Capítulo 4 | Lark Newt
L A R K
Casa de reserva,
habitación de Lark y Lance.
Despierto después de un sueño demasiado agitado y triste, debo admitir que esta situación parece extraña incluso para mí. Me remuevo en la cama con incomodidad el colchón no es de la misma calidad que en el que acostumbraba dormir. Aunque con esta cama, técnicamente, ya he pasado los 21 días que cuesta crear un hábito por lo menos seis veces.
Siento que no comprendo del todo lo que sucede y que, sin embargo, nadie puede ayudarme a entenderlo. Sólo una persona podría reconfortarme hoy pero no quiere saber nada de mí, incluso después de mi muerte. Realmente espero que le haya gustado mi funeral, creo que había esperado mucho ese momento y se merecía disfrutarlo.
Como cada mañana, bueno eso no sería exacto; como acostumbro hacer, me lavo el rostro en el baño. Por suerte, la habitación que comparto con Lance (quien, por cierto, ya se levantó porque no lo vi durmiendo) tiene un baño propio. Eso es bueno.
A este punto te has de cuestionar qué mierda fue lo que hice ayer con los doctores y antier con esa manzana y no te culpo, como dije, no lo comprendo del todo.
Cuando los doctores nos cuestionaron durante la comida cómo se sentía el morir, pudrirse y lentamente volver a la vida todos nosotros respondimos que era como estar apagado, solo oscuridad y silencio como lo que cualquier persona temería que pasase al morir. Eso nos convierte en unos mentirosos de mierda porque los tres sabemos que vimos algo.
No fue el cielo ni el infierno, fue un punto medio entre nuestras memorias, nuestros sueños y nuestras pesadillas; era como si los cables de nuestro cerebro se entrecruzaran y nos hicieran crear paradojas y atrocidades. Para lo que todos fueron siete meses de espera, para nosotros fue solo una larga y pesada noche atiborrada de malos sueños, o por lo menos para mí así lo fue. Recordé cada paso de mi vida y cada error convertía mi visión en una psicosis que, por momentos, me hizo creer que padecía de esquizofrenia.
A los diez años mi padre rompió y tiró a la basura todos mis muñecos cuando le mostré el traje que le había bordado a uno de ellos para su boda.
«¿Cómo demonios se va a casar si no tienes muñecas?», me cuestionó él.
«Pues... se va a casar con Superman, su traje aún no está lis...», respondí con ingenuidad pero su furia me interrumpió. Más tarde, con la mejilla enrojecida, le lloré a mi madre como la vez en que me sucedió pero en el sueño era su cadáver lo que me abrazaba.
Dos años más tarde, llegué a una clase de séptimo grado con mi uniforme mejorado. Le había bordado figuras que volvieran al aburrido uniforme en algo más entretenido visualmente. Todos se empezaron a burlar de mí en el salón, las palabras con las que me describieron habían marcado mi alma pero lo peor fue cuando las repitieron en mi casa. Daisy no dejaba de repetir una y otra vez la escoria que era y, en mi sueño, cada vez que alguien me miraba un trozo de mi piel caía seco al suelo, dejando ver la mortalidad de mi cuerpo.
Después, a los quince, escuché a mis padres discutir. Recuerdo que conversaba con Mary Roberts y le explicaba porqué había comenzado a llamarle Julia.
«Es que te apellidas como la actriz», le dije tratando de ignorar los gritos de al lado pero era imposible no pensar en ello. «Sé que ellos discuten por mi culpa, yo no quería que se molestaran. Si tan solo las personas dejaran de tratarme como a un fenómeno», le confesé a la sirvienta que se había vuelto mi única amiga si no contaba a mi madre.
«Ay, pequeño, sé que te sientes culpable pero yo y tu madre sabemos que no hay nada malo en ti. Estás en décimo grado, creemos que ya eres lo suficientemente grande como para elegir lo que quieres ser, ¿no? Nosotras siempre estaremos para ti, es más, te diré un secreto pero debes guardarlo muy, muy cuidadosamente...», trató la castaña de calmarme pero un golpe en la habitación de al lado, seguido de un grito de mi madre provoco escalofríos a mi alrededor.
Más tarde, una ambulancia se llevaría vanamente a mi mamá. Aparentemente el golpe había sido su caída tras recibir un ataque sanguíneo mientras discutía. Una apoplejía cerebral fue lo que el mejor médico de la ciudad dijo después de no ser capaz de salvarla. En la pesadilla, mi corazón dejó de latir dejándome solo con mi carne podrida. Daisy me repetía una y otra vez que era mi culpa, una mujer de veintisiete años le gritaba a su quinceañero hermano que la vida habría sido mejor sin su existencia. Cuando sucedió ignoré sus palabras porque sabía que lo hacía para purgar su ira pero, mientras dormía, no podía hacerme de la vista gorda con sus oraciones cortantes porque cuervos carcomían la carroña de mi cuerpo.
Cuando cumplí dieciséis, nadie se había presentado a mi cumpleaños y poco me importaba porque, en realidad, no tenía a quién invitar. Nadie en mi casa, exceptuando a los trabajadores y a Mary, me dirigía la palabra. Razón por la que mi fastidiosa niñera fue la única que me acompañó al cementerio a visitar a mi madre. Un pastel pequeño, refrescos de lata y una fotografía era lo que llevábamos con nosotros aquella vez pero lo que Mary me dejó fue más regalo de lo que podría imaginar.
«¿Qué es esto?», le cuestioné a la mujer cuando me dio un encendedor de metal con detalles florales grabados a su alrededor. Las iniciales "H.N." estaban marcadas en su cubierta de plata.
«Era de tu madre, lo encontré mientras limpiaba el cuarto de tu hermana y me parece injusto que ella conserve todo lo que alguna vez le perteneció a la señora Hillary. Tú deberías de tener algo que te recuerde a ella además de esa desgastada fotografía», respondió Mary procurando no lagrimear pero apenas dejé mis emociones salir, las suyas también se desbordaron. Aunque en mi sueño los árboles se retorcían susurrándome que era mi culpa, aunque en mi pesadilla mi cuerpo ya no tenía uñas ni cabello, solo la carne negra y verdosa que mi putrefacción pintó.
«Hay algo más que debes saber», continuó ella. «Ella tenía un plan, un plan para sacarte de esa casa. Ella quería irse de allí contigo y...», las verdades que salían de su boca terminaron de secar mi carne provocando así que poco a poco esta se cayera como la piel que alguna vez la cubrió.
Un año después me encontraba discutiendo con mi padre en su oficina. Mi ropa apestaba a humo de tabaco y al perfume de Nathan Valley, el hijo de uno de los invitados a su "Cena Anual de Recaudación de Fondos Hillary Newt" con quien me encontró besuqueándome en los baños de hombres durante la ceremonia.
«¿Que no me comporté? ¡Por favor! Todos sabemos que el teatrito de buen samaritano nadie se lo cree, ¿piensas que no se darán cuenta cuando te vayas de vacaciones a Dubái o cuando Daisy mágicamente cambie su Bugatti por un Rolls Royce?», grité enfadado.
«No me cambies el tema, niñito, que esto no se trata de la Cena sino de lo que hiciste en ella», gritó él devuelta.
«Tú fuiste quien dijo Bon Appétit, ¿no es así?», repliqué con sarcasmo recibiendo una bofetada de su parte.
«Nada de esto estaría sucediendo ahora si no salieras con tus homosexualidades de mierda», me dio la espalda mientras tensaba su mandíbula.
«¿Ahora lo culpas en mi orientación sexual? Santo Dios, ¡decídete! ¿Te molesta que estuviera haciendo cosas indebidas en tu aburrido evento lleno de dinosaurios o que las estuviese haciendo con otro chico?», le cuestioné.
«Me molesta verte a la cara sabiendo que tu madre murió por estar defendiendo tu estúpida enfermedad», me dijo tras darse la vuelta y mirarme a los ojos. «Me molesta que haya criado mi único hijo a convertirse en un fracaso, ¡en un maricón!»
«¡La muerte de mi madre no es mi culpa!», grité con fuerza. «Quien discutía con ella eras tú, quien le hacía la vida imposible eras tú, quien le hizo desear escapar fuiste y siempre serás tú. Así que deja de usar el nombre de mi madre para conseguir dinero fácil, ella era más de lo que tú llegarás a ser»
«Me importa una mierda lo que pienses, mientras estés en esta casa no voy a aceptar a ningún desquiciado. Apréndetelo de una vez: cuando termines la escuela, estudiarás ingeniería en mecatrónica para que dediques tu vida a Spider Manufacturing y no a tus estúpidas telas, ¿y tu maestría? en materiales, ¿doctorado? en nanotecnología. Y después dirigirás la empresa junto a tu hermana mientras yo esté en un yate en Las Bahamas esperando la invitación a tu boda con Lyla Hawk», sentenció antes de salir de la habitación.
«¿Qué?», cuestioné pero era inútil porque él ya no estaba. Me dejé caer sobre mis rodillas mientras dejaba salir todas mis emociones.
¿Cómo podía decidir mi destino? ¿Por qué se creía dueño de mi vida y mi existencia como si algo le debiese además de la muerte de mi madre? En ese entonces no me quedaba nada, nada más. Mi vida se había vuelto un hoyo sin salida, las esperanzas que alguna vez había tenido fueron drenadas de mí.
Un par de meses después, mi enrollo con ese miso Nathan evolucionó a algo más, se convirtió en una relación verdadera, mi primera relación amorosa. Pero todo en mi vida tiene fecha de caducidad, Nathan era incapaz de esperar a que le mostrara a los demás lo que sentía por él.
«¿Por qué no puedo estar contigo, Lark? ¿Por qué no hablas con la verdad y le muestras al mundo quien realmente eres?», me cuestionó él con tristeza en medio de una oscura calle en la que la lluvia comenzaba a cobrar fuerza.
«No es tan sencillo, Nate, no se trata de mí. Si mi papá se entera de que sigo saliendo contigo seguro va a matarme, nadie puede saber esto», respondí con lágrimas en mis ojos.
«Eso es injusto para mí, ¿me dices que no podré decirle a las personas cuánto te amo? ¿nunca podré tomarte de la mano ni mucho menos besarte si hay alguien más cerca? Si soy un secreto que guardarás en una caja y sacarás solo cuando me necesites, ¿en qué me convierte eso? ¿en un juguete?», me reclamó dando un par de pasos hacia atrás, alejándose de mí.
«Si no te gusta lo que te ofrezco entonces vete. Si no comprendes la presión que siento en este momento, la presión que es vivir mi día a día, ¡entonces lárgate y déjame en paz!», comencé a gritarle cuando la lluvia resonaba fuerte contra el suelo y me empapaba por completo.
Entonces sucedió lo que jamás creí que sucedería: el hijo de puta sí se marchó. No lo culpo, siempre ha sido pésimo para recibir señales y yo para enviarlas. Lo que mis palabras significaban para mí eran: quédate, quédate, por favor, no me dejes. Aunque ya era demasiado tarde, su figura se había desvanecido en la negrura nocturna y la lluvia lavaba mis lágrimas como si jamás hubiesen existido.
En ese momento, en mi sueño, a mi cuerpo no le quedaba nada. No era nada más que solo un esqueleto vacío después de haber presenciado la descomposición de mi cuerpo, la cruda putrefacción de mi vida.
Las últimas partes de mi sueño era mi esqueleto bajo la lluvia en medio de la calle, las personas pasaban a mi alrededor y me señalaban. Se burlaban de mí repitiéndome que era un fracaso, lo único que deseaba era desaparecer o simplemente dejar de verlos pero me era imposible.
Después de eso desperté solo para ver a Lance sin piernas y no poder ver absolutamente nada de mi cuerpo. Grité con desesperación pero mi mente me repetía una sola cosa: lo había logrado, las personas no podían verme más. Cuando los doctores me sedaron, me sentí más tranquilo al despertar, podía sentir que había algo extraño en mí, algo nuevo. Como cuando aprendes a mover un músculo que antes o sabías como, o cuando descubres como hacer los ojos bizcos en ese caso aprendí a plasmar mis pensamientos en imágenes.
Practiqué con la manzana que le di a Lance, plasmándola como un mango. Después practiqué conmigo mismo volviéndome del color del tapiz. Antes de dormir descubrí que, en efecto, podía volverme invisible pero no porque yo fuese traslúcido sino porque podía crear la ilusión de que lo era y, ahora, tengo explicaciones que darle a los doctores.
Ahora, mientras enjuago mi cara, recuerdo lo que vi en ese sueño. Mantengo mi memoria cerrada en su rostro y frente al espejo todo cambia: veo sus ojos claros como el océano, su cabello castaño claro perfectamente peinado y lo veo sonreír. Sé qué he creado esta visión de él, sé que no está aquí en realidad. Es como si hubiese disfrazado al espejo para mostrarme lo que quiero ver. Quisiera disculparme con él, pero sé que eso es imposible en estos momentos.
Mis lágrimas se reflejan en su rostro y, por más que desearía resolver las cosas con él, ya es muy tarde. Ya no soy nadie en su vida.
Alguien toca la puerta del baño, interrumpiendo mi momento. Es Lance, parece que los doctores han convocado a una reunión en la sala. Probablemente sea por lo de ayer, así que recen por mí.
Nathan Valley tendrá que esperar, irónico.
«¿Cómo podía decidir mi destino? ¿Por qué se creía dueño de mi vida y mi existencia como si algo le debiese además de la muerte de mi madre? En ese entonces no me quedaba nada, nada más. Mi vida se había vuelto un hoyo sin salida, las esperanzas que alguna vez había tenido fueron drenadas de mí.» —Lark Newt.
Tony Vask \\ 21.07.2021
Como siempre, espero que hayas disfrutado este capítulo y hayas conectado mejor con Lark. Es un chico que utiliza muchas veces el humor para olvidarse de sus problemas y, a veces, recurre al humor negro sin siquiera darse cuenta. Próximamente conoceremos mejor a Lyla y a Lance porque ellos también merecen amor.
Por cierto, si te gustan las historias de Ciencia Ficción + Misterio y no te importa que el protagonista sea LGBT (o si te gusta esa temática en general) te recomiendo otra de mis historias, "EXTRATERRENAL: El secreto de la cabaña Watson". Aquí te dejo la sinopsis:
Ayden O'Brien nunca ha sido normal, pero eso jamás le preocupó hasta que una racha exorbitante de mala suerte arrasó con la vida que conocía. Cuando un chico nuevo llega a la preparatoria de su pequeña ciudad, Ayden descubre emociones que no sabía que era capaz de sentir, descubre secretos que no creería que podrían existir. Poco a poco se verán ligados con la desaparición y asesinato de la familia Watson que sucedió en el año 2002, desconociendo la verdad detrás del caso que jamás fue resuelto.
Si quieres leerla, te dejo el link como vínculo externo. Si por alguna razón no puedes acceder al link, tan solo basta con que entres a mi perfil. <3
Y eso es todo. Apreciaría que votaras y comentaras para mostrarme qué partes de la historia son tus preferidas y si deseas que continúe. Sin más por el momento, nos vemos luego.
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