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《Capítulo 1: Nevalek》

Finalmente el tren se detuvo en su destino. El hermano menor salió primero, lleno de alegría y emoción, mientras que Nikyel centraba su atención en un extraño objeto. Una pequeña mancha gris en el cielo se hacía cada vez más grande. Llamó a su hermano para que viera lo que él, pero no hubo respuesta alguna, ni un sonido que indicase movimiento. Repentinamente, todo quedó en silencio. Entonces, miró hacia donde estaba su hermano. Se petrificó ante lo que veían sus ojos. Toda la ciudad se estaba tiñendo de gris, y una gran esfera de energía color oscuro flotaba encima de esta.

Las personas parecían estar sin expresión alguna, con los ojos totalmente abiertos y oscuros y la piel gris. Quiso acercarse a su hermano, pero sin previo aviso, éste se abalanzó contra él y lo tomó de los hombros. Parecía querer hablar, se notaba cómo sus labios trataban de moverse de una manera forzada. Él muy asustado intentaba librarse del que lo apresaba. Sin embargo, la gran esfera cayó a la ciudad y...

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Despertó.

Su hermano menor lo estaba agitando por los hombros para que terminase de despertar. Ya habían llegado a la estación "Portal". Al bajar de ahí vieron mucha gente pasar con equipaje. Desde que se creó, había contado con el número más grande de desplazamiento de personas. Los Portales sólamente estaban abiertos en tres continentes: América, África y Europa. Y por suerte para los jóvenes, vivían en Argentina, Buenos Aires.

Ambos siguieron sus caminos mientras observaban todo a su alrededor.

La entrada del portal era bastante amplia, tan alta como un edificio de nueve pisos. Dos grandes estructuras en forma de pirámide, con cables, cubiertas de metal y una esfera de acero en la punta, lanzaban rayos que se conectaban entre sí y a los costados del portal. Las llamaban Torres Tesla. Hacía unos años, lograron que estas torres generaran ese tipo de electricidad, suplantando a la anterior fuente energía del portal, que era nuclear.

A un costado de donde estaban, en un muro, había un mapa holográfico de la estación. Al parecer era incluso más grande de lo que alcanzaban a ver a simple vista, pues tenía diferentes zonas y más estaciones para que llegasen y partiesen trenes de diferentes países. Todo por un único portal. Además, se rumoreaba que se harían más portales hacia otros mundos.

David repentinamente, empezó a olfatear. Era algo familiar, un olor que a cualquier persona le haría la boca agua. Era el aroma de empanadas fritas y pollo. Como era un perro, empezó a jadear y babear. Su hermano mayor lo miró confundido, pero oler aquel aroma le hizo entender todo. Sin dudarlo un segundo fueron al pequeño local que vendía aquellas empanadas, asado y el famoso choripan. Frenaron de golpe frente a la caja cuando vieron que el cocinero era un pulpo humanoide, y antes de pedir nada observaron lo que hacía. Cocinaba y servía al mismo tiempo con sus ocho brazos, pero a pesar de su cuerpo y cara extraña, resultó ser muy carismático, y casualmente... también argentino.

Luego de recibir y pagar sus empanadas de pollo, siguieron su camino hacia el portal, avanzando anonadados por la paulatina aparición de otras razas de las que habían escuchado hablar. Algunas semejaban zorros blancos antropomórficos y tenían cuatro brazos, otros eran cíclopes de un tono de piel grisáceo azulado y también hacía presencia la especie de David.

Ambos se detuvieron cuando llegaron. Lo miraron y luego suspiraron. David dio el primer paso sin vacilar, y luego hizo una seña para que fuese su hermano, pero antes de avanzar este último, decidió voltearse a mirar la estación donde estaba. Quería recordar el último sitio de la Tierra en que estuvo por ser un día tan importante, o por lo menos intentarlo. La memoria no era su punto fuerte.

Finalmente se giró hacia su hermano, sonrió y fue a su lado.

Juntos atravesaron el portal, estaban ansiosos y felices por lo que iban a ver.

(...)

Nikyel se asustó mucho... ¿Asustado? Más bien estaba entre el asombro y el espanto al mismo tiempo. Ya no parecía la vida real, pensaba que estaba en un sueño. Pasado el portal habían llegado a otra estación, pero esta en comparación con la anterior brillaba por lo futurista. Había hologramas por todas partes, que por la luz que proyectaban, el lugar, igual o más amplio que el anterior, se teñía de un color azul. El número de personas aumentó, y el aspecto de muchas cambió por completo. Accesorios brillantes, estilos más "tecno", muchas más personas de las otras especies que en la anterior estación... El sitio, además, estaba muy bien ornamentado. Varias plantas naturales adornaban algunas zonas dando una sensación de frescura.

- //Por favor, inicie sesión con su cuenta// - Les pidió una voz robótica y con tono amable en un punto de control, proveniente de un pequeño androide de información al cliente.

El mayor se asustó un poco por la repentina aparición de aquel ser de metal.

- Uy mal ahí, no tenemos cuenta.

- //Entonces síganme a las oficinas de registros//.

(...)

Las oficinas se hallaban en un edificio justo a la salida de la estación. Éste era de gran tamaño aun estando formado de únicamente dos pisos. Siguieron al pequeño robot hasta una de ellas, que lucía mucho más normal que lo que habían visto al llegar, hasta que se despidió de ellos. Los hermanos procedieron a sentarse delante de una mujer que estaba escribiendo en su computador con actitud desganada.

- Nombre y apellidos... - Ordenó de mala gana.

- Uh... Yo me llamo Nikyel Yera y él es mi hermano, David Yera - Respondió el joven de forma rápida y nerviosa.

- Está bien, díganme los nombres de usuario.

- ¡Oh! Yo quiero llamarme, DogeWarrior - Dijo emocionado, haciendo un movimiento con sus manos y agitando la cola.

Era el apodo que él mismo adoptó, Doge. Casi todos en su escuela le llamaban así.

- Está bien... DogeWarrior - Balbuceó mientras lo escribía en su computadora - ¿Y tú, muchacho?

Nikyel estaba mirando al vacío. Aún no sabía qué nombre ponerse, no se había decidido por cuál, y sus nervios tampoco le ayudaban mucho que digamos. Precisamente por eso dijo, sin pensarlo, el primer nombre que le vino a la cabeza. Y eso fue...

(...)

Nos encontramos con un "Doge" riéndose a carcajadas, mientras que Nikyel estaba tirado en el suelo con un aura depresiva. ¿Por qué se estaba riendo? Como sabemos, dijo el primer nombre que le vino a la mente: "ReyPalomon". Se suponía que era el mayor, debió haber mostrado tranquilidad. Pero sólo logró que su hermano se riera de él.

Ya harto de la risa, se levantó del suelo y puso su mano en la nuca de David. Esa era su debilidad. Desde pequeño, si le ponían la mano detrás del cuello, empezaba a reír hasta no poder respirar. Al hacer esto, efectivamente empezó a reírse más de lo normal, y en el momento en que casi se queda sin aire, le suplicó que lo dejase.

Al terminar su cometido, se dirigió al próximo tren, satisfecho por su trabajo. David, al recuperar el aliento, le siguió el paso.

Mientras avanzaban, observaban unos dispositivos que les dieron cuando salieron de las oficinas. Dos muñequeras, tan finas que parecían de papel, totalmente transparentes, y un auricular inalámbrico. Todo el mundo llevaba esos "accesorios". El problema era que la mujer no les explicó cómo usarlos, y salieron del edificio sin saber qué hacer con ellos.

En el tiempo en que estuvieron esperando, Nikyel se detuvo a procesar todo. Finalmente estaban en Nevalek. No era exactamente como lo habían imaginado, era incluso mejor.

El tren apareció. Al igual que el entorno, era bastante futurista. No tenía ruedas, flotaba sobre el suelo o a veces volaba a una altura no muy alta, y arriba y en los costados de los vagones, tenía hologramas del destino al que iba a parar. Aún les chocaba lo diferente que era en comparación con el primer tren al que se subieron ese día. Antiguo, de ruedas, y con pantallas en vez de paneles holográficos.

Al detenerse, las personas entraron y salieron.

Lekter City, su próximo destino, era parte de una de las zonas resultado de que las empresas de ocio online excedieran en recursos. Macro redes sociales en la vida real.

Nevalek tenía diferentes zonas con distintos distritos. Las zonas centradas en ilustraciones y fotos a nivel artístico, eran las más habitadas y populares del año. Los distritos que existían eran Relheran, Peit City y Kurgand, entre otros.

Ambos hermanos entraron en el tren hablando de la casa que les iba a tocar.

- Menos mal que tenemos dos baños, así podré bañarme tranquilo sin que nadie me apure... - Comentó Nikyel mientras sacaba algo de su mochila.

- No es mi culpa que me olvidase de ir al baño - Protestó algo enojado - Ah y yo quiero el lado de la ventana - Pidió de brazos cruzados.

- ¿Que? No, yo quiero ese lado.

- Pero a mí me gusta la ventana, yo lo quiero - Exigió pero esta vez mostrando sus dientes.

- Deja de actuar como un animal - Le dijo casi molesto - Agh... Como quieras.

De la nada el tren hizo un movimiento brusco, que hizo que David se cayera y que Nikyel se tropezara con una mujer. Ahora llegaba el mal momento, su debilidad, las chicas. Se ponía bastante nervioso, tanto que su cuerpo se ponía caluroso al estar al lado o al tocar a una. Siempre había tenido amigos varones, pero rara vez tuvo amigas. Él quiso disculparse tratando de no tartamudear, pero no llegó a hablar cuando notó que la chica rió un poco.

- Ten cuidado a la próxima... - Le dijo de una manera que sonaba algo agresiva, aunque parecía estar tratando de sonar amable.

Nikyel notó que algo se activó en su muñequera.

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Nombre de usuario: MidnightF6

Nombre real: *Clasificado* (Algunos usuarios deciden no dar toda su información personal).

Edad: 19 años

Altura: 1, 75 m

Nacionalidad: Española y *clasificado*

País natal: *Clasificado*

Apariencia: Piel clara, el cabello parece muy suave, entre largo y media melena, de color castaño claro. Se le forman pequeños picos por estar cortado en capas y lleva el flequillo de lado. Cuerpo robusto, al parecer hace ejercicio, pero estilizado, con las caderas marcadas. Ojos castaño oscuro, casi negros. Delantera y trasera normal, labios carnosos (pero sin pasarse) rosado claro. Tiene un lunar en el pómulo derecho y otro encima de los labios, a la izquierda.

Tiene cara de querer matar a todos... Aunque por lo visto "intentó" sonar amable.

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Antes de detallar esa extraña información espabiló y le asintió a la chica con la cabeza levemente, de manera tímida. Ya leería eso en otro momento. Y por si fuera poco, David ya había obtenido su venganza.

El tren tardó unos cuantos minutos en llegar a la zona de lectura, Nilium, donde estaba el distrito al que iban a mudarse, Lekter City. Apenas bajaron del tren, David dio un suspiro de alivio al ver toda la ciudad. Desde la estación se podían ver las estructuras que tenía.

Algunas carreteras estaban flotando y rodeando o atravesando edificios. Había grandes estanques de agua, en los que había botes y barcos de cualquier clase. Globos aerostáticos, aviones de épocas pasadas, dragones surcaban los cielos de esta ciudad... Había un edificio, el más alto de todos los que estaban ahí, de color anaranjado y un logo que consistía en una "L" color blanca.

- Nada mal... - Dijo Nikyel.

- El arquitecto se fumó alto porro para hacer esto... - Comentó bromeando su hermano, acompañado de una risita - ¿Y bueno dónde está la casa?

Nikyel sacó un papel arrugado del bolsillo de su sudadera.

- Uh... Dice que en la calle PP 1243...

- ... ¿Y en dónde huesos está eso?

- ...

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando su hermano menor lo tocó con su garra. Estaba señalando una cafetería no muy lejos de ellos. Sólo había que cruzar un río. Al pasar por ahí, vieron que había un poste con una cantidad exagerada de botones. David sentía el impulso de tocar uno... y cuando Nikyel se distrajo, apretó un botón. Delante de ellos estaba surgiendo algo de lo más profundo de la tierra, un gran cañón con cuenta regresiva para disparar algo. Puso una sonrisa de emoción, pero la felicidad duró poco cuando vio que el cañón se volvía a esconder. La causa era Nikyel, que por lógica pulsó el mismo botón, y que por suerte, además de activarlo, también lo guardaba.

David puso una mueca de reproche, pero su hermano lo ignoró y se puso a investigar los botones. Uno de esos quizás haría un puente. Estuvo tanto tiempo pensando qué tocar, que no se dio cuenta de que alguien estaba detrás de él.

- Disculpe... ¿Va a desplegar el puente? - Preguntó con un poco de timidez.

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Nombre de usuario: Dragomita

Nombre real: Noemi

Edad: 14 años

Altura: 1,55 m

Nacionalidad: Mexicana

País natal: México

Apariencia: Complexión robusta, de piel morena. Cara redonda, nariz pequeña, con ojos grandes café claro, cabello negro y ondulado. Sus manos son algo grandes.

Parece tímida y humilde, además se veía inquieta.

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El argentino se hizo a un lado, esta vez controlando sus nervios. La preadolescente tocó un botón multicolor en forma de hexágono, haciendo que del suelo surgiera el puente que tanto anhelaban.

Nikyel intentó darle las gracias y de paso preguntar sobre la dirección. Pero ella se fue muy apurada, así que no tuvieron tiempo de decirle nada.

Pudieron al fin entrar a la cafetería.

Había personas tomando café y escribiendo o leyendo libros creados por la comunidad "Lektera". La fila al mostrador lucía vacía, así que fueron a preguntar sobre la dirección.

De debajo de éste, salió un chico sin previo aviso.

- Hola. ¿Qué quieren ordenar? - Dijo amable y sereno.

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Nombre de usuario: shadow_soldi725

Nombre: Josué

Edad: 18 años

Altura: 1,92 m

Nacionalidad: Hondureño

País natal: Honduras

Apariencia: Piel clara, de complexión robusta y espalda ancha. Cabeza entre redonda y cuadrada, y cabello castaño muy oscuro, casi negro, corto, y con barba rala.

Por lo visto es algo callado. No demostró mucha expresividad al vernos.

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Nikyel no estaba tan nervioso, ya que sabía más o menos cómo socializar con varones así que procedió a preguntarle sobre la dirección y le dio el papel.

Josué lo observó detenidamente. No conocía el lugar, él vivía en la calle W, así que no sabía orientarlo, además de que estaba ocupado ordenando material de trabajo. Pero conocía una persona que sí. Entonces se aclaró la garganta y suspiró. Gritó un nombre tan fuertemente que hizo retumbar el local. El pobre cánido se tiró al suelo y quedó paralizado, al igual que todas las razas con el sentido auditivo agudo presentes en la cafetería.

Alguien salió de un lugar de la cafetería, pero para mala suerte de Nikyel, era una chica.

- Hola wey. ¿Qué pashó? - Dijo con una expresión divertida y poniendo sus manos en la cadera.

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Nombre de usuario: Quesitoshipeador

Nombre: Sabana

Edad: 18 años

Altura: 1,71 m

Nacionalidad: *Clasificada*

País natal: *Clasificado*

Apariencia: Piel blanca, cabello castaño oscuro ondulado, ojos color avellana, algo cachetona, cuerpo delgado con delantera normal y trasera algo voluptuosa. Muslos gruesos y piernas delgadas. Tiene tres lunares perfectamente alineados en la mejilla derecha, además de uno en el centro encima de los labios.

Se ve amistosa. Aunque salió de esa habitación con una expresión fría, se acercó con actitud alegre.

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- Quieren saber dónde queda la calle PP - Josué respondió tranquilo y señalando a los hermanos.

- Oh claro, bueno pues van derecho a donde está el gran edificio y luego doblan a la derecha, y después siguen derecho por unas cuatro manzanas yyyy ahí está la calle - Respondió mientras hacía varios movimientos con su brazo derecho - Aunque podrían haberlo buscado en su DMA.

- ¿DMA? - Preguntó Nikyel.

- Dispositivo Móvil Autoprogramable...

La chica activó un dispositivo igual al que les habían dado en las oficinas pulsando dos veces y desplegó un holograma. Luego fue a una aplicación y les mostró un mapa de la ciudad.

- Ah pues m-muchas gracias - Dijo Nikyel - Bueno... Chau.

Tomó a su hermano por el cuello de su playera y lo arrastró hasta la puerta del local, aunque el peso muerto y el de los bolsos le dificultaba caminar.

Luego de un rato, su hermano menor pudo recuperarse de su parálisis. Al pasar por el gran edificio que vieron antes, se cruzaron con muchas personas con traje y corbata color anaranjado. David le comentó a su hermano que ahí vivía el alcalde de Lekter City. Nikyel miró el edificio con curiosidad, y por alguna razón, se acordó de la pesadilla que tuvo en el tren. Decidió no pensar en eso ya que vio que David se había adelantado bastante.

(...)

Al fin pudieron llegar a la casa. Desde el jardín que tenían delante veían cómo todas las ventanas brillaban por el reflejo de la luz solar. Lo cruzaron, llegando a un pequeño escalón que formaba parte del suelo del porche, que tenía la pintura desgastada, antes de la puerta principal. Las columnas y la barandilla de éste estaban hechas de madera y arriba a la derecha se alcanzaba a ver un balcón con un par de sillas y una mesa pequeña, también de madera. Por el lateral izquierdo había un camino de piedras que llevaba al garaje de la casa. Unas vallas cubrían esa parte.

No era tan grande como imaginaban, pero tampoco tan pequeña como para quejarse. Decidieron entrar después de curiosear la parte exterior, y al abrir la puerta se encontraron con un suelo de baldosa color terracota, con la sala de estar a la derecha y una buena iluminación en esta gracias a una ventana lateral. A la izquierda hacía presencia la cocina, de estilo americano, y a su lado, un pasillo que llevaba a los baños y habitaciones. Además, frente a ellos se veían unas escaleras que debían de llevar hasta el balcón y el desván, y una puerta que llevaba al garaje.

Al parecer ya tenía la mueblería básica, aunque lo más importante para ambos era que tuviese dos camas y un sofá cómodo. Dejaron las cosas como cayesen en el salón, y fueron a descansar. Eran las 16:38 y pese a que era temprano, ambos tenían sueño debido al trayecto, así que se dirigieron a sus respectivas camas, en habitaciones separadas, sin siquiera cambiarse de ropa.

Aun así, Nikyel activó el DMA cuando se recostó en su cama, no sin antes lanzar el guante hacia la mesita de noche, dejando al descubierto una larga cicatriz en la palma de la mano, y empezó a traquetear en el menú. Entre tanto buscar sin rumbo, acabó encontrando esa información que vio fugazmente en el tren. Cuando pulsó, una voz se reprodujo en el dispositivo:

"Fichas de usuario. Aquí puedes ver las fichas públicas de la gente que te encuentres. Además de la información que aporten en su ficha personal, se añadirá automáticamente una descripción de su apariencia y personalidad según lo que experimentes, que sólo podrás ver tú. ¿Quieres configurar tu ficha de usuario?"

El joven le dio a la opción de cancelar y continuó aprendiendo sobre ese aparato. Por lo visto tenía opción de llamada y reproductor de música. Para eso sería el auricular inalámbrico. Divisó la aplicación del mapa entre muchas otras. Algunas eran de noticieros, otras de pintura...

Cuando vio una llamada "Lekter" pulsó en ella y la voz volvió a aparecer.

"Dependiendo del distrito al que estés destinado, se asignará una aplicación a tu menú. Lekter es la aplicación de lectura. ¿Quieres ver el tutorial de esta aplicación?"

Nikyel le dio a aceptar y continuó escuchando hasta que el cansancio le venció y se quedó dormido.

(...)

Una persona caminaba rápidamente por los pasillos con un portafolios. Parecía estar apurado.

Se detuvo frente a dos grandes puertas. Dio dos golpes a una y esta se abrió. El lugar parecía ser de alguien muy adinerado e importante. Cabezas de animales y bestias colgaban de las paredes. El hombre pisaba la alfombra negra de la habitación con cierto temor. Se paró justo detrás de una línea, en la cual decía "No pasar o te despido".

Delante de él, tras un amplio escritorio, había uno más robusto, grande e imponente que él. Estaba sellando, firmando y tirando papeles. Tenía poco pelo en la barba, una cicatriz en su boca y lucía unos guantes negros.

- Buenos días Señor Res - Saludó cordialmente el más pequeño.

- ¿Ya tienes los informes? - Preguntaba una voz ronca, mirándolo directamente a los ojos. Al ver que asintió con la cabeza dejó lo que estaba haciendo - Te escucho.

- Bueno, la buena noticia es que nuestra inversión superó a las demás compañías por un tres por ciento - Explicó con seriedad.

La mirada del contrario reflejaba disgusto.

- ¿Y la mala...?

- Bueno de hecho, son varias malas... No han llegado nuevos empleados desde hace un mes señor. La economía mundial aún está muy desequilibrada, algo que usted no quiere. Y... varias regiones están llegando a la pobreza.

El gran hombre se levantó de su silla, revelando que era incluso más grande de lo que aparentaba. Se detuvo frente a la ventana de su oficina, poniendo una mano sobre esta.

Le dijo al otro hombre que le pasara los informes. Éste obedeció y le dio el portafolios a su jefe, que al pasar cada hoja, mostraba más ira y decepción. Al cerrarlo, miró al hombre con una sonrisa fingida y rompió a la mitad el portafolios, volviendo a su silla y poniendo una mirada intimidante.

- Cuando el mundo los necesita... ellos siguen como si no les importara nada lo que sucede - Dijo molesto - Ellos son el futuro. ¡Y se la pasan como holgazanes en esas ciudades mientras la economía del mundo real está apunto de desmoronarse! Se supone que son la generación que nos salvará de esto... y yo... voy a asegurarme que eso pase. Lo quieran o no...

Continuará...

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