problema siendo él mismo.

- Mientras que sobre el perro humano, sus hachas pueden volver a él cuando él quiera. La katana de esa chica, tiene el poder de usar rayos eléctricos - Cada vez que se refería a unos de ellos, los señalaba - El arco de aquella chica, dispara flechas de luz radiante.

Y ustedes dos - Dijo refiriéndose a Gastby y Dragomita - Tienen magia. Uu con sólo decirlo me muero de ganas de ver su magia. Ella tiene el cetro que invoca magia de curación, ilusión y apoyo. Mientras que la otra, puede invocar magia elemental.

- ¿Sólo eso? - Dragomita estaba un poco desilusionada por lo dicho.

- Tranquila, la magia elemental tiene muchos hechizos, y muchos complicados de dominar, no creas que será así de fácil. Lo mismo para ti, chica hechicera número dos... Hasta la próxima, mis amigos, esa fue mi ayuda para ustedes.

El hombrecito fue corriendo con sus cortas piernas hacia el libro de hechizos. Midnight quiso detenerlo pero él era más rápido. Apenas estuvo parado en las páginas del libro, se esfumó, literalmente.

- La madre que me parió... - Dijo molesta, más con ella que con los demás - Ese tío no nos dijo cómo iluminar el camino.

- O tal vez sí - Replicó Kane.

- ... - Midnight sabía lo que iba a decir pero no lo barajaba como su primera opción.

- Él dijo las habilidades que tienen ellos, podemos utilizar una de esas para iluminar el camino.

- En este caso alguien que tenga el poder de iluminar lo suficiente - Agregó, sumándose a la iniciativa.

Ambos amigos miraron a Isabella al mismo tiempo, con una mano en la barbilla y una sonrisa pícara. Ella los vio y dio un suspiro de queja. Eso iba a tardar demasiado.

(...)

Isabella tenía sus brazos en dirección a la cueva oscura. Midnight, Kane y Belgor alentaban a su amiga, mientras que los demás solamente estaban observando. Ella se concentraba lo que más podía, pero sólo lograba que en sus manos se produjera una luz tenue, que no era suficiente ni para alumbrar el suelo.

A Nikyel le hacían gracia los esfuerzos en vano que hacía la chica. Él estaba sentado en el suelo, con su espada a un metro de él. La quería lejos, no le gustaba la sensación que le daba el estar cerca de aquel objeto capaz que quitarle la vida a alguien. Era algo psicológico que tenía, cada vez que estaba cerca de un objeto afilado esto le provocaba miedo y ansiedad. Los recuerdos de lo sucedido le seguían atormentando. Las risas de burla, los gritos aterradores y los sonidos que no podía identificar. Imágenes no muy bonitas a la vista, empezaron a pasar frente a sus ojos. Por suerte, podía controlarse gracias al entrenamiento que tuvo con su maestro de esgrima. Hacía años.

- ¿Qué estás viendo? - Preguntó David con curiosidad y picardía.

El hermano mayor lo miró con sorpresa. ¿Hace cuánto estaba ahí? Él estaba mirando en dirección a la espada, pero su hermano menor lo interpretó de otra manera. Más adelante del arma, estaba Gamez leyendo el libro junto a Dragomita, y a unos pocos metros más, estaba Sabana hablando con Josué. David pensó que estaba mirando a una de ellas dos.

- Eh... ¿Qué te importa? - Respondió de mala gana.

- Oh dale, me lo podés decir - Dijo mientras levantaba y bajaba las cejas - ¿A quién mirabas? ¿A la chica esa? Tiene un buen cuerpo pero lo que cuenta es lo de adentro, según vos. ¿O a la de anteojos? No tiene tanto como la otra, pero he de admitir que es bonita.

- Callate. ¿Querés? - Le dijo molesto - Además, la chica de anteojos se llama Gastby.

- ¿Ah la conoces? Sos un tigre - Comentó, guiñándole el ojo.

Ya muy molesto con él, se levantó de su sitio y se fue a otro lugar en donde no estuviera su hermano.

- ¿Por qué está molesto? - Preguntó curioso Randy. Apenas pudo escuchar lo que decían mientras se acercaba.

- Algo sobre mujeres - Respondió David.

Aunque estaba algo lejos de ellos, Nikyel pudo escucharlos. Nunca le gustó eso de su hermano. Desde que cumplió los 17 años, su madre y su hermano lo molestaban con los temas de chicas. Querían que él encontrara a su "persona especial", pero debían de saber que esa persona llegaría a su tiempo. ¿Y si ese tiempo llegó? No quería pensar en eso, no le gustaba fantasear demasiado. Fue al gran árbol para poder estar solo. Se apoyó sobre éste, y siguió esperando.

Mientras tanto, Isabella daba todo su esfuerzo para tratar de iluminar la cueva. Aunque solamente estuviera extendiendo sus brazos se sentía cansada. Sus brazos empezaron a temblar y notó cómo estos se tornaron de un rojo colorado. Bajó sus brazos hasta las rodillas y se apoyó en ellos. Su respiración era agitada, como si acabara de entrenar con Midnight. Pensar en eso hizo que riera un poco. Aunque estuviera cansada y estresada quiso intentar una vez más pero de otra manera.

Juntó ambas palmas de sus manos como si estuviera sujetando una pelota de tenis. Cerró sus ojos y se centró en la luz. Empezó a recordar. Esos recuerdos de cuando era una niña y recibía aquellas burlas y maltratos de sus compañeros de clase. En esos momentos cuando se sentía sola y desamparada. Pero luego aprendió a ver esa luz en la oscuridad. Ahora tenía que ser una luz para ellos, para que no estuviesen en la oscuridad. En sus manos, sintió algo cálido y pequeño.

- Oye Sun, lo hiciste - Comentó Belgor.

- ¿Eh?

Isabella separó ambas manos. Una esfera de luz flotaba entre ellas. Esbozó una sonrisa, emocionada por haberlo logrado.

- Que se haga la luz - Agregó Kane en forma de chiste.

(...)

- Si sos un demonio... ¿Entonces por qué no tenés cuernos o cola? - David había escuchado sobre lo que le pasó a otros del grupo antes de juntarse y le preguntó eso a Belgor al enterarse de su verdadera entidad. Éste seguía en su nube.

- No todos los demonios mostramos nuestra verdadera forma en frente de cualquiera, mi perruno amigo - Contestó sin disimular la pesadez en su tono.

- O en tu caso... cuando tienes ganas. Es decir cada mil años... Vago idiota... - Replicó Midnight.

- ¡Ay! Mi pobre corazón... - Bromeó él de vuelta, de forma dramática.

El grupo rió por la escena cómica que estaban formando los dos.

Isabella se encontraba delante de ellos con la esfera flotante de luz, escuchando la conversación, como el resto, mientras estos la seguían. En el camino se encontraron con varios pozos oscuros de incierta profundidad y enormes estalactitas. Parecía ser que sus suposiciones eran ciertas. Las gotas que caían de los picos producían un eco, que se podía escuchar a la perfección gracias al silencio de la cueva, y ahora que podían distinguir su entorno, apreciaban la belleza del túnel de piedra que estaban recorriendo. Las paredes, al parecer hechas de algún sedimento, contenían cristales de color negro y violeta, semejantes a la obsidiana.

Todos caminaban con cuidado, siguiendo la esfera de luz. Estuvieron caminando por unos cuantos minutos sin encontrar salida alguna.

Nikyel estaba ensimismado observando el túnel y sin darse cuenta, David hacía lo mismo que él. El chico de rulos estaba viendo cómo caían las gotas de un pico que acaban de pasar, cuando alguien le habló:

- Hey perdona por ser molesta pero... ¿Sabes manejar la espada? - Preguntó Sabana.

El argentino dejó de prestarle atención a la cueva y trató de centrarse en ella, aunque sus nervios no lo ayudaban mucho.

- Eh sí... Digo... Sé algo pero no mucho.

- Oh ya veo, y supongo que tu hermanito no sabe. ¿No?

Nikyel afirmó con la cabeza. Sabana soltó un suspiro.

- Bueno, como soy la única que sabe cómo empuñar una espada les enseñaré a ti, a tu hermano y a los que quieran - Le explicó con seriedad.

- Me parece bien, gracias - Agradeció con una pequeña sonrisa.

Luego de escuchar eso, Sabana le sonrió y se fue al lado de Josué. Él se quedó mirándola por unos segundos, pero luego apartó la mirada ya que no quería mirar "más de lo necesario". Nunca le gustó mirar a las mujeres, sentía que era una falta de respeto. Además pensaba que podían pensar que era un pervertido.

Momentos después, todo el grupo vio una luz al final de la cueva. Parecía ser la salida de ese oscuro túnel. Les alegró saber que sí había una salida después de todo. Cuando llegaron, se detuvieron. No sabían lo que les esperaba fuera y por puro instinto prepararon sus armas, aunque algunos no sabían cómo usarlas, por si algo les iba a dar pelea. Nikyel iba a desenvainar su espada, pero el miedo no le dejó. Por más que intentó hacerlo no pudo.

Lentamente iban hacia la salida de la cueva. No se imaginaban lo que estaban a punto de presenciar. Cuando todos salieron, quedaron muy asombrados por lo que estaban viendo sus ojos. Un enorme paisaje lleno de vida se le presentó al grupo.

Un ecosistema con una paleta verde azul y violeta en su mayoría se extendía en la distancia. Árboles con ramas onduladas y hojas de muchos colores, hierba verde que llegaba hasta la cintura, rocas totalmente invadidas por el musgo y plantas fluorescentes, pastos más suaves que una alfombra. El techo estaba a mucha altura, y unas plantas colgantes enormes alumbraban todo el paisaje con colores azul y violeta. Se dieron cuenta de que esa luz natural estaba simulando el anochecer. Aunque la vista era hermosa, los sonidos no lo eran tanto. Se escuchaban aullidos y chillidos entre otros sonidos que no podían identificar.

- Hay que buscar un refugio - Gastby lo dijo seria - No me voy a dar el gusto de averiguar qué clase de criaturas hay en este lugar.

- Tiene razón, no tiene sentido que nos quedemos aquí parados - Agregó Midnight con la misma actitud. Luego buscó con la mirada un lugar para pasar la noche - Al lado de la entrada hay otra cueva, pasaremos la noche allí.

Todos estuvieron de acuerdo, nadie quería estar afuera mientras se escucharan esos sonidos.

(...)

Todos estaban sentados, mientras que una nueva esfera de luz los iluminaba, aunque no calentaba demasiado. Estaban en silencio, nadie decía nada. La mayoría no era muy sociable, sería eso tal vez, pero David ya se estaba hartando del silencio incómodo, ya no lo soportaba más. Así que habló.

- Che... ¿Y si mi hermano enciende una fogata?

Nikyel se sobresaltó y miró mal a su hermano. "Perdón pero ya me harté" pensó David para sí mismo.

- Buena idea wey, el fuego va a calentar en vez de esa luz... - Randy miró a Isabella - Sin ofender...

- No hay problema - Contestó ella de forma simpática, tratando de no sonar seria.

Nikyel suspiró. No tuvo más remedio que hacerlo, pero antes de partir, le dio un golpe en la nuca a su hermano. Caminó un par de metros para buscar ramas secas y luego de tener suficientes, las puso en el medio de la cueva y se arrodilló. Cerró sus ojos y dio un suspiro profundo. Al abrirlos extendió sus brazos hacia las ramas. Las palmas de sus manos empezaron a tomar un color candente. Brasas ardientes empezaban a salir de estas.

- ¿Para cuándo? - Murmuró David de mala gana.

El hermano mayor pudo escucharlo, y eso hizo que se enojara demasiado. De repente, una gran llama salió de sus manos y casi alcanza a Randy y Belgor. Esta se apagó rápidamente. Nikyel se dio cuenta de lo que acababa de hacer.

- ¡Woah! Pero tampoco se desquite así - Comentó Isabella con un tono pacífico aguantando una ligera risa.

- ¡Perdón, no sé qué me pasó! - Dijo muy nervioso mientras movía sus manos de forma escandalosa - Me enojé demasiado... Y-y no sé lo que hice para hacer eso-

- Hey wey tranquilo, casi nos haces chimichanga, pero estamos bien - Le dijo Randy en un tono de voz calmado.

- Al parecer las habilidades son más poderosas de lo que aparentan - Agregó Gastby, mirando la cálida fogata. Luego extendió sus manos hacia esta y miró al chico - Gracias.

Luego todo el grupo lo agradeció, algunos con ánimo y otros con seriedad, pero se notaba que lo hacían de buena manera. Nikyel se sintió bien. El grupo le agradaba.

Justo en ese momento se le ocurrió una idea. Una idea que involucraba el libro de hechizos.

- Chicos... ¿Y si le preguntamos a Momblor cómo llegar a nuestro destino?

- Oh... ¿Por qué no lo pensamos antes? - Dijo Kane mientras se dio un golpe en la frente.

Gastby abrió el libro, tocó el círculo dorado de la portada y el hombrecito hizo su entrada. Al terminar, ella misma le preguntó sobre cómo llegar al lugar. Él aceptó con mucho gusto. Puso su mano detrás de su espalda, y por arte de magia, sacó una pulsera. Se la lanzó a Gastby para que lo atrapase, y antes de que pudiera hacerle alguna pregunta sobre qué era aquel objeto, este sujeto se esfumó sin decir nada más... Otra vez.

- ... ¿Me están vacilando? - Dijo Midnight.

- Esperen tantito - Dijo Gastby.

La chica de lentes empezó a observar aquella pulsera. Tenía una pequeña pantalla, parecida a los DMA. En un costado de esta había un pequeño botón. Por pura lógica lo presionó. La pulsera proyectó unas palabras: "Por favor, diga el destino a donde quiere llegar".

- Guau - Dijo Dragomita asombrada - Parece el GPS holográfico del auto de mi papá.

- Busca, fuente de poder de Watts - Le ordenó de forma lenta para que pudiera entenderle. Los GPS con búsqueda de voz nunca entendían.

Las palabras que se proyectaban cambiaron a "Cargando...". No tardó demasiado. Un holograma de un mapa completo de Infer Duhnwelt se mostró ante ellos. El "reino" parecía ser más grande de lo que aparentaba. En cierto lugar del mapa, se mostraba un minúsculo punto rojo. Gastby aumentó más el holograma para ver mejor. Cuando pudo agrandar lo suficiente, presionó aquel punto rojo con un solo dedo. Enseguida una línea punteada apareció desde su ubicación hasta éste, acabando en las profundidades del mapa.

- Ese debe ser el lugar a donde debemos ir - Comentó Nikyel en voz baja, aunque todos lo escucharon.

- Entonces... - Comenzó a hablar Belgor, pero antes de seguir su oración, dio un bostezo corto - Ya sabemos el destino... Hora de dormir.

Antes de que alguien le dijera algo, o mismo Midnight, que ya lo estaba mirando con desaprobación, acomodó su nube e inmediatamente se quedó dormido.

Estaban tranquilos, ahora que sabían el destino no había nada de qué preocuparse por ahora.

- ... Bueno ya que nadie toma la iniciativa... - Comenzó a hablar la amiga del demonio - Estaría bien presentarnos de una vez.

Sabana se presentó primero, seguida de Josué. Luego los hermanos Yera, y David recalcó que le podían llamar "Doge", a lo que la mayoría pensó "¿En serio? ... ¿Como el meme?", pero les resultó gracioso. Siguiendo al cánido se presentaron Gastby y Dragomita.

- Yo soy Noemi. Algunos pocos me llaman Drago, por mi nombre de usuario, pero pueden llamarme por mi nombre real - Dijo la última.

Randy siguió, y procedieron a presentarse Kane e Isabella. Finalmente habló Midnight.

- A mí me pueden llamar Midnight... Y este perezoso de aquí... - Señaló al demonio - Es Belgor.

- Creo que deberíamos seguir su ejemplo - Mencionó Sabana con aire gracioso.

Todos se acostaron para dormir... Bueno, casi todos. Midnight quedó apoyada contra la pared mientras observaba el hermoso ecosistema. No estaba muy acostumbrada a dormir a una hora temprana, y aprovechando el momento, quedó pensando en sus cosas.

Pensó en lo que pasaría en el viaje. ¿Qué tan peligroso sería? ¿Qué tan preocupada estaría su familia y las familias de los demás? ¿Todos... regresarían? Agitó su cabeza. No quería pensar en eso, aunque tal vez fuese necesario, no quería. Miró al techo y cerró sus ojos, y tras unos minutos, se quedó dormida. Sin darse cuenta de que alguien hizo contacto con una persona inesperada.

(...)

¿Dónde está?... Siempre olvido dónde lo dejo...

Estaba apurado. La profecía se estaba cumpliendo, y él no estaba seguro de poder estar vivo para presenciarlo. Apenas era el alba. Su habitación estaba desordenada a base de papeles, libros, frascos y más frascos. Estaba buscando algo que le ayudaría a encontrarlos, un regalo de la Vieja Alicia. Buscaba entre todos los elementos de su escritorio, traqueteando entre las hojas y libros de biología.

Finalmente pudo encontrarlo, estaba justo debajo de su propia galera. Antes de marcharse, agarró un libro. Tal vez alguien estuviera interesado en escuchar sus descubrimientos.

Cerró la puerta con llave y le dio la espalda, y del bolsillo de su bolso, sacó una brújula oxidada. Esta apuntó hacia el norte.

- Así que... - Habló bastante interesado - Están en el viejo árbol. Sabía que ella los mandaría ahí.

(...)

La primera en despertarse fue Midnight. Esa noche, de vez en cuando perdía el sueño, pero a pesar de esto se levantó de buena gana. Miró al resto del grupo. Seguían dormidos. Dio un suspiro y se levantó sin hacer mucho ruido. Tenía mucha hambre. Sabía que apartarse del grupo no era buena idea, pero ante cualquier cosa gritaría o algo para llamar la atención. Se alejó de donde el resto dormía y acabó en un lugar con varios árboles exóticos y desconocidos y algunos arbustos. Se dio cuenta de que varios de ellos tenían frutos, así que empezó a recoger. No sabía si eran venenosos, pero de cualquier forma le haría probar a Belgor. Moría de ganas por ver la cara que pudiera poner. Agarraba uno de cada de los diferentes frutos que habían, no quería llenarse las dos manos.

En una zona apartada de los árboles, entre dos arbustos, encontró un fruto rojizo del tamaño de una pelota de tenis, colgando de lo que parecía ser una rama. El fruto llamó la atención de la chica. Se acercó hacia él y quiso tomarlo, pero al hacerlo, algo raro sucedió. Éste se adhirió a su mano derecha.

- ¿Qué coño?

Soltó lo que tenía en su mano izquierda y empezó a jalar de su otra mano. Resultó ser en vano, y de pronto, la "fruta" empezó a derramar un líquido viscoso y transparente. La "rama" se movía de una forma extraña, como si fuera una serpiente. Midnight ahora tiraba con más fuerza. Algo emergió entre las plantas, algo aterrador. Una bestia de un tamaño similar al de un león, de piel gris, con ojos tan grandes como una lechuza y con una corta y ancha boca estaba delante de ella. Al parecer, eso era la lengua del animal. Éste se acercó mostrando sus afilados dientes mientras producía un sonido casi igual al de las serpientes, solo que estaba algo distorsionado. Se irguió en dos patas y Midnight se dio cuenta de la situación en la que estaba, y antes de que terminara siendo su desayuno, sacó un cuchillo de su muslo derecho y le cortó la lengua. Aprovechó que el monstruo gemía de dolor para poder escapar. Corría lo más que podía, pero escuchaba las pisadas que daba aquella criatura cada vez más y más cerca. Supo en ese entonces, que la bestia iba a alcanzarla. No tenía más opción que dar pelea.

Paró de forma brusca y volvió a sacar el cuchillo. En sólo un segundo en que estuvo parada, la bestia saltó hacia ella. Gracias a sus reflejos le dio tiempo a actuar. Flexionó las rodillas en el momento en que la bestia pasó por encima de ella y se levantó rápidamente impulsándose y con el cuchillo en alto. Consiguió hacer un corte en el abdomen. La bestia cayó dolorida y rodó. Midnight aún pudo mantenerse en pie, pero el corte no fue tan profundo; la piel era más dura de lo que parecía.

La bestia se levantó lo más rápido que pudo y miró fijamente a su presa con esos ojos oscuros como el vacío. Midnight sostuvo el cuchillo con ambas manos sin apartar la vista del animal. Cazador y presa se miraban mutuamente pensando en cuál sería su siguiente movimiento. Ella podría sacar la Beretta o el arco para terminar con todo de un solo disparo, pero si lo hacía, corría el riesgo de que la bestia atacase antes de que lo hiciese, y la distancia a la que estaban le daría tiempo a alcanzarla. La única esperanza que tenía era que el cuchillo fuese suficiente.

El momento era tenso. La bestia se movió rápido hacia ella. Estaba preparada, tenía el cuchillo alzado y apuntando hacia la criatura. Solamente estaba a un par de metros de ella. Pero... alguien hizo su entrada. Esa persona empujó a la bestia antes de que pudiera acercarse más a Midnight. Era Nikyel.

La bestia no fue apartada muy lejos de ellos. El chico desenvainó el mandoble de su funda y lo sostuvo con ambas manos. El animal se abalanzó contra él, pero pudo reaccionar justo a tiempo. Se hizo a un lado e hizo un corte horizontal, alcanzando a darle en el costado derecho. Tampoco fue profundo. La criatura cayó dolorida, pero aún así quería seguir peleando. Sin embargo, en el momento en que la espada fue rodeada de brasas ardientes, la bestia quedó aterrada y salió corriendo entre los árboles. Luego de eso, Nikyel clavó el mandoble en el suelo.

- ¡No jodas a mis compañeros, hijo de puta! - Dijo en forma de amenaza. Luego su mirada de enojo cambió a una de serenidad al voltear y mirar a Midnight - ¿Estás bien?

- Sí, solo que me llenó la mano de baba... - Contestó molesta - Gracias... ¿Y cómo pudiste encontrarme?

- Bueno, después de que despertara me di cuenta de que no estabas con nosotros y escuché un grito algo... raro, entre los árboles. Así que salí corriendo como pude hasta poder encontrarte. Te juro que casi me morí del susto.

- ¿Cuando viste a la bestia?

- No... - Luego de decirlo apartó su mirada mientras tenía su mano en la nuca - Pensando que... algo te había pasado.

Eso demostró, que a pesar de no hablar mucho, era una buena persona. Ella arqueó una ceja y rió un poco para luego acercarse a él. Al llegar puso la mano en su hombro.

- No te preocupes por mí. Sé cuidarme sola... Pero gracias, de nuevo.

- De nada je je - Nikyel sonrió de manera cálida.

De pronto, escucharon que alguien estaba aplaudiendo. Se encontraba cerca. Midnight sacó la Beretta y Nikyel sacó la espada de donde estaba. Se pusieron en alerta. Lo que vieron los dejó muy confundidos. Había un hombre bastante alto frente a ellos que se acercaba mientras aplaudía de forma satisfactoria.

- Pensé que necesitarían mi ayuda pero al ver la espada que portaba el chico... eso me dejó claro que estarían bien. A los Lingent no les gusta para nada el fuego.

Vestía una chaqueta larga azul oscuro, con líneas color crema y una pequeña cadena colgada de uno de los bolsillos. Sus manos estaban cubiertas por unos guantes negros, usaba botas del mismo color, y una galera también negra con una pluma blanca de puntas rosadas, aunque lo que más resaltaba, era su máscara, completamente blanca, con dos agujeros para que pudiera ver.

- ¿Quién eres? Responde o le haré otro agujero a esa máscara - Amenazó Midnight de forma fría. Luego de lo que pasó no quería ser atacada por otra cosa.

El hombre misterioso hizo una reverencia ante ellos quitándose el sombrero.

- Yo soy el Señor Bios, y es un placer conocerlos... - Luego los miró, sonriendo detrás de su máscara - Guardianes.

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro